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Baha'u'llah : El llamamiento del Señor de las Huestes
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EL LLAMAMIENTO DEL SEÑOR DE LAS HUESTES
TABLAS DE BAHÁ’U’LLÁH

Traducción de The Summons of the Lord of Hosts, Haifa: Bahá’í World Centre, © 2002, realizada por el Panel Internacional de Traducción de Literatura Bahá’í a Español.

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Introducción

Los años siguientes a la llegada de Bahá'u'lláh a Adrianópolis presenciaron cómo su Revelación alcanzaba "su gloria meridiana", en palabras de Shoghi Effendi, con la proclamación del mensaje de su Fundador a los reyes y gobernantes del mundo. Durante un periodo relativamente breve pero agitado de la historia de la Fe, y en los primeros años de Su posterior exilio a la ciudad fortaleza de 'Akká en 1868, Él emplazó a los monarcas de Oriente y Occidente de forma colectiva, y a algunos de ellos personalmente, para que reconocieran el Día de Dios y aceptasen al Prometido de las escrituras de las religiones que profesaban los destinatarios de Su convocatoria. "Nunca antes, desde el comienzo del mundo", declara Bahá'u'lláh, "se ha proclamado tan abiertamente el Mensaje".

El presente volumen reúne la primera traducción autorizada y completa de estas escrituras fundamentales. Entre ellas está el Súriy-i-Haykal completo, el Sura del Templo, una de las obras más desafiantes de Bahá'u'lláh. Fue revelada primero durante Su destierro a Adrianópolis y posteriormente refundida tras Su llegada a Akká. En esta versión incorporó Sus mensajes dirigidos a ciertos soberanos: al Papa Pío IX, a Napoleón III, al Zar Alejandro II, a la Reina Victoria y a Náṣiri'd-Dín Sháh.

Fue esta obra compuesta la que, poco después de su terminación, Bahá'u'lláh ordenó que se escribiera en forma de una estrella de cinco puntas, como símbolo del templo humano. A ésta le agregó, como colofón, lo que Shoghi Effendi ha descrito como "palabras que revelan la importancia que Él les asignaba a esos Mensajes e indican su asociación directa con las profecías del Antiguo Testamento":

Así hemos construido el Templo, con las manos de la fuerza y del poder, ojalá lo supierais. Éste es el Templo que os fue prometido en el Libro. Acercaos a él. Esto es lo que os aprovecha, si lo comprendieseis. ¡Sed justos, oh pueblos de la tierra! ¿Qué es preferible: éste, o un templo construido de arcilla? Enderezad vuestros rostros hacia él. Así os lo ha ordenado Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo.

Durante los últimos años de Su ministerio, Bahá'u'lláh mismo dio instrucciones para que se publicaran por primera vez versiones definitivas de algunas de Sus obras principales, y al Súriy–i–Haykal le fue concedida una prominente posición entre ellas.

De las diversas escrituras que constituyen el Súriy-i-Haykal, hay una que requiere mención particular. El Lawḥ-i-Sulṭán, la Tabla a Náṣiri'd-Dín Sháh, la más extensa epístola dirigida por Bahá'u'lláh a un solo soberano, fue revelada en las semanas inmediatamente precedentes a Su definitivo destierro a 'Akká. Fue entregada finalmente al monarca por Badí‘, joven de diecisiete años que había rogado a Bahá'u'lláh le concediera el honor de prestar algún servicio. Su empeño le valió la corona del martirio e inmortalizó su nombre. La Tabla contiene el célebre pasaje que describe las circunstancias en que la llamada divina Le fue comunicada a Bahá'u'lláh y el efecto que produjo. También aquí encontramos Su ofrecimiento inequívoco de reunirse con el clero musulmán, en presencia del Sháh, para proporcionar cualesquiera pruebas de la nueva Revelación que ellos considerasen definitivas, un examen de integridad espiritual que, de modo significativo, no superaron aquellos que pretendían ser los depositarios autorizados del Corán.

Igualmente se incluye en esta colección la primera traducción completa del Súriy-i-Mulúk o Sura de los Reyes, que Shoghi Effendi describe como "la Tabla más trascendental revelada por Bahá'u'lláh, en la cual Él, por primera vez, dirige Sus palabras de forma colectiva a todo el conjunto de monarcas de Oriente y Occidente". Expone el carácter de Su misión, así como la norma de justicia que debe regular el ejercicio del mando en este Día de Dios:

No dejéis de lado el temor a Dios, oh reyes de la tierra, y tened cuidado, no sea que transgredáis los límites que ha fijado el Todopoderoso. Observad los mandamientos prescritos a vosotros en Su Libro, y tened mucho cuidado de no sobrepasar sus límites. Estad alerta para que no hagáis injusticia a nadie, aunque fuera en la medida de un grano de mostaza. Hollad la senda de la justicia, porque éste es, ciertamente, el camino recto.

La Tabla presenta algunos de los grandes temas que iban a figurar de manera prominente en las Escrituras de Bahá'u'lláh en las siguientes dos décadas y media: la obligación que tienen aquellos a cuyas manos Dios ha confiado la autoridad civil de instituir el reino de la justicia, la necesidad de reducir los armamentos y resolver los conflictos entre las naciones, y de terminar con los gastos excesivos que empobrecían a los súbditos de esos gobernantes.

Al repasar el contenido principal del majestuoso llamamiento a los reyes y gobernantes del mundo, Shoghi Effendi ha escrito:

La magnitud y diversidad del tema, la fuerza lógica del argumento, la sublimidad y audacia del lenguaje acaparan nuestra atención y asombran nuestra mente. Emperadores, reyes y príncipes, cancilleres y ministros, el Papa mismo, sacerdotes, monjes y filósofos, los exponentes del saber, parlamentarios y diputados, los ricos de la tierra, los seguidores de todas las religiones y el pueblo de Bahá: todos ellos son llevados al ámbito del Autor de estos mensajes y reciben, cada cual a su medida, los consejos y amonestaciones que merecen. No menos asombrosa es la diversidad de los temas tratados en estas Tablas. Se ensalza la trascendente majestad y unidad de Dios, incognoscible e inalcanzable, y se proclama y pone de relieve la unicidad de Sus Mensajeros. Se recalca la naturaleza única, la universalidad y potencialidades de la Fe bahá'í, y se descubre el propósito y el carácter de la Revelación Bábí.

El resumen llama la atención a la denuncia inexorable de Bahá'u'lláh en torno a las condiciones de la sociedad humana, de las cuales hace principalmente responsables a sus gobernantes:

Se narran episodios, a la vez conmovedores y maravillosos, de varias etapas de Su ministerio, y se afirma repetida y categóricamente la transitoriedad de la pompa, fama, riqueza y soberanía mundanas. Se reclama enérgica e insistentemente que se apliquen los más elevados principios en las relaciones humanas e internacionales, y se ordena abandonar las prácticas y convencionalismos vergonzosos, dañinos para la felicidad, el crecimiento, la prosperidad y la unidad del género humano. Contiene censuras a reyes, denuncias de dignatarios eclesiásticos, condenas de ministros y plenipotenciarios, y el reconocimiento inequívoco y el anuncio repetido de la identificación de Su advenimiento con la venida del Padre mismo. Se profetiza la violenta caída de algunos de esos reyes y emperadores, se desafía definitivamente a dos de ellos, se advierte a la mayoría de ellos y a todos se apela y exhorta.

En una Tabla cuyo original se ha perdido, Bahá'u'lláh ya había condenado, en los términos más severos, el mal gobierno del sultán otomano 'Abdu'l-'Azíz. No obstante, el presente volumen incluye otras tres Tablas dirigidas a dos ministros del sultán, cuya influencia egoísta y poco escrupulosa desempeñó un importante papel en los sucesivos destierros de Bahá'u'lláh. El Súriy-i-Ra'ís, dirigido a 'Álí Páshá, primer ministro otomano, fue revelado en agosto de 1868, cuando los exiliados eran trasladados de Adrianópolis a Gallípoli, y expone sin escatimar nada el abuso de poder civil que el ministro había perpetrado. El Lawḥ-i-Ra'ís, que también contiene pasajes dirigidos a 'Alí Páshá, fue revelado poco después del encarcelamiento de Bahá'u'lláh en la ciudadela de 'Akká e incluye una aterradora denuncia del carácter del ministro. La tercera Tabla, el Lawḥ-i-Fu'ád, revelada en 1869, poco después de la muerte de Fu'ád Páshá, el ministro otomano a cuyas maquinaciones hace referencia, describe las consecuencias espirituales del abuso del poder y predice la inminente caída de su colega, 'Alí Páshá, y el derrocamiento del propio sultán, unas profecías que circularon ampliamente y cuyo dramático cumplimiento aumentó grandemente el prestigio de su Autor.

Parece especialmente apropiado, a medida que la influencia de Bahá'u'lláh penetra cada vez más profundamente en la vida de la sociedad de todo el mundo, que estén ahora disponibles para un amplio conjunto de lectores los textos completos de estas grandes Tablas. A los comités que fueron comisionados para emprender y revisar estas traducciones les expresamos la profunda gratitud que sentimos por el cuidado y sensibilidad con que han acometido la tarea. Los Bahá'ís reconocerán pasajes clave de varias de las Tablas que fueron dados a conocer a Occidente por Shoghi Effendi. Sus traducciones al inglés de los Textos Sagrados Bahá'ís proporcionan una norma permanente para los empeños de quienes enfrentan el desafío de preparar versiones apropiadas en inglés de estos tesoros de la Fe.

La Casa Universal de Justicia
SÚRIY-I-HAYKAL

Éste es el Sura del Templo que Dios ha dispuesto que sea el Espejo de Sus Nombres entre los cielos y la tierra, y el Signo de Su Recuerdo en medio de los pueblos del mundo.

¡ÉL ES EL MÁS MARAVILLOSO, EL TODOGLORIOSO!

1 Alabado sea Aquel que ha revelado Sus versículos a quienes comprenden. Alabado sea Aquel que hace descender Sus versículos a quienes perciben. Alabado sea Aquel que guía hacia Su camino a quien Le place. Di: En verdad, Yo soy el Camino de Dios para cuantos están en los cielos y cuantos están en la tierra; ¡bienaventurados los que se apresuran en llegar allí!

2 Alabado sea Aquel que hace descender Sus versículos a quienes comprenden. Alabado sea Aquel que Se expresa desde el Reino de Su Revelación, y Quien permanece desconocido para todos salvo para Sus siervos honrados. Alabado sea Aquel que vivifica a quien desea en virtud de Su palabra “¡Sé!”, y es. Alabado sea Aquel que hace ascender al cielo de la gracia a quien Él quiere y desde allí hace descender cuanto desea conforme a una medida prescrita.

3 Bendito es Aquel que hace lo que desea con una palabra de Su mandato. Él es, ciertamente, el Verdadero, el Conocedor de lo invisible. Bendito es Aquel que inspira a quien quiere con cuanto Él desea, mediante Su mandato irresistible e inescrutable. Bendito es Aquel que ayuda a quien desea con las huestes de lo invisible. En verdad, Su poder está a la altura de Su propósito, y Él, ciertamente, es el Todoglorioso, Quien subsiste por Sí mismo. Bendito es Aquel que ensalza a quien quiere por la fuerza de Su soberano poder, y confirma a quien decide según Su complacencia; ¡bienaventurados los que comprenden!

4 Bendito es Aquel que, en una Tabla bien guardada, ha prescrito una medida fija para todas las cosas. Bendito es Aquel que ha revelado a Su Siervo lo que ha de iluminar los corazones y mentes de los hombres. Bendito es Aquel que ha hecho descender sobre Su siervo tales tribulaciones que han fundido los corazones de aquellos que habitan en el Tabernáculo de la eternidad y las almas de aquellos que se han acercado a su Señor. Bendito es Aquel que ha prodigado a Su Siervo, desde las nubes de Su decreto, los dardos de la aflicción, y Quien Me ve soportándolos con paciencia y fortaleza. Bendito es Aquel que ha dispuesto para este Siervo lo que no ha destinado para ninguna otra alma. En verdad, Él es el Único, el Incomparable, Quien subsiste por Sí mismo.

5 Bendito es Aquel que ha hecho que, desde las nubes de la enemistad, y a manos del pueblo de la negación, caigan sobre Su Siervo los dardos de las tribulaciones y pruebas; y, con todo, ve Nuestro corazón lleno de gratitud. Bendito es Aquel que ha puesto en los hombros de Su Siervo la carga de los cielos y de la tierra: carga por la cual Le rendimos toda alabanza, aunque nadie comprenda esto salvo los que están dotados de entendimiento. Alabado sea Aquel que ha entregado la encarnación de Su belleza en las garras de los envidiosos y malévolos, destino al que Nos estamos plenamente resignados, aunque nadie se percate de ello salvo los que están dotados de perspicacia. Glorificado sea Aquel que ha dejado que Ḥusayn establezca su morada en medio de las huestes de Sus enemigos, exponiendo Su cuerpo con cada respiro a las lanzas del odio y de la ira; con todo, Le damos gracias por cuanto ha preordinado que acontezca a Su Siervo, el Cual a Él acude en Su duelo y aflicción.

6 Estando sumido en tribulaciones oí una voz por demás maravillosa y dulce que llamaba por encima de Mi cabeza. Al dar vuelta el Rostro, vi a una Doncella que era la encarnación del recuerdo del nombre de Mi Señor, suspendida en el aire ante Mí. Tanto se regocijaba ella en su misma alma, que el semblante le brillaba con el ornamento de la complacencia de Dios, y sus mejillas fulguraban con el brillo del Todomisericordioso. Entre el cielo y la tierra hacía un llamamiento que cautivaba los corazones y mentes de los hombres. A Mi ser interior y exterior le impartía buenas nuevas que regocijaban Mi alma y las almas de los siervos honrados de Dios.

7 Señalando con el dedo Mi cabeza, se dirigió a todos los que están en el cielo y a todos los que están en la tierra, diciendo: ¡Por Dios! Éste es el bienamado de los mundos; mas no lo comprendéis. Ésta es la Belleza de Dios entre vosotros, y el poder de Su soberanía dentro de vosotros, si lo comprendierais. Éste es el Misterio de Dios y Su Tesoro, la Causa de Dios y Su gloria para todos los que están en los reinos de la Revelación y de la creación, si sois de los que entienden. Éste es Aquel Cuya Presencia constituye el deseo ardiente de los moradores del Dominio de la eternidad, y de cuantos habitan dentro del Tabernáculo de Gloria, y, sin embargo, dais la espalda a Su Belleza.

8 ¡Oh pueblo del Bayán! Si no Le ayudáis, Dios sin duda Le socorrerá con los poderes de la tierra y del cielo, y Le apoyará con las huestes de lo invisible mediante Su mandato “¡Sé!”, y es. Se acerca el día en que Dios, por un acto de Voluntad Suya, habrá hecho surgir una raza de hombres de naturaleza inescrutable para todos salvo Dios, el Omnipotente, Quien subsiste por Sí mismo. Él los purificará de la contaminación de las ociosas fantasías y deseos corruptos, los elevará a las alturas de la santidad y hará que manifiesten los signos de Su soberanía y poder en la tierra. Así ha sido ordenado por Dios, el Todoglorioso, el Más Amoroso.

9 ¡Oh pueblo del Bayán! ¿Vais a negar a Aquel Cuya presencia es el objeto mismo de vuestra creación, mientras que os regocijáis ociosamente tendidos en[CP1] vuestros lechos? ¿Vais a ridiculizarle y disputar con Aquel de Cuyos cabellos uno solo, a los ojos de Dios, supera a todos los que están en los cielos y a todos los que están en la tierra? ¡Oh pueblo del Bayán! ¡Presentad, entonces, aquello que poseéis, para que Yo sepa por qué prueba creísteis antaño en las Manifestaciones de Su Causa, y por qué razón os volvéis ahora desdeñosos!

10 ¡Juro por Aquel que Me ha creado a partir de la luz de Su propia Belleza! A nadie he visto jamás que os supere en negligencia u os exceda en ignorancia. Procuráis demostrar vuestra fe en Dios mediante Tablas santas como las que poseéis, y, no obstante, cuando se revelaron los versículos de Dios y se prendió Su Lámpara, no creísteis en Aquel Cuya mismísima Pluma ha fijado los destinos de todas las cosas en la Tabla Guardada. Recitáis los versículos sagrados, mas repudiáis a Aquel que es su Fuente y Revelador. De este modo os ha cegado Dios los ojos en justo castigo por vuestros actos, si lo comprendierais. Día y noche transcribís los versículos de Dios, mas, como por un velo, permanecéis apartados de Aquel que los ha revelado.

11 En este Día, el Concurso de lo Alto os ve en vuestros malos actos y rehúye vuestra compañía, mas no os percatáis de ello. Se preguntan unos a otros: “¿Qué palabras pronuncian estos necios, y en qué valle acostumbran pacer? ¿Acaso niegan lo que sus propias almas atestiguan, y cierran los ojos a lo que claramente ven?” Juro por Dios, ¡oh pueblo! Los habitantes de las Ciudades de los Nombres de Dios están perplejos ante vuestras acciones, mientras erráis, inconscientes y sin objetivo, por una tierra reseca y estéril.

12 ¡Oh Pluma del Altísimo! Escucha el Llamamiento de Tu Señor, el cual se ha elevado desde el divino Árbol del Loto, en el Punto santo y luminoso, para que los dulces acentos de Tu Señor, el Todomisericordioso, colmen Tu alma de alegría y fervor, y las brisas que provienen de Mi nombre, Quien siempre perdona, disipen Tus cuitas y congojas. Erige, entonces, a partir de este Templo, los templos de la Unicidad de Dios, para que narren, en el reino de la creación, las albricias de su Señor, el Más Excelso, el Todoglorioso, y sean de los que están iluminados por Su luz.

13 Nos, ciertamente, hemos ordenado que este Templo sea la fuente de toda la existencia en la nueva creación, para que todos estén ciertos de Mi poder para llevar a cabo lo que Me he propuesto mediante Mi palabra “¡Sé!”, y es. A la sombra de cada una de las letras de este Templo haremos surgir un pueblo cuyo número nadie puede calcular salvo Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Dentro de poco Dios hará aparecer de Su Templo almas tales que no han de ser influidas por las insinuaciones de los rebeldes, y que en todo momento han de beber del cáliz que es la vida misma. Éstos, en verdad, son de los venturosos.

14 Éstos son siervos que habitan al amparo de la tierna misericordia de su Señor, y permanecen sin vacilar ante quienes buscan obstruir su camino. En sus rostros se ve el esplendor de la luz del Todomisericordioso, y de sus corazones se escucha el recuerdo de Mi Nombre todoglorioso e inaccesible. Si desataran sus lenguas para ensalzar a su Señor, los moradores de la tierra y del cielo los acompañarían con sus cánticos de alabanza, ¡sin embargo, qué pocos son los que escuchan! Y si fueran a glorificar a su Señor, todas las cosas creadas los acompañarían con sus himnos de gloria. Así los ha exaltado Dios por encima del resto de Su creación, ¡aun así, las gentes siguen inconscientes!

15 Éstos son los que rodean la Causa de Dios cual la sombra gira en torno al sol. Abrid, pues, los ojos, oh pueblo del Bayán, ¡acaso los veáis! En virtud de su movimiento todas las cosas se mueven, y a causa de su quietud todas las cosas se detienen, ¡ojalá estuvieseis convencidos de ello! Mediante ellos, los creyentes en la Unidad divina se han vuelto hacia Aquel que es el Objeto de la adoración de la creación entera, y por ellos los corazones de los justos han hallado calma y solaz, ¡si lo supierais! Mediante ellos se ha establecido la tierra, las nubes han descargado la lluvia de sus dádivas, y desde el cielo de la gracia ha descendido el pan del conocimiento, ¡si os percatarais de ello!

16 Estas almas son las protectoras de la Causa de Dios en la tierra, quienes protegerán su belleza del polvo ofuscador de las ociosas fantasías y las vanas imaginaciones. En el camino de su Señor no han de temer por sus vidas; antes bien, sacrificarán todo su ser en su ansia de ver el rostro de su Bienamado tan pronto como haya aparecido en este Nombre, el Todopoderoso, el Omnipotente, el Todoglorioso, el Santísimo.

17 ¡Oh Templo Viviente! Álzate por el poder de Tu Ser de tal modo que todas las cosas creadas sean movidas a alzarse contigo. Ayuda, entonces, a Tu Señor mediante el ascendiente y poder que te hemos conferido. Presta atención, no sea que vaciles en ese Día en que todas las cosas creadas estarán llenas de consternación; antes bien, sé Tú el revelador de Mi nombre, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Auxilia a Tu Señor lo más que puedas y no prestes atención a los pueblos del mundo, pues lo que pronuncian sus bocas es como el zumbido de un mosquito en un valle sin fin. Bebe el agua de la vida en Mi nombre, el Todomisericordioso y ofrece a los que se hallan cercanos de entre los moradores de esta elevada estación lo que los haga volverse desprendidos de todos los nombres y acogerse a esta sombra bendita y omnímoda.

18 ¡Oh Templo Viviente! Mediante Ti hemos reunido todas las cosas creadas, ya sean de los cielos o de la tierra, y las hemos llamado a dar cuenta de lo que pactamos antes de la fundación del mundo. Y he aquí que, con excepción de unos pocos rostros radiantes y lenguas elocuentes, hemos hallado a la mayoría de los hombres atónitos, con la mirada despavorida. De aquellos hicimos surgir la creación de todo lo que ha sido y de todo lo que ha de ser. Son aquellos cuyos rostros Dios ha apartado graciosamente del rostro de los incrédulos, y a quienes ha amparado a la sombra del árbol de Su propio Ser; aquellos a cuyos corazones ha conferido el don de la paz y la tranquilidad, y a quienes ha reforzado y socorrido mediante las huestes de lo visible y lo invisible.

19 ¡Oh Ojos de este Templo! No miréis a los cielos y lo que contienen, ni a la tierra y quienes la habitan, pues os hemos creado para que contempléis Nuestra propia Belleza: ¡Hela aquí ante vosotros! No retiréis vuestra mirada de ella, y no os privéis de la Belleza de vuestro Señor, el Todoglorioso, el Bienamado. Dentro de poco pondremos de manifiesto mediante vosotros, ojos agudos y penetrantes que contemplarán los múltiples signos de su Creador y se apartarán de todo lo que perciben las gentes del mundo. Mediante vosotros conferiremos el poder de la visión a quien deseemos, y Nos apoderaremos de quienes se hayan privado de esta munífica gracia. Ellos, en verdad, han bebido de la copa del engaño, si bien no lo perciben.

20 ¡Oh Oídos del Templo! Purificaos de todo griterío ocioso y escuchad la voz de vuestro Señor. En verdad, desde el Trono de gloria, Él os revela que no hay otro Dios sino Yo, el Todoglorioso, el Omnipotente, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Dentro de poco haremos surgir a través de vosotros, oídos puros y sin mancha que prestarán atención a la Palabra de Dios, y lo que ha provenido de la Aurora de la expresión de vuestro Señor, el Todomisericordioso. Sin duda percibirán los suaves acentos de la Revelación divina que proceden de estos muy benditos y santificados recintos.

21 ¡Oh Lengua de este Templo! Nos, ciertamente, te hemos creado mediante Nuestro nombre, el Todomisericordioso, te hemos enseñado cuanto permanecía oculto en el Bayán y te hemos conferido el poder de la expresión, para que hagas mención de Mi exaltado Ser entre Mis criaturas. Proclama, entonces, este grande y maravilloso Recuerdo, y no temas a las manifestaciones del Maligno. Fuiste llamada a la existencia para este mismo objetivo en virtud de Mi trascendente e irresistible mandato. Mediante ti hemos desatado la Lengua de la Expresión para exponer todo lo que ha sido, y, por obra de Mi poder soberano, la soltaremos otra vez para que refiera lo que aún ha de ocurrir. Dentro de poco haremos que surjan a través de ti lenguas elocuentes que Me alabarán y ensalzarán en medio del Concurso de lo Alto y entre los pueblos del mundo. Así se han revelado los versículos de Dios, y así lo ha decretado el Señor de todos los nombres y atributos. Ciertamente, Tu Señor es el Verdadero, el Conocedor de lo invisible. Nada en absoluto ha de impedir que estas lenguas alaben a su Creador. Mediante ellas, todas las cosas creadas se dispondrán a glorificar al Señor de los nombres y a dar testimonio de que no hay ningún otro Dios salvo Yo, el Todopoderoso, el Gloriosísimo, el Bienamado. Como tampoco quienes hagan mención de Mí dirán nada, a menos que sean inspirados por esta Lengua desde esta elevada estación. Sin embargo, ¡pocos son los que comprenden! No hay lengua que no refiera las alabanzas de su Señor y no haga mención de Su Nombre. Sin embargo, entre las gentes se encuentran los que comprenden y pronuncian loas, y los que profieren alabanzas, mas no comprenden.

22 ¡Oh Doncella de los significados interiores! Sal del aposento de la expresión con licencia de Dios, el Señor de los cielos y de la tierra. Revélate, entonces, a ti misma adornada con el atuendo del Reino celestial y escancia con tus dedos de rubí el vino del Dominio de lo alto, para que tal vez los moradores de este mundo perciban la luz que resplandeció desde el Reino de Dios cuando el Sol de la eternidad apareció en el horizonte de Gloria. Por ventura se levanten ante los habitantes de la tierra y el cielo para ensalzar y magnificar a este Joven que Se ha establecido en el corazón mismo del Paraíso sobre el trono de Su nombre, el Auxiliador que todo lo basta, Aquel en Cuyo rostro resplandece el brillo del Todomisericordioso, de Cuya mirada se desprenden las miradas del Todoglorioso, y en Cuyo proceder se revelan las muestras y evidencias de Dios, el Protector omnipotente, el Todopoderoso, el Más Amoroso.

23 No te aflijas si no se encuentra a nadie que acepte el vino carmesí que ofrece Tu mano blanca como la nieve y lo tome en el nombre de Tu Señor, el Más Exaltado, el Altísimo, Aquel que ha aparecido de nuevo en Su nombre, el Más Glorioso. Deja a esta gente sola y dirígete al Tabernáculo de majestad y gloria, donde encontrarás un pueblo cuyos rostros brillan como el sol en su esplendor meridiano y que ensalza y alaba a su Señor en este Nombre que en la plenitud de la fuerza y del poder se ha levantado para ocupar el trono de la soberanía independiente. De sus labios nada escucharás salvo las letanías de Mi glorificación y alabanza; de ello Tu Señor es Mi testigo. La existencia de este pueblo, sin embargo, ha permanecido oculta a los ojos de todos los que, desde la eternidad, han sido creados mediante la Palabra de Dios. Así hemos aclarado Nuestro significado y hemos expuesto Nuestros versículos, para que quizás los hombres reflexionen sobre los signos y muestras de su Señor.

24 En verdad, éstos son aquellos a los que no se les ordenó postrarse ante Adán1. Nunca se han apartado del semblante de Tu Señor, y en todo momento participan de los dones y delicias de la santidad. Así ha expuesto la Pluma del Todomisericordioso los secretos de todas las cosas, sean del pasado o del futuro. ¡Ojalá que el mundo comprendiera! Dentro de poco Dios pondrá de manifiesto a este pueblo sobre la tierra, y mediante ellos exaltará Su nombre, difundirá Sus signos, sostendrá Sus palabras y proclamará Sus versículos, pese a quienes han repudiado Su verdad, han negado Su soberanía y han puesto reparos a Sus signos.

25 ¡Oh Belleza del Todoglorioso! Si Te tropezaras con este pueblo y entraras en su presencia, refiérele lo que este Joven Te ha relatado sobre Sí mismo y las cosas que Le han acontecido, para que llegue a saber lo que se ha inscrito sobre la Tabla Preservada. Ponlo al corriente de las buenas nuevas de este Joven y de las pruebas y tribulaciones que ha sufrido, para que cobren conciencia de Mis aflicciones y sean de los que comprenden. Refiéreles, entonces, cómo escogimos para Nuestro favor a uno de Nuestros hermanos*, cómo le impartimos una pequeñísima gota del océano insondable del conocimiento, le vestimos con el atavío de uno de Nuestros Nombres y le exaltamos a una posición tal que todos se sintieron movidos a ensalzarle, y cómo le resguardamos a tal punto del daño de los malévolos, que desarmamos incluso al más poderoso de entre ellos.

26 Nos levantamos ante los pueblos de la tierra y el cielo en una época en que todos estaban decididos a darnos muerte. Mientras habitábamos en medio de ellos, continuamente hicimos mención del Señor, celebramos Su alabanza y permanecimos firmes en Su Causa, hasta que al final se vindicó la Palabra de Dios entre Sus criaturas, se difundieron Sus signos por doquier, fue exaltado Su poder y Su soberanía se reveló en su pleno esplendor. De ello dan testimonio todos Sus respetados siervos. Mas cuando Mi hermano vio la creciente fama de la Causa, quedó henchido de arrogancia y orgullo. Luego emergió desde detrás del velo de la ocultación, se alzó contra Mí, cuestionó Mis versículos, negó Mi testimonio y rechazó Mis signos. No se hubiera aplacado su hambre hasta devorar Mi carne y beber Mi sangre. De esto dan testimonio aquellos de los siervos de Dios que Le acompañaron en Su exilio, y quienes están cerca de Él.

27 Con este fin consultó con uno de Mis siervos2 y quiso ganárselo para sus propios designios; después de lo cual, el Señor envió en Mi ayuda a las huestes de lo visible e invisible, Me protegió mediante el poder de la verdad e hizo descender sobre Mí lo que malogró sus planes. Así se frustraron las maquinaciones de quienes no creen en los versículos del Todomisericordioso. En verdad, son un pueblo proscrito. Cuando se difundió la noticia de lo que las instigaciones del yo habían movido a Mi hermano a intentar, y Nuestros compañeros de exilio supieron de su vil designio, se alzó la voz de su indignación y dolor, amenazando con extenderse por toda la ciudad. Sin embargo, prohibimos tales recriminaciones y les ordenamos ser pacientes, para que fuesen de los que soportan con constancia.

28 ¡Por Dios, fuera de Quien no hay otro Dios! Resistimos con paciencia todas estas pruebas y ordenamos a los siervos de Dios que mostraran longanimidad y fortaleza. Alejándonos de ellos, mudamos de residencia, a fin de que la llama de la envidia pudiera tal vez extinguirse en el pecho de Nuestro hermano y éste fuese guiado rectamente. Ni Nos opusimos a él ni volvimos a verle, sino que permanecimos en Nuestro hogar, cifrando Nuestra esperanza en la generosidad de Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Sin embargo, cuando se dio cuenta de que su acto había quedado al descubierto, tomó la pluma de la calumnia y escribió a los siervos de Dios, atribuyendo lo que él mismo había cometido a Mi propia incomparable y agraviada Belleza. Su propósito no era otro que el de sembrar cizaña entre los siervos de Dios e inculcar odio en el corazón de quienes habían creído en Dios, el Todoglorioso, el Amoroso.

29 ¡Por Aquel en Cuya mano se encuentra Mi alma! Nos sentimos consternados por su engaño; es más, todas las cosas visibles e invisibles se sintieron desconcertadas. Ni él se dio tregua en lo que abrigaba en su pecho hasta que cometió lo que ninguna pluma se atreve a describir, y con lo cual deshonró la dignidad de Mi estación y profanó la santidad de Dios, el Todopoderoso, el Todoglorioso, el Más Alabado. Si Dios convirtiera todos los océanos de la tierra en tinta y todas las cosas creadas en plumas, no darían abasto para que agotase Yo el relato de sus fechorías. Así referimos cuanto Nos aconteció, para que acaso seáis de los comprenden.

30 ¡Oh Pluma de la eternidad! No te duelas por las cosas que Te han acontecido, pues dentro de poco Dios hará surgir un pueblo que verá con sus propios ojos y recordará Tus tribulaciones. No permitas que Tu pluma mencione a Tus enemigos, sino hazla correr en alabanza del Rey Eterno. Renuncia a todas las cosas creadas y bebe el vino sellado de Mi recuerdo. Cuida de no ocuparte con la mención de aquellos de quienes nada puede percibirse salvo los fétidos olores de la enemistad, quienes están tan esclavizados por su afán de mando que no dudarían en destruirse a sí mismos en su deseo de engalanar su fama y perpetuar su nombre. Dios ha consignado semejantes almas en la Tabla Preservada a título de meros adoradores de nombres. Narra entonces lo que has deseado para este Templo, para que sus signos y muestras se pongan de manifiesto sobre la tierra, y el brillo de su Luz ilumine los horizontes del mundo y purifique la tierra de la contaminación de los que no han creído en Dios. Así hemos hecho descender los versículos de Dios, exponiendo claramente el asunto para los que comprenden.

31 ¡Oh Templo Viviente! Extiende Tu mano sobre todos los que están en el cielo y la tierra, y sujeta con el puño de Tu Voluntad las riendas del mandato. Ciertamente, hemos colocado en Tu diestra el mando de todas las cosas. Haz como desees, y no temas a los ignorantes. Acércate a la Tabla que ha aparecido en el horizonte de la pluma de Tu Señor, y tómala con tal fuerza que, mediante Ti, se les permita asirse a ella a las manos de todos los que habitan la tierra. En verdad, esto es lo que Te conviene, si eres de los comprenden. Al levantarse Tu mano hasta el cielo de Mi gracia, las manos de todas las cosas creadas serán alzadas hacia su Señor, el Potente, el Poderoso, el Dadivoso. Dentro de poco, mediante la ayuda de Tu mano, haremos alzarse otras manos dotadas de poder, fuerza y potencia, y mediante ellas estableceremos Nuestro dominio sobre todos los que habitan en los reinos de la revelación y la creación. Así, los siervos de Dios reconocerán la verdad de que no hay otro Dios salvo Yo, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Además, con estas manos otorgaremos y negaremos, aunque nadie puede comprender esto salvo los que ven con el ojo del espíritu.

32 Di: ¡Oh pueblo! ¿Tendréis jamás esperanza de escapar al poder soberano de vuestro Señor? ¡Por la rectitud de Dios! En este día no hallaréis refugio, ni a nadie que os proteja, salvo aquellos a los que Dios ha conferido el favor de Su misericordia. En verdad, Él es Quien siempre perdona, el Más Compasivo. Di: ¡Oh pueblo! Abandonad todo cuanto poseéis, y acogeos a la sombra de vuestro Señor, el Todomisericordioso. Mejor es esto para vosotros que todas vuestras obras del pasado o del futuro. Temed a Dios y no os privéis de los fragantes aromas de los días del Señor de todos los nombres y atributos. Prestad atención: no sea que alteréis o pervirtáis el texto de la Palabra de Dios. Caminad en el temor de Dios y sed contados entre los rectos.

33 Di: ¡Oh pueblo! Ésta es la Mano de Dios, que siempre ha estado por encima de vuestras manos, si lo supierais. Dentro de su puño hemos dispuesto que esté todo el bien de los cielos y de la tierra, de modo que ningún bien sea manifestado que no proceda de él. Así lo hemos convertido en la fuente y tesoro de todo bien, tanto de tiempos anteriores como posteriores. Di: Los ríos de la divina sabiduría y expresión que fluyeron a través de las Tablas de Dios están unidas a este Muy Grande Océano, si lo comprendierais, y todo lo que ha sido dispuesto en Sus Libros ha alcanzado su consumación final en esta muy exaltada Palabra, Palabra que brilla por encima del horizonte de la Voluntad del Todoglorioso en esta Revelación que ha llenado de delicia todas las cosas visibles e invisibles.

34 Dentro de poco Dios sacará, desde el regazo del poder, las manos del ascendiente y de la fuerza, y hará surgir a un pueblo que se aprestará a ganar la victoria para este Joven y que purificará a la humanidad de la mancha de los proscritos y los impíos. Estas manos se prepararán para la lucha con el fin de defender la Fe de Dios y, en Mi nombre Quien subsiste por Sí mismo, el Fuerte, someterán a los pueblos y linajes de la tierra. Entrarán en las ciudades e infundirán miedo en los corazones de todos sus habitantes. Tales son las evidencias del poder de Dios; ¡cuán aterrador, cuán vehemente es Su poder, y cuán justamente lo ejerce! En verdad, gobierna y trasciende a todos los que están en los cielos y en la tierra, y revela lo que desea de acuerdo con una medida prescrita.

35 Si a alguno de ellos se le pidiera enfrentarse a todas las huestes de la creación, sin duda se alzaría victorioso por el ascendiente de Mi Voluntad. Ciertamente, esto es una prueba de Mi poder, aunque Mis criaturas no lo comprendan. Ciertamente, éste es un signo de Mi soberanía, por más que Mis súbditos no lo comprendan. Ésta es una muestra de Mi mandato, pese a que Mis siervos no lo perciben. Ésta es, ciertamente, una evidencia de Mi ascendiente, aunque nadie entre el pueblo esté verdaderamente agradecido por ello, salvo aquellos cuyos ojos Dios ha iluminado con la luz de Su conocimiento, cuyos corazones ha convertido en el depósito de Su Revelación y en cuyos hombros ha puesto el peso de Su Causa. Éstos han de percibir las fragancias del Todomisericordioso, procedentes de la vestidura de Su Nombre, y en todo momento han de regocijarse en los signos y versículos de su Señor. En cuanto a los que no creen en Dios y Le atribuyen socios, ellos, sin duda, incurrirán en Su ira, serán arrojados al Fuego y se les hará habitar, temerosos y consternados, en sus profundidades. Así exponemos Nuestros versículos y aclaramos la verdad con pruebas patentes, para que quizá el pueblo reflexione sobre los signos de su Señor.

36 ¡Oh Templo Viviente! En verdad, Te hemos designado para ser el signo de Mi majestad en medio de todo lo que ha sido y todo lo que ha de ser, y hemos dispuesto que seas el emblema de Mi Causa entre los cielos y la tierra, mediante Mi palabra “¡Sé!”, y es.

37 ¡Oh Primera Letra de este Templo, alusiva a la Esencia de la Divinidad! 3 Hemos hecho de ti el tesoro de Mi Voluntad y el custodio de Mi Propósito para todos los que están en los reinos de la revelación y la creación. No es ésta sino una muestra de la gracia de Aquel que ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo.

38 ¡Oh Segunda Letra de este Templo, alusiva a Mi nombre, el Todopoderoso! Hemos hecho de ti la manifestación de Nuestra soberanía y la aurora de Nuestros Nombres. Potente soy para cumplir lo que Mi lengua profiere.

39 ¡Oh Tercera Letra de este Templo, alusiva a Mi nombre, el Más Munífico! Hemos hecho de ti el punto de amanecer de Nuestra munificencia entre Nuestras criaturas y la fuente de Nuestra generosidad en medio de nuestro pueblo. Poderoso soy en Mi dominio. Nada en absoluto de todo lo que ha sido creado en el cielo o en la tierra puede rehuir Mi conocimiento, y Yo soy el Verdadero, el Conocedor de lo invisible.

40 ¡Oh Pluma! Haz descender de las nubes de Tu generosidad lo que enriquecerá todas las cosas creadas, y no niegues Tus favores al mundo del ser. Ciertamente, Tú eres el Más Munífico en el cielo de Tu eternidad y el Señor de gracia infinita para todos cuantos habitan el reino de los nombres. No mires a las gentes y las cosas que poseen; antes bien, dirige la mirada a las maravillas de Tus dones y favores. Reúne entonces a Tus siervos a Tu sombra, que cobija a toda la humanidad. Extiende la mano de la merced sobre toda la creación, y los dedos del otorgamiento sobre la totalidad de la existencia. Ciertamente, esto es propio de Ti, aunque el pueblo no lo comprenda. Quien vuelve su rostro hacia Ti lo hace por Tu gracia, y en cuanto a aquel que se aparta, Tú Señor, en verdad, es independiente de todas las cosas creadas. De ello dan testimonio Sus Siervos verdaderos y devotos.

41 Dentro de poco Dios hará surgir, mediante Ti, a quienes poseerán manos de indomable fuerza y armas de potencia invencible, quienes saldrán desde detrás de los velos, harán triunfar al Todomisericordioso entre los pueblos del mundo y exclamarán con voz tan potente que hará que los corazones se estremezcan de miedo. Así ha sido decretado en una Tabla Escrita. Tal será el ascendiente que mostrarán estas almas, que la consternación y el desaliento se apoderarán de todos los moradores de la tierra.

42 Cuidado, no sea que derraméis la sangre de alguien. Sacad la espada de vuestra lengua de la vaina de la expresión, pues con ella conquistaréis las ciudadelas de los corazones de los hombres. Hemos abolido la ley que os lleva a librar guerra santa unos contra otros. Ciertamente, la misericordia de Dios ha abarcado todas las cosas creadas, si lo comprendieseis. Ayudad a vuestro Señor, el Dios de la Misericordia, con la espada del entendimiento. Realmente es más aguda y de más fino temple que la espada de la expresión, si reflexionarais sobre las palabras de vuestro Señor. Así ha hecho descender Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo, a las huestes de la Revelación divina, y así han aparecido los ejércitos de la inspiración divina desde la Fuente del mandato, tal como lo ordena Dios, el Todoglorioso, el Bienamado.

43 Di: La medida de todas las cosas creadas ha sido designada en este Templo oculto y manifiesto, en donde se atesora el conocimiento de los cielos y de la tierra, y de todas las cosas del pasado y del futuro. El dedo de la obra maestra de Dios ha inscrito sobre esta Tabla lo que los más sabios y más eruditos de entre los hombres son incapaces de desentrañar, y ha creado allí templos inescrutables para todos salvo para Su propio Ser, si comprendierais esta verdad. ¡Bienaventurado quien la lea, quien medite sobre su contenido y quien se cuente entre los que comprenden!

44 Di: Nada se ve en Mi templo sino el Templo de Dios, ni en Mi belleza sino Su Belleza, ni en Mi ser sino Su Ser, ni en mi esencia sino Su Esencia, ni en Mi movimiento sino Su Movimiento, ni en Mi aquiescencia sino Su Aquiescencia, ni en Mi pluma sino Su Pluma, el Poderoso, el Más Alabado. Nada ha habido en Mi alma que no sea la Verdad, y en Mí mismo no se ve nada sino a Dios.

45 Cuidado con hablar de dualidad con relación a Mi Ser, pues todos los átomos de la tierra proclaman que no hay otro Dios sino Él, el Único, el Sin par, el Potente, el Amador. Desde el principio que no tiene principio he proclamado, desde el dominio de la eternidad, que Yo soy Dios, que no hay otro Dios sino Yo, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo; y hasta el fin que no tiene fin proclamaré, en medio del reino de los nombres, que Yo soy Dios, y que no hay otro Dios fuera de Mí, el Todoglorioso, el Bienamado. Di: El Señorío es Mi Nombre, del cual he creado las manifestaciones en el mundo del ser, en tanto que Nos mismo permanecemos santificados por encima de ellos; ojalá que meditaseis sobre esta verdad. Y la Deidad es Mi Nombre, de la cual hemos creado a los exponentes cuyo poder abarcará a las gentes de la tierra y hará de ellas auténticos adoradores de Dios, si lo reconocierais. Así deberíais considerar todos Nuestros nombres, si estáis dotados de perspicacia.

46 ¡Oh Cuarta Letra de este Templo, alusiva al atributo de la Gracia! Hemos hecho de ti la manifestación de la gracia entre la tierra y el cielo. A partir de ti hemos generado toda la gracia en el mundo contingente, y a ti haremos que regrese. Y de ti la haremos aparecer de nuevo, mediante una palabra de Nuestro mandato. Poderoso soy para realizar cuanto deseo mediante Mi palabra “¡Sé!”, y es. Toda gracia que aparece en el mundo del ser se ha originado en ti, y a ti ha de regresar. Ciertamente, esto es lo que se ha dispuesto en una Tabla que hemos guardado detrás del velo de gloria y ocultado a los ojos mortales. Bienaventurados quienes no se privan de esta gracia manifiesta e infalible.

47 Di: En este día, los vientos fecundos de la gracia de Dios han soplado sobre todas las cosas. Toda criatura ha sido dotada de cuantas potencialidades es capaz de llevar. ¡Y, con todo, los pueblos del mundo han rehusado esta gracia! Todo árbol ha sido dotado de los frutos más selectos, y todo océano enriquecido con las gemas más luminosas. El propio hombre ha sido investido de los dones de la comprensión y el conocimiento. La creación entera se ha convertido en destinataria de la revelación del Todomisericordioso, y la tierra, en depositaria de cosas inescrutables para todos salvo para Dios, la Verdad, el Conocedor de lo invisible. Se acerca la hora en que toda cosa creada habrá depuesto su carga. ¡Glorificado sea Dios, Quien ha otorgado esta gracia que abarca todas las cosas, ya sean visibles o invisibles! Así hemos creado de nuevo en este día la tierra entera, mas la mayoría de las gentes no se han percatado de ello. Di: La gracia de Dios no podrá nunca ser suficientemente entendida; ¡cuanto menos ha de ser comprendido Su propio Ser, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo!

48 ¡Oh Templo de la Causa! No te aflijas si a nadie encuentras dispuesto a recibir Tus dones. Fuiste creado por Mi causa; por tanto, ocúpate de Mi alabanza entre Mis siervos. Esto es lo que Te ha sido ordenado en la Tabla Guardada. Tras haber hallado en la tierra muchas manos manchadas, purificamos la orla de Tu vestidura de la profanación de su contacto y la pusimos fuera del alcance de los impíos. Sé paciente en la Causa de Tu Señor, pues dentro de poco Él hará surgir almas dotadas de corazones santificados y ojos iluminados que huirán desde todos los rincones hacia Tu gracia omnímoda e ilimitada.

49 ¡Oh Templo de Dios! No bien habían sido enviadas las huestes de la Revelación divina por el Señor de todos los nombres y atributos, portando las banderas de Sus signos, cuando fueron ahuyentados los exponentes de la duda y la fantasía. No creyeron en las claras muestras de Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo, y se alzaron contra Él con enemistad y oposición. Entre ellos estaban los que afirmaron: “Éstos no son claros versículos de Dios, ni proceden de una naturaleza innata y sin instrucción”. Así los descreídos procuran remediar la enfermedad de sus corazones, haciendo caso omiso de que de este modo se vuelven malditos ante todos los que habitan en los cielos y la tierra.

50 Di: El propio Espíritu Santo ha sido generado por mediación de una sola letra revelada por éste, el Más Grande Espíritu, si sois de los que comprenden. Y esa naturaleza innata y sin instrucción en su esencia es engendrada por los versículos de Dios, Quien ayuda en el peligro, el Todoglorioso, el Bienamado. Di: Esta naturaleza se enorgullece de su relación con Nuestra trascendente Verdad, en tanto que Nos, por Nuestra parte, no Nos gloriamos de ella ni de ninguna otra cosa, pues todo lo que no sea Mi Ser ha sido creado mediante la potencia de Mi palabra, si lo comprendieseis.

51 Di: Hemos revelado Nuestros versículos en nueve modalidades diferentes. Cada una de ellas denota la soberanía de Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Una sola de ellas basta como prueba para todos los que están en los cielos y en la tierra; mas las gentes, en su mayor parte, persisten en su negligencia. Si fuera Nuestro deseo, las revelaríamos en un sinfín de otras modalidades.

52 Di: ¡Oh pueblo! Temed a Dios y no permitáis que vuestras lenguas pronuncien, en su falsedad, lo que Le desagrada. Avergonzaos ante Aquel que, como bien lo sabéis, os ha creado de una gota de agua4. Di: Hemos creado a todos los que están en el cielo y la tierra en la naturaleza hecha por Dios. Quien se vuelva hacia este bendito Semblante manifestará las potencialidades de esa naturaleza innata, y quien permanezca apartado, como por velos, de ella se privará de esta gracia invisible y omnímoda. Ciertamente, no hay nada a lo que se haya negado Nuestro favor, por cuanto hemos sido equitativos en la formación de todas las cosas y cada una de ellas, y por una palabra de Nuestra boca les brindamos el fideicomiso de Nuestro amor. Los que lo aceptaron están en efecto salvos y seguros, y se cuentan entre los que son inmunes a los terrores de este Día. Sin embargo, los que lo rechazaron, en verdad, no creyeron en Dios, Quien ayuda en el Peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Así distinguimos entre las gentes y dictamos sentencia sobre ellos. Nos, sin duda, poseemos el poder de discernir.

53 Di: Nunca podrá confundirse la Palabra de Dios con las palabras de Sus criaturas. En verdad, es la Soberana de las palabras, tal como Él mismo es el soberano Señor de todo, y Su Causa trasciende todo cuanto fue y cuanto ha de ser. Entrad, oh pueblo, en la Ciudad de la Certeza, donde se ha establecido el trono de vuestro Señor, el Todomisericordioso. Así os lo ordena la Pluma del Todoglorioso, en muestra de Su gracia infalible. Ojalá que no hagáis de Su Revelación causa de disensión entre vosotros.

54 Cuéntanse entre los infieles aquellos que han rechazado Su Ser alzándose contra Su Causa, y quienes afirman que estos divinos versículos han sido inventados. Tales fueron asimismo las objeciones de los negadores de antaño, quienes ahora imploran la salvación del Fuego. Di: ¡Ay de vosotros por las fútiles palabras que proceden de vuestras bocas! Si estos versículos son realmente inventados, entonces ¿por qué prueba habéis creído en Dios? ¡Aducidla, si tenéis comprensión! Cuando quiera que revelábamos Nuestros claros versículos a tales hombres, los rechazaban, y cuando quiera que veían lo que las fuerzas conjuntas de la tierra son incapaces de aducir, lo declaraban hechicería.

55 ¿Qué aqueja a estas gentes que hablan de lo que no comprenden? Ponen las mismas objeciones que los seguidores del Corán cuando vino a ellos su Señor con Su Causa. Ciertamente, son un pueblo rechazado. Han impedido que otros comparecieran ante Aquel que es la Antigua Belleza y que compartiesen el pan de Sus amados. “No os acerquéis a ellos”, se le oyó decir a uno de éstos, “pues echan encantamientos a la gente, desviándola del camino de Dios, Quien ayuda en el Peligro, Quien subsiste por Sí mismo”. ¡Por la rectitud del único Dios verdadero! Aquel que es incapaz de hablar en Nuestra presencia ha pronunciado palabras tales que nadie de entre las generaciones pretéritas ha dicho, y han perpetrado actos como nadie ha cometido entre los incrédulos de épocas pasadas.

56 Las mismas palabras y hechos de estos hombres dan testimonio elocuente de la veracidad de Mis palabras, si sois de los que juzgan con imparcialidad. Quienquiera que atribuya a hechicería los versículos de Dios no ha creído en ninguno de Sus Mensajeros, ha vivido y se ha esforzado en vano, y se cuenta entre los que hablan de aquello que ignoran. Di: ¡Oh siervo! Teme a Dios, tu Creador y tu Artífice, y no Le contravengas, sino juzga con equidad y actúa con justicia. Aquellos a los que el Señor ha dotado de conocimiento encontrarán, en las mismas objeciones puestas por los incrédulos, pruebas concluyentes con que invalidar sus pretensiones y vindicar la verdad de esta Luz manifiesta. Di: ¿Repetiríais lo que los incrédulos pronunciaron cuando les llegó un Mensaje de su Señor? ¡Ay de vosotros, oh asamblea de necios, y malogradas queden vuestras obras!

57 ¡Oh Antigua Belleza! Apártate de los incrédulos y de lo que poseen, y esparce a todas las cosas creadas los fragantes aromas del recuerdo de Tu Bienamado, el Excelso, el Grande. Este recuerdo vivifica al mundo del ser y renueva los templos de todas las cosas creadas. Di: Él, ciertamente, Se ha establecido sobre el Trono de poderío y gloria. Quien desee mirar Su Semblante ¡hele aquí ante vosotros! Bendito sea el Señor, Quien Se ha revelado en esta Belleza luminosa y resplandeciente. Quien desee escuchar Sus melodías, ¡he aquí que puede escucharlas de Sus labios maravillosos y resplandecientes! Y en cuanto a quien desee ser iluminado con los esplendores de Su luz, di: Buscad la corte de Su presencia, pues Dios ciertamente os ha dado licencia para acercaros a ella, en muestra de Su gracia para con toda la humanidad.

58 Di: ¡Oh pueblo! Os formularemos una pregunta con toda veracidad, tomando a Dios por testigo entre vosotros y Nos. Ciertamente, Él es el Defensor de los rectos. Compareced, pues, ante Su Trono de gloria y responded con justicia e imparcialidad. ¿Es Dios Quien tiene poder para cumplir Su propósito, o sois vosotros quienes gozáis de semejante autoridad? ¿Es Él Quien en verdad no está sujeto a restricciones, tal como dais a entender cuando decís que Él hace lo que quiere y que a Él no Se le han de pedir cuentas de Sus hechos, o sois vosotros quienes ostentáis tal poder y meramente hacéis tales afirmaciones por ciega imitación, tal como vuestros antecesores las hicieron ante la aparición de todos los demás Mensajeros de Dios?

59 ¡Si Él verdaderamente no está sujeto a restricciones, ved entonces cómo ha hecho descender a la Manifestación de Su Causa con versículos que nadie en los cielos ni en la tierra puede resistir! Tal ha sido la forma en que fueron revelados que carecen de par o semejante en el mundo del ser, tal como vosotros mismos presenciasteis y escuchasteis cuando el Sol del mundo brilló en el horizonte de Iráq con dominio manifiesto. Todas las cosas logran su consumación en los versículos divinos, y éstos, por cierto, son los versículos de Dios, el Señor Soberano, Quien ayuda en el peligro, el Todoglorioso, el Omnipotente. Además de esto, Él Se ha puesto de manifiesto como Portador de una Causa cuyo poder soberano es reconocido por todas las cosas creadas, y esto nadie puede negarlo salvo los pecadores y los impíos.

60 Di: ¡Oh pueblo! ¿Es vuestro deseo ocultar la belleza del Sol detrás de los velos de vuestros deseos egoístas, o impedir que el Espíritu emita sus melodías dentro de este pecho santificado y luminoso? Temed a Dios y no lidiéis con Aquel que representa a la Deidad. No disputéis con Aquel por Cuyo mandato se creó la letra “S” y se unió a su fuerte cimiento5. Creed en los Mensajeros de Dios y en Su soberano poder, y en el Ser de Dios y Su majestad. No sigáis a quienes han rechazado lo que habían creído en otro tiempo y han procurado para sí una posición conforme a su propia fantasía; éstos, en verdad, son de los impíos. Da testimonio de lo que Dios mismo ha atestiguado: que la compañía de Sus predilectos sea iluminada por las palabras que proceden de vuestros labios. Di: Nos, ciertamente, creemos en lo que les fue revelado a los Apóstoles de antaño, en lo que ha sido revelado, por el poder de la verdad a ‘Alí†, y en lo que ahora es revelado desde Su trono de gloria. Así os instruye vuestro Señor, como signo de Su favor y en muestra de Su gracia que abarca todos los mundos.

61 ¡Oh Pies de este Templo! En verdad, os hemos forjado de hierro. Permaneced firmes con tal constancia en la Causa de vuestro Señor que haga fortalecerse los pies de toda alma desprendida en el camino de Dios, el Todopoderoso, el Omnisapiente. Cuidad de que no os hagan tropezar las tormentas de la enemistad y el odio, ni los estallidos de los obradores de iniquidad. Sed inamovibles en la Fe de Dios y no vaciléis. Nos, ciertamente, os hemos originado en virtud de ese Nombre que es la fuente de toda firmeza, y por la gracia de cada uno de Nuestros muy excelentes Nombres, revelados a todos los que están en el cielo y en la tierra. Dentro de poco crearemos mediante vosotros otros pies, firmes y constantes, que caminarán sin vacilar por Nuestra senda, aunque fueren atacados por huestes tan formidables como las fuerzas conjuntas de las generaciones pasadas y recientes. En verdad, sostenemos toda la gracia en la palma de Nuestra mano, y la concedemos como Nos place a Nuestros siervos predilectos. Una y otra vez os hemos dispensado Nuestros favores, para que agradezcáis de tal manera a vuestro Señor que las lenguas de todas las cosas creadas prorrumpan en alabanzas a Mí, el Todomisericordioso, el Más Compasivo.

62 ¡Oh Templo Viviente! Disponte a servir a esta Causa mediante una fuerza y un poder nacidos de Nos. Divulga, entonces, a los siervos de Dios todo lo que Te ha impartido el Espíritu de Dios, el Señor soberano, el Incomparable, el Todoglorioso, el Omnisciente. Di: ¡Oh pueblo! ¿Vais a apartaros de Aquel que es la Eterna Verdad, y a escoger en cambio a quien hemos creado de un mero puñado de arcilla? Obrar así sería infligiros una grave injusticia a vosotros mismos, si sois de los que reflexionan sobre los versículos de vuestro Señor. Di: ¡Oh pueblo! Purificad vuestros corazones y vuestros ojos, para que reconozcáis a vuestro Hacedor en este atuendo santo y luminoso. Di: El Joven celestial ha ascendido al Trono de gloria, ha manifestado Su soberanía independiente, y ahora expresa, en lenguaje maravilloso y fragante, este llamamiento entre la tierra y el cielo: “¡Oh pueblos de la tierra! ¿Por qué habéis descreído en vuestro Señor, el Todomisericordioso, apartándoos de Aquel que es la Belleza del Todoglorioso? ¡Por la rectitud de Dios! Éste es Su Secreto Oculto, Quien ha surgido de la aurora de la creación; y ésta es Su amada Belleza, Quien ha resplandecido en el horizonte de esta exaltada Posición, investida con la soberanía de Dios, Quien ayuda en el peligro, el Todoglorioso, Quien todo lo subyuga, el Todopoderoso”.

63 ¡Oh Templo de Santidad! Nos, ciertamente, hemos purificado Tu pecho de los susurros de la gente, librándolo de las alusiones terrenales, para que aparezca en su interior la luz de Mi belleza y se refleje en los espejos de todos los mundos. Así Te hemos escogido entre todo cuanto ha sido creado en los cielos y en la tierra, y entre todo cuanto ha sido decretado en los dominios de la revelación y la creación, eligiéndote para Nuestro propio Ser. Esto no es sino una prueba de la munificencia que Dios Te ha dispensado, munificencia que perdurará hasta el Día que no tiene fin en este mundo contingente. Perdurará tanto tiempo como perdure Dios, el Rey Supremo, Quien ayuda en el peligro, el Poderoso, el Sabio. Pues el Día de Dios no es sino Su propio Ser, Quien ha aparecido con el poder de la verdad. Éste es el Día que no será seguido de la noche, ni estará limitado por alabanza alguna, ¡si lo comprendierais!

64 ¡Oh Pecho de este Templo! Nos, ciertamente, hemos hecho que todas las cosas reflejen tu realidad, y hemos hecho de ti un espejo de Nuestro propio Ser. Irradia, entonces, sobre los pechos de todos los seres creados los esplendores de la luz de tu Señor, a fin de que sean librados de todas las alusiones y limitaciones. Así ha brillado el Sol de la sabiduría por encima del horizonte de la Pluma del Rey Eterno. ¡Bienaventurados quienes lo perciben! Mediante ti hemos creado otros pechos santificados y hacia ti haremos que regresen, en señal de Nuestra gracia para contigo y para con Nuestros siervos predilectos. Dentro de poco crearemos mediante ti hombres con pechos santificados e iluminados, seres que nada atestiguarán sino Mi belleza y nada emitirán salvo la luz resplandeciente de Mi semblante. Éstos serán, en verdad, los espejos de Mis Nombres en medio de todas las cosas creadas.

65 ¡Oh Templo de Santidad! Nos, ciertamente, hemos hecho de Tu corazón más íntimo el tesoro de todo el conocimiento de épocas pasadas y futuras, y el punto de amanecer de Nuestro propio conocimiento, que hemos destinado para los moradores de la tierra y del cielo, para que toda la creación participe de las efusiones de Tu gracia y alcance, mediante las maravillas de Tu saber, el reconocimiento de Dios, el Exaltado, el Poderoso, el Grande. En verdad, ese conocimiento que pertenece a Mi propia Esencia es tal que nadie lo ha logrado ni podrá comprenderlo, ni corazón alguno será capaz de soportar su peso. Si fuéramos a desentrañar siquiera una palabra de este conocimiento, los corazones de todos los hombres se llenarían de consternación, se desmoronarían los cimientos de todas las cosas y resbalarían los pies de aun los más sabios entre los hombres.

66 Dentro del tesoro de Nuestra Sabiduría se encuentra sin revelar un conocimiento, del cual una sola palabra, si decidiéramos divulgarla a la humanidad, haría que todo ser humano reconociese a la Manifestación de Dios y admitiese Su omnisciencia, y permitiría que toda persona descubriese los secretos de todas las ciencias y alcanzase una posición tan elevada que se hallaría independiente de todo saber del pasado y del futuro. También poseemos otros conocimientos, de los cuales no podemos divulgar ni una sola letra, ni encontramos a la humanidad capaz de escuchar siquiera la más leve referencia a su significado. Así os hemos informado del conocimiento de Dios, el Omnisciente, el Sapientísimo. Si encontráramos recipientes dignos, depositaríamos en ellos los tesoros de los significados ocultos y les impartiríamos un conocimiento, del cual una sola letra abarca todas las cosas creadas.

67 ¡Oh Corazón íntimo de este Templo! Hemos hecho de ti el punto de amanecer de Nuestro conocimiento y la aurora de Nuestra sabiduría para todos los que están en el cielo y en la tierra. De ti hemos hecho aparecer todas las ciencias, y a ti las haremos volver. Y de ti las haremos surgir una segunda vez. Tal es, en verdad, Nuestra promesa, y somos potente para llevar a cabo Nuestro propósito. Dentro de poco haremos que surjan mediante ti los exponentes de ciencias nuevas y maravillosas, de oficios poderosos y eficaces, y pondremos de manifiesto mediante ellos lo que el corazón de ninguno de Nuestros siervos ha concebido todavía. Así otorgamos a quien queremos cuanto deseamos, y así negamos a quien queremos lo que le habíamos concedido antes. Así es como ordenamos cuanto Nos plazca mediante Nuestro mandato.

68 Di: Si decidiéramos, en una ocasión, derramar el resplandor de Nuestra amorosa providencia sobre los espejos de todas las cosas, y en otra, negarles los esplendores de Nuestra luz, ello ciertamente está en Nuestro poder, y nadie tiene el derecho de preguntar “por qué” o “para qué”. Pues somos realmente poderoso para lograr Nuestro propósito, y no rendimos cuentas de lo que hacemos que acontezca; y nadie puede disputar esto salvo aquellos que atribuyen socios a Dios y ponen en duda Su Verdad. Di: Nada puede oponerse a la fuerza de Nuestro poder ni interrumpir el curso de Nuestro mandato. Ensalzamos a quien Nos place hasta el Dominio de poder y gloria celestiales, y, si lo deseáramos, haríamos que se hundiese en el abismo más profundo de la degradación.

69 ¡Oh habitantes de la tierra! ¿Afirmaríais que si Nos eleváramos a un alma al Sadratu’l-Muntahá6, dejaría de estar sujeta al poder de Nuestra soberanía y dominio? ¡No, por Mi propio Ser! Si fuera Nuestro deseo, la devolveríamos al polvo en menos de un abrir y cerrar de ojos. Considera el árbol: ve cómo lo plantamos en un jardín, y lo nutrimos con las aguas de Nuestro amoroso cuidado; y cómo, una vez que ha ganado altura y madurez, y brotan de él hojas verdes y frutos agradables, le enviamos los vendavales tempestuosos de Nuestro decreto, lo arrancamos de raíz y lo tumbamos sobre la faz de la tierra. Así ha sido Nuestro proceder para con todas las cosas, y así será en este día. Tales son, en verdad, las maravillas incomparables de Nuestro método inmutable, método que siempre ha gobernado y continuará gobernando todas las cosas, si sois de los que perciben. Sin embargo, nadie conoce la sabiduría de ello salvo Dios, el Omnipotente, el Todopoderoso, el Sapientísimo.

70 ¿Vais a negar, oh pueblo, la mismísima cosa que ven vuestros ojos? ¡Ay de vosotros, oh asamblea de negadores! Lo único que está exento de cambio es Su propio Ser, el Todomisericordioso, el Más Compasivo, si contemplarais con ojo perspicaz, en tanto que todo lo demás fuera de Él puede ser alterado por un acto de Su Voluntad. Él es, ciertamente, el Omnipotente, el Todopoderoso, el Sapientísimo.

71 ¡Oh pueblo! No discutáis acerca de Mi Causa, pues nunca aquilataréis la múltiple sabiduría de vuestro Señor, ni jamás apreciaréis el conocimiento de Aquel que es el Todoglorioso, Quien todo lo penetra. Quien pretenda haber conocido Su esencia es, sin duda, de los más ignorantes entre todas las gentes. Todo átomo del universo acusará a ese hombre de impostura, y de ello da testimonio Mi lengua, la cual no pronuncia nada que no sea la verdad. Magnificad Mi Causa y promulgad Mis enseñanzas y mandamientos, pues no os conviene ninguna otra forma de actuar aparte de ésta, y ningún otro camino conducirá jamás a Él. ¡Ojalá que prestarais atención a Nuestro consejo!

72 ¡Oh Templo Viviente! Hemos hecho de Ti la Aurora de cada uno de Nuestros muy excelentes títulos, el Punto de amanecer de cada uno de Nuestros muy augustos atributos y el Manantial de cada una de Nuestras múltiples virtudes para los moradores de la tierra y del cielo. A continuación, Te hicimos surgir conforme a Nuestra propia imagen entre los cielos y la tierra, y Te ordenamos que fueses signo de Nuestra gloria para todos los que están en los dominios de la revelación y la creación, para que Mis siervos siguieran Tus pasos y fueran de los bien guiados. Te hemos designado el Árbol de la gracia y munificencia para los habitantes tanto de los cielos como de la tierra. Bienaventurados los que buscan abrigo a Tu sombra y quienes se acercan a Tu Ser, el Protector omnipotente de los mundos.

73 Di: Hemos convertido cada uno de Nuestros Nombres en una fuente desde la cual hemos hecho manar las corrientes de la sabiduría y comprensión divinas y fluir al Jardín de Nuestra Causa, corrientes cuyo número nadie puede calcular salvo Tu Señor, el Más Santo, el Omnipotente, el Omnisciente, el Sapientísimo. Di: Hemos generado todas las Letras a partir del Punto y las hemos hecho regresar a Él, y Lo hemos hecho descender de nuevo en forma de un templo humano. ¡Toda la gloria sea para el Artífice de esta obra maestra incomparable y maravillosa! Dentro de poco Lo expondremos nuevamente, en Nuestro nombre, el Todoglorioso. Y ésta es realmente una muestra de Nuestra gracia, y, en verdad, Yo soy el Más Generoso, el Anciano de Días.

74 Hemos hecho aparecer todas las Luces del Astro de Nuestro nombre, el Verdadero, las hemos hecho regresar a Él y nuevamente las hemos puesto de manifiesto en la forma de un templo humano. ¡Toda la gloria sea para el Señor de fuerza y poder! Nadie puede resistir la acción de Mi voluntad ni el ejercicio de Mi poder. Yo soy Quien ha hecho surgir a todas las criaturas mediante una palabra de Mi[CP2] boca, y, en verdad, Mi poder está a la altura de Mi propósito.

75 Di: Está en Nuestro poder, si lo deseáramos, hacer que todas las cosas creadas expiren en un instante, y, en el siguiente, dotarlas otra vez con vida. Sin embargo, el conocimiento de ello lo tiene solo Dios, el Omnisciente, el Informado. Está en Nuestro poder, si lo deseáramos, permitir a una partícula de polvo flotante que genere, en menos de un abrir y cerrar de ojos, soles de infinito e inimaginable esplendor, hacer que una pequeñísima gota se convierta en vastos e innumerables océanos, e infundir en toda letra una fuerza tal que la faculte para revelar el conocimiento de épocas pasadas y futuras. En verdad, esto es sencillo de lograr. Tales han sido las evidencias de Mi poder desde el principio que no tiene principio hasta el fin que no tiene fin. Sin embargo, Mis criaturas se han olvidado de Mi poder, han rechazado Mi soberanía y han disputado con Mi propio Ser, el Omnisciente, el Sapientísimo.

76 De todo lo que se halla entre el cielo y la tierra, nada puede moverse excepto con Mi permiso, y a Mi Reino nadie puede ascender salvo por Mi orden. Sin embargo, Mis criaturas han permanecido separadas de Mi poder y Mi soberanía, y se cuentan entre los desatentos. Di: No se ve nada en Mi revelación que no sea la Revelación de Dios, ni en Mi poder otra cosa sino Su poder, si lo supierais. Di: Mis criaturas son como las hojas de un árbol. Proceden del árbol y dependen de él para su subsistencia, mas olvidan su raíz y origen. Trazamos tales semejanzas por el bien de Nuestros siervos perspicaces para que quizás trasciendan de un mero plano vegetativo de existencia y alcancen la verdadera madurez en esta irresistible e inamovible Causa. Di: Mis criaturas son como los peces de las profundidades. Su vida depende del agua, y con todo permanecen inconscientes de aquello que, por la gracia del Señor omnisciente y omnipotente, sostiene su propia existencia. En efecto, su desatención es tal que si se les preguntara por el agua y sus propiedades, resultarían ser totalmente ignorantes. Así exponemos comparaciones y semejanzas, para que por ventura la gente se vuelva hacia Aquel que es el Objeto de la adoración de la creación entera.

77 ¡Oh pueblo! Temed a Dios y no descreáis en Aquel Cuya gracia ha envuelto todas las cosas, Cuya misericordia se ha extendido por el mundo contingente, y la potencia soberana de Cuya Causa ha rodeado tanto vuestro ser interior como exterior, tanto vuestro principio como vuestro fin. Sed temerosos del Señor, y sed de los que obran rectamente. Cuidad que no se os cuente entre los que han permitido que los versículos de Su Señor pasen por ellos sin ser escuchados ni reconocidos; éstos, en verdad, son de los descarriados.

78 Di: ¿Adoraríais a aquel que ni escucha ni ve, y quien es en verdad el más abyecto y miserable de todos los siervos de Dios? ¿Por qué habéis dejado de seguir a Aquel que ha venido a vosotros desde la Fuente del Mandamiento Divino, portando las buenas nuevas de Dios, el Más Exaltado, el Más Grande? ¡Oh pueblo! No seáis como los que se presentaron ante Nuestro trono y, con todo, no se percataron ni comprendieron; éstos son realmente un pueblo despreciable. Les recitamos versículos que hubieran cautivado a los moradores del Dominio celestial y a los habitantes del Reino de lo alto, y, empero, partieron de allí envueltos en velos, y escucharon en cambio la voz de aquel que no es sino un siervo de Dios y una mera creación de Su Voluntad. Así os impartimos lo que os guiará hacia el camino de los predilectos de Dios.

79 ¡Cuántos son los que entraron en la Morada del Paraíso, la Sede donde se había establecido el trono de Dios, y estuvieron en presencia de su Señor, el Más Exaltado, el Ingente, sólo para preguntar acerca de las cuatro Puertas o de algún Imam de la Fe islámica! 7 Tal era la condición de estas almas, si sois de los que comprenden. Era como lo presenciáis en este día: aquellos que no han creído en Dios y Le han atribuido socios se aferran a uno solo de Nuestros Nombres y están privados de reconocer a Aquel que es el Creador de todos los Nombres. Damos fe de que tales gentes se cuentan en verdad entre el pueblo del Fuego. Le piden al sol que exponga las palabras de la sombra, y al Verdadero, que explique las declaraciones de Sus criaturas, ¡si os percatarais! Di: ¡Oh pueblo! El sol no ofrece nada sino el resplandor de su propia luz y lo que procede de él, en tanto que todos los demás buscan iluminación en sus rayos. ¡Temed a Dios y no seáis de los ignorantes! Entre ellos se encontraban también quienes preguntaban a la oscuridad acerca de la luz. Di: ¡Abre los ojos, para que veas el brillo que visiblemente ha envuelto a la tierra! Ciertamente, ésta es una luz que ha salido, resplandecido en el horizonte de la Aurora del conocimiento divino con fulgor manifiesto. ¿Acaso preguntaríais a los judíos si Jesús era el Verdadero que provenía de Dios, o a los ídolos si Muḥammad era un Apóstol de Su Señor, o al pueblo del Corán respecto de Aquel que era el Recuerdo de Dios, el Más Exaltado, el Ingente?

80 Di: ¡Oh pueblo! Arrojad, ante los esplendores de esta Revelación, las cosas que poseéis, y aferraos a lo que Dios os ha ordenado observar. Tal es Su mandamiento para vosotros, y Él, ciertamente, es el más capacitado para mandar. ¡Por Mi Belleza! Es Mi propósito, al revelar estas palabras, hacer que todos los hombres se acerquen a Dios, el Todoglorioso, el Más Alabado. Cuidad de no tratarme como tratasteis a Mi Heraldo. Cuando los versículos de Dios os sean enviados desde la Corte de Mi favor, no objetéis diciendo: “Éstos no proceden de una naturaleza innata y carente de instrucción”, pues esa naturaleza misma ha sido creada por Mi palabra y da vueltas en torno a Mí, si fuerais de los que comprenden esta verdad. Aspirad en las expresiones de vuestro Señor, el Todomisericordioso, el suave aroma de la túnica de significados interiores que se ha esparcido por la creación entera y ha derramado su fragancia sobre todas las cosas creadas. Felices son los que lo perciben y se apresuran en dirigirse hacia Dios con corazones radiantes.

81 ¡Oh Templo Viviente! Nos, ciertamente, hemos hecho de Ti un espejo para el reino de los nombres, a fin de que seas, en medio de toda la humanidad, un signo de Mi soberanía, un heraldo de Mi presencia, un emplazador hacia Mi belleza y un guía hacia Mi recta y perspicua Senda. Hemos exaltado Tu Nombre en medio de Nuestros siervos como una generosidad de Nuestra presencia. Yo, ciertamente, soy el Más Munífico, el Anciano de Días. Te hemos adornado, además, con el ornamento de Nuestro propio Ser y Te hemos impartido Nuestra Palabra, para que ordenes en este mundo contingente cuanto desees y realices cuanto Te agrade. Hemos destinado para Ti todo el bien de los cielos y de la tierra, y hemos decretado que nadie alcance una porción de él a menos que se acoja a Tu sombra, como lo ordena Tu Señor, el Conocedor de todo, el Más informado. Te hemos conferido el Bastón de mando y la Escritura del juicio, para que pongas a prueba la sabiduría de todo mandamiento. Hemos hecho que los océanos del significado y explicación interiores afloren de Tu corazón en recuerdo de Tu Señor, el Dios de Misericordia, para que Le rindas gracias y alabanza y seas de los que están en verdad agradecidos. Te hemos escogido de entre todas Nuestras criaturas y Te hemos designado la Manifestación de Nuestro propio Ser para todos los que están en los cielos y en la tierra.

82 Crea, entonces, con Nuestro permiso, espejos resplandecientes y letras exaltadas que den testimonio de Tu soberanía y dominio, atestigüen Tu poderío y gloria, y sean las manifestaciones de Tus Nombres en medio de la humanidad. Hemos hecho otra vez que seas Tú el Origen y el Creador de todos los espejos, tal como los hicimos aparecer de Ti en otro tiempo. Y haremos que Tú regreses a Mi propio Ser, tal como Te hicimos salir en el principio. Ciertamente, Tu Señor es el Libre, el Todopoderoso, Quien todo lo Domina. Advierte, pues, a estos espejos, una vez que se hayan puesto de manifiesto, no sea que se hinchen de orgullo ante su Creador y Artífice cuando Éste aparezca entre ellos, ni dejen que les engañe la pompa del mando y les impida inclinarse en sumisión ante Dios, el Todopoderoso, el Bellísimo.

83 Di: ¡Oh concurso de espejos! No sois sino una creación de Mi voluntad y habéis llegado a existir en virtud de Mi mandato. Cuidad de no negar los versículos de Mi Señor, ni seáis de aquellos que han obrado injusticia y se cuentan entre los perdidos. Cuidad de no aferraros a lo que poseéis ni ufanaros de vuestra fama y renombre. Lo que os conviene es desprenderos completamente de todo cuanto hay en los cielos y en la tierra. Así lo ordena Aquel que es el Omnipotente, el Todopoderoso.

84 ¡Oh Templo de Mi Causa! Di: Si deseare, en un solo momento, transformar todas las cosas en espejos de Mis Nombres, ello indudablemente está en Mi poder, cuánto más en el poder de Mi Señor, Quien Me ha dado el ser mediante Su irresistible e inescrutable mandato. Y si decidiere revolucionar la creación entera en un abrir y cerrar de ojos, ello ciertamente Me es posible, cuánto más para ese Propósito soberano que está atesorado en la Voluntad de Dios, Mi Señor y el Señor de todos los mundos.

85 Di: ¡Oh manifestaciones de Mis Nombres! Si ofrendareis todo lo que poseéis, es más, vuestras propias vidas, en el camino de Dios, y Le invocareis tantas veces como el número de granos de arena, de las gotas de lluvia o de las olas del mar, y, con todo, os opusiereis a la Manifestación de Su Causa en el momento de Su aparición, vuestras obras en modo alguno serán mencionadas ante Dios. Sin embargo, si descuidareis todas las obras rectas mas decidiereis creer en Él en estos días, quizá Dios perdone vuestros pecados. En verdad, Él es el Todoglorioso, al Más Generoso. Así os informa el Señor de Su propósito, para que quizá no os enorgullezcáis ante Aquel por Quien se ha confirmado todo lo que ha sido revelado desde toda la eternidad. Feliz aquel que se acerca a esta Muy Sublime Visión ¡y ay del que se aparte!

86 ¡Cuán numerosos los que gastan toda su riqueza en el camino de Dios, y a quienes encontramos, en la hora de Su Revelación, entre los rebeldes y los díscolos! ¡Cuántos hay que guardan ayuno de día, sólo para protestar contra Aquel por Cuyo propio mandato se estableció por primera vez la disposición del ayuno! Tales hombres, en verdad, son de los ignorantes. ¡Y cuántos son los que subsisten con el pan más ordinario, quienes adoptan por único asiento la hierba del campo, y se someten a toda suerte de dificultades, tan sólo para mantener su superioridad a los ojos de los hombres! Así ponemos de manifiesto sus actos, para que sirva de advertencia a los demás. Son éstos los que se someten a toda suerte de austeridades a la vista de los demás con la esperanza de perpetuar su nombre, cuando, en realidad, ninguna mención quedará de ellos salvo en las maldiciones e imprecaciones de los moradores de la tierra y del cielo.

87 Di: ¿Os aprovecharía en lo más mínimo si, tal como ingenuamente imagináis, vuestros nombres hubieran de perdurar? ¡No, por el Señor de todos los mundos! ¿Acaso el ídolo ‘Uzzá 8 se engrandeció por el hecho de que su nombre perviviera entre los adoradores de nombres? ¡No, por Quien es el Ser de Dios, el Todoglorioso, el Irresistible! Si vuestros nombres desaparecieran de toda mente mortal, y con todo Dios estuviera complacido con vosotros, realmente os contaríais entre los tesoros de Su nombre, el Más Oculto. Así hemos hecho descender Nuestros versículos para que os atraigan a la Fuente de todas las Luces, y os familiaricen con el propósito de vuestro Señor, el Omnisciente, el Sapientísimo. Por tanto, absteneos de todo lo que os ha sido prohibido en el Libro y comed de las cosas legítimas que Dios ha provisto para vuestro sostén. No os privéis de Sus hermosas dádivas, pues Él es, ciertamente, el Más Generoso, el Señor de abundante gracia. No os sometáis a privaciones excesivas, sino seguid el camino que os hemos allanado mediante Nuestros luminosos versículos y perspicuas pruebas, y no seáis de los negligentes.

88 ¡Oh concurso de teólogos! No os corresponde jactaros si os abstenéis de beber vino y de similares transgresiones que os han sido vedadas en el Libro, pues si cometierais tales actos, se ensuciaría la dignidad de vuestra posición a los ojos de la gente, se trastornarían vuestros asuntos y sería desacreditado y deshonrado vuestro nombre. Al contrario, vuestra gloria verdadera y permanente reside en la sumisión a la Palabra de Aquel que es la Verdad eterna, y en vuestro desprendimiento interior y externo de todo lo que no sea Dios, el Irresistible, el Todopoderoso. Grande es la bienaventuranza de aquel teólogo que no ha consentido que el conocimiento se convierta en un velo entre Él y Aquel que es el Objeto de todo conocimiento, y que, cuando apareció Quien subsiste por Sí mismo, se ha vuelto hacia Él con rostro resplandeciente. En verdad, se cuenta entre los doctos. Los moradores del Paraíso buscan la bendición de su aliento, y su lámpara derrama su luz sobre todos los que están en el cielo y en la tierra. Ciertamente, se cuenta entre los herederos de los Profetas. Aquel que le contempla, ciertamente ha contemplado al Verdadero, y quien se vuelve hacia él, ciertamente se ha vuelto hacia Dios, el Todopoderoso, el Sapientísimo.

89 ¡Oh puntos de amanecer del conocimiento! Cuidad de no permitir ser cambiados, pues a medida que cambiéis, la mayoría de los hombres, igualmente, cambiarán. Esto es, ciertamente, una injusticia para con vosotros y los demás. De ello da fe todo hombre de discernimiento y perspicacia. Sois como una fuente. Si es cambiada, también serán cambiadas las corrientes que se salen de ella. Temed a Dios, y contaos entre los piadosos. De igual modo, si el corazón del hombre se corrompe, también se corromperán sus miembros. Y de modo similar, si se corrompe la raíz del árbol, se corromperán sus ramas, y sus brotes, y sus hojas, y sus frutos. Así hemos expuesto semejanzas para vuestra instrucción, para que acaso las cosas que poseéis no os impidan alcanzar lo que ha sido destinado para vosotros por Aquel que es el Todoglorioso, el Más Munífico.

90 Está ciertamente en Nuestro poder recoger un puñado de polvo y adornarlo con la vestidura de Nuestros Nombres. Sin embargo, esto no sería sino una señal de nuestro favor, y no un indicio de mérito alguno que inherentemente posea. Así lo ha revelado Aquel que es el Revelador soberano, el Omnisciente. Considera la Roca Negra9, que Dios ha convertido en un punto hacia el que todos los hombres se vuelven en adoración. ¿Se le ha concedido esta merced en virtud de su excelencia innata? ¡No, por Mi propio Ser! ¿O tal distinción procede de su valor intrínseco? ¡No, por Mi propio Ser, Cuya Esencia no han comprendido ni siquiera los hombres más sabios y sagaces!

91 Por otra parte, considera la Mezquita de Aqṣá y los demás lugares que hemos convertido en santuarios para el pueblo en todos los países y regiones. El honor y distinción de que disfrutan en modo alguno se debe a su propio mérito, sino que se desprende de su relación con Nuestras Manifestaciones, a Quienes hemos designado como las Auroras de Nuestra Revelación en medio de la humanidad, si sois de los que comprenden. En ello hay una sabiduría inescrutable para todos salvo Dios. Indagad, para que Él graciosamente os aclare Su propósito. Ciertamente, Su conocimiento abarca todas las cosas. Desprendeos, oh pueblo, del mundo y de todas sus vanidades, y no atendáis al llamamiento de quienes no han creído en Dios y Le han atribuido socios. Elevaos sobre el horizonte de la expresión para ensalzar y alabar a vuestro Señor, el Todomisericordioso. Esto es lo que Dios ha previsto para vosotros; bienaventurados quienes lo perciben.

92 Di: ¡Oh pueblo! Os hemos ordenado en Nuestras Tablas que os esforcéis, en la hora de la Revelación prometida, por purificar vuestras almas de todos los nombres, y limpiarlas de todo lo que ha sido creado en los cielos o en la tierra, para que allí aparezcan los esplendores del Sol de la Verdad que brilla en el horizonte de la Voluntad de vuestro Señor, el Todopoderoso, el Más Grande. Además, os hemos ordenado que purifiquéis vuestros corazones de todo vestigio de amor u odio hacia los pueblos del mundo, para que no vayan a desviaros de determinado rumbo o a empujaros hacia otro. Ciertamente, éste se halla entre los consejos de mayor peso que os he dispensado en el perspicuo Libro, pues quien se apegue a uno u otro se verá privado de alcanzar una comprensión adecuada de Nuestra Causa. De ello da testimonio toda alma justa y sagaz.

93 Sin embargo, habéis violado la Alianza de Dios, y habéis olvidado Su Testamento, y os habéis alejado de Aquel Cuya aparición ha reconfortado los ojos de todo verdadero creyente en la Unidad divina. Descorred los velos y envolturas que oscurecen vuestra visión, y considerad los testimonios de los Profetas y Mensajeros, para que tal vez reconozcáis la Causa de Dios en estos días en que el Prometido ha venido investido de una soberanía poderosa. Temed a Dios, y no os apartéis de Aquel que es la Aurora de Sus signos. En verdad, esto no hará sino beneficiaros a vosotros mismos; en cuanto a vuestro Señor, ciertamente Él puede permitirse prescindir de todas las criaturas. Desde la eternidad estaba solo; nadie había fuera de Él. Él es Aquel en Cuyo nombre se ha enarbolado el estandarte de la Unidad divina sobre el Sinaí de los mundos visibles e invisibles, proclamando: “No hay otro Dios fuera de Mí, el Sin par, el Glorioso, el Incomparable”.

94 Sin embargo, mirad cómo aquellos que no son sino una creación de Su Voluntad y Mandato se han apartado de Él y se han entregado a un señor y amo aparte de Dios; éstos son, en verdad, de los indóciles. La mención del Todomisericordioso ha estado en todo tiempo en sus labios, mas, cuando Se les manifestó mediante el poder de la verdad, libraron guerra contra Él. ¡Desventurada por cierto será la triste condición de quienes hayan violado la Alianza de su Señor cuando haya resplandecido el Luminar del mundo sobre el horizonte de la Voluntad de Dios, el Más Santo, el Conocedor de todo, el Omnisapiente! Fue contra Dios que desenvainaron las espadas de la malevolencia y el odio, mas no se dan cuenta. Diríase que permanecen muertos y enterrados en las tumbas de sus deseos egoístas, por más que la brisa de Dios haya soplado sobre todas las regiones. En verdad, están envueltos en un velo denso y aflictivo. Y tantas veces como se les recitan los versículos de Dios, persisten en su altivo desdén; es como si estuvieran desprovistos de toda comprensión, o nunca hubieran escuchado el Llamamiento de Dios, el Más Exaltado, el Conocedor de todo.

95 Di: ¡Ay de vosotros! ¿Cómo os podéis confesar creyentes, cuando negáis los versículos de Dios, el Todopoderoso, el Sapientísimo? Di: ¡Oh pueblo! Volved el rostro hacia vuestro Señor, el Más Misericordioso. Cuidad de que no seáis separados por nada de lo que haya sido revelado en el Bayán; en verdad, no fue revelado con ningún otro fin salvo la mención de Mí, el Todopoderoso, el Altísimo, y no tenía otro objetivo excepto Mi Belleza. El mundo entero ha quedado repleto de Mi testimonio, si sois de los que juzgan con equidad.

96 Si, tal como pretendéis, el Punto Primordial hubiera sido alguien fuera de Mí y hubiera alcanzado Mi presencia, en verdad nunca habría consentido en estar separado de Mí, sino, antes bien, Nos habríamos complacido mutuamente en Mis Días. En verdad, lloró amargamente en Su lejanía de Mí. Me precedió a fin de convocar al pueblo a Mi Reino, tal como consta en las Tablas, ¡si lo percibierais! Ojalá pudieran encontrarse hombres atentos que escuchasen la voz de Su lamento en el Bayán, deplorando lo que Me ha acontecido a manos de estas almas desatentas, compungiéndose de Su separación de Mí y expresando Su anhelo de unirse a Mí, el Poderoso, el Sin par. Él, ciertamente, en este mismo momento contempla a Su Bienamado en medio de los que fueron creados para alcanzar Su Día y postrarse ante Él, y que, no obstante, en su tiranía Le han causado tal humillación que la pluma confiesa su incapacidad de describir.

97 Di: ¡Oh pueblo! Ciertamente, en Nuestra anterior Revelación os hemos convocado a esta Escena de gloria trascendente, esta Sede de inmaculada santidad, anunciándoos el advenimiento de los Días de Dios. Mas, cuando se desgarró el más grande velo, y la Antigua Belleza vino a vosotros en las nubes del decreto de Dios, repudiasteis a Aquel en Quien habías creído antaño. ¡Ay de vosotros, oh compañía de infieles! Temed a Dios, y no anuléis la verdad con las cosas que poseéis. Cuando alboree sobre vosotros el luminar de los versículos divinos desde el horizonte de la Pluma del Rey de todos los nombres y atributos, doblegaos ante Dios, el Señor de los Mundos. Pues inclinarse en adoración ante el umbral de Su puerta es realmente mejor para vosotros que la adoración de ambos mundos, y someterse a Su Revelación os es más provechoso que cuanto haya sido creado en los cielos o en la tierra.

98 Di: ¡Oh pueblo! Os amonesto enteramente por amor a Dios, y no os pido recompensa. Pues mi recompensa estará junto a Dios, Quien Me ha creado, Me ha elevado por el poder de la verdad y ha hecho de Mí la Fuente de Su recuerdo en medio de Sus criaturas. Apresuraos en contemplar esta divina y gloriosa Visión, el Lugar donde Dios ha establecido Su Sede. No sigáis lo que el Maligno susurra en vuestros corazones, pues él, ciertamente, os instiga a seguir vuestros apetitos y deseos codiciosos, impidiéndoos transitar por el recto Camino que ha abierto esta Causa omnímoda y que todo lo compele.

99 Di: El Maligno ha aparecido de tal guisa como jamás lo ha visto el ojo de la creación. Aquel que es la Belleza del Todomisericordioso igualmente se ha puesto de manifiesto con un adorno nada semejante al cual se ha presenciado jamás en el pasado. Se ha elevado el Llamamiento del Todomisericordioso y tras de él, el llamamiento de Satanás. Bienaventurados quienes escuchan la Voz de Dios y vuelven el rostro hacia Su trono para contemplar una Visión bendita y santísima. Pues quienquiera que abrigue en su corazón el amor de alguien fuera de Mí, aunque sea en la medida de un grano de mostaza, no podrá entrar en Mi Reino. De ello da testimonio aquello que adorna el preámbulo del Libro de la Existencia, si lo percibierais. Di: Éste es el Día en que se ha manifestado el muy grande favor de Dios. La voz de todos cuantos están en los altos cielos y aquí en la tierra proclama Mi Nombre y canta Mis alabanzas, ¡si pudierais escucharla!

100 ¡Oh Templo de la Revelación divina! ¡Haz resonar la trompeta en Mi Nombre! ¡Oh Templo de los misterios divinos! ¡Haz sonar el toque de clarín de Tu Señor, el Incondicionado, el Libre! ¡Oh Doncella del Cielo! Sal de los aposentos del paraíso para anunciar al pueblo del mundo: ¡Por la rectitud de Dios! ¡Ha venido ahora Aquel que es el Bienamado de los mundos, Aquel que siempre ha sido el Deseo de todo corazón perceptivo, el Objeto de la adoración de todos los que están en el cielo y en la tierra y el Centro de atracción de las generaciones anterior y reciente!

101 Prestad atención para que no vaciléis en el reconocimiento de esta Belleza resplandeciente ahora que ha aparecido en la plenitud de Su soberano poder y majestad. Ciertamente, Él es el Verdadero, y todo fuera de Él es como nada ante uno solo de Sus siervos, y palidece completamente cuando comparece ante la revelación de Sus esplendores. Por tanto, apresuraos en alcanzar las aguas vivientes de Su gracia y no seáis de los negligentes. En cuanto a aquel que vacile, aunque sea un instante, Dios anulará sus obras y le devolverá a la sede de la ira; ¡desgraciada es la morada de los que tardan!

PAPA PÍO IX

102 ¡Oh Papa! Rasga los velos. Aquel que es el Señor de Señores ha llegado, cubierto por nubes, y se ha cumplido el decreto de Dios, el Todopoderoso, el Libre. Disipa la niebla mediante el poder de tu Señor, y asciende al Reino de Sus nombres y atributos. Así te lo ha ordenado la Pluma del Altísimo a petición de tu Señor, el Omnipotente, el Imponente. Él, verdaderamente, ha descendido nuevamente del Cielo tal como había descendido de él la primera vez. Cuida de no disputar con Él, tal como disputaron con Él (Jesús) los fariseos, sin prueba clara o demostración. A Su diestra fluyen las aguas vivas de la gracia y a Su siniestra el Vino selecto de la justicia, mientras que ante Él desfilan los ángeles del Paraíso, portando los estandartes de Sus signos. No permitas que nombre alguno te separe de Dios, el Creador de la tierra y del cielo. Deja el mundo atrás y vuélvete hacia tu Señor, mediante Quien se ha iluminado toda la tierra.

103 Hemos adornado el Reino con el ornamento de Nuestro nombre, el Todoglorioso. Así ha sido decretado por Dios, el Artífice de todas las cosas. No dejes que te absorban tus vanas imaginaciones, cuando el Sol de la Certeza ya ha brillado sobre el horizonte de la Expresión de tu Señor, el Poderoso, el Benéfico. ¿Tú habitas en palacios cuando Aquel que es el Rey de la Revelación vive en la más desolada de las moradas? Déjaselos a quienes los desean y orienta tu rostro con alegría y deleite hacia el Reino.

104 Di: ¡Oh pueblos de la tierra! Destruid las moradas de la negligencia con las manos del poder y la seguridad, y erigid las mansiones del verdadero conocimiento dentro de vuestros corazones, para que el Todomisericordioso derrame sobre ellos el fulgor de Su luz. Esto es mejor para vosotros que cualquier otra cosa que recibe la luz del sol, y de ello da fe Aquel que tiene en Sus manos la última palabra. La Brisa de Dios ha sido exhalada sobre el mundo tras el advenimiento del Deseado en Su gran gloria, ante lo cual cada piedra y cada terrón ha exclamado: “¡El Prometido ha llegado! El Reino es de Dios, el Poderoso, el Magnánimo, el Perdonador”.

105 Cuidado, no sea que la humana erudición te impida acercarte a Aquel que es la Meta Suprema de todo conocimiento, o que el mundo te aleje de Quien lo creó y lo puso en su rumbo. Levántate en el nombre de tu Señor, el Dios de Misericordia, entre los pueblos de la tierra, y toma la Copa de la Vida con las manos de la confianza. Bebe tú primero de ella y luego ofrécela a quienes se vuelvan hacia ella de entre los pueblos de todos los credos. Así se ha elevado la Luna de la Expresión sobre el horizonte de la sabiduría y el entendimiento.

106 Rasga los velos de la humana erudición, no sea que te separen de Aquel que es Mi nombre, Quien subsiste por Sí mismo. Acuérdate de Aquel que era el Espíritu, contra Quien, al venir, los más eruditos de Su época dictaron sentencia en Su propio país, mientras que aquel que era un simple pescador creyó en Él. ¡Tened cuidado, pues, hombres de corazón entendedor! Tú eres, ciertamente, uno de los soles del cielo de Sus nombres. Cuídate y no permitas que la oscuridad extienda sus velos sobre ti y te excluya de Su luz. Medita, pues, sobre lo que ha sido enviado en el Libro por tu Señor, el Omnipotente, el Munífico.

107 Di: Detened vuestras plumas, oh concurso de sacerdotes, pues he aquí que la estremecedora voz de la Pluma de Gloria se ha alzado entre la tierra y el cielo. Desechad todo lo que poseéis y aferraos firmemente a lo que os hemos revelado con poder y autoridad. Ha sonado la Hora que se hallaba oculta en el conocimiento de Dios, ante lo cual todos los átomos de la tierra han proclamado: “¡El Anciano de Días ha llegado en Su gran gloria! Acudid presurosos a Él, oh pueblos de la tierra, con corazones humildes y contritos”. Di: Nos, en verdad, hemos ofrendado Nuestro Ser en rescate por vuestras vidas. Lástima que, cuando vinimos de nuevo, vimos que Nos rehuíais, ante lo cual los ojos de Mi ternura lloraron por Mi pueblo. Vosotros, que tenéis percepción, temed a Dios.

108 Considera a quienes se opusieron al Hijo, cuando vino a ellos con soberanía y poder. ¡Cuántos fariseos esperaban verle y se lamentaban de su separación de Él! Y no obstante, cuando la fragancia de Su venida se esparció sobre ellos y se desveló Su belleza, se apartaron de Él y Le cuestionaron. Así te impartimos aquello que ha sido registrado en los Libros y Escrituras. A excepción de unos pocos que se hallaban desprovistos de poder alguno entre los hombres, nadie se volvió hacia Su rostro. Y no obstante, hoy, ¡todo hombre dotado de poder e investido de soberanía se enorgullece de Su Nombre! De igual manera, considera cuántos son los monjes que hoy, en Mi Nombre, se han recluido en sus iglesias y que, cuando llegó la hora fijada y desvelamos Nuestra belleza, no Nos conocieron, aunque Me invocan al atardecer y al alba. Los vemos aferrados a Mi nombre, pero apartados de Mi Ser como por velos. Esto es, en verdad, una cosa extraña.

109 Di: Cuidado, no sea que vuestras devociones os mantengan apartados de Aquel que es la meta de toda devoción, o vuestra adoración os separe de Aquel que es la meta de toda adoración. ¡Rasgad los velos de vuestras vanas fantasías! Éste es vuestro Señor, el Omnipotente, el Omnisapiente, Quien ha venido para dar vida al mundo y unir a todos los que habitan la tierra. Volveos hacia el Alba de la Revelación, oh pueblo, y no dudéis, ni por menos de un abrir y cerrar de ojos. ¿Leéis el Evangelio y sin embargo os negáis a reconocer al Señor Todoglorioso? ¡Esto de verdad no es digno de vosotros, oh concurso de eruditos!

110 Di: Si negáis esta Revelación, ¿mediante qué prueba habéis creído en Dios? Presentadla, entonces. Así ha sido enviado el llamamiento de Dios por la Pluma del Altísimo a petición de vuestro Señor, el Más Glorioso, en esta Tabla desde cuyo horizonte ha brillado el esplendor de Su Luz. Cuántos de Mis siervos han convertido sus actos en velos interpuestos entre ellos y su propio ser, y por ello se les ha impedido acercarse a Dios, Quien hace soplar los vientos.

111 ¡Oh concurso de monjes! Las fragancias del Todomisericordioso se han esparcido por toda la creación. Feliz el hombre que ha abandonado sus deseos y se ha asido firmemente a la guía. En verdad, él es de aquellos que han alcanzado la presencia de Dios en este Día, un Día en que las conmociones han sobrecogido a los moradores de la tierra y han llenado de consternación a todos salvo a los que han sido eximidos por Dios, Quien hace que se postre la cerviz de todos los hombres.

112 ¿Adornáis vuestros cuerpos mientras la vestidura de Dios ha sido mancillada por la sangre del odio a manos del pueblo del rechazo? Salid de vuestras moradas e invitad a la gente a entrar en el Reino de Dios, el Señor del Día del Juicio. La Palabra que el Hijo mantuvo oculta se ha puesto de manifiesto. Ha sido enviada en la forma del templo humano en este día. ¡Bendito sea el Señor, que es el Padre! Él, verdaderamente, ha venido a las naciones en Su mayor majestad. ¡Volved los rostros hacia Él, oh concurso de los justos!

113 ¡Oh seguidores de todas las religiones! Os vemos vagar errantes por los yermos del error. Vosotros sois los peces de este Océano; ¿cómo, pues, os priváis de aquello que os sostiene? He aquí que ondula ante vuestro rostro. Acudid a él desde todas las regiones. Éste es el día en que la Roca‡ exclama y grita, y celebra la alabanza de su Señor, Quien todo lo posee, el Altísimo, diciendo: “¡Mirad! ¡El Padre ha venido, y se ha cumplido aquello que se os prometió en el Reino!” Ésta es la Palabra que se preservó tras los velos de grandeza y que, cuando se cumplió la Promesa, derramó su resplandor desde el horizonte de la Voluntad divina con signos inequívocos.

114 Mi cuerpo ha soportado el encarcelamiento para que vuestras almas sean liberadas de la esclavitud, y hemos consentido ser humillados para que seáis exaltados. Seguid al Señor de la gloria y del dominio, y no a todo opresor impío. Mi cuerpo anhela la cruz y Mi cabeza espera el golpe de la lanza, en el camino del Todomisericordioso, para que el mundo sea purgado de sus transgresiones. Así ha brillado el Sol de la autoridad divina desde el horizonte de la Revelación de Quien es el Poseedor de todos los nombres y atributos.

115 El pueblo del Corán se ha alzado contra Nos, y Nos atormentó con tal tormento que se lamentó el Espíritu Santo, retumbó el trueno y lloraron las nubes por Nos. Entre los infieles se encuentra el que ha imaginado que las calamidades pueden impedir que Bahá cumpla lo que Dios, el Creador de todas las cosas, Se ha propuesto. Di: ¡No, por Aquel que hace que caiga la lluvia! Nada en absoluto puede separarlo del recuerdo de Su Señor.

116 ¡Por la rectitud de Dios! Si Le echan a un fuego encendido en el continente, sin duda Él levantará la cabeza en el medio del mar y proclamará: “¡Él es el Señor de todos los que están en el cielo y todos los que están en la tierra!” Y si Le echan a un pozo oscuro, Le encontrarán sentado en las cumbres más elevadas llamando en voz alta a toda la humanidad: “¡Mirad, el Deseo del Mundo ha llegado en Su majestad, Su soberanía, Su trascendente dominio!” Y si Le entierran bajo las profundidades de la tierra, Su Espíritu, remontándose hasta la cúspide del cielo hará resonar el llamamiento: “¡Ved la venida de la Gloria; presenciad el Reino de Dios, el Santísimo, el Magnánimo, el Todopoderoso!” Y si derraman Su sangre, cada gota clamará e invocará a Dios con este Nombre mediante el cual se ha difundido por doquier la fragancia de Su vestidura.

117 Aunque amenazado por las espadas de Nuestros enemigos, convocamos a toda la humanidad a dirigirse a Dios, el Artífice de la tierra y del cielo, y Le rendimos tal ayuda que no puede ser obstaculizada ni por las huestes de la tiranía ni por el ascendiente de la gente de la iniquidad. Di: ¡Oh pueblos de la tierra! Romped en pedazos los ídolos de vuestras vanas imaginaciones en el nombre de vuestro Señor, el Gloriosísimo, el Omnisciente, y volveos a Él en este Día que Dios ha hecho que sea el Rey de los días.

118 ¡Oh Sumo Pontífice! Presta oído a aquello que te aconseja el Artífice de todo hueso que se deshace, y es expresado por Aquel que es Su Más Grande Nombre. Vende todos los fastuosos adornos que posees y gástalos en el camino de Dios, Quien hace que la noche suceda al día y el día a la noche. Abandona tu reino a los reyes y sal de tu habitación con el rostro vuelto hacia el Reino y, entonces, desprendido del mundo, proclama las alabanzas de tu Señor entre la tierra y el cielo. Así te lo ordena Aquel que es el Poseedor de los Nombres, de parte de tu Señor, el Todopoderoso, el Omnisapiente. Exhorta a los reyes y di: “Tratad a los hombres con equidad. Cuidado con transgredir los límites fijados en el Libro”. Verdaderamente, así te corresponde ser. Cuidado no sea que te apoderes de las cosas del mundo y de sus riquezas. Déjaselas a quienes las deseen y aférrate a lo que te ha sido ordenado por Aquel que es el Señor de la creación. Si alguien te ofrece todos los tesoros de la tierra, niégate siquiera a mirarlos. Sé como ha sido tu Señor. Así ha pronunciado la Lengua de la Revelación aquello que Dios ha hecho que sea el ornamento del libro de la creación.

119 Considera una perla que brilla en virtud de su naturaleza inherente. Si se cubre de seda, su lustre y belleza quedan ocultos. De igual modo, la distinción del hombre se encuentra en la excelencia de su conducta y en hacer aquello que corresponde a su rango, no en los juegos y pasatiempos infantiles. Has de saber que tu verdadero adorno consiste en el amor a Dios y en tu desprendimiento de todo salvo de Él, y no en los lujos que posees. Abandónalos a quienes los pretenden y vuélvete hacia Dios, Quien hace que fluyan los ríos.

120 Todo lo que profirió la lengua del Hijo fue revelado en parábolas, mientras que Aquel que proclama la Verdad en este Día habla sin ellas. Ten cuidado de no aferrarte a la cuerda de la ociosa fantasía y privarte de lo que ha sido ordenado en el Reino de Dios, el Omnipotente, el Munífico. Si te sobrecoge la embriaguez del vino de Mis versículos y decides presentarte ante el trono de tu Señor, el Creador de la tierra y del cielo, haz que Mi amor sea tu vestidura, y tu escudo, Mi recuerdo, y tu provisión, la confianza en Dios, el Revelador de todo poder.

121 ¡Oh seguidores del Hijo! Una vez más os hemos enviado a Juan, y Él, verdaderamente, ha clamado en el desierto del Bayán: ¡Oh pueblos del mundo! ¡Lavaos los ojos! ¡Ha llegado el Día en que podéis ver al Prometido y alcanzar Su presencia! ¡Oh seguidores del Evangelio! ¡Preparad el camino! ¡El Día del advenimiento del Glorioso Señor está muy cerca! Preparaos para entrar en el Reino. Así ha sido ordenado por Dios, Quien hace despuntar el alba.

122 Prestad oído a lo que canta la Paloma de la Eternidad sobre las ramas del divino Árbol del Loto: ¡Oh Pueblos de la tierra! Enviamos a uno llamado Juan a bautizaros con agua para que vuestros cuerpos fueran limpiados para la aparición del Mesías. Él, a su vez, os purificó con el fuego del amor y el agua del espíritu en previsión de estos Días en que el Todomisericordioso ha deseado limpiaros con el agua de vida a manos de Su amorosa providencia. Éste es el Padre predicho por Isaías y el Consolador respecto de Quien el Espíritu pactó con vosotros. Abrid los ojos, oh concurso de obispos, para que veáis a vuestro Señor sentado en el Trono de poder y gloria.

123 Di: ¡Oh gentes de toda religión! No vayáis tras los pasos de quienes siguieron a los fariseos y por ello se privaron del Espíritu. Verdaderamente se han extraviado y han caído en el error. La Antigua Belleza ha llegado en Su Más Gran Nombre y desea admitir a toda la humanidad en su Reino sacratísimo. Los puros de corazón ven el Reino de Dios manifiesto ante Su Rostro. Apresuraos en ir a él y no sigáis al infiel y al impío. ¡Si vuestro ojo se opone, arrancáoslo! 10 Así ha sido decretado por la Pluma del Anciano de Días, a petición de Quien es el Señor de toda la creación. Él, verdaderamente, ha venido de nuevo para que seáis redimidos, oh pueblos de la tierra. ¿Mataréis a Quien desea concederos vida eterna? Temed a Dios, vosotros que estáis dotados de visión.

124 ¡Oh gentes! Prestad atención a lo que ha sido revelado por vuestro Señor Todoglorioso y volved el rostro a Dios, el Señor de este mundo y del mundo venidero. Así os lo ordena Quien es el Alba del Sol de la inspiración divina a petición del Artífice de toda la humanidad. Nos, verdaderamente, os hemos creado para la luz y no deseamos abandonaros al fuego. Salid de la oscuridad, oh gentes, por la gracia de este Sol que ha brillado sobre el horizonte de la providencia divina, y volveos a él con el corazón santificado y el alma segura, ojos que ven y rostro radiante. Así os lo aconseja el Supremo Ordenador desde la escena de Su trascendente gloria, para que quizás Su llamada os acerque al Reino de Sus nombres.

125 Bienaventurado el que ha permanecido fiel a la Alianza de Dios, ¡y ay de aquel que la haya quebrantado y no haya creído en Él, el Conocedor de los secretos! Di: Éste es el Día de la Merced! Seguidme para que Yo os haga monarcas en los dominios de Mi Reino. Si Me seguís, veréis aquello que os fue prometido y os haré Mis compañeros para siempre en el dominio de Mi majestad y en los aposentos de Mi belleza en el cielo de Mi poder. Si os rebeláis contra Mí, en Mi clemencia lo soportaré con paciencia, para que ojalá os despertéis y os levantéis del lecho de la negligencia. Así os ha envuelto Mi misericordia. Temed a Dios y no sigáis el camino de los que se han apartado de Su rostro aunque de día y de noche invoquen Su nombre.

126 Verdaderamente ha llegado el día de la cosecha y todas las cosas han sido separadas entre sí. Él ha guardado lo que escogió en los recipientes de la justicia y ha arrojado al fuego lo que le corresponde. Así ha sido decretado por tu Señor, el Poderoso, el Amoroso, en este Día prometido. Él, verdaderamente, ordena lo que desea. No hay otro Dios salvo Él, el Imponente. El deseo del Divino Cernedor ha sido atesorar todo lo bueno para Mi propio Ser. Nada ha dicho Él que no sea para darte a conocer Mi Causa y guiarte al camino de Aquel cuya mención ha adornado todos los Libros sagrados.

127 Di: ¡Oh concurso de cristianos! En una ocasión anterior Nos revelamos a vosotros y no Me reconocisteis. Ésta es una nueva ocasión que se os ha otorgado. Éste es el Día de Dios; volveos hacia Él. Verdaderamente, ha descendido del cielo igual que la primera vez, y desea daros abrigo al amparo de Su misericordia. Él, verdaderamente, es el Exaltado, el Poderoso, el Ayudante Supremo. Al Amado no Le complace que os consumáis en el fuego de vuestros deseos. Si quedarais excluidos de Él como por un velo, no sería por otro motivo que por vuestra propia rebeldía e ignorancia. Hacéis mención de Mí, y no Me conocéis. Me llamáis y no prestáis atención a Mi Revelación, a pesar de que vine a vosotros desde el cielo de la preexistencia con suprema gloria. Rasgad los velos en Mi nombre y mediante el poder de Mi soberanía, para que descubráis un camino hacia vuestro Señor.

128 El Rey de la Gloria proclama desde el tabernáculo de majestad y grandeza Su llamada diciendo: ¡Oh pueblo del Evangelio! Aquellos que no estaban en el Reino ahora han entrado en él, en tanto que a vosotros os vemos, en este día, detenidos ante la entrada. Apartad los velos mediante el poder de vuestro Señor, el Todopoderoso, el Munífico, y entrad, en Mi nombre, pues, en Mi Reino. Así os ordena Quien desea para vosotros la vida eterna. Él, verdaderamente, es potente sobre todas las cosas. Benditos quienes han reconocido la luz y se han apresurado en ir hacia ella. Ellos, verdaderamente, habitan en el Reino y participan de la comida y la bebida de los escogidos de Dios.

129 Os vemos, oh hijos del Reino, en la oscuridad. Esto, verdaderamente, no es digno de vosotros. ¿Estáis temerosos ante la Luz debido a vuestros actos? Dirigíos hacia Él. Vuestro Señor Todoglorioso ha bendecido Sus territorios con Sus pasos. Así os señalamos de forma clara el camino de Aquel que profetizó el Espíritu. Yo, verdaderamente, doy testimonio de Él, igual que Él ha dado testimonio de Mí. Verdaderamente, Él dijo: “Seguidme y Yo os haré pescadores de hombres”. En este día, sin embargo, Nos decimos: “Seguidme para que hagamos de vosotros vivificadores de la humanidad”. Así ha sido inscrito el decreto en esta Tabla por la Pluma de la Revelación.

130 ¡Oh Pluma del Altísimo! Ponte en movimiento para recordar a otros reyes en este bendito y luminoso Libro, para que quizás se levanten del lecho de la negligencia y presten oído a lo que canta el Ruiseñor sobre las ramas del divino Árbol de Loto, y se apresuren en ir hacia Dios en esta maravillosa y sublime Revelación.

NAPOLEÓN III

131 ¡Oh Rey de París!11 Di a los sacerdotes que no hagan sonar más las campanas. ¡Por Dios, el Verdadero! La Más Poderosa Campana ha aparecido en la forma de Aquel que es el Más Grande Nombre, y los dedos de la Voluntad de Tu Señor, el Mas Exaltado, el Altísimo, la tañen en el cielo de la Inmortalidad en Su nombre, el Todoglorioso. Así te han sido enviados de nuevo los poderosos versículos de Tu Señor para que te determines a recordar a Dios, el Creador de la tierra y del cielo, en estos días en que se han lamentado todas las tribus de la tierra y el polvo de la irreligión ha envuelto a todos los hombres, excepto a los que Dios, el Omnisapiente, el Sapientísimo ha tenido a bien eximir. Di: Aquel que es el Libre ha venido en las nubes de la luz para despertar al mundo con las brisas de Su nombre el Más Misericordioso, y unificar a sus pueblos, y reunir a todos alrededor de esta Tabla que se ha hecha descender desde el cielo. Cuidado con que neguéis el favor de Dios cuando ya se ha hecho descender sobre vosotros. Esto es mejor para vosotros que todo cuanto poseéis, porque lo que es vuestro perece, mientras que lo que está con Dios perdura. Él, en verdad, ordena lo que es Su voluntad. Ciertamente, las brisas del perdón se han esparcido desde la dirección de vuestro Señor, el Dios de Misericordia. Quien a ellas se dirija será purificado de sus pecados y de todo dolor y enfermedad. Feliz el que se vuelve hacia ellas y caiga la desdicha sobre el que de ellas se desvía.

132 Si fueras a inclinar tu oído interior hacia todas las cosas creadas, oirías: “¡El Anciano de Días ha venido en Su gran gloria!” Todo celebra la alabanza de su Señor. Algunos han conocido a Dios y Lo recuerdan; otros Lo recuerdan, pero no Lo conocen. Así hemos registrado Nuestro Decreto en una clara Tabla.

133 Presta atención, oh Rey, a la Voz que llama desde el Fuego que arde en este verde Árbol, en este Sinaí que se ha elevado sobre el Punto santificado y níveo, más allá de la Ciudad Eterna “Verdaderamente no hay otro Dios sino Yo, Quien siempre perdona, el Más Misericordioso”. Nos, ciertamente, hemos enviado a Quien ayudamos con el Espíritu Santo para que os anuncie esta Luz que ha resplandecido desde el horizonte de la Voluntad de vuestro Señor, el Más Exaltado, el Todoglorioso, y Cuyos signos se han revelado en el Occidente. Dirigid vuestros rostros hacia Él en este Día que Dios ha ensalzado sobre todos los otros días, y en el cual el Todomisericordioso ha derramado el esplendor de Su refulgente gloria sobre todos los que están en el cielo y todos los que están en la tierra. Disponte a servir a Dios y a ayudar a Su Causa. Él, en verdad, te ayudará con las huestes de lo visible y lo invisible y te constituirá en rey de todo aquello sobre lo que salga el sol. Tu Señor, en verdad, es el Todopoderoso, el Omnipotente.

134 Las brisas del Más Misericordioso han soplado sobre todas las cosas creadas. Feliz el que ha descubierto su fragancia y se ha orientado hacia ellas con un corazón sano. Adorna tu templo con el ornamento de Mi Nombre, y tu lengua con el recuerdo de Mí, y tu corazón con el amor a Mí, el Todopoderoso, el Altísimo. No hemos deseado sino lo que es mejor para ti que cuanto posees y que todos los tesoros de la tierra. Tu Señor, verdaderamente, es sapiente, informado de todo. Levántate, en Mi Nombre, en medio de Mis siervos, y di: “¡Oh pueblos de la tierra! Volveos hacia Aquel Que se ha vuelto hacia vosotros. Él, en verdad, es el Rostro de Dios entre vosotros, y Su Testimonio y Su Guía para vosotros. Él ha venido a vosotros con signos que nadie puede aducir”. La voz de la Zarza Ardiente se levanta en el mismísimo corazón del mundo, y el Espíritu Santo llama en voz alta a las naciones: “¡Mirad, el Deseado ha venido con manifiesto dominio!”

135 ¡Oh Rey! Han caído las estrellas del cielo del conocimiento, ésos que buscan establecer la verdad de Mi Causa mediante las cosas que poseen, y hacen mención de Dios en Mi Nombre. Y sin embargo, cuando llegué a ellos en Mi gloria, se apartaron. Ellos, en verdad, son de los caídos. Esto es, verdaderamente, lo que el Espíritu de Dios ha anunciado cuando vino a vosotros con la verdad, Aquel a Quien los doctores judíos pusieron en entredicho, hasta que finalmente perpetraron lo que hizo que el Espíritu Santo se lamentase y que corrieran las lágrimas de los que están cerca de Dios. Considera cómo un fariseo que había adorado a Dios durante setenta años repudió al Hijo cuando apareció, mientras que quien había cometido adulterio tuvo acceso al Reino. Así te advierte la Pluma por orden del Rey Eterno, para que te apercibas de lo que ocurrió en tiempos pasados y seas contado en este día entre los que en verdad creen.

136 Di: ¡Oh concurso de monjes! No os recluyáis en vuestros claustros e iglesias. Salid de ellos con Mi anuencia y ocupaos, entonces, con lo que os ha de aprovechar a vosotros y a otros. Así os ordena Quien es el Señor del Día del Ajuste de cuentas. Recluíos en la fortaleza de Mi amor. Éste, en verdad, es el retiro que os conviene, si lo supierais. Aquel que se enclaustra en su casa es de hecho como un muerto. Incumbe al hombre poner de manifiesto lo que ha de beneficiar a la humanidad. El que no da fruto sirve para el fuego. Así os advierte vuestro Señor. Él es, verdaderamente, el Poderoso, el Munífico. Contraed matrimonio para que otro surja en vuestro lugar. Nos, ciertamente, os hemos prohibido la lujuria y no aquello que conduce a la fidelidad. ¿Os habéis aferrado a los impulsos de vuestra naturaleza y habéis desechado las leyes de Dios? Temed a Dios y no seáis de los necios. Si no fuera por el hombre, ¿quién Me recordaría en Mi tierra, y cómo serían revelados Mis atributos y Mis nombres? Reflexiona y no seas de los que se han apartado como por un velo de Él y han sido de los que están profundamente dormidos. Aquel que no se casó no podía encontrar lugar en donde morar ni donde reclinar su cabeza a causa de lo que las manos de los traidores habían hecho. Su santidad no consistía en las cosas que habéis creído e imaginado, sino más bien en las cosas que pertenecen a Nos. Preguntad, para que seáis informados de Su condición que ha sido exaltada por encima de las vanas imaginaciones de todos los pueblos de la tierra. Bienaventurados los que comprenden.

137 ¡Oh Rey! Escuchamos las palabras que proferiste en respuesta al Zar de Rusia sobre la decisión tomada en cuanto a la guerra12. Tu Señor, verdaderamente sabe, está informado de todo. Dijiste: “Dormía en mi lecho cuando me despertó el llanto de los oprimidos que eran ahogados en el Mar Negro”. Esto es lo que te oímos decir y, ciertamente, tu Señor da testimonio de lo que digo. Atestiguamos que lo que te despertó no fue su llanto, sino los impulsos de tus propias pasiones, porque te probamos y te hallamos deficiente. Comprende el significado de Mis palabras y sé de los que disciernen. No es Nuestro deseo dirigirte palabras de condena, en consideración a la dignidad que te hemos conferido en esta vida mortal. Nos, en verdad, hemos escogido la cortesía y la hemos hecho el rasgo distintivo de los que están cerca de Él. La cortesía es, en verdad, un atavío que viene bien a todos los hombres, sean viejos o jóvenes. Bienaventurado aquel que adorna su templo con ella, y ay del que está privado de este gran don. Si hubieras sido sincero en tus palabras, no habrías arrojado tras de ti el Libro de Dios, Quien es el Todopoderoso, el Sapientísimo. Te hemos probado con él y te encontramos distinto de lo que profesas. Levántate y compensa lo que se te ha escapado. Dentro de poco el mundo y todo lo que posees han de perecer, y el reino permanecerá junto a Dios, tu Señor y el Señor de tus padres de antaño. Te incumbe no dirigir tus asuntos de acuerdo con los dictados de tus deseos. Teme los suspiros de este Agraviado, y protégele de los dardos de los que actúan injustamente.

138 Debido a lo que has hecho, tu reino caerá en la confusión y el imperio se te escapará de las manos en castigo por tus obras13. Entonces sabrás cuán claramente has errado. Las conmociones se apoderarán de todas las gentes en esa tierra, a menos que te dispongas a ayudar a esta Causa y sigas a Quien es el Espíritu de Dios en éste, el Camino Recto. ¿Te ha puesto orgulloso tu magnificencia? ¡Por mi vida! No perdurará; es más, pronto desaparecerá, a menos que te aferres a esta firme Cuerda. Vemos la humillación que te acecha, en tanto que eres de los desatentos. Te incumbe, cuando oigas Su Voz que llama desde la sede de gloria, desechar todo lo que posees y exclamar: “Aquí estoy, oh Señor de todo lo que está en los cielos y de todo lo que está en la tierra”.

139 ¡Oh Rey! Estábamos en Iráq cuando llegó la hora de la partida. Por orden del Rey del Islam encaminamos Nuestros pasos en dirección a él. En cuanto llegamos, Nos acaeció a manos de los malévolos lo que los libros del mundo jamás podrán referir adecuadamente. En seguida se lamentaron los moradores del Paraíso y quienes habitan en los retiros de santidad, ¡y, con todo, las gentes están envueltas en un grueso velo! Di: ¿Ponéis reparos a Aquel que ha venido a vosotros con la clara evidencia de Dios y Su prueba, el testimonio de Dios y Sus signos? Esto no procede de Él mismo; al contrario, ellos provienen de Aquel que Le ha hecho surgir, Le ha enviado por el poder de la verdad y Le ha hecho ser una lámpara para toda la humanidad.

140 Más penosa se tornaba Nuestra situación día tras día; es más, de hora en hora, hasta que Nos sacaron de Nuestra prisión y con notoria injusticia Nos hicieron entrar en la Más Grande Prisión. Y si alguien les preguntaba: “¿Por qué crimen han sido encarcelados?” respondían diciendo: “¡En verdad, ellos han tratado de sustituir la Fe por una nueva religión!”. Si lo que preferís es lo antiguo, ¿por qué motivo habéis desechado lo que ha sido decretado en la Tora y en el Evangelio? ¡Aclaradlo, oh hombres! ¡Por mi vida! No hay lugar adonde podáis huir en este día. Si éste es Mi crimen, entonces Muḥammad, el Apóstol de Dios, lo cometió antes de Mí; y antes de Él, Aquel que era el Espíritu de Dios; y antes aún, Quien conversó con Dios. Y si mi pecado fuera que he exaltado la Palabra de Dios y revelado Su Causa, entonces, ¡ciertamente, soy el mayor de los pecadores! Un pecado semejante no lo trocaré por los reinos de la tierra y del cielo.

141 Luego de Nuestra llegada a esta Prisión, Nos propusimos transmitir a los reyes los mensajes de su Señor, el Poderoso, el Más Alabado. Aunque ya Les hemos comunicado, en varias Tablas, lo que se Nos había ordenado, aun así lo hacemos nuevamente como una muestra de la gracia de Dios. Acaso reconozcan al Señor, Quien ha descendido en las nubes con soberanía manifiesta.

142 A medida que Mis tribulaciones se multiplicaban, aumentaba también Mi amor por Dios y por Su Causa, de tal manera que todo lo que Me ocurría a causa de las huestes de los díscolos, era impotente para desviarme de Mi propósito. Si ellos Me escondieran en las profundidades de la tierra, con todo me encontrarían cabalgando en las nubes en lo alto e invocando a Dios, el Señor de la fuerza y el poder. Me he ofrendado en el camino de Dios, y ansío las tribulaciones en Mi amor por Él y en aras de Su complacencia. De esto dan testimonio los infortunios que ahora Me afligen, semejantes a los cuales ningún otro hombre ha padecido. Cada uno de los cabellos de mi cabeza proclama lo que la Zarza Ardiente expresó en el Sinaí, y cada vena de Mi cuerpo invoca a Dios y dice; “¡Ojalá hubiera sido cortada en Tu camino, de modo que el mundo fuese vivificado y se unieran todos los pueblos!” Así ha sido decretado por Aquel que es el Omnisciente, el Informado de Todo.

143 Sabed en verdad que vuestros súbditos son el fideicomiso de Dios entre vosotros. Por tanto, velad por ellos como velaríais por vosotros mismos. Cuidado con permitir que los lobos se conviertan en los pastores del rebaño, o que el orgullo y la vanidad os impidan volveros a los pobres y desolados Si bebieras el Vino místico de la vida eterna del cáliz de las palabras de tu Señor, el Todomisericordioso, se te permitiría abandonar todo lo que posees y proclamar Mi nombre ante toda la humanidad. Purifica, entonces, tu alma con las aguas del desprendimiento. Verdaderamente, éste es el Recuerdo que ha resplandecido sobre el horizonte de la creación, que ha de purificar tu alma de la escoria del mundo. Deja tus palacios a la gente de los sepulcros, y tu imperio a quienquiera que lo desee, y vuélvete luego hacia el Reino. Esto es, ciertamente, lo que Dios ha elegido para ti, si fueras de los que se vuelven hacia Él. Los que no se han vuelto hacia el Rostro de Dios en esta Revelación están, en verdad, desprovistos de vida. Se mueven a las órdenes de sus propios deseos egoístas, y son, en verdad, contados entre los muertos. Si deseas cargar con el peso de tu dominio, entonces carga con él por ayudar a la Causa de tu Señor. Glorificada sea esta posición la cual quienquiera que la alcance ha alcanzado todo el bien que procede de Aquel que es el Omnisapiente, el Sapientísimo.

144 Aparece, en Mi nombre, en el horizonte de la renunciación, y luego orienta tu rostro hacia el Reino según el mandato de tu Señor, el Señor de fortaleza y poder. Mediante la fuerza de Mi soberanía levántate ante los habitantes del mundo y diles: “¡Oh pueblo! El Día ha llegado, y las fragancias de Dios han sido esparcidas por toda la creación”. Los que se han alejado de Su Rostro son víctimas indefensas de sus inclinaciones corruptas. Son, en verdad, de los que se han extraviado.

145 Adorna el cuerpo de Tu reino con la vestimenta de Mi nombre, y disponte, entonces, a enseñar Mi Causa. Mejor es esto para ti que todo lo que posees. Mediante ello, Dios exaltará tu nombre en medio de todos los reyes. Potente es Él sobre todas las cosas. Camina entre los hombres en el nombre de Dios y, por la fuerza de Su poder, para que manifiestes Sus signos entre los pueblos de la tierra. Arde intensamente con la llama de este Fuego incesante que el Todomisericordioso ha prendido en el mismísimo corazón de la creación, para que a través de ti se prenda el calor de Su amor en los corazones de Sus favorecidos. Sigue Mi camino y embelesa los corazones de los hombres mediante el recuerdo de Mí, el Todopoderoso, el Más Exaltado.

146 Di: Aquel en quien no se perciban en este día los suaves aromas del recuerdo de Su Señor, el Todomisericordioso, es indigno en verdad de la condición humana. Verdaderamente, es de ésos que han seguido sus propios deseos, y dentro de poco se encontrarán sumidos en una pérdida lamentable. ¿Es propio de vosotros relacionaros con Aquel que es el Dios de misericordia y, empero, cometer los hechos que ha cometido el Maligno? ¡No, por la Belleza de Aquel que es el Todoglorificado! Ojalá lo supierais. Purificad vuestros corazones del amor al mundo, y vuestras lenguas de la calumnia, y vuestros miembros de todo lo que impida acercaros a Dios, el Fuerte, el Alabado. Di: Por el mundo se quiere decir lo que os aparta de Quien es el Punto de Amanecer de la Revelación y os inclina a aquello que no os es de provecho. En verdad, lo que os aparta de Dios en este día es en esencia lo mundano. Rehuidlo y acercaos a esta Muy Sublime Visión, esta Sede brillante y resplandeciente. Bienaventurado el que no permite que nada en absoluto intervenga entre él y su Señor. Ningún daño, de seguro, ha de acaecerle si participa con justicia de los beneficios de este mundo, puesto que hemos creado todas las cosas para aquellos de Nuestros siervos que en verdad creen en Dios.

147 Si vuestras palabras, oh gentes, están en desacuerdo con vuestros hechos, ¿en qué os distinguís de aquellos que profesan su fe en el Señor, su Dios y, no obstante, cuando Él vino a ellos a la sombra de las nubes, Le rechazaron y se ensoberbecieron ante Dios, el Incomparable, el Omnisciente? No derraméis la sangre de nadie, oh gentes, ni juzguéis a nadie injustamente. Así os ha sido ordenado por Quien es el Sapiente, Quien está informado de todo. Los que cometen desórdenes en la tierra después que ésta ha sido ordenada, ésos, en verdad, han sobrepasado los límites que han sido establecidos en el Libro. ¡Miserable será la morada de los transgresores!

148 Dios ha prescrito a cada uno el deber de enseñar Su Causa. Aquel que se disponga a cumplir este deber, debe necesariamente, antes de proclamar Su Mensaje, adornarse con el ornamento de un carácter recto y loable, para que sus palabras puedan atraer los corazones de aquellos que son receptivos a su llamamiento. Sin ello, nunca podrá esperar influir en sus oyentes. Así os instruye Dios. Él, ciertamente, es Quien siempre perdona, el Más Compasivo.

149 Los que exhortan a otros a la justicia, mientras ellos mismos cometen iniquidad, por aquello que sus lenguas han expresado son acusados de falsedad por los moradores del Reino y por los que circulan alrededor del trono de su Señor, el Todopoderoso, el Benéfico. No cometáis, oh pueblo, lo que deshonre vuestro nombre y el hermoso nombre de la Causa de Dios entre los seres humanos. Cuidado con acercaros a aquello que vuestras mentes aborrecen. Temed a Dios y no sigáis los pasos de los extraviados. No traicionéis los bienes de vuestro prójimo. Sed dignos de confianza en la tierra y no neguéis a los pobres lo que Dios os ha dado por Su gracia. Él, verdaderamente, os concederá el doble de lo que poseéis. Él, en verdad, es el Munificente, el Más Generoso.

150 Di: Hemos ordenado que nuestra Causa se enseñe mediante el poder de la palabra. Cuidado con disputar vanamente con alguno. Quien se disponga totalmente por amor a Su Señor a enseñar Su Causa, el Espíritu Santo lo fortalecerá y lo inspirará con lo que ha de iluminar el corazón del mundo, cuánto más los corazones de los que Le buscan. ¡Oh pueblo de Bahá! Somete las ciudades de los corazones de los hombres con las espadas de la sabiduría y la expresión. Los que disputan, instigados por sus deseos, están de hecho envueltos en un velo palpable. Di: La espada de la sabiduría es más caliente que el calor del estío, y más aguda que hojas de acero, si lo comprendierais. Desenváinala en Mi nombre y por la fuerza de Mi poder, y conquista con ella las ciudades de los corazones de quienes se han recluido en la fortaleza de sus deseos corruptos. Así os ordena la Pluma del Todoglorioso, en tanto que está expuesta a las espadas de los descarriados.

151 Si os percatáis de un pecado cometido por otra persona, ocultadlo, para que Dios oculte vuestro propio pecado. Él, ciertamente, es el Encubridor, el Señor de gracia abundante. ¡Oh ricos de la tierra! Si os encontráis con un pobre, no lo tratéis con desdén. Reflexionad sobre aquello de lo que fuisteis creados. Cada uno de vosotros fue creado de un triste germen14. Os corresponde observar veracidad, con la cual serán adornados vuestros templos, ensalzados vuestros nombres, exaltada entre los hombres vuestra posición, y se os guardará ante Dios una gran recompensa.

152 Prestad oído, oh pueblos de la tierra a lo que la Pluma del Señor de todas las naciones os ordena. Sabed con certeza que las Dispensaciones del pasado han alcanzado su consumación final y máxima en la Ley que ha brotado desde este Más Grande Océano. Corred a ella por mandato Nuestro. En verdad, ordenamos como es Nuestro deseo. Considerad al mundo como un cuerpo humano, que está afligido por varias dolencias y cuya recuperación depende de la armonización de todos sus componentes. Reuníos alrededor de lo que os hemos prescrito, y no andéis por los caminos de los que crean disensión.

153 Todas las Fiestas han llegado a su culminación en las dos Más Grandes Festividades y en las otras dos Festividades que caen en el día doble - la primera de las Más Grandes Festividades corresponde a los días en que Dios derramó sobre todos los que están en el cielo y en la tierra la refulgente gloria de Sus muy excelentes Nombres y Sus muy exaltados Atributos; y la segunda, al día en que hicimos surgir a Quien anunció a la gente las buenas nuevas de este Gran Anuncio15. Así ha sido fijado en el Libro por Aquel que es el Fuerte, el Poderoso. En otros días diferentes de esos cuatro días consumados, ocupaos en vuestro trabajo diario y no os privéis de emprender vuestros negocios y oficios. Así se ha emitido el mandato y la ley que ha emanado de Aquel que es vuestro Señor, el Omnisciente, el Sapientísimo.

154 Di: ¡Oh concurso de sacerdotes y monjes! Comed de lo que Dios ha hecho legal para vosotros y no rechacéis la carne. Dios, como muestra de Su gracia, os ha dado licencia para consumirla salvo durante un breve período. Él, verdaderamente es el Poderoso, el Benéfico. Abandonad todo lo que poseéis y aferraos a lo que Dios Se ha propuesto. Esto es lo que os aprovecha, si sois de los que comprenden. Hemos ordenado un ayuno de diecinueve días en la estación más templada, y, en esta resplandeciente y luminosa Dispensación, hemos eliminado las demás restricciones. Así, os hemos expuesto y dejado en claro o que se os ha ordenado observar, para que sigáis los mandamientos de Dios y estéis unidos en lo que os ha señalado el Todopoderoso, el Omnisapiente. Aquel que es vuestro Señor, el Todomisericordioso, abriga en Su corazón el deseo de ver a toda la raza humana como una sola alma y un solo cuerpo. Apresuraos a ganar vuestra parte de la gracia y misericordia de Dios en este Día que eclipsa a todos los otros Días creados. ¡Cuán grande es la felicidad que espera al que abandone todo lo que tiene en su deseo de obtener las cosas de Dios! Atestiguamos que tal ser está entre los bienaventurados de Dios.

155 ¡Oh Rey! Atestigua lo que Dios por Sí mismo ha atestiguado antes de la creación de la tierra y el cielo: que no hay otro Dios sino Yo, el Único, el Singular, el Más Exaltado, el Incomparable, el Inaccesible. Levántate con la mayor firmeza en la Causa de tu Señor, el Todoglorioso. Así se te ha instruido en esta maravillosa Tabla. Nos, ciertamente, no hemos deseado para ti más que lo que para ti es mejor que lo todo lo que está en la tierra. Esto lo atestiguan todas las cosas creadas y más allá de ellas este claro Libro.

156 Medita sobre el mundo y la condición de sus gentes. Él, por Quien el mundo fue creado, ha sido encarcelado en la más desolada de las ciudades, en razón de lo que han hecho las manos de los díscolos. Desde el horizonte de Su prisión Él ha llamado a la humanidad a la Aurora de Dios el Exaltado, el Grande. ¿Te alborozas por los tesoros que posees, sabiendo que han de perecer? ¿Te regocijas porque gobiernas una extensión de la tierra cuando el mundo entero, en la estimación de la gente de Bahá no es más valioso que lo negro del ojo de una hormiga muerta? Abandónalo a los que han puesto sus afectos en ello y vuélvete hacia Aquel que es el Deseo del mundo. ¿Adónde han ido los orgullosos y sus palacios? Mira dentro de sus tumbas para que saques provecho de este ejemplo, pues hemos hecho de ello una lección para todo el que lo observe. Si te embargaran las brisas de la Revelación, huirías del mundo y te volverías al Reino, y gastarías todo lo que posees para acercarte a esta sublime Visión.

157 Vemos a la mayoría de la humanidad adorando nombres y exponiéndose –como tú los ves– a terribles peligros, con la simple esperanza de hacer perpetuar sus nombres, mientras que toda alma perspicaz atestigua que después de la muerte el nombre que lleva no le servirá de nada excepto en la medida en que tenga una relación con Dios, el Todopoderoso, el Alabado. Así hacen presa de ellos sus vanas imaginaciones en represalia por lo que sus manos han hecho. Considera la mezquindad de las mentes de los hombres. Buscan con gran esfuerzo lo que no les da provecho y, sin embargo, si les preguntaras: “¿Hay alguna ventaja en lo que deseáis?”, los encontrarías llenos de perplejidad. Si se encontrara un alma justa, replicaría: “¡No, por el Señor de los mundos!”. Tal es la condición de las gentes y de lo que poseen. Déjalos en su necedad y vuelve tu vista hacia Dios. Esto, en verdad, es lo que te conviene. Escucha entonces el consejo de tu Señor y di: “¡Alabado seas, oh Dios de todos los que están en el cielo y en la tierra!”

ZAR ALEJANDRO II

158 ¡Oh Zar de Rusia! Inclina tus oídos a la voz de Dios, el Rey, el Santo, y vuélvete hacia el Paraíso, el Sitio donde habita Aquel que, en medio del Concurso de lo Alto, lleva los títulos más excelsos y Quien, en el reino de la creación, es llamado por el nombre de Dios, el Refulgente, el Todoglorioso. Cuida de que tu deseo no te impida volverte hacia el rostro de tu Señor, el Compasivo, el Más Misericordioso. Nos, ciertamente, hemos oído aquello que suplicaste a tu Señor, mientras guardabas comunión en secreto con Él. Por tanto, sopló la brisa de Mi bondad y se encrespó el mar de Mi misericordia, y te respondimos en verdad. Tu Señor es, ciertamente, el Omnisciente, el Sapientísimo. Mientras estaba encadenado y con grillos en la prisión, uno de tus ministros Me brindó su ayuda. Por ello Dios ha ordenado para ti una posición que el conocimiento de nadie puede comprender salvo Su conocimiento. Cuidado, no sea que pierdas tan sublime posición. Tu Señor, ciertamente, hace lo que desea. Dios abroga o confirma lo que a Él Le place, y con Él está el conocimiento de todas las cosas en una Tabla Guardada.

159 Cuida que tu soberanía no te aparte de Aquel que es el Soberano Supremo. Él, ciertamente, ha llegado con Su Reino, y todos los átomos claman en alta voz: “¡Mirad! ¡Ha llegado el Señor en Su gran majestad!” Aquel que es el Padre ha llegado, y el Hijo, en el valle santo, exclama: “¡Aquí estoy, aquí estoy, oh Señor, Mi Dios!”, mientras que el Sinaí circunda la Casa, y la Zarza Ardiente proclama: “¡Ha llegado el Munífico sobre las nubes! Bienaventurado quien se acerca a Él y ¡ay de los que están lejos!”

160 Levántate en medio de los hombres en nombre de esta irrevocable Causa y convoca, entonces, a las naciones a Dios, el Exaltado, el Grande. No seas de quienes llamaban a Dios por uno de Sus nombres pero que, cuando apareció Aquel que es la Meta de todos los nombres, Le negaron y se apartaron de Él y, finalmente, dictaron sentencia contra Él con justicia manifiesta. Considera y recuerda los días en que apareció el Espíritu de Dios, y Herodes Le condenó. Sin embargo, Dios Le ayudó con las huestes de lo invisible, y Le protegió con la verdad, y Le envió a otra tierra según Su promesa. Él, ciertamente, ordena lo que Le place. Tu Señor de verdad preserva a quien desea, esté en medio de los mares, o en las fauces de la serpiente, o bajo la espada del opresor.

161 Bienaventurado el rey a quien los velos de la gloria no han impedido volverse hacia la Aurora de la belleza y lo ha abandonado todo en su deseo de obtener las cosas de Dios. De cierto, él es considerado a los ojos de Dios como el más excelente de los hombres, y es ensalzado por los moradores del paraíso y por quienes circulan a la mañana y al anochecer alrededor del Trono de lo alto.

162 De nuevo digo: Escucha Mi voz que llama desde Mi prisión, para que te dé a conocer las cosas que han acontecido a Mi Belleza a manos de quienes son las manifestaciones de Mi gloria, y para que veas cuán grande ha sido Mi paciencia, a pesar de Mi poder, y cuán grande Mi longanimidad, pese a Mi fuerza. ¡Por Mi vida! Si pudieras saber las cosas que ha hecho descender Mi Pluma y descubrir los tesoros de Mi Causa y las perlas de Mis misterios que se hallan ocultas en los mares de Mis nombres y en el cáliz de Mis palabras, entregarías tu vida en Mi camino en tu amor por Mi nombre y en tu anhelo de alcanzar Mi glorioso y sublime Reino. Has de saber que, aunque Mi cuerpo se encuentre bajo las espadas de Mis enemigos y Mis miembros estén acosados por aflicciones incalculables, con todo, Mi espíritu está lleno de una alegría con la que todas las alegrías de la tierra no podrán compararse nunca.

163 Orienta tu corazón hacia Aquel que es el Punto de adoración para el mundo y di: “¡Oh habitantes de la tierra! ¿Habéis negado a Aquel en Cuyo camino sufrió el martirio Quien vino con la verdad, portando el anuncio de vuestro Señor, el Exaltado, el Grande?” Di: Éste es un Anuncio por el cual Se han regocijado los corazones de los Profetas y Mensajeros. Éste es Aquel a Quien el corazón del mundo recuerda y Quien ha sido prometido en los Libros de Dios, el Poderoso, el Sapientísimo. Las manos de los Mensajeros, en su deseo de reunirse conmigo, se elevaron hacia Dios, el Poderoso, el Glorificado. De esto da testimonio aquello que ha sido enviado en las sagradas Escrituras por Quien es el Señor de poder y fuerza.

164 Algunos se lamentaron por su separación de Mí, otros soportaron privaciones en Mi camino, y otros más entregaron su vida por amor a Mi Belleza, si lo supierais. Di: Ciertamente, no he procurado ensalzar a Mi propio Ser sino a Dios mismo, si juzgarais con justicia. Nada puede verse en Mí excepto a Dios y Su Causa, si pudierais percibirlo. Yo soy Quien ha sido ensalzado por Isaías, Aquel con Cuyo nombre fueron adornados la Tora y el Evangelio. Así ha sido decretado en las Escrituras de vuestro Señor, el Más Misericordioso. Él, ciertamente, ha dado testimonio de Mí, al igual que yo doy testimonio de Él. Y Dios atestigua la verdad de Mis palabras.

165 Di: Los Libros no han sido enviados para otra cosa que para Mi recuerdo. Quien sea receptivo a su llamamiento aspirará en ellos las suaves fragancias de Mi nombre y Mi alabanza; y quien haya abierto el oído de lo más íntimo de su corazón oirá en cada una de sus palabras: “¡Ha venido el Verdadero! ¡Él verdaderamente es el amado de los mundos!”

166 Es sólo por amor a Dios que Mi lengua os aconseja y Mi pluma corre para hacer mención de ti, pues ni la malevolencia ni la negación de todos los que habitan la tierra pueden hacerme daño, ni puede beneficiarme la adhesión de toda la creación. Nos, ciertamente, os exhortamos hacia aquello que se Nos ha ordenado, y no esperamos nada de vosotros salvo que os acerquéis a aquello que os aproveche en este mundo y el mundo venidero. Di: ¿Daréis muerte a Quien os emplaza a la vida eterna? Temed a Dios y no sigáis a todo opresor contumaz.

167 ¡Oh orgullosos de la tierra! ¿Pensáis que habitáis en palacios mientras que Aquel que es el Rey de la Revelación reside en la más desolada de las moradas? ¡No, por Mi vida! En tumbas vivís, si pudierais percibirlo. Ciertamente, quien en estos días no logre ser conmovido por la brisa de Dios es contado entre los muertos a ojos de Quien es el Señor de todos los nombres y atributos. Salid, pues, de las tumbas del yo y del deseo y volveos hacia el Reino de Dios, el Poseedor del Trono de lo alto y de aquí en la tierra, para que veáis aquello que antaño se os prometió por vuestro Señor, el Omnisciente.

168 ¿Pensáis que os han de beneficiar las cosas que poseéis? Pronto otros las poseerán y vosotros habéis de volver al polvo sin nadie que os ayude o socorra. ¿Qué provecho tiene una vida que es alcanzada por la muerte, o una existencia condenada a la extinción, o una prosperidad que está sujeta a cambio? Abandonad las cosas que poseéis y orientad vuestros rostros hacia los favores de Dios que se han hecho descender en este maravilloso Nombre.

169 Así te entona sus melodías la Pluma del Altísimo con la venia de tu Señor, el Todoglorioso. Cuando las hayas oído y recitado, di: “Alabanzas a Ti, oh Señor de todos los mundos, pues Tú has hecho mención de mí mediante la lengua de Quien es la Manifestación de Tu Ser en el tiempo en que estaba recluido en la Más Grande Prisión, para que todo el mundo alcance la verdadera libertad”.

170 Bienaventurado el rey cuya soberanía no le ha apartado de su Soberano y se ha vuelto a Dios con su corazón. Él, ciertamente, se cuenta entre los que han alcanzado aquello que ha deseado Dios, el Poderoso, el Sapientísimo. Dentro de poco se encontrará uno así incluido entre los monarcas de los dominios del Reino. Tu Señor es, en verdad, potente sobre todas las cosas. Él le da lo que quiere a quien quiere y le niega lo que desea a quien Le place. Él, ciertamente, es el Omnipotente, el Todopoderoso.

REINA VICTORIA

171 ¡Oh Reina de Londres! Inclina tu oído a la voz de tu Señor, el Señor de toda la humanidad que llama así desde el Divino Árbol del Loto: ¡Verdaderamente, no hay otro Dios fuera de Mí, el Todopoderoso, el Sapientísimo! Abandona todo lo que hay en la tierra, y adorna la cabeza de tu reino con la corona del recuerdo de tu Señor, el Todoglorioso. Él, verdaderamente, ha venido al mundo en su máxima gloria, y todo lo que ha sido mencionado en el Evangelio se ha cumplido. La tierra de Siria ha sido honrada con los pasos de su Señor, el Señor de todos los hombres, y tanto el norte como el sur están embriagados con el vino de Su presencia. Bienaventurado el que ha percibido la fragancia del Más Misericordioso y se ha dirigido hacia el punto de Amanecer de Su Belleza en esta Aurora resplandeciente. La Mezquita de Aqṣá vibra mediante las brisas de tu Señor el Todoglorioso, mientras Baṭḥ᧠tiembla al oír la voz de Dios, el Exaltado, el Altísimo; por lo que mediante este Gran Nombre, cada piedra de aquellas celebra la alabanza del Señor.

172 Echa a un lado tu deseo y orienta tu corazón hacia tu Señor, el Anciano de Días. Hacemos mención de ti por amor a Dios, y es Nuestro deseo que tu nombre sea exaltado mediante el recuerdo de Dios, el Creador del cielo y de la tierra. Él, ciertamente, es testigo de lo que afirmo. Se Nos ha informado que has prohibido el tráfico de esclavos, tanto de hombres como de mujeres. Esto, en verdad, es lo que Dios ha ordenado en esta prodigiosa Revelación. Verdaderamente, debido a esto, Dios ha destinado una recompensa para ti, Él, ciertamente, pagará al que hace el bien su debida recompensa; si actuaras según lo que te ha sido enviado por Aquel que es el Conocedor, el Informado de Todo. Y en cuanto a aquel que se aparte y se hinche de orgullo después de llegarle las claras señales del Revelador de los signos, Dios reducirá sus obras a la nada. Él, en verdad, tiene poder sobre todas las cosas. Las acciones de los hombres son aceptables después de haber reconocido (a la Manifestación). El que se aparta del Verdadero es ciertamente la más ciega de entre Sus criaturas. Así ha sido decretado por Aquel que es el Todopoderoso, el Omnipotente.

173 También hemos oído que has confiado las riendas del consejo en las manos de los representantes del pueblo. Ciertamente, has hecho bien, ya que así serán fortalecidas las bases del edificio de tus asuntos, y serán tranquilizados los corazones de todos los que se hallan bajo tu protección, ya sean encumbrados o humildes. Les corresponde, sin embargo, ser dignos de confianza entre Sus siervos y considerarse a sí mismos como los representantes de todos lo que moran en la tierra. Esto es lo que les aconseja en esta Tabla Aquel que es el Gobernante, el Sapientísimo. Y si alguno de ellos se dirige a la Asamblea, que vuelva su mirada al Supremo Horizonte y diga: “¡Oh mi Dios! Te pido, por Tu gloriosísimo Nombre, que me ayudes en lo que haga que prosperen los asuntos de Tus siervos y que florezcan Tus ciudades. Tú, en verdad, tienes poder sobre todas las cosas”. Bienaventurado el que entra en la Asamblea por amor a Dios y juzga entre los hombres con justicia pura. En verdad él es de los dichosos.

174 ¡Oh vosotros, los representantes elegidos del pueblo en todos los países! Reuníos a consultar y ocupaos sólo con lo que beneficie a la humanidad y mejore su condición, ojalá fuerais de los que inquieren con cuidado. Considerad al mundo como el cuerpo humano, que aunque al ser creado es sano y perfecto, ha sufrido, por diversas causas, graves trastornos y enfermedades. Ni un día logró alivio; más bien su dolencia se hizo más severa, puesto que cayó en manos de médicos ignorantes que, dando rienda suelta a sus deseos personales, han errado gravemente. Y si alguna vez, por el cuidado de un médico competente, sanaba un miembro de aquel cuerpo, el resto quedaba enfermo como antes. Así os informa el Omnisciente, el Sapientísimo.

175 Lo vemos, en este día, a merced de gobernantes tan embriagados de orgullo que no pueden distinguir claramente lo que más les conviene, ni menos aún reconocer una Revelación tan asombrosa y desafiante como ésta. Y cuando alguno entre ellos se ha empeñado en mejorar su condición, su motivo ha sido su propio provecho, lo haya declarado o no; y la indignidad de este motivo ha limitado su poder para curar o sanar.

176 Lo que el Señor ha dispuesto como el supremo remedio y el más poderoso instrumento para la curación del mundo entero es la unión de todos sus pueblos en una Causa universal, en una misma Fe. Esto no puede lograrse sino por el poder de un Médico inspirado, competente y todopoderoso. Esto, ciertamente, es la verdad y todo lo demás no es sino error. Cada vez que ha venido ese Muy Grande Instrumento y ha brillado esa Luz desde la Antigua Aurora, ha sido constreñido por médicos ignorantes que como nubes se han interpuesto entre Él y el mundo. Por tanto, éste no ha podido recuperarse, y su enfermedad ha persistido hasta este día. Fueron ciertamente incapaces de protegerlo o llevar a cabo una curación, mientras que a Aquel que ha sido la Manifestación del Poder entre los seres humanos Se Le impidió alcanzar Su objetivo, a causa de lo que las manos de los médicos ignorantes habían hecho.

177 Considera estos días en que Aquel que es la Antigua Belleza ha venido en el Más Grande Nombre, para vivificar al mundo y unir a sus pueblos. Sin embargo, se alzaron contra Él con espadas afiladas y cometieron lo que hizo lamentarse al Fiel Espíritu, hasta que Le encarcelaron en la más desolada de las ciudades y cortaron la sujeción de los fieles al borde de su manto. Si alguien les dijera “Ha venido el Reformador del Mundo”, contestarían diciendo: “En verdad se ha probado que Él es un fomentador de discordia”, y ello a pesar de que jamás se asociaron con Él y sabían que Él no trató de protegerse a Sí mismo siquiera por un instante. En todo momento estaba a merced de los inicuos. En una ocasión Le encarcelaron; en otra, Le desterraron; y en otra más Le llevaron precipitadamente de un país a otro. Así han pronunciado sentencia contra Nos, y Dios, verdaderamente, sabe lo que digo. Hombres como ésos son contados por Dios entre las más ignorantes de Sus criaturas. Cercenan sus propios miembros y ni se dan cuenta; se privan de lo que es mejor para ellos y no lo saben. Son como un niño pequeño que no puede distinguir al malhechor del reformador ni al perverso del justo. Los vemos en este Día envueltos en un perceptible velo.

178 ¡Oh gobernantes de la tierra! ¿Por qué habéis ofuscado el resplandor del Sol y hecho que deje de brillar? Escuchad el consejo que os da la Pluma del Altísimo, para que quizá tanto vosotros como los pobres alcancéis tranquilidad y paz. Imploramos a Dios que ayude a los reyes de la tierra a establecer la paz en el mundo. Él verdaderamente hace lo que es Su Voluntad.

179 ¡Oh reyes de la tierra! Vemos que aumentáis vuestros gastos cada año y cargáis su peso sobre vuestros súbditos. Esto, en verdad, es grave y totalmente injusto. Temed los suspiros y las lágrimas de este Agraviado y no impongáis cargas excesivas a vuestros pueblos. No les robéis para erigir palacios para vosotros; más bien, escoged para ellos lo que escogeríais para vosotros mismos. Así desplegamos a vuestros ojos lo que os aprovecha, si lo comprendierais. Vuestros pueblos son vuestros tesoros. Tened cuidado, no sea que vuestro dominio viole los mandamientos de Dios y entreguéis a vuestros protegidos a manos del ladrón. Por ellos reináis, mediante ellos subsistís, con su ayuda conquistáis. ¡Empero, con qué desdén los miráis! ¡Cuán extraño, cuán profundamente extraño!

180 Ya que habéis rechazado la Más Grande Paz, aferraos a ésta, la Paz Menor, para que por ventura podáis mejorar en alguna medida vuestra propia condición y la de los que dependen de vosotros.

181 ¡Oh gobernantes de la tierra! Reconciliaos entre vosotros, para que no necesitéis más armamentos, salvo en la medida que fuere necesaria para resguardar vuestros territorios y dominios. Cuidado, no sea que desatendáis el consejo del Omnisciente, el Fiel.

182 Estad unidos, oh reyes de la tierra, pues así será apaciguada la tempestad de la discordia entre vosotros y vuestros pueblos hallarán descanso, ojalá fuerais de los que comprenden. Si alguno de vosotros se levantara en armas contra otro, levantaos todos contra él, porque esto no es sino justicia manifiesta. Así os exhortamos en la Tabla enviada anteriormente**, y una vez más os amonestamos para que sigáis lo que ha sido revelado por Aquel que es el Todopoderoso, el Omnisapiente. Si alguien busca refugio en vosotros, brindadle vuestra protección y no lo traicionéis. Así os aconseja la Pluma del Altísimo, como lo ordena Aquel que es el Omnisciente, el Informado de Todo.

183 Cuidado, no sea que actuéis como el Rey del Islam†† cuando llegamos ante él por su mandato. Sus ministros pronunciaron sentencia contra Nos con injusticia tal que toda la creación se lamentó y se consumieron los corazones de los que están cercanos a Dios. Los vientos del yo y la pasión los mueven a capricho, y los encontramos privados de constancia. Son, en verdad, de los que se han extraviado por completo.

184 Detén Tu pluma, Oh Pluma del Anciano de Días, y déjalos a su albedrío, porque están inmersos en sus vanas fantasías. Haz mención de la Reina para que ella se vuelva con un corazón puro a la escena de trascendente gloria, no impida a sus ojos contemplar a su Señor, el Supremo Ordenador, y se acerque al conocimiento de lo que ha sido revelado en los Libros y Tablas por el Creador de toda la humanidad, Aquel mediante Quien se ha oscurecido el sol y la luna ha sido eclipsada, y mediante Quien se ha elevado el Llamamiento entre la tierra y el cielo.

185 Vuélvete hacia Dios y di: ¡Oh mi Soberano Señor! No soy sino una vasalla Tuya, y Tú eres, en verdad, el Rey de los reyes. He alzado mis manos suplicantes al cielo de Tu gracia y favores. Envíame, entonces, de las nubes de Tu generosidad lo que me librará de todo salvo de Ti y me acercará a Ti. Te suplico, Oh mi Señor, por Tu nombre, el cual Tú has hecho que sea el rey de los nombres y la manifestación de Ti mismo para todo lo que está en el cielo y en la tierra, que rasgues los velos que se han interpuesto entre mi ser y mi reconocimiento del Punto de Amanecer de Tus signos y la Aurora de Tu Revelación. Tú eres, verdaderamente, el Omnipotente, el Todopoderoso, el Munífico. No me prives, oh mi Señor, de las fragancias del Manto de Tu misericordia en Tus días, y decreta para mí lo que Tú has decretado para Tus siervas que han creído en Ti y en Tus signos, Te han reconocido y han vuelto sus corazones hacia el horizonte de Tu Causa. Tú eres, en verdad, el Señor de los mundos y, entre aquellos que muestran Misericordia, el Más Misericordioso. Ayúdame, entonces, oh mi Dios, a recordarte entre Tus siervas y a apoyar a Tu Causa en Tus países. Acepta, pues, lo que se me ha escapado cuando resplandeció la luz de Tu semblante. Tú, verdaderamente tienes poder sobre todas las cosas. Gloria sea a Ti, oh Tú en Cuyas manos está el reino de los cielos y de la tierra.

NÁṢIRI’D-DÍN SHÁH

186 ¡Oh Rey de la Tierra! Escucha el llamamiento de este Vasallo: En verdad, Yo soy un Siervo que ha creído en Dios y en Sus signos, y Me he sacrificado en Su camino. De ello dan testimonio los males que ahora Me asedian, semejantes a los cuales jamás ha sufrido ningún hombre. Mi Señor, el Omnisciente, atestigua la verdad de Mis palabras. No he emplazado al pueblo ante nadie sino Dios, tu Señor y Señor de los mundos, y he sufrido por amor a Él tales aflicciones como jamás ha visto el ojo de la creación. De ello dan fe aquellos a quienes los velos de la fantasía humana no han impedido que se vuelvan a la Visión Más Sublime, y, más allá de ellos, Aquel que tiene el conocimiento de todas las cosas en la Tabla guardada.

187 ¡Cuandoquiera que las nubes de la tribulación han hecho llover los dardos de la aflicción en el sendero de Dios, el Señor de todos los nombres, he corrido a recibirlos, tal como lo atestigua toda alma justa y perspicaz! ¡Cuán numerosas las noches en que las bestias del campo descansaban en sus guaridas, y las aves del aire estaban echadas en sus nidos, en tanto que este Joven se consumía encadenado y con grillos sin que nadie Le ayudase o socorriese!

188 Trae a la memoria la misericordia de Dios para contigo; cómo, cuando estabas encarcelado con otras almas, Te liberó y ayudó con las huestes de lo visible y de lo invisible, hasta que el Rey Te envió a Iráq después de que le hicimos ver que Tú no eras de los sembradores de sedición. Los que siguen sus deseos corruptos y dejan a un lado el temor de Dios están en verdad en un grave error. Quienes propagan el desorden en la tierra, derraman la sangre de los hombres y consumen injustamente la hacienda de los demás: Nos, en verdad, no tenemos que ver con ellos, e imploramos a Dios que no Nos reúna con ellos, ni en este mundo ni en el mundo venidero, a menos que se arrepientan ante Él. Verdaderamente, entre los que muestran misericordia, Él es el más misericordioso.

189 Quien se vuelva hacia Dios debe distinguirse de los demás por todos sus actos, y seguir lo que le ha sido ordenado en el Libro. Así se ha decretado en una lúcida Tabla. Sin embargo, quienes arrojan tras de sí los mandamientos de Dios, y siguen los impulsos de sus propios deseos, están, en verdad, en un grave error.

190 ¡Oh Rey! Te insto por tu Señor, el Todomisericordioso, a que mires a tus siervos con las miradas del ojo de tu favor, y que los trates con justicia, para que Dios te trate con misericordia. Potente es tu Señor para obrar como Le place. El mundo, con toda su humillación y gloria, dejará de ser, y el reino permanecerá con Dios, el Ensalzado, el Omnisciente.

191 Di: Él ha encendido la lámpara de la expresión, y la alimenta con el aceite de la sabiduría y comprensión. Demasiado elevado está tu Señor, el Todomisericordioso, para que algo en el universo se resista a Su Fe. Él revela lo que Le place mediante el poder de Su potencia soberana, y lo protege con una hueste de Sus ángeles predilectos. Él es supremo entre Sus siervos y ejerce el dominio indiscutible sobre Su creación. En verdad, Él es el Omnisciente, el Omnisapiente.

192 ¡Oh Rey! Yo era un hombre como los demás, dormido en Mi lecho, cuando he aquí que las brisas del Todoglorioso soplaron sobre Mí y Me enseñaron el conocimiento de todo lo que ha sido. No procede esto de Mí, sino de Aquel que es Todopoderoso y Omnisciente. Él Me ordenó que alzase la voz entre la tierra y el cielo, y por ello Me acaeció lo que ha hecho correr las lágrimas de todo hombre de entendimiento. El saber común entre los hombres no lo he estudiado; ni tampoco he estado en sus escuelas. Pregunta en la ciudad en que residía para que estés seguro de que no soy de los que hablan en falso. Ésta no es sino una hoja que han agitado los vientos de la voluntad de tu Señor, el Todopoderoso, el Más Alabado. ¿Puede estarse quieta cuando soplan vientos tempestuosos? No, ¡por Aquel que es el Señor de todos los nombres y Atributos! La mueven como desean. Lo evanescente es como la nada ante Quien siempre permanece. Su irresistible llamamiento Me ha alcanzado y Me ha hecho recitar Su alabanza entre todo el pueblo. Yo estaba en verdad como muerto cuando se pronunció Su orden. La mano de la voluntad de tu Señor, el Compasivo, el Misericordioso, Me transformó. ¿Puede alguien por propia iniciativa expresar aquello que hará que la gente de toda condición proteste contra él? No, por Quien enseñó a la Pluma los misterios eternos: nadie sino aquel que ha sido fortalecido por la gracia del Todopoderoso, el Omnipotente.

193 La Pluma del Altísimo Se dirigió a Mí diciendo: No temas. Relátale a Su Majestad el Sháh lo que te aconteció. Verdaderamente, su corazón se halla entre los dedos de tu Señor, el Dios de Misericordia, para que acaso el sol de la justicia y merced resplandezca sobre el horizonte de su corazón. De este modo se ha fijado irrevocablemente el decreto por Aquel que es el Omnisapiente.

194 Mira a este Joven, oh Rey, con los ojos de la justicia; luego, juzga con sinceridad acerca de lo que Le ha acontecido. En verdad, Dios ha hecho que seas designado Su sombra en medio de los hombres y el signo de Su poder para cuantos habitan en la tierra. Juzga entonces entre Nos y aquellos que Nos han agraviado sin prueba y sin un Libro esclarecedor. Los que te rodean te aman por su propio bien, en tanto que este Joven te ama por ti mismo, y no alberga deseo alguno excepto acercarte a la sede de la gracia, y volverte hacia la diestra de la justicia. Tu Señor es testigo de lo que declaro.

195 ¡Oh Rey! Si inclinases tu oído hacia el rozar de la Pluma de Gloria y el arrullar de la Paloma de la Eternidad que, en las ramas del árbol del Loto más allá del cual no hay paso, pronuncia alabanzas a Dios, Hacedor de todos los nombres y Creador de la tierra y del cielo, alcanzarías una posición en la cual no verías en el mundo nada salvo el resplandor del Adorado, y considerarías la soberanía como el más despreciable de tus bienes, por lo que se la dejarías a quien la desease, para dirigir tu rostro hacia el Horizonte que relumbra con la luz de Su semblante; ni estarías jamás dispuesto a llevar el peso de la autoridad real sino con el fin de ayudar a tu Señor, el Excelso, el Altísimo. Entonces te bendeciría el Concurso de lo Alto. ¡Cuán excelente es esa sublime posición, si ascendieras hasta ella mediante el poder de una soberanía que se reconoce que deriva del Nombre de Dios!

196 Entre el pueblo se encuentran quienes aducen que este Joven no ha tenido otro propósito que el del perpetuar Su nombre, en tanto que otros afirman que Se ha procurado las vanidades del mundo, y ello pese a que jamás, en todos Mis días, he encontrado lugar seguro, ni para dar un solo paso en él. En todo tiempo he estado sumido en un océano de tribulaciones, cuya profundidad nadie puede sondear excepto Dios. Verdaderamente, Él es consciente de lo que digo. ¡Cuántos han sido los días en que Mis seres queridos han sido tremendamente conmovidos a causa de Mis aflicciones, y cuántas las noches durante las cuales Mis familiares, temiendo por Mi vida, han llorado y se han lamentado amargamente! Y eso no puede negarlo nadie sino quienes carezcan de veracidad. ¿Es concebible que Aquel que espera perder la vida en cualquier momento persiga las vanidades mundanas? ¡Cuán extrañas las imaginaciones de quienes hablan movidos por sus propios caprichos y vagan distraídos por los yermos del yo y de la pasión! Dentro de poco se les llamará a rendir cuentas de sus palabras, y en ese día no encontrarán quien los ampare o socorra.

197 Entre el pueblo hay quienes afirman que Él no ha creído en Dios, en circunstancias de que cada miembro de Mi cuerpo da testimonio de que no hay otro Dios sino Él; que aquellos a Quienes ha hecho surgir en verdad y ha enviado con Su guía son las Manifestaciones de Sus muy excelentes nombres, los Reveladores de Sus exaltadísimos atributos, y los Depositarios de Su Revelación en el reino de la creación; que mediante ellos se ha perfeccionado la Prueba de Dios para todos salvo Él, se ha enarbolado el estandarte de la Unidad divina y se ha puesto de manifiesto el signo de la santidad; y que a través de ellos toda alma ha encontrado un camino hacia el Señor del Trono de lo alto. Atestiguamos que no hay otro Dios sino Él, que desde siempre ha estado solo y sin nadie más fuera de Él, y que eternamente será lo que siempre ha sido. Demasiado elevado es el Todomisericordioso para que los corazones de quienes Le han reconocido comprendan Su verdadera naturaleza, o para que las mentes de los hombres tengan esperanza de desentrañar Su esencia. Verdaderamente Él está por encima de la comprensión de quienquiera que no sea Él mismo, y más allá del entendimiento de todos fuera de Él. Desde toda la eternidad Él ha sido independiente de la creación entera.

198 Recuerda los días en que el Sol de Baṭḥᇇ resplandeció sobre el horizonte de la Voluntad de tu Señor, el Excelso, el Altísimo, y rememora cómo se apartaron de Él los teólogos de la época y se Le opusieron los doctos, para que acaso entiendas lo que, en este día, permanece oculto tras los velos de gloria. Tan grave se volvió Su situación por todos lados que ordenó a Sus compañeros que se dispersaran. Así se hizo descender el decreto desde el cielo de la gloria divina. Recuerda, además, cómo, cuando uno de esos mismos compañeros se presentó ante el Rey de Etiopía y le recitó un Sura del Corán, éste declaró a su séquito: “En verdad, esto ha sido revelado por Aquel que es el Omnisciente y Omnisapiente. Quienquiera que reconozca la verdad y crea en las enseñanzas de Jesús, en modo alguno puede negar lo que se ha recitado. Verdaderamente, Nos damos testimonio de su verdad, igual que damos testimonio de la verdad de lo que poseemos procedente de los Libros de Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo”.

199 ¡Juro por Dios, oh Rey! Si inclinases tu oído a las melodías de ese Ruiseñor que gorjea con numerosos acentos en la rama mística por orden de tu Señor, el Todomisericordioso, arrojarías tu soberanía y volverías el rostro hacia la Escena de gloria trascendente, por encima de cuyo horizonte reluce el Libro de la Aurora16, y gastarías todo lo que posees en tu ansia de obtener las cosas de Dios. Te encontrarías entonces elevado a la cúspide de la exaltación y gloria, y alzado a la cima de la majestad e independencia. Así se ha consignado el decreto en el Libro Madre por la Pluma del Todomisericordioso. ¿De qué sirven las cosas que hoy día son tuyas y que otros mañana poseerán? Escoge lo que Dios ha escogido para Sus elegidos, y Dios te conferirá en Su Reino una poderosa soberanía. Imploramos a Dios que ayude a tu Majestad a escuchar esa Palabra cuyo fulgor ha envuelto al mundo entero, y te proteja de quienes se han alejado de la corte de Su presencia.

200 ¡Gloria sea a Ti, oh Señor Mi Dios! ¡Cuántas han sido las cabezas que fueron colgadas en alto sobre las lanzas en Tu camino y cuántos los pechos que se convirtieron en blanco de las flechas en aras de Tu complacencia! ¡Cuántos los corazones que han sido lacerados por la exaltación de Tu Palabra y la promoción de Tu Causa, y cuántos los ojos que han llorado amargamente por amor a Ti! Te imploro, oh Tú Que eres el Rey de reyes y el Compadecedor de los oprimidos, por Tu Más Grande Nombre al que has convertido en el Punto de amanecer de Tus muy excelentes nombres y la Aurora de Tus muy exaltados atributos, que elimines los velos que se han interpuesto entre Tú y Tus criaturas y les han impedido que se vuelvan hacia el horizonte de Tu Revelación. Haz, entonces, oh Mi Dios, por Tu muy exaltada Palabra, que se aparten de la siniestra del olvido y el engaño y se vuelvan a la diestra del conocimiento y la certidumbre, para que sepan lo que para ellos has deseado mediante Tu generosidad y gracia, y orienten el rostro hacia Aquel que es la Manifestación de Tu Causa y el Revelador de Tus signos.

201 ¡Oh Mi Dios! Tú eres el Más Munífico, Cuya gracia es infinita. No apartes a Tus siervos del ingente Océano que Tú has convertido en el depósito de las perlas de Tu conocimiento y Tu sabiduría, y no los eches de Tu puerta, la cual has abierto de par en par ante todos los que están en Tu cielo y todos los están en Tu tierra. ¡Oh Señor! No los abandones a sí mismos, pues no comprenden y rehúyen lo que para ellos es mejor que todo cuanto Tú has creado sobre Tu tierra. Dirígeles, oh Mi Dios, las miradas del ojo de Tu favor y munificencia, y libéralos del yo y la pasión, para que se aproximen a Tu exaltadísimo Horizonte, prueben la dulzura de Tu recuerdo y se deleiten con el pan que has enviado desde el cielo de Tu Voluntad y el firmamento de Tu gracia. Desde siempre Tu munificencia ha abarcado la creación entera y Tu misericordia ha sobrepasado todas las cosas. No hay otro Dios sino Tú, Quien siempre perdona, el Más Compasivo.

202 ¡Glorificado seas Tú, oh Señor Mi Dios! Tú sabes bien que Mi corazón se ha derretido en Tu Causa, y que la sangre Me hierve en las venas con el fuego de Tu amor de modo tal que cada gota proclama con su lengua interior: “Haz que por amor a Ti sea derramada sobre la tierra, oh mi Altísimo Señor, para que de ella brote lo que Tú has deseado en Tus Tablas y has ocultado a los ojos de todos, salvo de aquellos siervos que han bebido de la cristalina corriente del conocimiento de manos de Tu gracia y han libado las tranquilas aguas de la comprensión en la copa de Tu merced”.

203 Tú sabes, oh Mi Dios, que en todos Mis asuntos sólo he deseado obedecer Tu mandato, que en toda expresión Mía sólo he querido ensalzar Tu alabanza, y que en todo lo que ha salido de Mi Pluma sólo Me he propuesto alcanzar Tu complacencia y revelar lo que Tú me has ordenado por Tu soberanía.

204 Tú Me ves, oh Mi Dios, perplejo en Tu tierra. Siempre que hago mención de lo que Tú Me has ordenado, Tus criaturas Me ponen reparos; con todo, si desatendiese lo que Tú Me has ordenado observar, merecería el azote de Tu ira y estaría muy lejos de las praderas de Tu cercanía. ¡No, por Tu gloria! He vuelto Mi rostro hacia Tu agrado, y Me he apartado de las cosas en que han puesto su atención Tus siervos. He acogido todo lo que está contigo, y he abandonado todo cuanto pueda alejarme de los retiros de Tu cercanía y de las alturas de Tu gloria. ¡Juro por Tu poder! Con Tu amor en Mi corazón nada Me ha de alarmar, y en el sendero de Tu complacencia en modo alguno Me harán desfallecer todas las aflicciones del mundo. Sin embargo, todo ello se deriva de Tu fuerza y Tu poder, de Tu Munificencia y Tu gracia, y no es mérito Mío.

205 Oh Mi Dios, es ésta una Epístola que Me he propuesto enviarle al Rey. Sabes que nada he esperado de él excepto que muestre justicia hacia Tus siervos y extienda sus favores hacia el pueblo de Tu reino. Para Mí sólo he deseado lo que Tú deseaste, y mediante Tu auxilio no quiero nada sino lo que Tú deseas. ¡Perezca el alma que busque en Ti otra cosa que no seas Tú mismo! ¡Juro por Tu gloria! Tu complacencia es mi más caro deseo, y Tu propósito Mi suprema esperanza. Ten misericordia, oh Mi Dios, de esta pobre criatura Que Se ha aferrado a la orla de Tu riqueza, y de esta alma suplicante Que Te llama diciendo: “¡Tú eres, verdaderamente, el Señor del poder y la gloria!” Ayuda, oh Mi Dios, a Su Majestad el Sháh a guardar Tus leyes entre Tus siervos y a manifestar Tu justicia entre Tus criaturas, a fin de que trate a este pueblo tal como trata a los demás. Tú eres, en verdad, el Dios de poder, de gloria y de sabiduría.

206 Con la venia y permiso del Rey de la Época, este Siervo viajó desde la Sede de Soberanía§§ hasta Iráq, país donde habitó doce años. A lo largo de todo ese período no se sometió a la corte de tu presencia relación alguna sobre Nuestra condición, ni se hizo llegar representación alguna a potencias extranjeras. Poniendo toda Nuestra confianza en Dios, residimos en aquel país hasta que llegó a Iráq cierto funcionario17, el cual, a su llegada, se encargó de atormentar a esta pobre compañía de exiliados. Día tras día, por instigación de algunos supuestos eruditos y de otras personas, les creaba problemas a estos siervos, si bien éstos jamás habían cometido acto alguno perjudicial para el estado y el pueblo o que fuese contrario a las normas y costumbres de los ciudadanos del reino.

207 Temiendo que el proceder de estos transgresores fuera a producir algún resultado adverso a tu esclarecido juicio, este Siervo despachó una breve relación del asunto a Mirza Sa‘íd Khán18, al Ministerio de Asuntos Exteriores, para que se sirviera elevarlo a la presencia real y para que fuera obedecido todo cuanto te pluguiese decretar al respecto. Transcurrió un largo tiempo sin que se promulgara decreto alguno. Finalmente, las cosas llegaron a tal punto que acechaba la amenaza de una contienda y derramamiento de sangre inminentes. Por tanto, necesariamente y por protección de los siervos de Dios, unos pocos apelaron al Gobernador de Iráq19.

208 Si observaras estos acontecimientos con el ojo de la equidad, se haría claro y evidente en el luminoso espejo de tu corazón que lo ocurrido venía exigido por las circunstancias y que no cabía otra alternativa. Su Majestad misma atestigua que en cualquier ciudad donde haya residido cierta cantidad de estas personas, la hostilidad de ciertos funcionarios ha atizado la llama del conflicto y la disputa. Sin embargo, desde Su llegada a Iráq, esta Alma evanescente ha prohibido a todos participar en disensión y conflictos. Son testigos de este Siervo Sus propios actos, pues todos son perfectamente conscientes y dan testimonio de que, pese a que en Iráq residía una cantidad mayor de esta gente que en cualquier otro país, nadie sobrepasó sus límites ni pecó contra su prójimo. Fijando su mirada en Dios, y poniendo su confianza en Él, todos han vivido en paz cerca de quince años, y en cuanto les haya ocurrido han mostrado paciencia y se han resignado a Dios.

209 Tras el arribo de este Siervo a esta ciudad de Adrianópolis, algunos de los habitantes de Iráq y otras partes preguntaron por el significado del término “prestar ayuda a Dios” que se ha mencionado en las Escrituras Sagradas. Se enviaron varias respuestas, una de las cuales aparece en estas páginas, para que se demuestre claramente en la corte de tu presencia que este Siervo no tiene en vista otro fin que promover el mejoramiento y bienestar del mundo. Y si algunos de los divinos favores que, aunque inmerecidamente, Dios ha querido concederme, no sea evidente y manifiesto, al menos es claro y obvio que Él, en Su insuperable misericordia e infinita gracia, no ha privado a Mi corazón del ornamento del raciocinio. El pasaje que hacía alusión al significado de “prestar ayuda a Dios” reza así:

¡Él es Dios, excelsa Sea Su gloria!

210 Es claro y evidente que el único Dios verdadero –¡glorificada sea Su mención!– está purificado del mundo y de cuanto en él hay. Con “prestar ayuda a Dios”, pues, no se quiere decir que algún alma combata o dispute con otra, Aquel Soberano Señor que hace cuanto es Su voluntad ha encomendado el reino de la creación, sus territorios y mares a manos de los reyes, pues son, cada cual de acuerdo con su grado, las manifestaciones de Su divino poder. Si entraren a la sombra del Verdadero, se les considerará de Dios, y si no, tu Señor, ciertamente, conoce y observa todas las cosas.

211 Lo que Dios –¡glorificado sea Su Nombre!– ha deseado para Sí son los corazones de Sus siervos, que son los tesoros de Su amor y el recuerdo y los depósitos de Su conocimiento y sabiduría. Ha sido siempre el deseo del Rey Eterno limpiar los corazones de Sus siervos de las cosas del mundo y de cuanto le pertenece, para que se conviertan en receptores dignos de los refulgentes esplendores de Aquel que es el Rey de todos los nombres y atributos. Por consiguiente, no debe permitirse a ningún extraño el acceso a la ciudad del corazón, para que así el Amigo incomparable pueda entrar en Su morada. Con ello se quiere decir el fulgor de Sus nombres y atributos, mas no Su Esencia excelsa, por cuanto ese Rey sin par ha estado y estará eternamente purificado de ascenso y descenso.

212 Por tanto, de ahí se sigue que prestar ayuda a Dios, en este día, no consiste ni jamás consistirá en contender ni disputar con alma alguna; antes bien, lo que es preferible a los ojos de Dios es que las ciudades de los corazones de los hombres, que están gobernadas por las huestes del yo y la pasión, queden sometidas por la espada de la expresión, de la sabiduría y de la comprensión. Así, quien procura ayudar a Dios debe, ante todo, conquistar, con la espada del significado interior y de la explicación, la ciudad de su propio corazón y resguardarla del recuerdo de todo lo que no sea Dios, y sólo entonces intentar someter las ciudades de los corazones de los demás.

213 Tal es el verdadero significado de prestar ayuda a Dios. La sedición nunca ha sido agradable a Dios, ni han sido aceptables a Su vista los actos cometidos en el pasado por ciertos necios. Sabed que ser matado en el sendero de Su complacencia es mejor que matar. Los amados del Señor deben, en este día, comportarse de tal modo entre Sus siervos que por sus propios actos y hechos guíen a todos los hombres al paraíso del Todoglorioso.

214 ¡Por Aquel que brilla en la Aurora de Santidad! Nunca los amigos de Dios han puesto ni pondrán sus esperanzas en el mundo y sus bienes efímeros. El único Dios verdadero siempre ha considerado los corazones de los hombres como Suyos, de Su exclusiva propiedad, y ello también como mera expresión de Su misericordia sin par, para que quizá los ojos mortales sean limpiados y purificados de cuanto pertenece al mundo del polvo y sean admitidos en los dominios de la eternidad. Pues de otro modo ese Rey ideal es, en Sí y por Sí, suficiente para Sí mismo e independiente de todas las cosas. Ni el amor de Sus criaturas Le aprovecha, ni puede dañarle su malevolencia. Todos han surgido de moradas de polvo y al polvo regresarán, en tanto que el único Dios verdadero, solo y sin compañía, está establecido en Su Trono, Trono que excede los límites del tiempo y del espacio, que está purificado de todo discurso o expresión, indicación, descripción y definición, y que está por encima de toda noción de humillación y gloria. Y nadie sabe esto salvo Él y quienes tienen el conocimiento del Libro. No hay otro Dios sino Él, el Todopoderoso, el Munífico.

215 Sin embargo, corresponde a la benevolencia del Soberano examinar todos los asuntos con el ojo de la justicia y misericordia, y no contentarse con las pretensiones injustificadas de ciertos individuos. Imploramos a Dios que, benévolamente, ayude al Rey a cumplir lo que Le agrade, y, verdaderamente, lo que Él desea debería ser el deseo de todos los mundos.

216 Más adelante, a este Siervo se Le hizo ir a Constantinopla, adonde llegamos acompañados de un pobre grupo de exiliados. Posteriormente en ningún momento procuramos sostener reunión con nadie, puesto que no teníamos petición que formular y ningún objetivo en perspectiva, salvo demostrarles a todos que este Siervo no se proponía hacer ningún daño ni jamás había tenido trato con los sembradores de sedición. ¡Por Aquel que ha hecho que las lenguas de todos los seres pronuncien Su alabanza! Al tiempo que ciertas consideraciones dificultaban recurrir a instancia alguna, se dieron esos pasos forzosamente para proteger a ciertas almas. Mi Señor sabe, ciertamente, lo que hay en Mí, y da fe de la verdad de cuanto digo.

217 Un rey justo es la sombra de Dios en la tierra. Todos deberían buscar abrigo a la sombra de su justicia y descansar bajo la protección de su favor. No es éste un asunto particular o de alcance limitado para que pueda restringirse a una u otra persona, por cuanto la sombra habla identifica a de Quien la proyecta. Dios, glorificado sea Su recuerdo, Se ha llamado a Sí mismo Señor de los mundos, pues ha cultivado y aún cultiva a todos. Glorificada sea, entonces, Su gracia que ha precedido a todas las cosas creadas, y Su misericordia, la cual ha sobrepasado los mundos.

218 Es claro y evidente que, ya sea que esta Causa se vea bien o mal por la gente, quienes están ligados con su nombre la han aceptado y abrazado como verdadera, abandonando todo lo que poseen en su ansia por compartir las cosas de Dios. El que muestren tal renuncia en el camino del amor del Todomisericordioso es en sí testigo fiel y testimonio elocuente de la verdad de sus convicciones. ¿Se ha presenciado jamás que un hombre en su sano juicio sacrifique la vida sin causa o razón? Y si se sugiriera que esta gente ha perdido el sentido, tal cosa es asimismo altamente improbable, por cuanto tal conducta no ha estado limitada meramente a un alma o dos, antes bien, una gran multitud de todas las clases ha bebido su porción de las aguas vivientes del conocimiento divino, y, ebrias, se han apresurado con el corazón y el alma a ir al campo del sacrificio por la senda del Bienamado.

219 Si estas almas, las cuales han renunciado a todo menos a Dios por amor a Él y han ofrendado su vida y bienes en Su camino, debieran considerarse falsas, entonces ¿por qué prueba o testimonio podría establecerse en tu presencia la verdad de lo que los demás afirman? El difunto Ḥájí Siyyid Muḥammad20 –¡que Dios exalte su posición y lo sumerja en el océano de Su perdón y misericordia!– era uno de los teólogos más eruditos de la época, y uno de los hombres más devotos y piadosos de su tiempo. Tan alta era la estima en que se le tenía, que su alabanza estaba en boca de todos, y su rectitud y piedad eran reconocidas universalmente. No obstante, cuando estallaron las hostilidades con Rusia21, aquel que había pronunciado el decreto de guerra santa, y quien con una enseña blasonada había abandonado su tierra natal para apoyar Su Fe abandonó, tras las incomodidades de un breve combate, todo el bien que había perseguido y regresó al lugar de donde había venido. ¡Ojalá que el velo se levante, y se ponga de manifiesto lo que hasta ahora permanece oculto a los ojos de los hombres!

220 Durante más de veinte años este pueblo ha sido sometido, día y noche, a la furia de la ira del Soberano, y se ha dispersado, cada uno a un lugar diferente, por efecto de los tempestuosos huracanes de su enojo. ¡Cuántos hijos han quedado sin padre, y cuántos padres han perdido a sus hijos! ¡Cuántas madres no se han atrevido, por miedo y temor, a guardar luto por sus vástagos degollados! ¡Cuán numerosos los que, estando al atardecer poseídos de la máxima riqueza y opulencia, cuando se hizo de mañana, habían caído ya en la humillación y pobreza abyectas! No hay tierra cuyo suelo no se haya teñido con su sangre, ni punto del cielo al que sus suspiros no hayan ascendido. A lo largo de los años los dardos de la aflicción han llovido incesantemente desde las nubes del decreto de Dios, mas pese a todas estas calamidades y tribulaciones, la llama del amor divino ha brillado tanto en sus corazones que incluso de quedar sus cuerpos destrozados no abandonarían su amor por Aquel que es el Bienamado de los mundos, sino que acogerían de alma y corazón cuanto les acaeciese en el camino de Dios.

221 ¡Oh Rey! Las brisas de la gracia del Todomisericordioso han transformado a estos siervos, atrayéndoles a Su Santa Corte. “El testigo de un verdadero amante está en su manga”. No obstante, algunos de los pretendidos eruditos han inquietado al luminoso corazón del Rey de la Época en relación con esas almas que giran en torno al Tabernáculo del Todomisericordioso y que tratan de alcanzar el Santuario del verdadero conocimiento. ¡Ojalá que el preclaro deseo de Su Majestad decrete que este Siervo sea llevado a comparecer cara a cara con los teólogos de la época y aduzca pruebas y testimonios en presencia de Su Majestad el Sháh! Este Siervo está dispuesto y abriga la esperanza en Dios de que se convoque una reunión semejante para que la verdad de la materia se aclare y se ponga de manifiesto ante Su Majestad el Sháh. Así pues, a ti te corresponde ordenar, y yo estoy listo ante el trono de tu soberanía. Decide, entonces, a favor o en contra de Mí.

222 El Todomisericordioso dice en el Corán, Su permanente testimonio para todos los pueblos del mundo: “Desead entonces la muerte, si sois veraces”22. ¡Observa cómo ha declarado que el anhelo de la muerte es la piedra de toque de la sinceridad! Y, en el espejo luminoso de tu juicio, sin duda es claro y evidente qué gente ha optado, en este día, por ofrendar la vida en la senda del Bienamado de los mundos. En efecto, si los libros que apoyan las creencias de esta gente se escribiesen con la sangre derramada en la senda de Dios –¡exaltada sea Su gloria!– entonces ya habrían aparecido entre los hombres incontables volúmenes que todos podrían ver.

223 ¿Cómo, quisiéramos preguntar, es posible impugnar a este pueblo cuyos actos concuerdan con sus palabras, y dar crédito en lugar de ello a quienes han rechazado abandonar una sola tilde de su autoridad mundana en el camino de Aquel que es el Libre? Algunos teólogos que han declarado infiel a este Siervo no han sostenido reunión alguna conmigo. Nunca Me han visto, ni han llegado a conocer Mi propósito y, no obstante, han hablado como les placía y han actuado como deseaban. Mas toda pretensión exige una prueba, no sólo meras palabras o muestras externas de piedad.

224 En este sentido, el texto de varios pasajes del Libro Oculto de Fátima –¡las bendiciones de Dios sean con ella!– que son pertinentes a nuestro tema serán citados en el idioma persa, de modo que ciertos asuntos que hasta la fecha han quedado ocultos sean revelados ante tu presencia. Los destinatarios del citado Libro, que hoy día es conocido como las Palabras Ocultas, son aquellos que, aunque externamente son conocidos por su saber y piedad, interiormente son esclavos del yo y de la pasión.

225 Él dice: ¡Oh necios con fama de sabios! ¿Por qué os disfrazáis de pastores, cuando por dentro os habéis vuelto lobos que están al acecho de Mi rebaño? Sois como la estrella que asoma antes del amanecer y que, si bien parece radiante y luminosa, desvía a los caminantes de Mi ciudad llevándolos por los caminos de la perdición.

226 E igualmente dice: ¡Oh gentes de hermosa apariencia, mas viles por dentro! Sois como agua clara pero amarga, que en su exterior parece puro cristal, mas una vez probada por el divino Catador, ni una sola gota es aceptada. Sí, el rayo solar cae por igual sobre el polvo y el espejo, mas difiere al reflejarse como la estrella lo hace comparada con la tierra: es más, ¡inconmensurable es la diferencia!

227 Y también dice: ¡Oh esencia del deseo! Muchas madrugadas he vuelto a tu morada desde los dominios del Omnipresente, hallándote en el lecho de la holganza ocupado con otros aparte de Mí. En seguida, como relámpago del espíritu, regresé a los dominios de gloria celestial y, en Mis retiros de lo alto, no se lo dije a las huestes de la santidad.

228 Y de nuevo dice: ¡Oh esclavo del mundo! Muchas madrugadas pasó junto a ti la brisa de Mi bondad y te halló profundamente dormido en el lecho de la negligencia. Lamentando entonces tu condición, regresó al lugar de donde había venido23.

229 Por tanto, en el ejercicio de la justicia real no basta con prestar oído tan sólo al demandante. Dios dice en el Corán, infalible Balanza que distingue la verdad de la mentira: “¡Oh vosotros que creéis! Si un malvado os viene con noticias, aclaradlo al momento, no sea que perjudiquéis a otros por ignorancia, y después os arrepintáis de lo cometido”24. Además, las santas Tradiciones contienen la siguiente amonestación: “No le creáis al chismoso”. Algunos teólogos, que no Nos han visto nunca, han tergiversado la naturaleza de Nuestra Causa. Sin embargo, quienes se han encontrado con Nos testifican que este Siervo no ha hablado sino de acuerdo con lo que Dios ha ordenado en el Libro, y que ha llamado la atención al siguiente bendito versículo, exaltada sea Su Palabra: “¿No nos desautorizáis meramente porque creemos en Dios, en lo que nos ha enviado, y en lo que ha enviado en el pasado?”25

230 ¡Oh Rey de la época! Los ojos de estos refugiados están vueltos y fijos en la misericordia del Más Misericordioso. No cabe duda alguna de que estas tribulaciones vendrán seguidas por la profusión de una misericordia suprema, y que a esta extrema adversidad le sucederá una rebosante prosperidad. Sin embargo, quisiéramos confiar en que Su Majestad el Sháh mismo examine estos asuntos y dé esperanza a los corazones. Lo que hemos presentado a consideración de tu Majestad redunda por cierto en tu mayor bien. Y Dios, en verdad, Me basta como testigo.

231 ¡Glorificado eres, oh Señor Mi Dios! Atestiguo que el corazón del Rey se encuentra ciertamente entre los dedos de Tu poder. Si es Tu deseo, inclínalo, oh Mi Dios, hacia la caridad y la misericordia. Tú eres, verdaderamente, el Todopoderoso, el Muy Excelso, el Más Munífico. No hay otro Dios fuera de Ti, el Todoglorioso, Aquel Cuya ayuda todos procuran.

232 Acerca de los requisitos que deben cumplir los doctos, dice Él: “Incumbe a la generalidad de las personas imitar a quienquiera de entre los doctos que guarde su alma, defienda su fe, se oponga a sus deseos y obedezca el mandato de su Señor...”26. Si el Rey de la Época reflexionara sobre esta expresión que ha brotado de la lengua de Aquel que es el Amanecer de la Revelación del Todomisericordioso, percibiría que quienes han sido adornados con los atributos enumerados en esta santa Tradición son más escasos que la piedra filosofal; por tanto no todo hombre que alegue conocimiento merece que se le crea.

233 Asimismo, en cuanto a los teólogos de los últimos Días, dice Él: “Los doctores religiosos de esa época serán los teólogos más perversos a la sombra del cielo. De ellos ha procedido el desorden, y a ellos regresará”. Y asimismo dice: “Cuando se ponga de manifiesto el Estandarte de la Verdad, el pueblo tanto de Oriente como de Occidente lo maldecirá”27. Si alguien cuestionare estas Tradiciones, este Siervo se encargará de probar su validez, puesto que los detalles de su transmisión se han omitido aquí por motivos de brevedad.

234 Aquellos doctores que de verdad han bebido del cáliz de la renuncia nunca han interferido con este Siervo. Así, por ejemplo, Shaykh Murṭaḍá28 –¡que Dios exalte su posición y haga que repose bajo el dosel de Su gracia!– mostró amabilidad durante Nuestra estancia en Iráq y nunca habló de esta Causa sino lo que permitió Dios. Imploramos a Dios que ayude benévolamente a todos a cumplir Su voluntad y deseo.

235 Sin embargo, ahora todos han perdido de vista las demás consideraciones, y están decididos a perseguir a este pueblo. Así, si se preguntara a determinadas personas, las cuales, por la gracia de su Señor, reposan a la sombra de tu real misericordia y disfrutan de incontables favores: “¿Qué servicio habéis prestado a cambio de esos favores regios? ¿Acaso mediante una sabia política habéis anexado algún territorio más al reino? ¿Os habéis dedicado a algo que garantice el bienestar de la población, la prosperidad del reino y la gloria perdurable del estado?”, no tendrían otra respuesta que la de designar, justa o falsamente, a un grupo de personas ante tu real presencia como Bábíes, y a continuación entregarse a la matanza y al saqueo. Por ejemplo, en Tabríz, y en la ciudad egipcia de Manṣúríyyih, varios miembros de esta comunidad fueron chantajeados y les sustrajeron grandes sumas, pese a lo cual jamás se ha hecho referencia a estos asuntos en la corte de tu presencia.

236 La razón por la que han sucedido todas estas cosas es que sus perseguidores, al encontrar desprotegidos a esos desdichados, han dejado de atender asuntos más importantes para dedicarse en su lugar a hostigar a este pueblo afligido. Numerosas confesiones y diversos credos habitan pacíficamente a la sombra de tu soberanía. Haz que este pueblo se cuente también entre ellos. Es más, quienes sirven al Rey deberían estar animados por miras e intenciones tan sublimes como para esforzarse de continuo por reunir a todas las religiones al abrigo de su sombra, y reinar sobre ellas con perfecta justicia.

237 Hacer cumplir las leyes de Dios no es sino justicia, y constituye la fuente del contento universal. Es más, las leyes divinas siempre han sido y seguirán siendo la causa e instrumento de la preservación de la humanidad, tal como atestiguan Sus exaltadas palabras: “¡En el castigo encontraréis la vida, oh perspicaces!”29 Sin embargo, mal se avendría con la justicia de tu Majestad que por la transgresión de una sola alma todo un grupo se vea sometido al azote de tu ira. El único Dios verdadero –¡glorificado sea Su Nombre!– ha dicho: “Nadie soportará la carga de otro”30. Es claro y evidente que en toda comunidad ha habido y siempre habrá doctos e ignorantes, sabios y desatentos, libertinos y piadosos. El hecho de que un alma sabia y reflexiva cometa un acto odioso es sumamente improbable, por cuanto tal persona o bien va en procura de este mundo o bien lo ha abandonado: si fuera de estas últimas, sin duda no albergaría consideración por nada salvo por Dios, y además el temor de Dios le impediría cometer actos ilegítimos o reprobables; y si fuera de las primeras, sin duda evitaría cometer actos que contrariasen y alarmasen a la gente, y actuaría de modo tal de ganarse su confianza. Por tanto, es evidente que los actos reprensibles siempre han emanado y siempre emanarán de las almas necias e ignorantes. Imploramos a Dios que guarde a Sus siervos de volverse a nadie salvo a Él, y los acerque a Su presencia. En verdad, Su poderío está a la altura de todas las cosas.

238 ¡Loor a Ti, oh Señor Mi Dios! ¡Tú oyes la voz de Mi lamento, y ves Mi condición, Mi desgracia y aflicción! Tú sabes todo lo que hay en Mí. Si el llamamiento que he formulado es totalmente por Tu amor, acerca entonces con ello los corazones de Tus criaturas hacia el cielo de Tu conocimiento, y el corazón del Soberano hacia la derecha del trono de Tu nombre, el Todomisericordioso. Provéele entonces, oh Mi Dios, con una porción de ese agradable sustento que ha descendido del cielo de Tu generosidad y de las nubes de Tu misericordia, para que abandone todo cuanto posee y se vuelva hacia la corte de Tu favor. Socórrele, oh Mi Dios, para que ayude a Tu Causa y enaltezca Tu Palabra entre Tus criaturas. Refuérzale, entonces, con las huestes de lo visible y de lo invisible, para que someta a toda ciudad en Tu Nombre y, mediante Tu soberanía y potencia, domine a todos los que moran en la tierra, ¡oh Tú en Cuyas manos está el reino de la creación! Tú, en verdad, eres el Ordenador Supremo tanto en el comienzo como en el fin. No hay otro Dios salvo Tú, el Más Poderoso, el Todoglorioso, el Omnisapiente.

239 Tan burdamente han tergiversado Nuestra Causa ante tu real presencia que, si uno solo de los miembros de esta comunidad cometiera algún acto indecoroso, lo describen como instigado por sus creencias. ¡Por Aquel fuera de Quien no hay otro Dios! Este Siervo Se ha negado a dar aprobación a la comisión de actos reprobables, cuanto más la de aquellos que se han prohibido explícitamente en el Libro de Dios.

240 Dios ha prohibido a los hombres que beban vino, y esta prohibición ha sido revelada y consignada en Su Libro. Pese a ello y al hecho de que los doctores eruditos de la época –¡que Dios acreciente su número!– han prohibido al pueblo tan abominable acto, todavía hay algunos que incurren en él. Con todo, el castigo que semejante acto acarrea concierne tan sólo a sus desatentos autores, en tanto que las nobles manifestaciones de suprema santidad permanecen por encima y exentas de toda culpa. En efecto, la creación entera, tanto visible como invisible, da testimonio de su santidad.

241 Es más, estos siervos consideran al único Dios verdadero como Aquel que “hace Su voluntad”31 y “ordena lo que desea”32. En consecuencia, no ven como imposible la aparición continua de las Manifestaciones de Su Unidad en el mundo contingente. Si alguien sostuviese lo contrario, ¿cómo se diferenciaría de quienes creen que la mano de Dios está “encadenada”?33 Y si el único Dios verdadero –¡glorificada sea Su mención!– es de verdad considerado libre para elegir, entonces cualquier Causa que el Antiguo Rey quiera manifestar a partir del manantial de Su Mandato deberá ser abrazada por todos. No hay refugio para nadie ni lugar seguro al cual acudir salvo Dios; y no hay protección para alma alguna ni abrigo que buscar excepto en Él.

242 El requisito esencial para quien formule tal pretensión es respaldar sus aseveraciones con pruebas y testimonios claros. Aparte de ello, el rechazo de la gente, sea erudita o ignorante, nunca ha tenido ni nunca tendrá importancia alguna. Los Profetas de Dios, esas Perlas del océano de la Unidad divina y Depositarios de la divina Revelación han sido siempre el objeto del repudio y rechazo de los hombres. Tal como dice Él: “Cada nación ha tramado maquinaciones contra Su Mensajero para apoderarse violentamente de Él, y ha disputado con palabras vanas para invalidar la verdad”34. Y también: “No llega a ellos ningún Mensajero sin que Le hagan objeto de sus burlas”35.

243 Considera la Dispensación de Aquel que es el Sello de los Profetas y el Rey de los Escogidos –¡que las almas de toda la humanidad sean ofrendadas por Su amor!– Después de aparecer el Sol de la Verdad en el horizonte de Ḥijáz, ¡cuán grandes fueron las crueldades que los exponentes del error causaron a aquella incomparable Manifestación del Todoglorioso! Tal fue su negligencia que consideraron toda herida infligida a aquel Ser sagrado entre las más grandes de todas las acciones y como medio de llegar a Dios, el Altísimo. Pues en los primeros años de Su misión los teólogos de esa época, tanto cristianos como judíos, se apartaron de aquel Sol del cielo de la gloria, y en consecuencia todo el pueblo, grandes y humildes por igual, se aprestaron a extinguir la luz de ese Luminar del horizonte de los significados interiores. Los nombres de todos esos teólogos han sido mencionados en los libros de antaño; entre ellos figuran Wahb Ibn-i-Ráhib, Ka‘b Ibn-i-Ashraf, ‘Abdu’lláh-i-Ubayy y otra gente como ellos.

244 Finalmente, las cosas llegaron a tal punto que esos hombres consultaron en conjunto y conspiraron para derramar Su sangre pura, tal como dice Dios, ¡glorificada sea Su mención!: “Y recuerda cuando los incrédulos maquinaban contra Ti, al objeto de apresarte o darte muerte o expulsarte; y así maquinaban, y Dios maquinaba, y Dios, en verdad, es el mejor de los maquinadores”36. Asimismo dice: “Pero si su oposición Te resulta penosa: si no puedes, busca una apertura en la tierra o tiende una escalera al cielo y llévales un signo; mas si Dios lo desease, podría reunirlos en la verdadera guía; luego, no seas de los ignorantes”37. ¡Por Dios! El corazón de Sus predilectos se consume por el contenido de estos dos benditos versículos. Tales hechos establecidos e indisputables se han olvidado, y nadie se ha detenido a reflexionar, ni en los días pasados ni en el presente, sobre las cosas que han impulsado a los hombres a apartarse de la Reveladores de la luz de Dios durante la época de su manifestación.

245 Asimismo, antes de la aparición del Sello de los Profetas, considera a Jesús, Hijo de María. Cuando Se reveló aquella Manifestación del Todomisericordioso, todos los teólogos acusaron de impiedad y rebelión a aquella Quintaesencia de la fe. Al fin, con la sanción de Anás, el teólogo más docto de la época, y de Caifás, el gran sacerdote, Su bendita persona hubo de sufrir lo que la pluma se avergüenza de mencionar y es incapaz de describir. El gran mundo con toda su inmensidad no podía ya contenerle, hasta que Dios Lo elevó al cielo.

246 Si hubiera que darse aquí una relación detallada de todos los Profetas, es de temer que ello llevaría a cansancio. Los doctores de la Tora afirman en particular que ningún Profeta independiente ha de venir con una nueva Ley después de Moisés. Sostienen que se pondrá de manifiesto un Vástago de la Casa de David, Quien promulgará la Ley de la Tora, y ayudará a establecer y hacer cumplir sus mandamientos por todo Oriente y Occidente.

247 Los seguidores del Evangelio sostienen, igualmente, que es imposible que resplandezca de nuevo el Portador de una nueva Revelación en la aurora de la Voluntad de Dios después de Jesús, Hijo de María –¡que la paz sea con Él!– En apoyo de este argumento aducen el siguiente versículo del Evangelio: “El cielo y la tierra pasarán, mas las palabras del Hijo del Hombre nunca pasarán”38. Sostienen que ni las enseñanzas ni los mandamientos de Jesús –¡la paz sea con Él!– jamás podrán alterarse.

248 En cierto pasaje del Evangelio, dice: “Voy y vuelvo de nuevo”39. Asimismo, en el Evangelio de Juan predijo el advenimiento de un Consolador, quien habría de venir después de Él40. Además, en el Evangelio de Lucas se mencionan varios signos y portentos. Sin embargo, algunos teólogos de esa Fe han interpretado estas expresiones de acuerdo con sus propias fantasías, y así han dejado de comprender su verdadero significado.

249 Ojalá que Me permitieras, oh Sháh, enviarte lo que alegraría los ojos, y tranquilizaría las almas, y convencería a toda persona justa de que Él posee el conocimiento del Libro. Ciertas personas, incapaces de responder a las objeciones puestas por sus oponentes, afirman que la Tora y el Evangelio han sido corrompidos, cuando en realidad las referencias a tal corrupción se refieren sólo a casos particulares41. De no ser por el repudio de los necios y la connivencia de los teólogos, habría pronunciado un discurso que habría conmovido y arrebatado los corazones llevándolos a un dominio del murmullo de cuyos vientos se oye: “¡No hay otro Dios sino Él!” Sin embargo, no siendo la sazón madura en la actualidad, la lengua de Mi verbo ha sido acallada y el vino de la exposición sellado hasta la época en que Dios, mediante el poder de Su potencia, Se complazca en abrirlo. En verdad, Él es el Todopoderoso, el Más Potente.

250 ¡Loor a Ti, oh Señor Mi Dios! Te pido por Tu Nombre, mediante el cual has sometido a todos los que están en los cielos y todos los que están en la tierra, que protejas la lámpara de Tu Causa dentro del cristal de Tu omnipotencia y generoso favor, para que no quede expuesta a las ráfagas de la denegación de aquellos que permanecen desatentos a los misterios de Tu nombre, el Libre. Aumenta, entonces, con el aceite de Tu sabiduría, el brillo de su luz. Ciertamente, Tú tienes poder sobre todos los habitantes de Tu tierra y de Tu cielo.

251 Te imploro, oh Mi Señor, por esa Palabra muy exaltada que ha provocado terror a los corazones de todos los que están en los cielos y en la tierra, salvo aquellos que se han asido tenazmente de Tu Asa Segura, que no Me abandones entre Tus criaturas. Elévame, entonces, hacia Ti, haz que Me acoja a la sombra de Tu misericordia y dame a beber del vino puro de Tu providencia, para que habite dentro del tabernáculo de Tu majestad y bajo el dosel de Tu favor. Potente eres Tú para hacer lo que Te place. En verdad, Tú eres Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo.

252 ¡Oh Rey! Se han extinguido las lámparas de la equidad, y el fuego de la tiranía ha ardido por todos lados de modo tal que Mi pueblo ha sido llevado cautivo desde Zawrá’*** hasta Mosul, conocida cómo Ḥadbá’. No es éste el primer atropello sufrido en el camino de Dios. Le incumbe a toda alma considerar y rememorar lo que le aconteció a la familia del Profeta cuando el pueblo los hizo cautivos, trasladándolos a Damasco, conocida por Fayḥá’. Entre ellos figuraba el príncipe de los que adoran a Dios, el sostén de quienes se han acercado a Él y el santuario de quienes añoran Su presencia –¡que la vida de todos los demás sea un sacrificio para Él!42

253 Se les preguntó: “¿Sois del partido de los secesionistas?”43 Él repuso: “No, por el Señor Todopoderoso. No somos sino siervos que han creído en Dios y en Sus versículos. Por nosotros el rostro de la Fe se ha iluminado de alegría. Por nosotros ha resplandecido el signo del Todomisericordioso. Ante la mención de nuestro nombre el desierto de Baṭḥá se ha desbordado de agua y se ha despejado la tiniebla que separaba la tierra del cielo”.

254 “¿Habéis prohibido”, se les preguntó, “lo que Dios ha hecho lícito, o permitido lo que Él ha vedado?” “Fuimos los primeros en seguir los mandamientos divinos”, respondió. “Somos la raíz y el origen de Su Causa, el principio de todo bien y su final. Somos el signo del Anciano de Días y la fuente de Su recuerdo entre las naciones”.

255 Se les preguntó: “¿Habéis abandonado el Corán?” “En nuestra Casa”, respondió, “lo reveló el Todomisericordioso. Somos las brisas del Todoglorioso en medio de Su creación. Somos las corrientes que han dimanado del Más Grande Océano, mediante las cuales Dios ha hecho revivir la tierra y mediante las cuales la hará revivir de nuevo después de que haya muerto. Mediante nosotros se han difundido Sus signos, se han revelado Sus pruebas y se han descubierto Sus muestras. En poder de nosotros obra el conocimiento de Sus significados ocultos y de Sus misterios jamás revelados”.

256 “¿Por qué crimen se os ha castigado?”, se les preguntó. “Por nuestro amor a Dios”, fue su respuesta, “y por nuestro desprendimiento de todo salvo Él”.

257 No hemos citado sus palabras exactas –¡la paz sea con él!–, antes bien hemos brindado unas gotas de ese océano de vida eterna que se halla atesorado dentro de ellos, para que quienes respondan a ello sean vivificados y tomen conciencia de lo que les acaeció a los fiduciarios de Dios a manos de una generación perdida y díscola. En este día vemos al pueblo que censura a los opresores de épocas pasadas, ¡en tanto que ellos mismos cometen aún mayores agravios y no lo saben!

258 Dios Me da testimonio de que no ha sido Mi intención fomentar la sedición, sino purificar a Sus siervos de cuanto les haya impedido acercarse a Él, el Señor del Día del Juicio. Dormía en Mi lecho, cuando he aquí que pasaron sobre Mí las brisas de Mi Señor, el Todomisericordioso, Me despertaron del sueño y Me ordenaron que elevase la voz entre la tierra y el cielo. Esto no procede de Mí, sino de Dios. De ello dan fe los habitantes de Su Dominio y de Su Reino, y los moradores de las ciudades de Su gloria inmarcesible. ¡Por Aquel que es la Verdad! No temo a la tribulación en Su camino, ni a aflicción alguna en Mi amor por Él y en la senda de Su complacencia. Verdaderamente, Dios ha hecho la adversidad como el rocío sobre Sus verdes prados y un pábilo para Su lámpara que ilumina la tierra y el cielo.

259 ¿Durará la riqueza del hombre por siempre o le protegerá contra Aquel que, en breve, le tomará de los cabellos? Al mirar a los que duermen bajo lápidas, engastadas en el polvo, ¿podría alguien distinguir entre la calavera descompuesta del Monarca y los huesos deshechos del súbdito? ¡No, por Aquel Que es el Rey de reyes! ¿Ha de distinguirse el señor del vasallo o aquellos que han disfrutado de riqueza y opulencia, de quienes no poseían ni calzado ni esterilla? ¡Por Dios! Toda distinción se ha borrado, salvo para quienes defendieron lo recto y quienes gobernaron con justicia.

260 ¿Adónde han ido los eruditos, los teólogos y los potentados de antaño? ¿Qué ha sido de sus sagaces opiniones, de su aguda visión, de su perspicaz entendimiento y de sus sabios pronunciamientos? ¿Dónde están sus cofres ocultos, y sus ornamentos ostentosos, sus lechos dorados, sus alfombras y cojines desparramados? ¡Desaparecida para siempre está su generación! Todos han fenecido, y, por el decreto de Dios, nada queda de ellos salvo polvo desperdigado. Agotada está la riqueza que amasaron; dispersas, las provisiones que acapararon; disipados, los tesoros que ocultaron. Ahora nada puede verse salvo sus lugares predilectos, abandonados; sus moradas, sin techo; sus troncos, desarraigados, y su esplendor, desvanecido. Ningún hombre perspicaz dejará que la riqueza le distraiga la mirada de su objetivo último, y ningún hombre de entendimiento permitirá que la fortuna le impida volverse hacia Aquel que es el Poseedor, el Altísimo.

261 ¿Dónde está aquel que dominaba todo lo que alumbraba el sol, que vivía con extravagancia en la tierra, procurándose los lujos del mundo y de cuanto ha sido creado en él? ¿Y dónde está el comandante de la legión morena y el alférez de la enseña dorada? ¿Dónde está el gobernante de Zawrá’ y dónde, el tirano de Fayḥá’?44 ¿Dónde están aquellos ante cuya munificencia los erarios de la tierra palidecían de vergüenza, y ante cuya liberalidad y amplitud de espíritu se avergonzaba el mismísimo océano? ¿Dónde está aquel que extendió el brazo en rebelión y que volvió la mano contra el Todomisericordioso?

262 ¿Dónde están los que fueron en pos de placeres terrenales y los frutos de los deseos carnales? ¿Adónde han huido sus bellas y agraciadas mujeres? ¿Dónde están sus ramas que se mecían, sus ganchos extendidos, sus mansiones encumbradas, sus jardines con glorietas? ¿Y qué ha sido de las delicias de esos jardines –sus exquisitos parajes y suaves brisas, el murmullo de sus arroyos, el susurro del viento, el arrullo de las palomas y el crujido de las hojas–? ¿Dónde se hallan ahora sus alboradas resplandecientes y sus radiantes figuras sonrientes? ¡Lástima de ellos! Todos han perecido y han ido a descansar bajo una bóveda de polvo. No se oye de ellos ni nombre ni mención; nadie sabe de sus asuntos, ni tampoco quedan señales de ellos.

263 ¿Acaso van a cuestionar las gentes aquello de lo que ellos mismos son testigos? ¿Van a negar lo que ellos saben verdadero? ¡No sé por qué desierto deambulan! ¿No ven acaso que han emprendido un viaje del que no han de volver? ¿Hasta cuándo han de vagar de la montaña al valle, de la hondonada a la colina? ¿No ha llegado la hora de que quienes creen humillen su corazón ante la mención de Dios?45 Bendito es aquel que ha dicho o que ahora ha de decir: “¡Sí, por mi Señor! ¡Ha llegado el momento y ha sonado la hora!”, y luego quien se desprenda de todo lo que ha sido y se entregue por entero a Aquel que es el Poseedor del universo y el Señor de toda la creación.

264 ¡Pero ni esperanza! Pues no se cosecha más que lo sembrado, y no se recoge nada que no se haya depositado46, a menos que sea por gracia y otorgamiento del Señor. ¿Ha nacido ya alguien de la matriz del mundo a quien los velos de la gloria no impidan ascender al Reino de su Señor, el Todoglorioso, el Altísimo? ¿Estamos ya capacitados para llevar a cabo hechos que disipen nuestras aflicciones y nos acerquen a Aquel que es la Causa de las causas? Suplicamos a Dios que nos trate de acuerdo con Su generosidad, y no según Su justicia, y que permita que nos contemos entre los que han vuelto sus rostros hacia su Señor, desprendiéndose de todo lo demás.

265 ¡Oh Sháh! He visto en el camino de Dios lo que ningún ojo ha visto, ni oído ha escuchado. Mis conocidos Me han rechazado, y Mis sendas se han quedado estrechas. Se ha secado la Fuente del bienestar, y el enramado de la holgura está marchito. ¡Cuántas tribulaciones han llovido y pronto han de llover sobre Mí! Camino con el rostro dirigido hacia Aquel que es el Todopoderoso, el Todogeneroso, en tanto que tras de Mí se desliza la serpiente. Han caído lágrimas de Mis ojos hasta empapar Mi lecho.

266 Sin embargo, no me apesadumbro por Mí mismo. ¡Por Dios! Mi cabeza anhela ser atravesada por una lanza en su amor a su Señor. Y nunca he pasado junto a un árbol sin que Mi corazón se le dirigiera diciendo: “¡Ojalá fueses derribado en Mi nombre y crucificado Mi cuerpo sobre ti, en el camino de Mi Señor!”, pues veo a la gente vagando distraída e inconsciente en su estupor de borrachos. Han puesto en alto sus pasiones y han rebajado a Dios. Me parece que han hecho burla de Su Causa considerándola juego o pasatiempo, creyendo en todo momento que obran bien y que viven a salvo en la ciudadela de la seguridad. Sin embargo, no es el asunto como ingenuamente se lo imaginan: ¡mañana verán lo que hoy día suelen negar!

267 Dentro de poco, los exponentes de la riqueza y el poder Nos desterrarán de la tierra de Adrianópolis a la ciudad de ‘Akká. Según dicen, se trata de la ciudad más desolada del mundo, la del aspecto más repulsivo, la del clima más detestable y del agua más insalubre. Parece que fuera la metrópolis del búho, en cuyo interior nada puede escucharse salvo el eco de su canto. Allí se han propuesto encarcelar a este Joven, y cerrarnos de frente las puertas de la holgura y la comodidad, amén de privarnos de todo beneficio terrenal por el resto de nuestros días.

268 ¡Por Dios! Aunque Me derribe el cansancio y Me consuma el hambre, y la roca desnuda sea Mi lecho, y las bestias del campo Mis compañeras, no me quejaré, sino que soportaré pacientemente, tal como han soportado pacientemente los dotados de constancia y firmeza, mediante el poder de Dios, el Rey Eterno y Creador de las naciones, y a Dios daré gracias en toda condición. Pedimos que, mediante Su munificencia –exaltado sea Él–, y por este encarcelamiento, emancipe los cuellos de los hombres de cadenas y grillos, y los haga volverse, con rostros sinceros, hacia Él, Quien es el Potente, el Munífico. Dispuesto está Él a responder a quien Le llame, y está cerca de los que comulgan con Él. Además, rogamos que haga de esta lóbrega tribulación un escudo para el Templo de Su Causa, y lo proteja del asalto de espadas afiladas y puntiagudas dagas. La adversidad siempre ha dado origen a la exaltación de Su Causa y la glorificación de Su Nombre. Tal ha sido el método de Dios llevado a efecto en los siglos y épocas pasadas. Lo que las gentes no aciertan a comprender en breve lo descubrirán, en ese día en que tropezarán sus corceles, se replegarán sus oropeles, se volverán romas sus espadas y fallen sus pies

269 ¡No sé hasta cuándo seguirán espoleando el corcel del yo y la pasión internándose por los yermos del error y la negligencia! ¿Perdurarán la pompa del poderoso o la desdicha de los humillados? ¿Vivirá por siempre aquel que reposa en la sede más excelsa de honor, que ha alcanzado la cumbre de la gloria y el poderío? ¡No, por Mi Señor, el Todomisericordioso! Todo en la tierra pasará, y sólo quedará el rostro de Mi Señor, el Gloriosísimo, el Más Munífico47.

270 ¿Qué armadura no ha sido atravesada por la saeta de la destrucción, y qué sien regia no ha sido despojada por la mano del Destino? ¿Qué fortaleza ha resistido la aproximación del Mensajero de la Muerte? ¿Qué trono no ha quedado hecho trizas, qué palacio no ha se ha visto reducido a escombros? Si el pueblo probase el Vino selecto de la misericordia de su Señor, el Todopoderoso, el Omnisciente, que les está reservado en el mundo del más allá, sin duda dejarían su censura y sólo tratarían de ganarse la complacencia de este Joven. Sin embargo, ahora Me han ocultado detrás de un velo de oscuridad, cuya tela han tejido con las manos de la ociosa fantasía y de la vana imaginación. Dentro de poco, la nívea mano de Dios hará una hendidura a través de la oscuridad de esta noche y abrirá una gran puerta que conduzca a Su Ciudad. En ese Día entrará el pueblo en tropas, pronunciando lo que los censuradores de antaño exclamaron48: que al final se pondrá de manifiesto lo que apareció al principio.

271 ¿Es su deseo quedarse aquí cuando ya tienen un pie en el estribo? ¿Esperan regresar, una vez que ya se han ido? ¡No, por Aquel que es el Señor de Señores! Excepto en el Día del Juicio, Día en que las gentes saldrán de sus tumbas y se le preguntará por su legado. Bienaventurado aquel a quien no le pesarán sus cargas en ese Día, Día en que las montañas pasarán y todos se congregarán para ser interrogados en presencia de Dios, el Más Exaltado. ¡Severo, por cierto, es Él en el castigo!

272 Suplicamos a Dios que purifique los corazones de ciertos teólogos del rencor y de la enemistad, para que miren los asuntos con limpios de desprecio. Plegue a Él encumbrarlos hasta una posición tan excelsa que ni las atracciones del mundo ni la fascinación del poder les hagan apartar la vista del Supremo Horizonte; ni las bondades del mundo ni los deseos carnales les impidan alcanzar el Día en que las montañas quedarán reducidas a polvo. Aunque ahora se regocijan de la adversidad que Nos ha sobrevenido, pronto llegará el día en que se lamentarán y llorarán. ¡Por Mi Señor! Si se Me diera a elegir entre la riqueza y la opulencia, la holgura y la comodidad, el honor y la gloria de que disfrutan, por una parte, y las adversidades y pruebas que son Mías, sin vacilar escogería Mi condición actual y no cambiaría ni un átomo de estas dificultades por todo lo que ha sido creado en el mundo del ser.

273 Si no fuera por las tribulaciones que Me han alcanzado en el camino de Dios, la vida no habría tenido dulzura para Mí, y de nada me habría valido Mi existencia. Para aquellos que están dotados de discernimiento y cuyos ojos están fijos en la Sublime Visión, no es secreto que durante la mayoría de los días de Mi vida he estado, cual esclavo, sentado bajo una espada pendiente de un hilo, sin saber si tarde o temprano caería sobre él. Y a pesar de todo ello, damos gracias a Dios, Señor de los mundos, y Le alabamos en todo momento y en toda condición. Él, en verdad, es testigo de todas las cosas.

274 Imploramos a Dios que extienda ampliamente Su sombra, para que los verdaderos creyentes se apresuren a ir a ella y Sus amantes sinceros busquen en ella abrigo. Plegue a Él conferirles a los hombres flores de los prados de Su gracia y estrellas del horizonte de Su providencia. Además, pedimos a Dios que ayude bondadosamente al Rey a hacer Su voluntad y deseo, y le confirme en aquello que le ha de acercar a la Aurora de los muy excelentes nombres de Dios, para que no apoye la injusticia que presencie, mire a sus súbditos con el ojo de la bondad y los resguarde de la opresión. Además, imploramos a Dios, exaltado sea, que reúna a toda la humanidad en torno al Golfo del Más Grande Océano, océano cuyas gotas todas proclaman que Él es el Anunciador de alegría para el mundo y el Vivificador de todos sus pueblos. ¡Alabado sea Dios, Señor del Día del Juicio!

275 Finalmente, suplicamos a Dios, excelsa sea Su gloria, que te permita ayudar a Su Fe y volverte hacia Su justicia, a fin de que juzgues entre el pueblo tal como juzgarías entre los de tu propio linaje, y elijas para ellos lo que elegirías para ti mismo. En verdad, Él es el Omnipotente, el Más Excelso, el Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo.

276 Así hemos construido el Templo con las manos de la fuerza y del poder, ojalá lo supierais. Éste es el Templo que os fue prometido en el Libro. Acercaos a él. Esto es lo que os aprovecha, si lo comprendieseis. ¡Sed justos, oh pueblos de la tierra! ¿Qué es preferible: éste, o un templo construido de arcilla? Enderezad vuestros rostros hacia él. Así os lo ha ordenado Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Seguid Su mandato, y alabad a Dios, vuestro Señor, por lo que os ha conferido. Él, ciertamente, es la Verdad. No hay otro Dios sino Él. Él revela lo que Le place, mediante Sus palabras “sé y es”.

SÚRIY-I-RA’ÍS
¡EN SU NOMBRE, EL TODOGLORIOSO!

1. Escucha, oh Jefe49, la voz de Dios, el Soberano, el Auxiliador en el Peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Él, en verdad, llama en alta voz entre el cielo y la tierra, convocando a toda la humanidad a la escena de trascendente gloria. Ni tu gruñido, ni los ladridos de quienes te rodean, ni la oposición de las huestes del mundo pueden impedir que el Todopoderoso logre Su propósito. El mundo entero se consume en llamas por obra de la Palabra de tu Señor, el Todoglorioso, Palabra que es más suave que la brisa del amanecer. Se ha manifestado en la forma del templo humano y, mediante ella, Dios ha vivificado las almas de los sinceros de entre Sus siervos. En su íntima esencia, esta Palabra es el agua de vida por medio de la cual Dios ha purificado los corazones de aquellos que se han vuelto hacia Él y se han olvidado de toda otra mención, y mediante la cual Él los acerca a la sede de Su magno Nombre. Nos la hemos rociado sobre los moradores de las sepulturas y, ¡he aquí!, han resucitado con la mirada fija en la brillante y resplandeciente Belleza de su Señor.

2. ¡Oh Jefe! Has cometido lo que ha hecho lamentarse a Muḥammad, el Apóstol de Dios, en el más sublime Paraíso. El mundo te ha vuelto orgulloso al extremo de que te has apartado de la Faz mediante cuyo brillo se ha iluminado el Concurso de lo alto. ¡Pronto te hallarás en manifiesta pérdida! Conspiraste con el Embajador de Persia para dañarme, aun cuando había venido a ti desde la fuente de la majestad y la grandeza con una Revelación que solazado los ojos de los favorecidos de Dios.

3. ¡Por Dios! Éste es el Día en que el Fuego imperecedero clama desde lo íntimo de todas las cosas creadas: “¡El Más Amado de los mundos ha llegado!” Y frente a todas las cosas se yergue un Moisés, Quien escucha la Palabra del Señor, el Todopoderoso, el Omnisapiente. Si Nos despojáramos de la vestidura mortal con que Nos hemos ataviado por consideración hacia tus debilidades, todos cuanto hay en el cielo y sobre la tierra ofrecerían sus almas por Mi causa. De esto da testimonio vuestro mismísimo Señor. No obstante, nadie se percata de ello salvo quienes se han desprendido de todas las cosas por amor a su Señor, el Todopoderoso el Más Poderoso.

4. ¿Es que te has imaginado capaz de extinguir el fuego que Dios ha prendido en el corazón de la creación? No, por Aquel que es la Eterna Verdad, si lo supieras. Antes bien, debido a lo que han hecho tus manos, ardió más alto y crepitó con mayor intensidad. Pronto abarcará el mundo y a todos los que moran en él. Así lo ha decretado Dios, y los poderes de la tierra y del cielo son incapaces de desviar su propósito.

5. Se aproxima el día en que será cambiada la Tierra del Misterio††† y lo que hay junto a ella, y saldrán de las manos del Rey, y aparecerán conmociones, y se alzará la voz de la lamentación, y se revelarán las señales de la perversidad por doquier, y se propagará la confusión a causa de cuanto les ha acaecido a estos cautivos a manos de las huestes de la opresión. Se alterará el curso de los acontecimientos y las condiciones se volverán tan penosas que se lamentará la mismísima arena sobre las colinas desoladas, y llorarán los árboles en las montañas, y manará sangre de todas las cosas. Entonces verás a la gente afligida con graves angustias50.

6. ¡Oh Jefe! Nos revelamos a ti en una época en el Monte Tíná, y en otra época en el Monte Zaytá51, y una vez más en este santísimo Lugar. No obstante, siguiendo tus corruptas inclinaciones, no respondiste y fuiste contado entre los desatentos. Considera, entonces, y recuerda la época en que Muḥammad vino con claras señales provenientes de Aquel que es el Todopoderoso, el Omnisapiente. La gente solía apedrearle apostada en lugares ocultos y en los mercados, y rechazaron las señales de Dios, tu Señor y el Señor de tus antepasados. Los eruditos también Le negaron, al igual que Sus seguidores y, asimismo, los reyes de la tierra, tal como lo has oído por los relatos de la antigüedad. Entre esos reyes se hallaba Cosroes52, a quien Muḥammad envió una bendita epístola llamándole hacia Dios y prohibiéndole las creencias erróneas. En verdad, tu Señor conoce todas las cosas. No obstante, siguiendo los impulsos de sus deseos malvados y corruptos, Cosroes se volvió arrogante ante Dios y despedazó la Tabla. En verdad, se encuentra entre los moradores del fuego más profundo.

7. ¿Estaba acaso dentro del poder del Faraón impedir que la mano de Dios ejerciera Su soberanía cuando él obró arbitrariamente en la tierra y fue uno de los transgresores? Desde dentro de su propia casa, y pese a su voluntad, hicimos surgir a Aquel que conversó con Dios. Totalmente capaces somos de lograr Nuestro propósito. Recuerda, además, cómo Nimrod encendió el fuego de la impiedad para que su llama consumiese a Abraham, el Amigo de Dios; no obstante, Nos Le libramos por medio del poder de la verdad y asimos a Nimrod con la furia de Nuestra ira. Di: El Opresor‡‡‡ dio muerte al Bienamado de los mundos para extinguir la luz de Dios entre el pueblo y para privarles del manantial de vida eterna en los días de tu Señor, el Gratificador, el Munífico.

8. Nos también hemos revelado la Causa de Dios en Sus ciudades y hemos levantado en lo alto Su recuerdo entre aquellos que de verdad creen en Él. Di: Este Joven ha venido a vivificar el mundo y unir a todos sus pueblos. Se aproxima el día en que habrá prevalecido aquello que Dios se ha propuesto y verás el mundo transformado en el gloriosísimo paraíso. Así se ha inscrito por la Pluma de la Revelación en esta importante Tabla.

9. Deja de mencionar al Jefe, oh Pluma, y trae al recuerdo a Anís, aquel íntimo del amor de Dios, quien se apartó de los descarriados y de los infieles. Desgarró los velos de manera tal que los moradores del Paraíso podían oír cómo se rasgaban. Glorificado sea Dios, el Soberano, el Poderoso, el Omnisciente, el Omnisapiente.

10. ¡Oh ruiseñor! Inclina tu oído a la voz del Todoglorioso en esta noche en que efectivos armados Nos han rodeado, mientras Nos encontrábamos en un estado de júbilo extremo. ¡Ojalá que nuestra sangre pudiese derramarse sobre la tierra y que nuestros cuerpos fuesen arrojados al polvo en el camino de Dios! Esto es, por cierto, Mi deseo y el deseo de quienquiera que Me ha buscado y ha alcanzado Mi muy maravilloso, Mi incomparable Reino.

11. Has de saber, ¡oh siervo! que cierto día, al despertar, encontramos que los amados de Dios estaban a la merced de Nuestros adversarios. Había centinelas apostados en todos los portones y a nadie le estaba permitida la entrada o la salida. En verdad, perpetraron una grave injusticia, ya que los amados de Dios y sus familias fueron abandonados durante la primera noche sin alimentos. Tal fue la suerte que corrieron aquellos por cuya causa ha sido creado el mundo y todo cuanto hay en él. ¡Ay de aquellos que lo perpetraron y de quienes los llevaron a cometer tal maldad! Pronto, Dios consumirá sus almas en el fuego. Él, ciertamente, es el más fiero de los vengadores.

12. El pueblo rodeó la casa, y musulmanes y cristianos lloraron por Nos, y el clamor de las lamentaciones se levantó entre la tierra y el cielo debido a lo que habían hecho las manos de los opresores. Percibimos que las lamentaciones del pueblo del Hijo sobrepasaron el llanto de los demás, una señal para aquellos que meditan.

13. Uno de Mis compañeros ofreció la vida, degollándose con sus propias manos por amor a Dios, una acción jamás oída en siglos pasados y que Dios ha reservado para esta Revelación como prueba de la fuerza de Su poder53. Él es, ciertamente, el Irrefrenable Libre, Quien todo lo subyuga. En cuanto a aquel que así se inmoló en Iráq54, él es, en verdad, el Rey y Bienamado de los Mártires, y lo que él mostró fue un testimonio de Dios para los pueblos de la tierra. Tales almas han sido influidas por la Palabra de Dios, han saboreado la dulzura de Su recuerdo, y están tan extasiados por las brisas de la reunión, que se han desprendido de todos cuantos moran en la tierra y se han vuelto hacia el Semblante divino con rostros resplandecientes de luz. Y si bien han cometido una acción que Dios ha prohibido, no obstante Él los ha perdonado en señal de Su misericordia. Él, en verdad, es Quien siempre Perdona, el Más Compasivo. Tan arrobadas se hallaban estas almas por Aquel que es el Imponente, que las riendas de la voluntad se les escaparon de las manos, hasta que finalmente ascendieron a la morada del Invisible y entraron en presencia de Dios, el Todopoderoso, el Omnisciente.

14. Di: Este Joven se ha ido de este país y ha depositado un fideicomiso debajo de cada árbol y de cada piedra, el cual Dios hará aparecer muy pronto mediante el poder de la verdad. Es así como ha venido el Verdadero y se ha cumplido el mandato de Aquel que es el Ordenador, el Omnisapiente. Las huestes de la tierra y del cielo son impotentes para resistir Su Causa, y tampoco pueden todos los reyes y gobernantes del mundo frustrar jamás Su propósito. Di: La adversidad es el aceite que alimenta la llama de esta Lámpara, y con la cual aumenta su luz, si lo supierais. En verdad, el repudio del díscolo no sirve sino para proclamar esta Fe y para propagar la Causa de Dios y Su Revelación por todo el mundo.

15. Grande es vuestra bendición, por cuanto habéis abandonado vuestros hogares y vagado por el país, por amor a vuestro Señor, el Todopoderoso, el Anciano de Días, hasta que entrasteis en la Tierra del Misterio en un momento en que ardía el fuego de la opresión y se escuchaba el graznido del cuervo de la discordia. Sois mis compañeros en Mis tribulaciones, por cuanto estuvisteis presentes junto a Nos en la lúgubre noche en que se conturbaron los corazones de quienes atestiguan la unidad de Dios. Entrasteis en esta tierra por Nuestro amor, y os fuisteis de ella por Nuestro mandato. ¡Por la rectitud de Dios! A causa de vosotros la tierra se gloría sobre el cielo. ¡Cuán excelente es esta muy sublime, gloriosa y exaltada munificencia! Os habéis visto privadas de vuestro nido, oh aves de la eternidad, por amor de vuestro Señor, el Libre, pero vuestra verdadera morada está bajo las alas de la gracia, del Todomisericordioso. Bienaventurados los que comprenden.

16. ¡Oh Mi Dhabíh! Que los hálitos del espíritu soplen sobre ti y sobre quienes han buscado la comunión contigo, han aspirado en ti la suave fragancia de Mi presencia, y han prestado atención a aquello mediante lo cual se santifican los corazones de los verdaderos buscadores. Da gracias a Dios por cuanto has llegado a las playas de este Muy Grande Océano, y da oído a los mismísimos átomos de la tierra, los cuales proclaman: “¡Éste es el Bienamado de los mundos!” Los moradores de la tierra Le han agraviado y no han reconocido a Aquel Cuyo nombre invocan sin cesar. ¡Perdidos están quienes han permanecido desatentos y se han opuesto a Aquel por Cuyos amados les hubiese incumbido ofrendar sus vidas, y con cuánta más razón por Su propia luminosa y resplandeciente Belleza!

17. Ten paciencia, aun cuando tu corazón se consuma en la separación de Dios, por cuanto Él te ha concedido una exaltada posición en Su presencia. Es más, ahora mismo estás de pie ante Su rostro, y Nos te impartimos, por medio de la lengua de la fuerza y el poder, palabras que incluso los oídos de los sinceros se han visto privados de escuchar. Di. Si Él pronunciase solamente una palabra, esa palabra por sí sola, sobrepasaría en dulzura todos los dichos de los hombres.

18. Si Muḥammad, el Apóstol de Dios, hubiese llegado a este Día, habría exclamado: “¡En verdad Te he reconocido, oh Tú el Deseo de todos los Mensajeros Divinos!” Si hubiese llegado a él Abraham, Éste también, prosternándose en el suelo, y con la mayor humildad ante el Señor, tu Dios, habría clamado: “¡Mi corazón esta lleno de paz, oh Tú Señor de todo lo que hay en el cielo y en la tierra! ¡Atestiguo que Tú has descubierto ante mis ojos toda la gloria de Tu poder y la plena majestad de Tu ley! Asimismo atestiguo que por medio de Tu Revelación los corazones de los fieles se sienten afianzados y contentos!” Si el propio Moisés hubiese llegado a él, también habría levantado Su voz para decir: “¡Toda alabanza sea para Ti por haberme iluminado con la luz de Tu semblante y por haberme contado entre quienes han tenido el privilegio de contemplar Tu rostro!”

19. Considera a la gente y su estado. Reflexiona sobre las cosas que han pronunciado sus bocas y que han hecho sus manos en este bendito, este santísimo e incomparable Día. Quienes han mancillado el buen nombre de la Causa de Dios y se han vuelto hacia el Maligno han sido maldecidos por todas las cosas creadas y se cuentan entre los moradores del fuego. Ciertamente, quienquiera que haya prestado atención a Mi llamamiento se mantendrá impertérrito ante el clamor de todos los habitantes de la tierra; y quienquiera que sea influido por las palabras de alguien que no sea Yo jamás ha oído Mi llamamiento. ¡Por Dios! Tal hombre tiene vedada la entrada a Mi Reino y se halla excluido de Mis dominios de majestad y poder, y es de aquellos que están completamente perdidos.

20. No te lamentes de lo que te ha acontecido. Has padecido por Mi amor lo que la mayoría de la gente jamás ha soportado. Tu Señor sabe y está informado de todo. Estaba contigo Él en las asambleas y reuniones y oyó lo que fluía del manantial de tu corazón en recuerdo de tu Señor, el Misericordioso. Esto es, por cierto, una muestra de Su munífico favor.

21. Pronto Dios hará surgir de entre los reyes a uno que ayudará a Sus amados. Él, ciertamente, abarca todas las cosas. Infundirá en los corazones el amor a Sus amados. Esto, por cierto, ha sido decretado irrevocablemente por Aquel que es el Todopoderoso, el Benéfico.

22. Rogamos a Dios que haga felices los corazones de Sus siervos mediante tu llamamiento, para hacer de ti un estandarte de guía en Sus países, y para ayudar por mediación de ti a los que han sido humillados. No prestes atención a aquel que provocó un gran clamor y que aún ahora lo provoca. Que tu Señor, Quien siempre perdona, el Más Generoso, te sea suficiente en todo. Relata a Mis amados lo que has visto y aprendido sobre la historia de este Joven, y comunícales lo que te hemos comunicado. En verdad, tu Señor te ayuda y vela por ti en todo momento y en todas las condiciones. Las bendiciones del Concurso de lo alto te envuelven, y los parientes y hojas de la familia sagrada que rondan el Árbol celestial te ensalzan con maravillosas alabanzas.

23. ¡Oh Pluma de la Revelación! Recuerda a aquel§§§ cuya misiva nos llegó durante esta lúgubre noche. Él es quien vagó de una región a otra hasta que entró en la Ciudad****, buscando el refugio de la misericordia de su Señor, el Todopoderoso, el Altísimo. En ávida espera de los favores de su Señor, pernoctó en ella, mas dejó el lugar a la mañana siguiente según lo dispuesto por Dios, llenando de pena el corazón de este Joven. De esto es testigo el mismísimo Todopoderoso.

24. Grande es tu bienaventuranza, por cuanto has recibido el vino de la expresión de manos del Todomisericordioso, y has llegado a extasiarte por la suave fragancia del Bienamado como para renunciar a tu comodidad y ser contado entre los que se han apresurado en ir a Su Paraíso, el Punto de Amanecer de los signos de tu Señor, el Bondadoso, el Incomparable. Feliz aquel que ha bebido el vino de los íntimos misterios procedente del rostro de su Señor y se ha embriagado con este puro y cristalino trago. ¡Por Dios! Hace que todo creyente verdadero se remonte por el cielo de la majestad y grandeza, y transmuta toda duda en certeza.

25. No te apesadumbres por lo que te ha acaecido, antes bien pon toda tu confianza en Dios, el Todopoderoso, el Omnisciente, el Sabio. Construye tu casa sobre los sólidos cimientos de la divina expresión, y alaba a tu Señor. Él, en verdad, te será suficiente por sobre todos los pueblos de la tierra.

26. Ciertamente, Dios ha inscrito vuestros nombres en una Tabla en que se atesoran los secretos ocultos de todo cuanto ha sido. Dentro de poco recordarán los fieles vuestro exilio y todas vuestras travesías emprendidas en Su camino. Él, en verdad, ama a aquellos que Le aman, y es Quien ayuda a los sinceros. ¡Por la rectitud de Dios! Los ojos del Concurso de lo alto están fijos en vosotros y sus dedos apuntan en vuestra dirección. Es así como os envuelve la generosidad de vuestro Dios. Ojalá que las gentes reconocieran lo que se les ha escapado en los días de Dios, el Todoglorioso, el Más Alabado.

27. Da gracias a Dios por haberte ayudado a conocerle a Él y a entrar en los recintos de Su corte en un momento en que los impíos rodearon la familia de tu Señor y a Sus amados, y los expulsaron de sus hogares con manifiesta crueldad, intentando separarnos en la ribera del mar. En verdad, tu Señor conoce lo que está oculto en el pecho de los impíos. Di: Aun si desgarraseis nuestros cuerpos en pedazos, no podríais desterrar de nuestros corazones el amor a Dios. En verdad, fuimos creados para el sacrificio, y de esto nos enorgullecemos ante toda la creación.

28. ¡Oh tú que estás encendido con el fuego del amor a Dios! Has de saber que Nos ha llegado tu carta y que Nos hemos informado de su contenido. Imploramos a Dios que te confirme en Su amor y en Su agrado, que te ayude en la promoción de Su Causa y que te cuente entre aquellos que se han levantado para hacer triunfar Su Fe.

29. En cuanto a tu pregunta acerca del alma, Has de saber que entre la gente abundan los tratados y hay múltiples opiniones en cuanto a sus grados. Entre éstos figuran el alma del reino, el alma del dominio, el alma celestial, el alma divina, el alma santificada, así como el alma benévola, el alma contenta, el alma que agrada a Dios, el alma inspirada, el alma irascible, y el alma concupiscente. Cada grupo tiene sus propios pronunciamientos con respecto al alma y no Nos sentimos inclinados a ocuparnos de lo que se ha dicho en el pasado. Ciertamente, junto a tu Señor se halla el conocimiento de las generaciones anteriores y posteriores.

30. ¡Ojalá que estuvieses presente ante Nuestro trono para escuchar de la propia Lengua de la Grandeza cuanto deseases, y escalar las más altas cimas del conocimiento por la gracia de Aquel que es el Omnisciente, el Sapientísimo! No obstante, los impíos se han interpuesto entre nosotros. Presta atención, no sea que te apenes por ello. Muéstrate contento con lo que ha sido ordenado por un decreto irrevocable, y sé de los que soportan con paciencia.

31. Has de saber que el alma que es común a todos los hombres aparece después de la mezcla de las cosas después de su maduración, como lo observas en el germen: una vez que se ha desarrollado hasta su fase predestinada, Dios manifiesta el alma que se hallaba latente en él. En verdad, tu Señor hace lo que es Su voluntad y ordena lo que le place.

32. En cuanto al alma a que se hace referencia, ciertamente ha sido creada por la Palabra de Dios y es tal que, si se enciende con el fuego del amor de su Señor, ni las aguas de la oposición ni los océanos del mundo pueden apagar su llama. Esa alma es, por cierto, un fuego que arde en el árbol del hombre y proclama: “¡No hay Dios fuera de Él!” Quienquiera que preste atención a su llamamiento es, en verdad, de los que han llegado hasta Él. Y cuando se desprenda de su figura humana, Dios la resucitará en la más excelente de las formas y hará que se adentre en un sublime paraíso. Ciertamente, tu Señor tiene poder sobre todas las cosas.

33. Has de saber, además, que la vida del hombre procede del espíritu, y el espíritu se vuelve hacia dondequiera que el alma le indica. Medita sobre aquello que Nos te hemos revelado para que reconozcas el Alma de Dios que ha aparecido en la Aurora de la munificencia, investida de soberanía manifiesta.

34. Has de saber también que el alma está dotada de dos alas: si se remonta por la atmósfera del amor y el contento, entonces estará relacionada con el Todomisericordioso. Y si vuela por la atmósfera del yo y del deseo, pertenecerá al Maligno; que Dios nos proteja y os proteja a vosotros de ello, ¡oh vosotros que percibís! Si el alma llega a encenderse con el fuego del amor de Dios, se la llama benévola y grata a Dios; pero si está consumida por el fuego de la pasión, se la conoce como el alma concupiscente. Así te hemos expuesto este tema para que obtengas una comprensión clara.

35. ¡Oh Pluma del Altísimo! Relátale a aquel que se ha vuelto hacia Tu Señor, el Todoglorioso, lo que le permita prescindir de los dichos de los hombres. Di: El espíritu, la mente, el alma y los poderes de la vista y del oído no son sino una sola realidad que tiene múltiples expresiones debido a la diversidad de sus instrumentos. Como puedes observar, los poderes del hombre para comprender, moverse, hablar, oír y ver derivan todos de este signo de su Señor que se halla dentro de él. En su esencia es uno; pero es múltiple debido a la diversidad de sus instrumentos. Esto, por cierto, es una verdad segura. Por ejemplo, si dirige su atención a la facultad auditiva, entonces se ponen de manifiesto la audición y sus atributos. De igual manera, si la dirige a los órganos de la visión, aparecen un efecto y atributo diferentes. Reflexiona sobre este tema para que comprendas el verdadero significado de lo que se ha querido decir, seas independiente de los dichos de la gente, y seas de los que están bien afianzados. De igual modo, cuando este signo de Dios se vuelve hacia el cerebro, la cabeza y medios similares, se manifiestan los poderes de la mente y del alma. El Señor es, en verdad, potente para hacer cuanto desee.

36. Todo lo que hemos mencionado aquí ya ha sido elucidado en las Tablas que hemos revelado en respuesta a preguntas relativas a las letras inconexas del Corán. Medita sobre ellas para que comprendas lo que ha descendido desde el Reino de Aquel que es el Todopoderoso, el Más Alabado. Por ello hemos optado por ser concisos en esta Tabla. Imploramos a Dios que te dé a conocer, mediante esta breve exposición, lo que las palabras jamás podrán tener la esperanza de agotar, y te dé a beber de los océanos infinitos mediante esta copa. En verdad, tu Señor es el Munífico y es inexpugnable en Su poder.

37. ¡Oh Pluma del Anciano de Días! Recuerda a ‘Al톆††, quien vivió contigo en Iráq hasta que el Astro diurno del mundo partió del lugar. Abandonó él su hogar para alcanzar la corte de Tu presencia al tiempo de que estábamos cautivo en manos de los que han sido privados de las suaves fragancias del Misericordioso. No te lamentes por lo que Nos ha acaecido a Nos y a ti en el camino de Dios. Quédate tranquilo y persevera. Él, en verdad, hace victoriosos a aquellos que Le aman, y Su poder es suficiente para todas las cosas. Quienquiera que se vuelve hacia Él hace resplandecer con ello los rostros del Concurso de lo alto, y de esto Dios mismo es Mi testigo.

38. Di: Oh pueblo, ¿os imagináis que, después de rechazar a Aquel mediante Quien se han manifestado las religiones del mundo, aún mostráis lealtad a la Fe de Dios? ¡Por la rectitud de Dios! Sois contados entre los moradores del Fuego. Así figura en las Tablas el decreto anotado por la Pluma de Dios. Di: Jamás impedirá el ladrido de los perros que el Ruiseñor trine sus melodías. Meditad un tanto y ojalá que descubráis un camino que conduzca a la Eterna Verdad.

39. Di: ¡Magnificado eres Tú, oh Señor mi Dios! Yo Te ruego, por las lágrimas que han derramado Tus amantes en sus ansias de Ti, y por el anhelo de cuantos claman en su separación de Ti, y por Tu Bienamado, Quien ha caído en manos de Tus adversarios, que bondadosamente ayudes a quienes han buscado refugio bajo las alas acogedoras de Tu favor y bondad, y quienes no han anhelado a otro Señor fuera de Ti.

40. Hemos abandonado nuestros hogares, oh Señor, en nuestras ansias por encontrarte y en nuestro anhelo de estar unidos a Ti. Hemos atravesado la tierra y el mar para alcanzar la corte de Tu presencia y prestar oídos a Tus versículos. Cuando llegamos a las playas de tu mar, no obstante, se nos impidió llegar a Ti, y los impíos se interpusieron entre nosotros y la luz de Tu semblante.

41. ¡Oh Señor! Una intensa sed se ha apoderado de nosotros, y contigo están las suaves y fluyentes aguas de la vida eterna. Potente eres Tú para hacer lo que Te place. No nos niegues el objeto de nuestra búsqueda. Consigna, pues, para nosotros, la recompensa decretada para los siervos que gozan de cercano acceso a Ti y están totalmente dedicados a Tu voluntad. Haz que seamos tan firmes en Tu amor que nada nos aparte de Ti ni nos impida adorarte. Poderoso eres Tú para hacer Tu voluntad. Tú, en verdad, eres el Todopoderoso, el Más Generoso.

LAWḤ-I-RA’ÍS

¡ÉL ES, POR DERECHO PROPIO, EL GOBERNANTE SUPREMO!

1 La Pluma del Altísimo proclama: ¡Oh tú, que has imaginado ser el más exaltado de los hombres55 y que has considerado como la más baja de las criaturas a este Joven divino, Quien ha iluminado y bañado de luz los ojos del Concurso de lo Alto! Este Joven no te ha pedido nada a ti ni a los que son como tú, ya que, desde tiempo inmemorial, cuando las Manifestaciones del Todomisericordioso y los Exponentes de Su gloria imperecedera han pasado del Dominio de la eternidad a este mundo mortal y se han revelado para hacer revivir a los muertos, hombres como tú han considerado a estas Almas santas y Templos de la Unicidad divina, de quienes depende necesariamente la rehabilitación de los pueblos de la tierra, como promotores de maldad y merecedores de culpa. Todos estos hombres, en verdad, han vuelto al polvo. Dentro de poco tú también volverás a él y te hallarás en dolorosa pérdida.

2 Incluso si este Vivificador y Reformador del mundo fuera, a tu juicio, culpable de sedición y conflicto, ¿qué crimen habría podido cometer un grupo de mujeres, niños y madres que amamantan para ser afligidas con el azote de tu rabia e ira? No hay fe ni religión que jamás haya considerado a los niños responsables. La Pluma del Mandamiento divino les ha eximido, pero el fuego de tu tiranía y opresión abarca a todos. Si fueras creyente de alguna fe o religión, sabrías que, según todos los Libros celestiales y las importantes y divinamente inspiradas Escrituras, a los niños no se les considera responsables. Al margen de esto, ni siquiera los que no creen en Dios han cometido actos tan indecorosos. Por cuanto de cada cosa resulta evidente un efecto, hecho que nadie puede negar salvo los faltos de razón y comprensión, no cabe la menor duda de que los suspiros de estos niños y el llanto de estos afligidos tendrán su debida consecuencia.

3 Habéis saqueado y despojado injustamente a un grupo de gentes que nunca se han rebelado en vuestros dominios ni han desobedecido a vuestro gobierno, sino que más bien se mantuvieron al margen y se entregaron día y noche a recordar a Dios. Más tarde, cuando se cursó la orden de que se desterrase a este Joven, todos quedaron consternados. No obstante, las autoridades encargados de Mi expulsión declararon: “Estas personas no han sido acusadas de ningún delito y no han sido expulsadas por el Gobierno. Si desean acompañaros, nadie se les opondrá”. Por tanto estas almas desventuradas se pagaron sus propios gastos, abandonaron todos sus bienes y, contentándose con Nuestra presencia y poniendo toda su confianza en Dios, viajaron de nuevo con Él hasta que la fortaleza de ‘Akká se convirtió en la prisión de Bahá.

4 Al llegar, nos rodearon los guardias y nos recluyeron a todos juntos en el cuartel militar, tanto a hombres como a mujeres, jóvenes y mayores. La primera noche se les privó a todos de comida y bebida, ya que los centinelas estuvieron vigilando la puerta del cuartel sin permitir que nadie saliera. Nadie pensó en el estado lamentable de estos agraviados. Incluso suplicaron que se les diera agua y se les negó.

5 Pasó el tiempo y seguimos todos encerrados en este cuartel, a pesar de que, durante los cinco años que vivimos en Adrianópolis, todos sus habitantes, sabios o ignorantes, ricos o pobres, fueron testigos de la pureza y santidad de estos siervos. Cuando este Joven partía de Adrianópolis, uno de los amados de Dios intentó quitarse la vida, por resultarle tan insoportable ver a este Agraviado en manos de Sus opresores. Durante la travesía nos obligaron a cambiar tres veces de barco, y es evidente lo que sufrieron los niños de resultas de ello. Durante el desembarco cuatro creyentes fueron separados y se les impidió acompañarnos. Cuando este Joven Se marchaba, uno de los cuatro, llamado ‘Abdu’l-Ghaffár, se tiró al mar y nadie sabe lo que le ocurrió desde entonces56.

6 Todo esto no es más que una gota en el océano de los agravios que Nos han causado, ¡y todavía no estáis satisfechos! Cada día las autoridades imponen un nuevo decreto y no se ve el final de su tiranía. Día y noche traman nuevas conspiraciones. De los almacenes del gobierno han asignado a cada prisionero una ración diaria de tres barras de pan que nadie puede comer. Desde la creación del mundo hasta el día de hoy nadie ha visto ni oído semejante crueldad.

7 ¡Por la rectitud de Aquel que ha hecho que Bahá hable ante Se dirija a todos los que están en el cielo y en la tierra! No tenéis ni rango ni mención entre quienes han ofrendado su alma, su cuerpo y su hacienda por amor a Dios, el Omnipotente, Quien todo lo compele, el Todopoderoso. Un puñado de arcilla es mejor, a los ojos de Dios, que todo vuestro dominio y vuestra soberanía, vuestro poder y vuestra fortuna. Si fuera Su deseo, os esparciría en el polvo. Enfurecido de ira pronto Se apoderará de vosotros, la sedición se despertará en medio de vosotros y vuestros dominios sufrirán conmoción. Entonces gemiréis y os lamentaréis, y no encontraréis a nadie que os preste ayuda o socorro.

8 No es Nuestro propósito, al hacer mención de estos asuntos, despertaros del sueño, ya que la furia de la ira divina os ha cercado hasta tal punto que nunca haréis caso. Tampoco es Nuestro propósito relatar las iniquidades que se les ha infligido a estas almas puras y benditas, ya que tan embriagadas han quedado por el vino del Todomisericordioso y tan extasiadas por el efecto embriagador de las aguas vivas de Su amorosa providencia que, incluso si tuvieran que sufrir todas las crueldades del mundo por Él, seguirían satisfechas dándole gracias. Estas almas nunca han tenido ni tendrán ningún motivo de queja. Es más, su sangre implora y suplica constantemente al Señor de los mundos ser derramada en el polvo de Su camino y sus cabezas anhelan ser empaladas en alto sobre las lanzas en nombre del Amado de los corazones y las almas.

9 En muchas ocasiones os han alcanzado las calamidades y, sin embargo, no hicisteis caso. Una de ellas fue el incendio que devoró gran parte de la Ciudad57 con las llamas de la justicia, a cuyo respecto se escribieron muchos poemas que decían que jamás se había visto un fuego tan grande. Y, sin embargo, hicisteis menos caso todavía. Asimismo, apareció una plaga ¡y seguisteis sin hacer caso! Mas, estad atentos porque la ira de Dios está a punto de alcanzaros. Dentro de poco presenciaréis lo que ha sido enviado por la Pluma de Mi decreto.

10 ¿Habéis imaginado ingenuamente que vuestra gloria es imperecedera y vuestro dominio sempiterno? ¡No, por el Todomisericordioso! Ni vuestra gloria permanecerá ni Mi humillación perdurará. Tal humillación, a ojos de un verdadero hombre, es el orgullo de toda gloria.

11 Cuando todavía era un niño y no había llegado a la edad de la madurez, Mi padre hizo los preparativos para la boda de uno de Mis hermanos mayores en Teherán, cuyas celebraciones, según la costumbre de esa ciudad, duraron siete días y siete noches. El último día se anunció que iba a representarse la obra “Sháh Sultán Salím”. Una gran cantidad de príncipes, dignatarios y personas eminentes de la capital se reunieron para la ocasión. Estaba Yo sentado en una de las habitaciones superiores del edificio y observaba la escena. En un momento armaron una tienda en el patio y, al poco tiempo, aparecieron unas figuritas con forma humana del tamaño de la palma de la mano que anunciaban: “¡Se acerca Su Majestad! ¡Colocad los asientos enseguida!” Aparecieron otras figuras, unas barriendo y otras rociando agua, y seguidamente otra, a la que se anunció como pregonero principal de la ciudad, alzó la voz para convocar al pueblo a una audiencia con el rey. Después, hicieron acto de presencia varios grupos de figuras y tomaron sus puestos: los primeros lucían sombreros y fajas al estilo persa, los segundos empuñaban hachas de guerra y los terceros eran lacayos y verdugos que portaban bastones para golpear los pies. Finalmente apareció, ataviado con majestuosidad regia y coronado con una diadema real, la figura de un rey, que se comportaba con la mayor altanería y magnificencia, a veces avanzando y a veces parándose, y que procedió a sentarse en su trono con gran solemnidad, elegancia y dignidad.

12 En ese momento hubo una descarga de tiros, sonaron las trompetas, y el rey y la tienda se sumieron en una cortina de humo. Cuando aclaró, el rey, sentado en su trono, estaba rodeado por una comitiva de ministros, príncipes y dignatarios de Estado quienes, después de ponerse en su sitio, se mostraban solícitos ante su Majestad. Llevaron a un ladrón que habían capturado ante el rey, quien ordenó que decapitaran al delincuente. Sin esperar ni un momento, el verdugo principal le cortó la cabeza al ladrón, y salió un líquido a modo de sangre. Después, el rey sostuvo una audiencia con su corte, en la cual se informó que se había levantado una rebelión en una de las fronteras. Inmediatamente, el rey pasó revista a sus tropas y despachó a varios regimientos con apoyo de la artillería para sofocar el alzamiento. Momentos después se oyó cómo los cañones bombardeaban desde detrás de la tienda y se anunció que había empezado una batalla.

13 Este Joven observaba el escenario con gran asombro. Cuando acabó la audiencia real, cayó el telón y, al cabo de unos veinte minutos, salió un hombre desde detrás de la tienda con una caja bajo del brazo.

14 “¿Qué es esa caja?”, le pregunté “¿y cuál era el sentido de esta representación?”

15 “Toda esta representación fastuosa y todos estos artilugios ingeniosos”, respondió, “el rey, los príncipes, los ministros, su pompa y gloria, su fuerza y poder, todo lo que has visto, están ahora dentro de esta caja”.

16 ¡Juro por Mi Señor, Quien mediante una sola palabra de Su Boca ha hecho existir todas las cosas creadas! Desde aquel día, todos los adornos del mundo son, a ojos de este Joven, similares a ese espectáculo. Nunca han tenido ni tendrán ningún valor ni importancia, ni aun en la medida de un grano de mostaza. Cuánto me ha maravillado que los hombres se enorgullezcan de semejantes vanidades mientras que los perspicaces, antes de ver ninguna evidencia de gloria humana, perciben con certeza lo inevitable de su evanescencia. “¡Nunca he mirado nada sin ver en ello extinción y Dios, verdaderamente, es testigo suficiente!”

17 Incumbe a todos atravesar este breve lapso de la vida con sinceridad y rectitud. Si alguien no llegara a reconocer a Aquel que es la Eterna Verdad, que al menos actúe con entendimiento y justicia. En poco tiempo estos adornos superficiales, estos tesoros pasajeros, estas vanidades terrenales, estos ejércitos alineados, estos atuendos embellecidos, estas almas soberbias y altivas, tal como en aquella caja, serán depositados en los confines de la tumba. A los ojos de los perspicaces, todo este conflicto, porfía y vanagloria siempre han sido y siempre serán como los juegos y pasatiempos de los niños. Haz caso, y no seas de aquellos que ven y siguen negando.

18 Nuestro llamamiento no guarda relación con este Joven ni con los amados de Dios, ya que ellos han sido dolorosamente probados y encarcelados y no esperan nada de hombres como tú. Nuestro propósito es que tal vez levantes la cabeza del lecho de la desatención, sacudas el sueño de la negligencia y dejes de luchar injustamente contra los siervos de Dios. Mientras dure tu poder y supremacía, esfuérzate por aliviar el sufrimiento de los oprimidos. Si juzgaras con imparcialidad y observases con el ojo del discernimiento los conflictos y ocupaciones de este mundo efímero, reconocerías en seguida que son como la representación que hemos descrito.

19 Escucha las palabras del único Dios verdadero y no te enorgullezcas de las cosas de este mundo. ¿Qué ha sido de los que, como tú, reclamaron en falso su señorío en la tierra, quienes intentaron apagar la luz de Dios en Su reino y destruir los cimientos de Su gran edificio en Sus ciudades? ¿Dónde se encuentran ahora? Juzga con justicia y vuelve a Dios para que, quizás, pueda cancelar los abusos de tu vida vana. ¡Ay! Sabemos que nunca lo conseguirás, pues tan grande es tu crueldad que ha hecho enfurecer las llamas del infierno y lamentarse el Espíritu, tambalearse los pilares del Trono y temblar los corazones de los fieles.

20 ¡Oh pueblos de la tierra! Inclinad vuestro oído interior al llamamiento de este Agraviado y deteneos a reflexionar sobre la historia que os hemos relatado. Quizás así no os consuma el fuego del egoísmo y la pasión, ni vosotros consintáis que los objetos vanos y sin valor de este mundo inferior os aparten de Aquel que es la Eterna Verdad. La gloria y la humillación, la riqueza y la pobreza, la tranquilidad y la tribulación pasarán y todos los pueblos de la tierra descansarán dentro de poco en sus tumbas. Incumbe por tanto a todo hombre perspicaz fijar su mirada en la meta de la eternidad para que, quizás, por la gracia del Antiguo Rey, alcance el Reino inmortal y permanezca a la sombra del Árbol de Su Revelación.

21 Este mundo, aunque esté lleno de falsedad y engaño, advierte continuamente a los hombres de su inminente extinción. La muerte del padre revela a su hijo que también él ha de morir. Ojalá que los habitantes del mundo que han amasado riquezas para sí mismos y se han alejado del Verdadero supieran quién se apoderará de sus tesoros al final; pero, por la vida de Bahá, nadie sabe esto sino Dios, exaltada sea Su Gloria.

22 El poeta Saná’í, que la misericordia de Dios descanse sobre él, dijo: “¡Cuidado, oh vosotros cuya conducta indecorosa ha ennegrecido vuestros rostros! “¡Cuidado, oh vosotros de barbas blanqueadas por la edad!” ¡Ay! La mayoría de la gente está profundamente dormida. Son como el hombre que, en su ebriedad, se encariñó con un perro, lo abrazó y lo convirtió en su juguete y que cuando clareó la mañana del discernimiento y la luz del sol envolvió el horizonte, reparó en que el objeto de su deseo no era más que un perro. Entonces, lleno de vergüenza y remordimiento, volvió a su morada.

23 No pienses que has humillado a este Joven o que has prevalecido sobre Él. La más pequeña de las criaturas te gobierna y tú no te das cuenta. Lo más bajo y vil te domina y no es otra cosa que el egoísmo y la pasión, que siempre han sido censurables. Si no fuera por la consumada sabiduría de Dios, habrías podido ver claramente tu propia impotencia y la de todos los que habitan la tierra. Nuestra humillación es, en verdad, la gloria de Su Causa, si pudierais comprenderlo.

24 Este Joven nunca Se ha sentido inclinado a dejar escapar ni una palabra contraria a la cortesía, ya que la cortesía es Nuestra vestidura, con la que hemos adornado el templo de Nuestros siervos predilectos. Si no fuera así, algunas acciones que creéis ocultas habrían sido reveladas en esta Tabla.

25 ¡Oh exponente de la fuerza y el poder! Estos niños pequeños y estos pobres en Dios no tenían por qué haber sido acompañados por oficiales y soldados. Al llegar a Gallípoli, un comandante llamado ‘Umar vino a Nuestra presencia. Dios sabe bien lo que dijo. Después de un diálogo, en el que se mencionó su propia inocencia y tu culpabilidad, le dijimos: “Desde el principio debería haberse convocado un encuentro en que los doctos de esta época se reunieran con este Joven para determinar qué delito han cometido estos siervos. Pero el asunto ha sobrepasado tales consideraciones y, según tú mismo afirmas, es tu cometido encarcelarnos en la más desolada de las ciudades. Si fuera posible, hay un asunto que te pido que transmitas a Su Majestad el Sultán: que este Joven pueda reunirse con él durante diez minutos para que el Sultán exija cuanto juzgue que ha de servir de testimonio suficiente y prueba de la veracidad de Aquel que es la Verdad. Si Dios Le permite ofrecerla, que libere entonces a estos agraviados y los deje en paz”.

26 Prometió transmitir este mensaje y darnos una respuesta. No obstante, ninguna noticia hemos recibido de su parte. Aunque no es propio de Aquel que es la Verdad comparecer ante nadie, ya que todos han sido creados para obedecerle, no obstante, en vista de la condición de estos pequeños y de la gran cantidad de mujeres a las que se ha mantenido tan apartadas de sus amistades y países, hemos condescendido en este particular. Ello no obstante, el resultado ha sido nulo. El mismo ‘Umar está vivo y accesible. Pregúntale, para que conozcas la verdad.

27 La mayoría de Nuestros compañeros yacen enfermos ahora en esta prisión sin que nadie sepa lo que Nos ocurre excepto Dios, el Todopoderoso, el Sapientísimo. A los pocos días de Nuestra llegada dos de estos siervos ascendieron a los dominios de lo alto. Los guardias, pese a que nadie les había pedido su ayuda, insistieron durante un día entero en que, hasta que no se pagasen la mortaja y el entierro, no se retirarían esos cuerpos santos. Carecíamos por entonces de medios materiales, por lo que les rogamos que confiaran el asunto a nuestro cuidado y se les permitiera a los presentes cargar con los cuerpos; mas ellos se negaron. Finalmente se vendió una alfombra en el bazar y se le dio a los guardas la cantidad obtenida. Más adelante se supo que éstos habían cavado una sola tumba poco profunda donde colocaron ambos sagrados cuerpos, pese a haber cobrado el doble de lo que cuestan la mortaja y el entierro.

28 La pluma se siente impotente para narrar y la lengua no puede describir las pruebas que hemos sufrido. No obstante, son para Mí esas tribulaciones más dulces que la miel. ¡Ojalá a cada instante todas las aflicciones del mundo, en el camino de Dios y por Su amor, visitaran a esta Alma evanescente sumergida en el océano del divino conocimiento!

29 Imploramos a Dios paciencia y tolerancia, ya que no eres más que una débil criatura desprovista de toda comprensión. Si despertases y aspiraras la fragancia de las brisas que emanan de los retiros de la eternidad, abandonarías inmediatamente todo lo que posees y en lo que te regocijas, y optarías por vivir en una de los cuartos ruinosos de esta Gran Prisión. Ruega a Dios te dé la comprensión madura que te permita distinguir entre las acciones loables y las dignas de censura. ¡Que la paz sea con aquel que sigue el camino de la guía!

LAWḤ-I-FU’ÁD
¡ÉL ES EL MÁS SANTO, EL MÁS GLORIOSO!

1 KÁF. ZÁ58. Te llamamos desde allende el mar de la grandeza, situado en la tierra carmesí, más allá del horizonte de la tribulación. Verdaderamente, no hay Dios salvo Él, el Todopoderoso, el Más Generoso. Camina resueltamente en mi Causa y no imites el proceder de quienes, habiendo alcanzado el objeto de su deseo, han negado a Dios, el Señor de los Señores. Dentro de poco, Él los tomará en Su ira y, verdaderamente, Él es el Todopoderoso, Quien todo lo subyuga.

2 Has de saber que, mediante la fuerza de Su soberano poder, Dios ha aprehendido a quien fue el más renombrado de los que Nos juzgaron. Él, al ver acercarse su tormento, huyó a París en busca de médicos que le asistiesen.

3 “¿No hay quien me socorra?” demandó.

4 Recibió un golpe en la boca y se le informó: “¡No hay escapatoria!”59

5 Y cuando se dirigió al ángel de la ira, poco menos que expiró de miedo. “Tengo una casa llena de riquezas”, suplicó. “Tengo un palacio junto al Bósforo, debajo del cual corren ríos”.

6 El ángel replicó: “En este día, de ti no será aceptado rescate alguno, aunque ofrendaras todo cuanto es visible e invisible. ¿Acaso no oyes los suspiros de los allegados de Dios, a los cuales encarcelaste sin prueba ni testimonio? Tu acción ha provocado el lamento de los moradores del Paraíso y de los que mañana y tarde circulan alrededor del Trono de lo alto. La ira de tu Señor ha caído sobre ti, y severo es Él en Su castigo”60.

7 Replicó: “Tenía dominio sobre el pueblo, y he aquí el mandato de mi autoridad”.

8 “¡Guarda silencio, oh negador del Día de Juicio!”61

9 Suplicó: “¿No es posible darme una tregua para que mande a buscar a mi familia?”

10 “¡Muy al contrario, oh tú que no creíste en los versículos de Dios!”

11 En seguida los guardianes del abismo insondable lo emplazaron: “¡Las puertas del Infierno se han abierto de par en par para recibirte, oh tú que te has apartado de tu Señor, el Libre! Acude a su fuego, pues éste te anhela. ¿Te has olvidado, oh indeseado, de cuando eras el Nimrod de la época y tu tiranía excedía incluso las crueldades del Faraón, el Señor de las Estacas?62 ¡Oh, Dios! Tu iniquidad ha desgarrado el velo de la santidad y hecho temblar los pilares del cielo. ¿Adónde irás a refugiarte ahora? ¿Quién te protegerá del azote aterrador de tu Señor, el Terrible? ¡No hay amparo para ti en este Día, oh, incrédulo impío!” En seguida le sobrevino la agonía de la muerte y la oscuridad se cernió sobre él. Así lo tomamos en nuestra violenta ira, y severo es tu Señor en Su castigo.

12 Luego lo emplazó un ángel de la derecha del Trono: “He aquí el ángel del desconsuelo. ¿Hay escapatoria que no sea al infierno en donde herventa el corazón?”63 Y el ángel de los castigos recibió a su espíritu y una voz proclamó: “¡Entra al insondable foso prometido en el Libro, cuya existencia has negado día y noche!”

13 En breve, destituiremos al que se le asemejaba‡‡‡‡, y arrebataremos a su Jefe, que gobierna al país§§§§, y Yo soy, verdaderamente, el Todopoderoso, Quien todo lo domina. Sé firme en la Causa de Dios y ensalza a tu Señor en horas de la mañana y al atardecer. No permitas que la luz de tu alma sea apagada por las calumnias del que quedó tan ofuscado por nuestras generosidades que se apartó de Dios, el Señor de todos los nombres. Él inspira a sus devotos seguidores como el Maligno incita a los suyos. Pronto lo verás sumido en innegable perdición, tanto en este mundo como en el venidero. Por cierto, él es de aquellos a quienes espera un penoso tormento. Él envió una epístola a alguien en esa comarca, un escrito de los obradores de iniquidad, en la cual se mofó de Dios y consignó lo que llenó de consternación a todo lo creado. Di: ¿Podrás encontrar a quien te proteja cuando te visite la ira de Dios, el Todopoderoso, el Ilimitado?

14 Así te hemos informado de aquello que ocultan los corazones de los hombres. Verdaderamente, tu Señor es el Todopoderoso, el Omnisciente. Disponte a hacer triunfar esta Causa, y reúne a Mis amados. Ayúdales a ver la verdad en este Día en que han tropezado los pies de los hombres. Di: Incumbe a todo verdadero creyente ayudar a su Señor. Él, verdaderamente, es vuestro Defensor, en tanto que las gentes no tienen a quien dirigirse en este Día.

15 Luego, prendimos a Mihdí64, al que habíamos prometido castigo divino en Nuestros Libros y Escrituras. Cuando lo cubrió nuestra imponente majestad, él imploró: “¿Es que no me permitís volver sobre mis pasos?”

16 Una voz exclamó: “¡Ay de ti, oh tú que no has creído en el Día de la Resurrección! Éste es el fuego infernal y es por ti que arden sus llamas. Omitiste toda acción recta en tu vida vana e infructuosa, y ahora no hay quien te ampare de Dios. Por cierto, tú eres aquel que hizo que se consumiera todo corazón y se lamentara el Espíritu Santo”.

17 Imploró: “¿No queda refugio para mí?”

18 “¡No, por mi Señor, aunque recurrieses a todos los medios posibles!”

19 En seguida lanzó un grito tan lastimero que hizo que temblaran los moradores de las tumbas, y fue asido por la Mano del poder invencible. Entonces, una voz proclamó: “¡Retorna a la sede de la ira en el fuego infernal; miserable y ruin sea tu morada!”

20 Así lo asimos como tomamos a aquellos que lo precedieron. Mirad sus casas, que hemos dejado a las arañas, y prestad atención, ¡oh vosotros que estáis dotados de entendimiento! Él es aquel que se opuso a Dios y para quien fueron revelados en el Libro los versículos de la ira. Bienaventurado el que lo lee y reflexiona sobre su contenido, pues a él, verdaderamente, le espera un buen final.

21 Así te hemos narrado el relato de los malhechores, para que tus ojos encuentren solaz. En cuanto a ti, no te espera sino un final venturoso.

SÚRIY-I-MULÚK
¡ÉL ES EL TODOPODEROSO!

1 Ésta es una Tabla de este Siervo, que es llamado Ḥusayn en el reino de los nombres, dirigida al concurso de los reyes de la tierra. Acaso lo aborden con espíritu imparcial, descubran en su mensaje los misterios de la divina providencia y sean de los que comprenden su significado, y por ventura abandonen cuanto poseen, se vuelvan hacia los retiros de santidad y se acerquen a Dios, el Todoglorioso, el Incomparable.

2 ¡Oh reyes de la tierra! Prestad oído a la Voz de Dios, que llama desde este Árbol sublime, cargado de frutos, que ha brotado de la Colina Carmesí, en el Llano santo, entonando las palabras: “No hay otro Dios sino Él, el Poderoso, el Omnipotente, el Sapientísimo”. Éste es un Sitio que Dios ha santificado para quienes se aproximan a él, Sitio donde se oye Su Voz proveniente del celestial Árbol de Santidad. Temed a Dios, oh concurso de reyes, y no os permitáis ser privados de esta muy sublime gracia. Desechad, entonces, las cosas que poseéis y aferraos firmemente al Asidero de Dios, el Excelso, el Grande. Dirigid vuestros corazones hacia la Faz de Dios y abandonad lo que vuestros deseos os han ordenado seguir, y no seáis de los que perecen.

3 Relátales, oh Siervo, la historia de ‘Alí*****, de cuando Él vino a ellos con la verdad, portando Su glorioso e importante Libro, y llevando en Sus manos un testimonio y prueba procedentes de Dios, y santas y benditas muestras provenientes de Él. Sin embargo, oh reyes, no habéis prestado atención al Recuerdo de Dios en Sus días ni habéis sido guiados por las luces que aparecieron y brillaron en el horizonte de un Cielo resplandeciente. No examinasteis Su Causa cuando haberlo hecho habría sido mejor para vosotros que todo sobre lo cual brilla el sol, si pudierais daros cuenta de ello. Fuisteis descuidados hasta que los teólogos de Persia –esos desalmados– pronunciaron su juicio contra Él y Le dieron muerte injustamente. Su espíritu ascendió a Dios, y en razón de esta crueldad lloraron amargamente los ojos de los moradores del Paraíso y los ángeles que están cerca de Él. Guardaos de ser descuidados de aquí en adelante como habéis sido descuidados anteriormente. Volved, entonces, a Dios, vuestro Hacedor, y no seáis de los desatentos.

4 Di: Ha amanecido el Sol de la lugartenencia, se ha hecho claro el Punto del conocimiento y sabiduría, y se ha puesto de manifiesto el Testimonio de Dios, el Todopoderoso, el Sapientísimo. Di: Se ha hecho visible la Luna de la eternidad en el centro mismo del cielo y su luz ha iluminado a los moradores de los dominios de lo alto. Ha aparecido Mi rostro desde detrás de los velos y ha arrojado su luz sobre todo cuanto hay en el cielo y en la tierra; sin embargo, no os volvisteis hacia Él, a pesar de que por Él fuisteis creados, oh concurso de reyes. Por tanto, seguid lo que os digo, escuchadlo con el corazón y no seáis de los que se han apartado. Pues vuestra gloria no consiste en vuestra soberanía, sino más bien en vuestra cercanía a Dios y vuestra observancia de Su mandamiento, que se ha hecho descender en Sus santas y guardadas Tablas. Si uno de vosotros gobernara a toda la tierra, y cuanto hay dentro de ella y sobre ella, sus mares, sus países, sus montañas y sus llanos, y empero no fuese recordado por Dios, nada de ello le aprovecharía: ojalá lo supierais.

5 Sabed que la gloria de un siervo reside en su cercanía a Dios, y que, a menos que se aproxime a Él, ninguna otra cosa podrá jamás aprovecharle, aun cuando ejerciere dominio sobre la creación entera. Di: Ha soplado sobre vosotros la brisa de Dios, proveniente de los retiros del Paraíso, mas la habéis pasado por ato optando por persistir en vuestro descarrío. Se os ha dado la guía procedente de Dios, mas no la habéis seguido prefiriendo rechazar su verdad. La Lámpara de Dios ha sido encendida en la hornacina de Su Causa, mas vosotros habéis dejado de buscar el fulgor de su gloria y de acercaros a su luz. ¡Y aún dormís en el lecho de la negligencia!

6 Levantaos, entonces, y afirmad vuestros pies, compensad lo que se os ha escapado y volveos entonces a Su santa Corte, en la ribera de Su ingente Océano, para que os sean reveladas las perlas del conocimiento y sabiduría que Dios ha almacenado en el cofre de Su radiante corazón. Tal es el consejo que os aprovechará más: haced de él vuestra provisión, para que seáis de quienes son guiados rectamente. Guardaos de impedir que sople sobre vuestros corazones la brisa de Dios, brisa que hace revivir los corazones de quienes se han vuelto hacia Él. Escuchad las claras advertencias que os hemos revelado en esta Tabla, para que Dios, por Su parte, os escuche a vosotros y abra ante vuestros rostros las puertas de Su misericordia. Él, ciertamente, es el Compasivo, el Misericordioso.

7 No dejéis de lado el temor a Dios, oh reyes de la tierra, y tened cuidado, no sea que transgredáis los límites que ha fijado el Todopoderoso. Observad los mandamientos prescritos a vosotros en Su Libro, y tened mucho cuidado de no sobrepasar sus límites. Estad alerta para que no hagáis injusticia a nadie, aunque fuera en la medida de un grano de mostaza. Hollad la senda de la justicia, porque éste es, ciertamente, el camino recto.

8 Componed vuestras diferencias y reducid vuestros armamentos, para que sea aliviado el peso de vuestros gastos y se tranquilicen vuestras mentes y corazones. Reparad las disensiones que os dividen, y ya no necesitaréis armamentos, excepto los que requiera la protección de vuestras ciudades y territorios. Temed a Dios y guardaos de transgredir los límites de la moderación y ser contados entre los derrochadores.

9 Hemos sabido que aumentáis vuestro desembolso cada año, y cargáis el peso de ello sobre vuestros súbditos. Esto, en verdad, es más de lo que pueden soportar y es una grave injusticia. Decidid justamente entre los hombres y sed los emblemas de la justicia entre ellos. Esto, si juzgáis imparcialmente, es lo que os incumbe y corresponde a vuestra posición.

10 Guardaos de tratar injustamente a quienquiera que recurra a vosotros y entre a vuestro amparo. Temed a Dios y sed de los que llevan una vida piadosa. No os fiéis de vuestro poder, vuestros ejércitos, ni vuestros tesoros. Poned toda vuestra fe y confianza en Dios, Quien os ha creado, y buscad Su ayuda en todos vuestros asuntos. El socorro viene sólo de Él. Él socorre a Quien quiere con las huestes de los cielos y de la tierra.

11 Sabed que los pobres son el depósito de Dios entre vosotros. Cuidaos de que no traicionéis Su depósito, que no procedáis injustamente con ellos y que no caminéis por los caminos de los pérfidos. Con toda seguridad, seréis llamados a dar cuenta de Su depósito en el día en que la Balanza de la Justicia sea establecida, día en que cada cual recibirá lo que merezca, en que los hechos de todos los hombres, ricos y pobres, serán ponderados.

12 Si no prestáis atención a los consejos que, en lenguaje incomparable e inequívoco, hemos revelado en esta Tabla, el castigo divino os asaltará de todas direcciones y la sentencia de Su justicia será pronunciada contra vosotros. Ese día no tendréis poder para resistirle, y reconoceréis vuestra propia impotencia. Tened misericordia de vosotros mismos y de los que están bajo vosotros. Juzgad entre ellos de acuerdo con los preceptos prescritos por Dios en Su muy santa y exaltada Tabla, Tabla en que Él ha asignado a cada cosa una medida determinada, en que Él ha dado una clara explicación de todas las cosas y que es, en sí misma, una amonestación para los que creen en Él.

13 Examinad Nuestra Causa, investigad las cosas que Nos han acaecido, y decidid con justicia entre Nos y Nuestros enemigos y sed de los que obran equitativamente con sus semejantes. Si no detenéis la mano del opresor, si no resguardáis los derechos de los oprimidos, ¿qué justifica entonces que os vanagloriéis ante los hombres? ¿De qué podéis jactaros con derecho? ¿Es de vuestros alimentos o bebidas que os enorgullecéis, de las riquezas que almacenáis en vuestros tesoros, de la diversidad y valor de los ornamentos con que os adornáis? Si la verdadera gloria consistiera en la posesión de esas cosas perecederas, entonces la tierra sobre la cual camináis debería enaltecerse por encima de vosotros, porque os suministra y confiere estas mismas cosas por decreto del Todopoderoso. En sus entrañas se halla, de acuerdo con lo que Dios ha ordenado, todo lo que poseéis. De ella, como un signo de Su misericordia, deriváis vuestras riquezas. ¡Mirad, entonces, vuestra condición, aquella de que os gloriáis! ¡Ojalá pudierais comprenderlo!

14 ¡Es más! ¡Por Aquel que sostiene en Su mano el reino de toda la creación! En nada reside vuestra gloria verdadera y perdurable salvo en la adhesión firme a los preceptos de Dios, en la observancia plena de Sus leyes, en la decisión de asegurar que no queden sin cumplir, y en proseguir firmemente el camino recto.

15 ¡Oh reyes de la Cristiandad! ¿No oísteis las palabras de Jesús, el Espíritu de Dios: “Yo Me voy, y vuelvo a vosotros”?65. ¿Por qué, entonces, cuando Él vino nuevamente a vosotros en las nubes del cielo, no os acercasteis a Él, para que pudierais ver Su rostro y ser de los que alcanzaron Su Presencia? En otro pasaje Él dice: “Cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, Él os guiará a toda verdad”66. Empero, ved cómo, cuando Él trajo la verdad, rehusasteis volver vuestros rostros hacia Él, y persististeis en divertiros en vuestros pasatiempos y vanidades. No Le disteis la bienvenida, ni buscasteis Su Presencia, para que pudierais oír los versículos de Dios de Sus propios labios y participar de la múltiple sabiduría del Todopoderoso, el Todoglorioso, el Sapientísimo. Debido a vuestra falta, habéis impedido que sople sobre vosotros el aliento de Dios, y habéis privado a vuestras almas de la dulzura de su fragancia. Continuáis vagando con deleite en el valle de vuestros deseos corruptos. Vosotros, y todo lo que poseéis, pasará. De cierto, volveréis a Dios y seréis llamados a rendir cuenta de vuestros actos en presencia de Aquel que reunirá a toda la creación.

16 Además, ¿no habéis oído lo que se ha consignado en el Evangelio acerca de aquellos “que no de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios son nacidos”67, es decir, los que han sido puestos de manifiesto mediante el poder de Dios? En consecuencia resulta evidente que perfectamente puede manifestarse alguien en el mundo de la creación que sea verdaderamente de Dios, el Todopoderoso, el Omnisciente, el Sapientísimo. ¿Cómo es que, cuando tuvisteis noticia de Nuestra Causa, no Nos preguntasteis directamente, para distinguir lo verdadero de lo falso, descubrir Nuestro objetivo y propósito y enteraros de las aflicciones que hemos padecido a manos de esta generación perversa y descarriada?

17 ¡Oh Ministro del Rey de París!68 ¿Has olvidado el pronunciamiento consignado en el Evangelio según Juan acerca del Verbo y quienes son sus Manifestaciones? ¿Y has hecho caso omiso de los consejos del Espíritu††††† acerca de las Manifestaciones del Verbo, y has sido contado entre los negligentes? Si no, ¿por qué entonces te conjuraste con el Ministro de Persia69 para infligirnos lo que ha hecho derretirse los corazones de los hombres de entendimiento y perspicacia, y correr las lágrimas de los moradores del Dominio de la eternidad, y plañir las almas de quienes están próximos a Dios? Y todo ello lo cometiste sin procurar examinar Nuestra Causa ni descubrir su verdad. ¿No es acaso tu claro deber investigar esta Causa, informarte de las cosas que Nos han acontecido, juzgar con equidad y adherirte a la justicia?

18 Pasarán tus días, tu ministerio llegará a su fin y tus bienes desaparecerán y dejarán de ser. Entonces, en presencia del Rey todopoderoso, serás llamado a responder por lo que tus manos han obrado. Cuántos son los ministros que vinieron a este mundo antes de ti, cuyo poder superaba el tuyo, cuya posición sobrepujaba la tuya y cuya riqueza excedía la tuya, y empero volvieron al polvo, sin dejar sobre la faz de la tierra ni nombre ni vestigio alguno, y ahora están sumidos en doloroso remordimiento. Entre ellos estaban los que no cumplieron su deber para con Dios, siguieron sus propios deseos y hollaron el camino de la lujuria y la perversidad. Y entre ellos estaban los que observaron lo que había sido prescrito en los versículos de Dios, juzgaron con imparcialidad bajo la sombra de la guía divina y se cobijaron al amparo de la misericordia de su Señor.

19 Te advierto a ti, y a quienes son como tú, que no actuéis con nadie como habéis actuado con Nos. Guardaos de seguir los pasos del Maligno y andar por los caminos de los injustos. Tomad del mundo lo que corresponda a la medida de vuestras necesidades, y dejad cuanto las exceda. Observad equidad en todos vuestros juicios, y no sobrepaséis los límites de la justicia, ni seáis de los que se desvían de su camino.

20 Han pasado veinte años, oh reyes, durante los cuales cada día hemos probado la angustia de una nueva tribulación. Ninguno de los que Nos precedieron ha soportado lo que Nos hemos soportado. ¡Ah, si lo comprendierais! Aquellos que se levantaron contra Nos, nos han matado, han derramado nuestra sangre, han saqueado nuestros bienes y violado nuestro honor. Aunque conscientes de la mayoría de nuestras aflicciones, no habéis detenido, sin embargo, la mano del agresor. Pues ¿no es acaso vuestro claro deber refrenar la tiranía del opresor y tratar con equidad a vuestros súbditos, para que vuestro alto sentido de la justicia se demuestre plenamente ante toda la humanidad?

21 Dios ha confiado en vuestras manos las riendas del gobierno del pueblo, para que reinéis con justicia sobre ellos, defendáis los derechos de los humillados y castiguéis a los malhechores. Si descuidáis el deber prescrito a vosotros por Dios en Su Libro, vuestros nombres serán contados entre los injustos a Su vista. Grave, ciertamente, será vuestro error. ¿Os aferráis a lo que vuestras imaginaciones han maquinado y arrojáis tras de vosotros los mandamientos de Dios, el Exaltadísimo, el Inaccesible, el Imponente, el Todopoderoso? Desechad las cosas que poseéis y aferraos a lo que Dios os ha ordenado observar. Buscad Su gracia, pues aquel que la busca huella Su recto Camino.

22 Considerad la condición en que estamos y fijaos en los males y dificultades a los que hemos sido sometidos. No Nos desatendáis ni por un momento y juzgad entre Nos y Nuestros enemigos con equidad. Esto, de seguro, será para vosotros un beneficio manifiesto. Así os relatamos Nuestra historia y os contamos las cosas que Nos han acaecido, para que remediéis Nuestros males y aliviéis Nuestra carga. Que aquel que quiera, Nos libere de Nuestra dificultad; y en cuanto a aquel que no quiera, Mi Señor es de seguro el mejor socorro.

23 Advierte y haz conocer a la gente, oh Siervo, aquello que Te hemos enviado, y no dejes que el temor a nadie Te desaliente, y no seas de los que vacilan. Se aproxima el día en que Dios habrá exaltado Su Causa y magnificado Su testimonio a los ojos de todos los que están en los cielos y todos los que están en la tierra. Pon, en todas circunstancias, plena confianza en Tu Señor, fija tu mirada en Él, y apártate de todos los que repudian Su verdad. Que Dios, Tu Señor, sea Tu único socorro y ayuda. Nos hemos comprometido a asegurar Tu triunfo sobre la tierra y a exaltar Nuestra Causa por encima de todos los hombres, aunque no encontremos ningún rey que dirija su mirada a Ti.

24 Recuerda Tu llegada a la Ciudad (Constantinopla); cómo los ministros del Sultán pensaron que desconocías sus leyes y reglamentos y Te creyeron uno de los ignorantes. Di: ¡Sí, por Mi Señor! Soy ignorante de todas las cosas salvo de lo que Dios, mediante Su generoso favor, ha deseado enseñarme. Esto lo atestiguamos con toda seguridad y lo confesamos sin vacilar.

25 Di: Si las leyes y reglamentos a los cuales os atenéis son hechos por vosotros mismos, de ningún modo los seguiremos. Así Me lo ha ordenado Quien es el Sapientísimo, el Informado. Tal ha sido mi proceder en el pasado y así seguirá siendo en el futuro, por la fuerza de Dios y Su poder. Éste es ciertamente el camino recto y verdadero. Si han sido ordenadas, por Dios, mostrad entonces vuestras pruebas, si sois de aquellos que hablan la verdad. Di: Hemos escrito en un Libro, que no deja sin consignar la acción de ningún hombre, por insignificante que sea, todo lo que Te han imputado y todo lo que Te han hecho.

26 Di: Os incumbe, oh Ministros de Estado, observar los preceptos de Dios, y abandonar vuestras propias leyes y reglamentos, y ser de aquellos que están bien guiados. Esto es mejor para vosotros que todo cuanto poseéis, si lo supierais. Si quebrantáis los mandamientos de Dios, ni lo más mínimo de vuestras obras será aceptable a Su vista. Pronto descubriréis las consecuencias de lo que habéis hecho en esta vida vana, y recibiréis vuestra paga por ellas. Ésta es, ciertamente, la verdad, la indudable verdad.

27 ¡Cuán grande ha sido el número de aquellos que, en edades pasadas, han cometido las mismas acciones que vosotros habéis cometido, y que, a pesar de tener un rango superior al vuestro, finalmente han regresado al polvo y han sido relegados a su inevitable perdición! ¡Ojalá reflexionarais en vuestro corazón sobre la Causa de Dios! Seguiréis su huella, y se os hará entrar en una habitación en la cual no encontraréis a nadie que os ampare o ayude. Ciertamente, se os preguntará por vuestros hechos, se os pedirá cuenta por haber faltado a vuestros deberes para con la Causa de Dios y por haber rechazado desdeñosamente a sus amados, quienes con evidente sinceridad han venido a vosotros.

28 Sois vosotros los que habéis consultado juntos acerca de ellos, los que habéis preferido seguir las instigaciones de vuestros propios deseos y abandonar el mandamiento de Dios, Quien ayuda en el peligro, el Todopoderoso.

29 Di: ¿Cómo es que os aferráis a vuestros ardides, y desecháis los preceptos de Dios? ¡Ciertamente, os habéis agraviado a vosotros mismos y a otros! ¡Ojalá pudierais comprenderlo! Di: Si vuestras reglas y principios están basados en la justicia, ¿por qué, entonces, seguís los que están de acuerdo con vuestras inclinaciones corruptas y rechazáis los que se contraponen a vuestros deseos? ¿Con qué derecho, entonces, pretendéis juzgar con imparcialidad entre los hombres? ¿Pueden vuestras reglas y principios justificar que persigáis a Aquel que, por orden vuestra, Se ha presentado ante vosotros, que Le hayáis rechazado e infligido, cada día, penoso daño? ¿Os ha desobedecido Él alguna vez, aunque sea por un instante? Todos los habitantes de Iráq y, además de ellos todo observador perspicaz, atestiguarán la verdad de Mis palabras.

30 ¡Sed imparciales en vuestro juicio, oh Ministros de Estado! ¿Qué hemos cometido que justifique Nuestro destierro? ¿Qué delito ha merecido Nuestra expulsión? ¡Nos os hemos buscado y, sin embargo, mirad cómo habéis rehusado recibirnos! ¡Por Dios! Ésta es una penosa injusticia que habéis perpetrado, injusticia que no puede compararse con ninguna otra injusticia terrenal. El Todopoderoso mismo da testimonio de ello.

31 ¿Acaso alguna vez he transgredido vuestras leyes, o desobedecido a alguno de vuestros ministros que estaban en Iráq? Preguntadles a ellos, para que actuéis hacia Nos con discernimiento y seáis contados entre quienes están bien informados. ¿Acaso alguien alguna vez ha presentado ante ellos una demanda contra Nos? ¿Acaso alguno de ellos oyó de Nos una palabra contraria a lo que ha revelado Dios en Su Libro? ¡Producid, entonces, vuestras pruebas, para que aprobemos vuestras acciones y reconozcamos vuestras reclamaciones!

32 Si hubierais querido tratarnos conforme a vuestros principios y normas, os habría correspondido respetar y honrarnos por acatar vuestros mandamientos y seguir lo que habéis tenido a bien ordenar. Asimismo, deberíais haber cancelado las deudas en que Nos incurrimos en Iráq en el cumplimiento de vuestros deseos. Debisteis habernos prestado atención entonces, haber escuchado la relación de Nuestras tribulaciones y juzgado con equidad, tal como os habríais juzgado a vosotros mismos. No debisteis habernos deseado lo que no os habéis deseado a vosotros mismos, sino, más bien, optado por actuar con generosidad. ¡Juro por Dios! No Nos tratasteis de acuerdo con vuestros propios principios ni normas, ni con los de nadie de entre los hombres, sino de acuerdo con las instigaciones de vuestras pasiones corruptas y perversas, ¡oh concurso de rebeldes y arrogantes!

33 ¡Oh Ave de la Santidad! Remóntate hasta el cielo de la comunión conmigo y da a conocer a las gentes aquello que te descubrimos en los ondulantes océanos de la inmortalidad, situados más allá del monte de gloria. Que no Te aterre el miedo a nadie, y pon Tu confianza en Dios, el Todopoderoso, el Benéfico. Nos, ciertamente, Te protegeremos contra quienes, sin una clara señal de Dios ni un Libro esclarecedor, Te han agraviado penosamente.

34 Di: ¡Dios Me lo atestigua, oh concurso de negligentes! No vinimos a vosotros para crear desorden en vuestros países ni sembrar disensión entre vuestros pueblos. Más bien, vinimos en obediencia al mandato del soberano y con el fin de ensalzar vuestra autoridad, instruiros en los métodos de Nuestra sabiduría y traeros a la memoria lo que habíais olvidado; tal como Él dice en verdad: “Amonéstalos, pues ciertamente tu amonestación traerá provecho a los creyentes”70. Pero no escuchasteis las dulces melodías del Espíritu y, torpemente, prestasteis oído a Nuestros enemigos, quienes siguen las instigaciones de sus inclinaciones corruptas, cuyos hechos el Maligno ha hecho parecer hermosos a sus propios ojos y cuyas lenguas pronuncian calumnias contra Nos. ¿Acaso no oísteis lo que ha sido revelado en Su Libro, gloriosísimo e infalible: “Si algún hombre malvado os aporta alguna nueva, aclaradla de inmediato”?71 ¿Por qué, entonces, habéis desechado con desdén el mandamiento de Dios, siguiendo los pasos de quienes se empeñan en obrar mal?

35 Hemos oído que uno de esos calumniadores ha afirmado que este Siervo practicó la usura mientras residía en Iráq ocupándose en acumular riqueza para Sí mismo. Di: ¿Cómo es que juzgáis sobre una materia de la cual no tenéis conocimiento? ¿Cómo es que soltáis calumnias a los siervos de Dios y abrigáis tan malignas sospechas? ¿Y cómo ha de ser verdadera esta acusación cuando Dios ha prohibido esa práctica a Sus siervos en aquel Libro santísimo y bien conservado que fuera revelado a Muḥammad, el Apóstol de Dios y Sello de los Profetas, Libro que Él ha establecido como Su testimonio perdurable y Su guía y advertencia para toda la humanidad? Esta no es sino una de las materias en que Nos hemos opuesto a los teólogos de Persia, ya que, conforme al texto del Libro, hemos prohibido a todos los hombres la práctica de la usura. Dios mismo da testimonio de la verdad de Mis palabras. “Sin embargo, no pretendo ser inocente, pues el alma es propensa al mal”72. Solamente queremos transmitiros la verdad, para que estéis informados de ella y seáis de quienes llevan una vida piadosa. Guardaos de dar oído a las palabras de aquellos en quienes se percibe el olor nauseabundo de la malevolencia y envidia; no les prestéis atención, sino actuad con rectitud.

36 Sabed que el mundo y sus vanidades y sus adornos desaparecerán. Nada perdurará salvo el Reino de Dios, que no pertenece a nadie sino a Él, el Soberano Señor de todo, Quien ayuda en el peligro, el Todoglorioso, el Todopoderoso. Los días de vuestra vida pasarán, y perecerán todas las cosas con que os ocupáis y de las cuales os jactáis, y vosotros, con toda seguridad, seréis emplazados por una compañía de Sus ángeles a comparecer en el lugar donde temblarán los miembros de toda la creación, y sentirá escalofrío la carne de todo opresor. Se os pedirá cuenta de las cosas que vuestras manos han hecho en vuestra vana vida y recibiréis el justo pago por vuestras acciones. Éste es el día que os llegará inevitablemente, la hora que nadie puede postergar. Esto lo ha atestiguado la Lengua de Quien habla la verdad y es el Conocedor de todas las cosas.

37 Temed a Dios, habitantes de la Ciudad (Constantinopla), y no sembréis las semillas de la disensión entre los hombres. No andéis por los caminos del Maligno. Durante los pocos días que os restan de vuestra vida, seguid el camino del único Dios verdadero. Vuestros días se acabarán como se han acabado los días de los que os han precedido. Regresaréis al polvo, como lo hicieron vuestros antecesores.

38 Sabed que no temo a nadie excepto a Dios. No he depositado Mi confianza en nadie salvo en Él. A nadie sino a Él me aferraré y sólo deseo lo que Él ha deseado para Mí. Éste es, en verdad, el deseo de Mi corazón, si lo supierais. He ofrendado Mi alma y Mi cuerpo como un sacrificio para Dios, el Señor de todos los mundos. Quien haya conocido a Dios no conocerá a nadie sino a Él, y quien tema a Dios no tendrá miedo de nadie salvo de Él, aunque las fuerzas de toda la tierra se dispongan en formación para atacarle. No hablo nada sino por Su mandato y no sigo sino Su verdad, mediante la fuerza de Dios y Su poder. Él, ciertamente, recompensará a los veraces.

39 Narra, oh Siervo, las cosas que viste cuando arribaste a la Ciudad, para que Tu testimonio perdure entre los hombres y sirva como advertencia a los que creen. En el momento de Nuestra llegada a la Ciudad encontramos tanto a sus gobernantes como a sus dignatarios reunidos como niños y divirtiéndose con arcilla. No encontramos a nadie lo suficientemente maduro como para recibir de Nos las verdades que Dios Nos ha enseñado, ni preparado para escuchar Nuestras maravillosas palabras de sabiduría. Nuestro ojo interior lloró amargamente por ellos y por sus transgresiones y por su descuido total de aquello para lo que fueron creados. Eso es lo que observamos en aquella ciudad y lo que hemos decidido anotar en Nuestro Libro, para que les sirva de advertencia a ellos y al resto de la humanidad.

40 Di: Si sois buscadores de esta vida y sus vanidades, deberíais haberlas buscado cuando aún estabais encerrados en el vientre de vuestra madre, porque entonces os aproximabais continuamente a ellas, si lo comprendierais. Por el contrario, desde que nacisteis hasta vuestra madurez os habéis ido alejando del mundo y acercando al polvo. ¿Por qué, entonces, demostráis tanta avidez por acaparar los tesoros de la tierra, cuando vuestros días están contados y vuestra oportunidad está casi perdida? ¿Acaso, oh negligentes, no vais a despertar de vuestro sueño?

41 Prestad atención a los consejos que este Siervo os da por el amor de Dios. Él, en verdad, no os pide ninguna recompensa, y está resignado a lo que Dios ha decretado para Él y es completamente sumiso a la Voluntad de Dios.

42 Los días de vuestra vida en gran parte se han consumido, oh pueblo, y vuestro final se aproxima rápidamente. Abandonad, entonces, las cosas que habéis ideado y a las cuales os aferráis, y asíos firmemente a los preceptos de Dios, para que quizás alcancéis lo que Él ha determinado para vosotros y seáis de aquellos que siguen un curso recto. No os deleitéis con las cosas del mundo y sus vanos ornamentos, ni pongáis vuestra esperanza en ellas. Depositad vuestra confianza en el recuerdo de Dios, el Más Exaltado, el Más Grande. Pronto Él reducirá a la nada cuanto poseéis. Que Él sea vuestro temor, y no olvidéis Su alianza con vosotros, y no seáis de aquellos que, como por un velo, están separados de Él.

43 Cuidado, no sea que os envanezcáis ante Dios y rechacéis desdeñosamente a Sus amados. Condescended humildemente con los fieles, quienes han creído en Dios y en Sus signos, cuyos corazones atestiguan Su unidad, cuyas lenguas proclaman Su unicidad, y que sólo hablan cuando Él lo permite. Así os exhortamos con la justicia, y os advertimos con la verdad, para que tal vez seáis despertados.

44 No sometáis a ningún alma a una carga a la que no quisierais ser sometidos vosotros, y no le deseéis a nadie lo que no desearíais para vosotros mismos. Éste es Mi mejor consejo para vosotros, ojalá que lo observarais.

45 Respetad a los sacerdotes y doctos de entre vosotros, aquellos cuya conducta es acorde con lo que profesan, quienes no traspasan los límites fijados por Dios, cuyas opiniones estén en armonía con Sus mandatos revelados en Su Libro. Sabed que ellos son las lámparas de guía para los que están en los cielos y en la tierra. Aquellos que menosprecian y desdeñan a los sacerdotes y doctos que viven entre ellos, ciertamente han cambiado el favor con que Dios los ha favorecido.

46 Di: Esperad hasta que Dios haya cambiado Su favor hacia vosotros. A Él nada Le pasa inadvertido. Él conoce los secretos tanto de los cielos como de la tierra. Su conocimiento abarca todas las cosas. No os regocijéis por lo que habéis hecho o por lo que haréis en el futuro, ni tampoco os deleitéis con la tribulación que Nos habéis infligido, pues no podéis exaltar vuestra estación por tales medios, si tan sólo examinarais vuestras obras con agudo discernimiento. Tampoco podréis disminuir la sublimidad de Nuestro estado. Por el contrario, Dios aumentará la recompensa con la cual ha de premiarnos por haber soportado con paciencia perseverante las tribulaciones que hemos padecido. Él, en verdad, aumentará la recompensa de aquellos que soportan con paciencia.

47 Sabed que, desde tiempo inmemorial, las pruebas y tribulaciones han sido el destino de los Escogidos de Dios y de Sus amados, y de aquellos de Sus siervos que se han desprendido de todo menos de Él, aquellos a quienes ni el comercio ni los negocios han hecho olvidar el recuerdo del Todopoderoso, aquellos que no hablan hasta que Él haya hablado y actúan de acuerdo con Su mandamiento. Así es el método llevado a cabo por Dios en el pasado y así seguirá siendo en el futuro. Benditos son los que soportan con firmeza, los que son pacientes en las enfermedades y privaciones, que no se lamentan de nada de lo que les acontezca y que huellan el sendero de la resignación.

48 Lo que Nos ha sucedido ya se ha visto antes. El Nuestro no es el primer cáliz arrojado al suelo en las tierras del Islam, ni es ésta la primera vez que tales maquinadores han conspirado contra los bienamados del Señor. Las tribulaciones que hemos sufrido son similares a los padecimientos que soportó en otro tiempo el Imán Ḥusayn; pues le abordaron mensajeros de conspiradores malvados y llenos de odio que le invitaban a salir de la ciudad; mas cuando vino a ellos, acompañado de los miembros de su familia, se alzaron contra él con todas sus fuerzas, hasta que finalmente le dieron muerte, mataron despiadadamente a sus hijos y a sus hermanos e hicieron prisioneros al resto de su familia. Así acaeció en una época anterior y Dios, ciertamente, da testimonio de Mis palabras. De su linaje nadie sobrevivió, ni jóvenes ni viejos, con excepción de su hijo ‘Alí al-Awsaṭ, conocido como Zaynu’l-‘Ábidín.

49 ¡Mirad pues, oh negligentes, con qué fulgor ardió antaño el fuego del amor de Dios en el corazón de Ḥusayn, si sois de los que examinan con cuidado! Tan intensa se volvió su llama que finalmente el fervor y el anhelo le arrebataron las riendas de la paciencia, y el amor de Aquel que es el Irresistible cautivó en tal medida su corazón que entregó su alma, su espíritu, sus bienes y todo cuanto tenía, en la senda de Dios, el Señor de los mundos. ¡Por Dios! A su vista ello era más dulce que el imperio de la tierra y el cielo. Ya que el amante verdadero nada desea sino la reunión con su amado y el buscador no tiene otra meta que no sea alcanzar el objeto de su búsqueda. Sus corazones ansían la reunión como el cuerpo anhela el espíritu; ¡es más, su ansia es mayor aún, si lo percibierais!

50 Di: Ese mismo fuego arde ahora en Mi propio pecho, y es Mi deseo que este Ḥusayn entregue Su vida de igual manera, con la esperanza de alcanzar tan augusto y sublime estado, aquel estado en que el siervo muere para sí mismo y vive en Dios, el Todopoderoso, el Excelso, el Grande. Si os revelara los misterios que Dios ha depositado en él, ciertamente ofrendaríais vuestras vidas en Su camino, renunciaríais a vuestros caudales y abandonaríais cuanto poseéis, con el fin de alcanzar ese trascendente y gloriosísimo estado. Sin embargo, Dios ha cubierto vuestro corazón con un velo y ha oscurecido vuestros ojos, no sea que comprendáis Sus misterios y toméis conciencia de su significado.

51 Di: El alma sincera anhela la cercanía de Dios al igual que la criatura lactante ansía beber del pecho de su madre; es más: ¡mayor aún es el ardor de su anhelo, si lo supierais! En otras palabras, su anhelo es igual que el del sediento que suspira por las aguas vivas de la gracia, o el ansia del pecador de lograr el perdón y la misericordia. Así os exponemos los misterios de la Causa y os damos a conocer lo que os hará independientes de todo lo que os ha ocupado hasta ahora, para que tal vez entréis en la Corte de Santidad que se halla en este excelso Paraíso. ¡Juro por Dios! Quien allí entre nunca abandonará esos recintos, y quien le dirija la mirada nunca se apartará de ella, aunque le descarguen golpes las espadas de los infieles y negadores. Así te hemos relatado lo que aconteció a Ḥusayn y suplicamos a Dios que Nos destine lo que ha decretado para él. Él es, ciertamente, el Más Generoso, el Munificente.

52 ¡Por la rectitud de Dios! Por su hazaña se esparcieron sobre todas las cosas las fragancias de santidad, se perfeccionó la prueba de Dios y Su testimonio se puso de manifiesto a todos los hombres. Y después de él Dios hizo surgir a un pueblo que vengó su muerte, mató a sus enemigos y lloró por él de madrugada y al anochecer. Di: Dios ha prometido en Su Libro que aprehenderá a todo opresor por sus pecados y desarraigará a los sembradores de discordia. Sabed que semejantes hazañas santas ejercen, de suyo, gran influencia sobre el mundo del ser: influencia que es, empero, inescrutable para todos con excepción de aquellos cuyos ojos Dios ha abierto, cuyos corazones Él ha librado de velos que oscurecen y cuyas almas Él ha guiado rectamente.

53 Se aproxima el día en que Dios habrá creado un pueblo que recordará Nuestros días, que relatará la historia de Nuestras pruebas, que exigirá la restitución de Nuestros derechos a aquellos que, sin ninguna tilde de prueba, Nos han tratado con manifiesta injusticia. Dios, por cierto, domina la vida de aquellos que Nos han hecho daño, y conoce muy bien sus acciones. Sin duda, Él los aprehenderá por sus pecados. Él, verdaderamente, es el más feroz de los vengadores.

54 Así os hemos relatado las historias del único Dios verdadero, y os hemos enviado aquello que Él ha preordinado, para que quizá Le pidáis perdón, regreséis a Él, os arrepintáis de verdad, os deis cuenta de vuestras fechorías, os sacudáis el sueño, seáis despertados de vuestra negligencia, expiéis lo que se os ha escapado y seáis de aquellos que hacen el bien. Que aquel que quiera, que reconozca la verdad de Mis palabras; y quien no quiera, que se aparte de ellas. Mi único deber es recordaros que no habéis cumplido con vuestro deber hacia la Causa de Dios, para que quizá seáis de aquellos que prestan atención a Mi advertencia. Por lo tanto, escuchad Mis palabras, y volved a Dios, y arrepentíos, para que Él por Su gracia tenga misericordia de vosotros, lave vuestros pecados, y perdone vuestras transgresiones. La grandeza de Su misericordia sobrepasa la furia de Su ira, y Su gracia abarca todos los que han sido creados y ataviados con el manto de la vida, sean ellos del pasado o del futuro.

55 ¡Oh concurso de Ministros de Estado! ¿Acaso creéis en vuestro corazón que hemos venido para despojaros de vuestros bienes y vanidades mundanas? ¡No, por Aquel en Cuya mano está Mi alma! Nuestra intención ha sido dejar en claro que no Nos oponemos a los mandatos del soberano ni tampoco hemos de ser contados entre los rebeldes. Sabed con certeza que todos los tesoros de la tierra, todo el oro, la plata y las piedras raras y preciosas que contienen son, a los ojos de Dios, de Sus elegidos y Sus amados, tan despreciables como un puñado de arcilla. Pues dentro de poco todo lo que hay en la tierra perecerá, y el reino permanecerá con Dios, el Omnipotente, el Incomparable. Lo que perece jamás Nos podrá aprovechar, ni tampoco os puede aprovechar a vosotros, si tan sólo reflexionarais.

56 ¡Por la rectitud de Dios! No hablo con falsedad ni digo nada que no Me haya sido ordenado por Dios. Ello lo atestiguan las palabras mismas de esta Tabla, si reflexionáis sobre su contenido. No sigáis las instigaciones de vuestros propios deseos ni lo que el Maligno susurra en vuestras almas. Más bien, seguid la Causa de Dios, tanto en vuestra vida exterior como interior, y no seáis de los negligentes. Esto es para vosotros mejor que lo que habéis apilado en vuestras casas y todo cuanto de día y de noche habéis procurado.

57 El mundo pasará, y también pasarán las cosas con que se regocijan vuestros corazones, o de las cuales os enorgullecéis ante los hombres. Limpiad el espejo de vuestro corazón de la escoria del mundo y de todo cuanto en él hay, para que refleje la luz resplandeciente de Dios. Ello os permitirá, realmente, prescindir de todo salvo Dios, y alcanzar la complacencia de vuestro Señor, el Más Generoso, el Omnisciente, el Sapientísimo. Nos, ciertamente, hemos revelado a vuestros ojos lo que os ha de beneficiar tanto en este mundo como en el dominio de la fe, y lo que os ha de guiar al camino de salvación. ¡Ojalá os volvierais a ello!

58 Escucha, oh Rey‡‡‡‡‡, la palabra de Aquel que habla la verdad, Quien no te pide que Le recompenses con aquello que Dios ha determinado conferirte, Quien, sin errar, huella el Camino recto. Él es Quien te emplaza a Dios, tu Señor, Quien te muestra el rumbo correcto, la senda que lleva a la verdadera felicidad, para que quizá seas de los bienaventurados.

59 Ten cuidado, oh Rey, no te rodees de aquellos ministros que siguen los deseos de una inclinación corrupta, que han desechado lo que ha sido encomendado en sus manos y manifiestamente han traicionado la confianza puesta en ellos. Sé generoso con los demás como Dios ha sido generoso contigo y no abandones los intereses de tu pueblo a merced de ministros como éstos. No deseches el temor a Dios y sé de los que obran con rectitud. Rodéate de ministros en quienes puedas percibir la fragancia de la fe y la justicia, consulta con ellos, y opta por lo que sea lo mejor a tu vista, y sé de los que obran con generosidad.

60 Has de saber con certeza que quienquiera que no crea en Dios no es digno de confianza ni veraz. Esto es de hecho la verdad, la indudable verdad. Quien traicione a Dios también traicionará a su rey. Nada puede apartar a ese hombre del mal, nada puede impedirle traicionar a su prójimo, nada puede inducirle a actuar con rectitud.

61 Ten cuidado de no entregar las riendas de los asuntos de tu estado en manos de otros, y no pongas tu confianza en ministros indignos de tu crédito, y no seas de los que viven en negligencia. Aleja a aquellos cuyos corazones se han apartado de ti, no pongas tu confianza en ellos ni les confíes tus asuntos ni los asuntos de los que profesan tu fe. Debes estar alerta: no vayas a permitir que el lobo llegue a ser pastor del rebaño de Dios, y no abandones el destino de Sus amados a merced de los malévolos. No esperes que los que violan las disposiciones de Dios sean dignos de confianza ni sinceros en la fe que profesan. Evítalos y mantén guardia estricta sobre ti, no sea que sus maquinaciones y maldades te dañen. Apártate de ellos y fija tu mirada en Dios, tu Señor, el Todoglorioso, el Más Generoso. Aquel que se entrega por completo a Dios, ciertamente, Dios estará con él; y aquel que pone toda su confianza en Dios, verdaderamente, Él le protegerá de todo lo que pueda dañarle y le escudará de la iniquidad de todo confabulador.

62 Si prestaras oído a Mi voz y observaras Mi consejo, Dios te exaltaría a tan eminente posición, que los designios de ningún hombre sobre la tierra podrían nunca tocarte ni lastimarte. Observa, oh Rey, con lo más íntimo de tu corazón y con todo tu ser, los preceptos de Dios y no camines por las sendas del opresor. Toma las riendas de los asuntos de tu pueblo y sostenlas firmes en la mano de tu poder, y examina personalmente cualquier cosa que les concierna. Que nada se te escape, pues en ello está el bien supremo.

63 Da gracias a Dios por haberte escogido a ti entre el mundo entero y haberte hecho rey de los que profesan tu fe. Te corresponde apreciar los maravillosos favores con que Dios te ha favorecido y magnificar continuamente Su nombre. Le alabarás de la mejor manera si amas a Sus amados y resguardas y proteges a Sus siervos de la maldad de los pérfidos, para que nadie los siga oprimiendo. Deberías, además, levantarte a imponer la ley de Dios entre ellos, para que seas de los que están firmemente establecidos en Su ley.

64 Si tú hicieras que ríos de justicia difundieran sus aguas entre tus súbditos, Dios de seguro te ayudaría con las huestes de lo invisible y de lo visible, y te fortalecería en tus asuntos. No hay Dios sino Él. Toda la creación y su imperio son Suyos. A Él vuelven las obras de los fieles.

65 No te fíes de tus tesoros. Pon toda tu fe en la gracia de Dios, tu Señor. Que Él sea tu confianza en todo lo que hagas, y sé de los que se han sometido a Su Voluntad. Que Él sea tu ayuda, y enriquécete con Sus tesoros, pues con Él están los tesoros de los cielos y de la tierra. Él los concede a quien quiere, y a quien quiere se los niega. No hay otro Dios sino Él, el Poseedor, el Alabado. Todos son sólo indigentes ante la puerta de Su Misericordia; todos son impotentes ante la revelación de Su soberanía, e imploran Sus favores.

66 No sobrepases los límites de la moderación, y procede justamente con quienes te sirven. Dales lo que sea acorde a sus necesidades, pero no lo que les permita acumular riquezas para adornarse a sí mismos, embellecer sus hogares, adquirir cosas que no son de ningún beneficio para ellos, y ser contados entre los derrochadores. Procede con ellos con justicia inflexible, de modo que ninguno sufra privación ni sea mimado con lujos. Esto no es sino justicia manifiesta.

67 No permitas que el abyecto gobierne y domine a quienes son nobles y dignos de honor, y no dejes que los magnánimos estén a merced de los despreciables e indignos, pues esto es lo que Nos observamos a Nuestra llegada a la Ciudad (Constantinopla), y de ello damos testimonio. Encontramos entre sus habitantes algunos que poseían una fortuna opulenta y vivían en medio de excesivas riquezas, en tanto que otros estaban en penosa necesidad y pobreza miserable. Esto es impropio de tu soberanía e indigno de tu posición.

68 Que Mi consejo te sea aceptable, y esfuérzate por gobernar con equidad entre los hombres, para que Dios exalte tu nombre y difunda la fama de tu justicia en todo el mundo. Ten cuidado, no sea que enriquezcas a tus ministros a expensas de tus súbditos. Teme los suspiros de los pobres y de los rectos de corazón, quienes al amanecer de cada día deploran su condición, y sé para ellos un soberano benigno. Ellos, en verdad, son tus tesoros sobre la tierra. Te atañe, por tanto, proteger tus tesoros de los asaltos de quienes desean robarte. Investiga sus asuntos e indaga cada año, es más, cada mes, su situación, y no seas de los que son desatentos con sus deberes.

69 Pon ante tus ojos la infalible Balanza de Dios, y como si estuvieras en Su Presencia, sopesa en esa Balanza tus acciones cada día, en cada momento de tu vida. Hazte un examen de conciencia antes de que seas llamado a rendir cuentas, en el Día en que ningún hombre tendrá fuerza para sostenerse por temor a Dios, Día en que se hará estremecer los corazones de los desatentos.

70 Incumbe a todo rey ser tan generoso como el sol, que estimula el crecimiento de todos los seres y da a cada uno lo que merece, cuyos beneficios no son inherentes en sí, sino que son ordenados por Aquel que es el Omnipotente, el Todopoderoso. El Rey debería ser tan generoso, tan munífico en su misericordia como las nubes, las efusiones de cuya generosidad son derramadas sobre todas las tierras, por el mandato de Aquel que es el Supremo Ordenador, el Omnisciente.

71 Ten cuidado de no confiar los asuntos de Estado enteramente en manos de otro. Nadie puede cumplir tus funciones mejor que tú mismo. Así te aclaramos Nuestras palabras de sabiduría y hacemos descender sobre ti lo que te permitirá pasar de la siniestra de la opresión a la diestra de la justicia, y aproximarte al resplandeciente océano de Sus favores. Así es la senda que han hollado los reyes que fueron antes de ti, quienes actuaron equitativamente con sus súbditos y caminaron por las vías de inflexible justicia.

72 Tú eres la sombra de Dios en la tierra. Por lo tanto, esfuérzate por actuar de manera tal que corresponda a una posición tan augusta. Si dejas de seguir las cosas que hemos hecho descender sobre ti y te hemos enseñado, ciertamente menoscabarás este grande e inapreciable honor. Vuelve entonces y aférrate enteramente a Dios, y limpia tu corazón del mundo y todas sus vanidades, y no permitas que el amor hacia un extraño entre y more en él. Mientras no hayas purificado tu corazón de todo vestigio de ese amor, sobre él no podrá derramar su resplandor el brillo de la luz de Dios, porque Dios no ha dado a nadie más que un solo corazón. Verdaderamente, esto ha sido decretado y escrito en Su antiguo Libro. Y ya que el corazón humano, tal como Dios lo ha modelado, es uno e indiviso, te incumbe cuidar que su amor sea también, uno e indiviso. Aférrate, por tanto, con todo el afecto de tu corazón, a Su amor, y deslígalo del amor de cualquier otro fuera de Él, para que Él te ayude a sumergirte en el océano de Su unidad, y te permita ser un verdadero sostenedor de Su unicidad. Dios es Mi testigo. Mi único propósito al revelarte estas palabras es purificarte de las cosas transitorias de la tierra y ayudarte a entrar en el dominio de gloria sempiterna, para que, con el consentimiento de Dios, seas de los que moran y gobiernan allí.

73 ¿Has oído, oh Rey, lo que hemos padecido a manos de tus ministros y cómo Nos han tratado, o eres de los negligentes? Si efectivamente has escuchado y has tenido conocimiento, ¿por qué no les prohibiste a tus ministros cometer actos semejantes? ¿Por qué deseaste para Aquel que ha acatado tu mandato y ha obedecido tus órdenes, lo que no desearía rey alguno para ninguno de sus súbditos? Y si no tienes conocimiento, ello es de hecho un error aún más grave, si fueras de los temerosos de Dios. Por tanto te relataré lo que hemos padecido a manos de estos opresores.

74 Has de saber, entonces, que llegamos a tu ciudad por orden tuya y entramos en ella con honor evidente. Sin embargo, Nos echaron de tu ciudad con una humillación que no se compara con ninguna otra humillación en el mundo, si eres de los bien informados. Nos hicieron viajar hasta que arribamos al lugar§§§§§ en que no entra nadie excepto los que se han rebelado contra la autoridad del soberano y son contados entre los transgresores. Y ello, a pesar de que jamás te habíamos desobedecido ni por un solo momento, pues cuando escuchamos tu orden la cumplimos y Nos sometimos a tu voluntad. No obstante, en su trato para con Nos, tus ministros no respetaron las normas de Dios ni Sus mandamientos, ni prestaron atención a aquello que ha sido revelado a los Profetas y Mensajeros. No tuvieron misericordia para con Nos y cometieron contra Nos lo que ninguno de los fieles ha obrado en contra de su prójimo, ni creyente alguno le ha causado a un infiel. Dios conoce y atestigua la verdad de Nuestras palabras.

75 Al expulsarnos de tu ciudad, Nos colocaron en medios de transporte usados por la gente para portar equipaje y otras cargas. Tal fue el tratamiento que recibimos de ellos, si desearas conocer la verdad. Así se Nos despachó y así Nos llevaron a la ciudad que ellos consideran morada de rebeldes. A Nuestra llegada no encontramos casa donde habitar, y Nos vimos obligados a residir en un lugar en el que nadie entraba salvo los extraños más indigentes. Allí Nos alojamos algún tiempo, después de lo cual, al sufrir cada vez más por la falta de espacio, buscamos para arrendar casas que debido al frío extremo habían sido desocupadas por sus moradores. Así en pleno invierno Nos vimos en la necesidad de habitar en casas donde nadie vivía salvo en el calor del verano. Ni Mi familia ni quienes Me acompañaban tenían ropa suficiente para protegerse del intenso frío de ese clima helado.

76 ¡Ojalá tus ministros Nos hubieran tratado conforme a los principios que aplican entre ellos! Puesto que, por Dios, no Nos trataron ni de acuerdo con los mandamientos de Dios, ni según los procedimientos vigentes entre ellos, ni según las normas de los hombres, ni siquiera de la manera en que los pobres de la tierra reciben a un caminante. Tal es el relato de lo que padecimos a manos de ellos, y que te hemos referido en lengua veraz y sincera.

77 Todo ello Me aconteció a pesar de que había llegado a ellos por su propia orden y sin oponerme a su autoridad, la cual deriva de la tuya. Así aceptamos y acatamos su mandato. Sin embargo, parecen haber olvidado lo que Dios ha ordenado. Él dice, y Su Palabra es la verdad: “Actuad con humildad para con los creyentes”73. Pienso que su única preocupación era su propia comodidad y reposo, y que sus oídos estaban sordos al suspiro de los pobres y al llanto de los oprimidos. Parecen imaginar que han sido creados de luz pura, mientras que los demás han sido formados de polvo. ¡Cuán miserables son sus imaginaciones! Todos hemos sido creados de un triste germen74.

78 ¡Juro por Dios, oh Rey! No es Mi deseo presentarte Mi queja contra quienes Me persiguen. Solamente expreso Mi pena y sufrimiento a Dios, Quien Me ha creado a Mí y a ellos, Quien conoce bien nuestra condición y Quien vigila todas las cosas. Mi deseo es advertirles de las consecuencias de sus acciones, para que quizá desistan de tratar a otros como Me han tratado a Mí, y sean de los que atienden Mi advertencia.

79 Las tribulaciones que Nos han sobrevenido, la privación que sufrimos, las variadas dificultades que Nos han rodeado, todas pasarán, como pasarán asimismo los placeres con que se regocijan ellos y la opulencia de que disfrutan. Ésta es la verdad que ningún hombre sobre la tierra puede rechazar. Pronto se acabarán los días en que hemos sido compelidos a habitar en el polvo, al igual que los días en que ellos ocupaban los asientos de honor. Dios, de seguro, juzgará con verdad entre Nos y ellos, y Él, ciertamente, es el mejor de los jueces.

80 Damos gracias a Dios por todo lo que Nos ha acontecido, y sobrellevamos pacientemente las cosas que Él ha ordenado en el pasado o que ha de ordenar en el futuro. En Él he depositado Mi confianza, y en Sus manos he encomendado Mi Causa. Él, ciertamente, retribuirá a todos los que resisten con paciencia y ponen su confianza en Él. Suya es la creación y su imperio. Él exalta a quien quiere, y a quien quiere Él rebaja. A Él no Se Le han de pedir cuentas de Sus hechos. Él, verdaderamente, es el Todoglorioso, el Omnipotente.

81 Que tu oído esté atento, oh Rey, a las palabras que te hemos dirigido. Haz que el opresor desista de su tiranía y separa a los perpetradores de injusticia de entre quienes profesan tu fe. ¡Por la rectitud de Dios! Las tribulaciones que hemos soportado son tales que cualquier pluma que las narre no puede ser sino sobrecogida por la angustia. Ninguno de los que creen de verdad en la unidad de Dios y la defienden, puede soportar el peso de su narración. Tan grandes han sido Nuestros sufrimientos, que hasta los ojos de Nuestros enemigos han llorado por Nos, y más allá de ellos, los de toda persona perspicaz. Y hemos sido sometidos a todas estas pruebas, a pesar de Nuestra acción de dirigirnos a ti y de exhortar al pueblo a ponerse a tu sombra, para que seas una fortaleza para los que creen en la unidad de Dios y la defienden.

82 ¿Acaso alguna vez, oh Rey, te he desobedecido? ¿He transgredido alguna vez alguna de tus leyes? ¿Puede alguno de los ministros que te representaban en Iráq aducir alguna prueba que establezca mi deslealtad hacia ti? ¡No, por Aquel que es el Señor de todos los mundos! Ni por un breve instante Nos rebelamos contra ti ni contra ninguno de tus ministros. Y nunca, Dios mediante, nos sublevaremos contra ti, aunque seamos expuestos a pruebas más severas que ninguna de las que hayamos sufrido en el pasado.

83 De día y de noche, por la tarde y al amanecer, oramos a Dios por ti, para que te ayude benévolamente a ser obediente a Él, y a observar Su mandamiento, para que te proteja de las huestes de los malvados. Haz, por tanto, como te plazca y trátanos como corresponde a tu posición y es digno de tu soberanía. No seas negligente con la ley de Dios en todo lo que desees lograr, ahora o en los días por venir. Di: ¡Alabado sea Dios, Señor de todos los mundos!

84 ¿Imaginas, oh Ministro del Sháh en la Ciudad (Constantinopla), que Yo tengo en Mis manos el destino final de la Causa de Dios? ¿Piensas que Mi encarcelamiento o la vergüenza que he tenido que soportar, o incluso Mi muerte y completa aniquilación, pueden desviar su curso? ¡Infame es lo que has imaginado en tu corazón! Tú eres ciertamente de aquellos que siguen las vanas imaginaciones que conciben sus corazones. No hay Dios sino Él. Potente es Él para manifestar Su Causa, y para exaltar Su testimonio, y para establecer todo lo que sea Su Voluntad, y para elevarla a una posición tan eminente que ni tus propias manos ni las de quienes se han apartado de Él podrán tocar o dañarla jamás.

85 ¿Crees que tienes poder para frustrar Su Voluntad, impedirle ejecutar Su juicio o evitar que ejerza Su soberanía? ¿Pretendes que algo en los cielos o en la tierra puede resistir Su Fe? ¡No, por Aquel que es la Verdad Eterna! Nada, en toda la creación, puede frustrar Su Propósito. Desecha, por tanto, la vana presunción que persigues, pues la mera presunción no podrá jamás tomar el lugar de la verdad. Sé tú de aquellos que de verdad se han arrepentido y han retornado a Dios, Quien te ha creado, te ha alimentado y te ha hecho un ministro entre los que profesan tu fe.

86 Además, has de saber que Él es Quien, por Su propio deseo, ha creado todo lo que está en los cielos y todo lo que está en la tierra. ¿Cómo puede vencerle, entonces, aquello que ha sido creado por Su mandato? ¡Excelso es Dios sobre lo que podéis imaginar de Él, gente de malevolencia! Si esta Causa es de Dios, nadie puede derrotarla; y si no es de Dios, los teólogos entre vosotros, los que siguen sus deseos corruptos, y quienes se han rebelado contra Él, seguramente bastarán para vencerla.

87 ¿No has oído lo que un hombre de la familia del Faraón, un creyente, ha dicho antaño, y que Dios contó a Su Apóstol, a Quien Él ha elegido sobre todos los seres humanos, ha confiado Su Mensaje y ha hecho la fuente de Su misericordia para todos los que moran en la tierra? Él dijo, y Él ciertamente habla la verdad: “¿Mataréis a un hombre porque dice mi Señor es Dios cuando ya ha venido con pruebas de su misión? Si es mentiroso, sobre él recaerá su mentira, pero si es un hombre de verdad, al menos parte de aquello con lo que amenaza caerá sobre vosotros”75. Esto es lo que Dios ha revelado a Su Bienamado, en Su Libro infalible.

88 Y, sin embargo, no habéis prestado oídos a Su llamada, habéis desatendido Su ley, habéis rechazado Su consejo registrado en Su Libro, y habéis sido de los que se han desviado lejos de Él. ¡Cuántos son aquellos que cada año y cada mes han muerto a causa de vosotros! ¡Cuán múltiples las injusticias que habéis perpetrado, injusticias tales que los ojos de la creación no han visto nada igual, ni cronista alguno ha registrado jamás! ¡Cuán numerosos los niños y criaturas que quedaron huérfanos, y los padres que perdieron a sus hijos a causa de vuestra crueldad, oh vosotros, obradores de injusticia! ¡Cuán a menudo la hermana ha llorado desconsolada la muerte de su hermano, y cuántas veces la esposa ha lamentado la desaparición de su esposo y único sostenedor!

89 Vuestra iniquidad crecía cada vez más hasta que disteis muerte a Aquel que nunca había apartado Su vista de la faz de Dios, el Exaltadísimo, el Más Grande******. ¡Si por lo menos Le hubierais matado de la manera que los hombres suelen matarse! Le matasteis empero en tales circunstancias que ningún hombre ha presenciado jamás. Los cielos lloraron penosamente por Él y las almas de los que están cerca de Dios clamaron por Su aflicción. ¿No era Él un Vástago de la antigua Casa de vuestro Profeta? ¿No se había difundido entre vosotros Su fama de descendiente directo del Apóstol? ¿Por qué, entonces, Le infligisteis lo que ningún hombre, por lejos que miréis atrás hacia el pasado, ha infligido a otro? ¡Por Dios! ¡El ojo de la creación no ha visto a nadie como vosotros! ¡Matáis a Aquel que es Vástago de la Casa de vuestro Profeta y os regocijáis y divertís mientras estáis sentados en vuestros asientos de honor! ¡Pronunciáis vuestras imprecaciones contra los que fueron antes de vosotros, y que han perpetrado lo que vosotros habéis perpetrado, y permanecéis todo el tiempo sin reparar en vuestras atrocidades!

90 Sed justos en vuestro juicio. ¿Aquellos a quienes maldecís, para quienes invocáis el mal, actuaron de forma diferente a vosotros? ¿No han matado al descendiente de su Profeta†††††† tal como vosotros habéis matado al descendiente del vuestro? ¿No es vuestra conducta similar a la de ellos? ¿Cómo, entonces, pretendéis ser diferentes de ellos, oh sembradores de disensión entre los hombres?

91 Y cuando Le quitasteis la vida, uno de Sus seguidores se dispuso a vengar su muerte. Era un desconocido, y el propósito que había concebido no fue notado por nadie. Éste, al fin, efectuó lo que fuera preordinado. Os incumbe, por lo tanto, no culpar a nadie sino a vosotros mismos por lo que habéis cometido, si juzgáis con rectitud. ¿Quién en toda la tierra ha hecho lo que vosotros habéis hecho? ¡Nadie, por Aquel que es el Señor de todos los mundos!

92 Todos los gobernantes y reyes de la tierra honran y reverencian a los descendientes de sus profetas y santos, si al menos pudierais comprenderlo. Vosotros, en cambio, sois responsables de hechos tales que en ninguna época ha cometido hombre alguno. Vuestros delitos han sido la causa de que todo corazón comprensivo se consuma de dolor. Y sin embargo, habéis permanecido sumidos en vuestra negligencia y no habéis comprendido la iniquidad de vuestras acciones.

93 Habéis persistido en vuestro descarrío hasta que os levantasteis contra Nos, aunque no habíamos hecho nada que justificara vuestra enemistad. ¿No teméis a Dios, Quien os ha creado, Quien os ha modelado, Quien os ha hecho lograr vuestra fuerza y Quien os ha unido a los que se han resignado a Él?‡‡‡‡‡‡ ¿Hasta cuándo vais a persistir en vuestro descarrío? ¿Hasta cuándo rehusaréis reflexionar? ¿Hasta cuándo seguiréis sin sacudir vuestro letargo para despertaros de vuestra negligencia? ¿Hasta cuándo vais a permanecer inconscientes de la verdad?

94 Reflexionad en vuestros corazones. A pesar de vuestro comportamiento y de lo que vuestras manos han hecho, ¿habéis conseguido extinguir el fuego de Dios o apagar la luz de Su Revelación, una luz que ha envuelto con su brillo a quienes están sumergidos en los ondulantes océanos de la inmortalidad, y que ha atraído a las almas de los que verdaderamente creen y sostienen Su unidad? ¿No sabéis que la Mano de Dios está por encima de vuestra mano, que Su irrevocable Decreto trasciende todas vuestras maquinaciones, que Él es supremo sobre Sus siervos, que Él es capaz de cumplir Su propósito, que Él hace lo que desea, que a Él no Se Le debe pedir cuentas de lo que es Su voluntad, que Él ordena lo que Le place, que Él es el Más Poderoso, el Omnipotente? Si creéis que esto es la verdad, ¿por qué entonces no dejáis de causar disturbios y os quedáis en paz?

95 Cada día perpetráis una nueva injusticia y Me tratáis como Me tratasteis en épocas pasadas, aunque jamás intenté entrometerme en vuestros asuntos. Nunca Me opuse a vosotros, ni Me rebelé contra vuestras leyes. ¡He aquí que finalmente Me encarcelasteis en esta tierra lejana! Sin embargo, sabed ciertamente que nada que vuestras manos o las manos de los infieles hayan hecho jamás pudo en el pasado ni jamás podrá en el futuro cambiar la Causa de Dios ni alterar Sus procedimientos.

96 ¡Prestad atención a Mi advertencia, pueblo de Persia! Si Me matáis, de cierto, Dios levantará a alguien que ocupará el asiento dejado por Mi muerte, porque tal es el método que Dios ha llevado a efecto antaño, y no podréis encontrar cambio en la forma de proceder de Dios. ¿Tratáis de extinguir la luz de Dios que brilla sobre Su tierra? Dios detesta lo que deseáis. Él perfeccionará Su luz a pesar de que vosotros la aborrecéis en lo íntimo de vuestros corazones.

97 Detente por un momento y reflexiona, oh Ministro, y sé justo en tu juicio. ¿Qué hemos cometido que pueda justificar que tú Nos hayas difamado ante los Ministros del Rey, que hayas seguido tus deseos, tergiversado la verdad y expuesto tus calumnias contra Nos? Nunca nos hemos visto excepto cuando te encontramos en la casa de tu padre en los días en que se conmemoraba el martirio del Imán Ḥusayn. En esas ocasiones nadie tenía la oportunidad para dar a conocer a otros sus opiniones o creencias ni en conversación ni en discurso. Reconocerás la verdad de Mis palabras si eres de los veraces. No he frecuentado otras reuniones en las que pudieras haber conocido Mi pensamiento ni en que ningún otro pudiera haberlo hecho. ¿Cómo entonces pronunciaste tu veredicto contra Mí, cuando no habías escuchado Mi testimonio de Mis propios labios? ¿No has escuchado lo que Dios, exaltada sea Su gloria, ha dicho, “No digáis a todo el que os salude al encontraros: ‘Tú no eres un creyente’”76. “No rechacéis a los que en la mañana y en la noche suplican a su Señor, ansiosos de contemplar Su faz”77. ¡Tú, en verdad, has incumplido lo que el Libro de Dios ha prescrito y no obstante te consideras un creyente!

98 A pesar de lo que has hecho –y de esto Dios es Mi testigo– no guardo rencor contra ti ni contra nadie, aunque de ti y de otros recibimos tal daño que ningún creyente en la unidad de Dios puede soportar. Mi causa no está en manos de nadie sino Dios y Mi confianza no está en ningún otro más que en Él. Dentro de poco acabarán vuestros días, así como pasarán los días de quienes se vanaglorian con exorbitante orgullo ante sus semejantes. ¡Pronto seréis reunidos en presencia de Dios, y seréis interrogados sobre vuestras acciones y obtendréis el pago por lo que vuestras manos han hecho, y desdichada es la morada de los hacedores de iniquidad!

99 ¡Por Dios! Si te dieras cuenta de lo que has hecho, seguramente llorarías tristemente por ti mismo, huirías hacia Dios en busca de refugio, te desconsolarías y te lamentarías todos los días de tu vida hasta que Dios te perdonara, pues Él es en verdad el Más Generoso, el Munífico. Sin embargo, persistirás en tu negligencia hasta la hora de tu muerte, por cuanto con todo tu corazón, tu alma y más íntimo ser, te has ocupado con las vanidades del mundo. Después de tu partida, descubrirás lo que te hemos revelado y encontrarás todas tus acciones registradas en el Libro en el cual se anotan las obras de todos los que viven en la tierra, sean éstas mayores o menores que el peso de un átomo. Atiende, por tanto, Mi consejo y escucha con el oído de tu corazón Mis palabras y no las descuides, ni seas de los que rechazan Mi verdad. No te gloríes de las cosas que te han sido dadas. Pon ante tus ojos lo que ha sido revelado en el Libro de Dios, Quien ayuda en el peligro, el Todoglorioso: “Y cuando habían olvidado sus advertencias, les abrimos las puertas de todas las cosas”, así como te abrimos a ti y a tus iguales las puertas de esta tierra y de sus ornamentos. Aguarda, por tanto, lo que ha sido prometido en la última parte de este santo versículo78, pues ésta es una promesa de Aquel que es el Todopoderoso, el Omnisapiente: promesa que no resultará ser falsa.

100 No conozco el camino que habéis escogido y que holláis, ¡oh congregación de los que Me deseáis el mal! ¡Os emplazamos a Dios, os recordamos Su Día, os anunciamos las nuevas de vuestra reunión con Él, os atraemos a Su corte y os enviamos señales de Su maravillosa sabiduría, y aun así, ved cómo Nos rechazáis, cómo Nos condenáis como a un infiel mediante lo que vuestros mendaces labios han pronunciado, cómo tramáis vuestras maquinaciones contra Nos! Y cuando os manifestamos lo que Dios, por Su munífico favor, Nos ha concedido, decís “Esto no es sino magia evidente”. Las mismas palabras fueron dichas por las generaciones anteriores a vosotros, que eran lo que sois vosotros, si tan sólo lo comprendierais. Con esto, os habéis privado de la munificencia de Dios y de Su gracia, y jamás las obtendréis hasta el día en que Dios haya juzgado entre Nos y vosotros, y Él, ciertamente, es el mejor de los jueces.

101 Algunos de entre vosotros han dicho: “Él es Quien ha pretendido ser Dios”. ¡Por Dios! Ésta es una grave calumnia. No soy sino un siervo de Dios que ha creído en Él, y en Sus signos, y en Sus profetas y en Sus ángeles. Mi lengua, y Mi corazón, y Mi ser interior y exterior atestiguan que no hay Dios sino Él, que todos los demás han sido creados por Su mandato y modelados por la acción de Su Voluntad. No hay otro Dios sino Él, el Creador, el Resucitador de los muertos, Quien da la vida, Quien da la muerte. Yo soy Aquel que esparce los favores con que Dios, por Su munificencia, Me ha favorecido. Si ésta es Mi transgresión, entonces soy ciertamente el primero de los transgresores. Yo y Mis parientes estamos a vuestra merced. Haced lo que os plazca y no seáis de los que vacilan, para que Yo pueda volver a Dios Mi Señor, y alcanzar el lugar donde ya no vea vuestras caras. Esto, verdaderamente, es Mi mayor anhelo, Mi más ardiente deseo. De Mi condición Dios es, en verdad, informado, observante.

102 ¡Imagina que estás bajo los ojos de Dios, oh Ministro! Si no Le ves a Él, en verdad, Él sí te ve claramente. Observa y juzga Nuestra Causa con justicia. ¿Qué hemos cometido que haya podido inducirte a levantarte contra Nos, y calumniarnos ante la gente, si eres de los que son justos? Partimos de Teherán por mandato del Rey§§§§§§ y, a su petición, trasladamos nuestra residencia a Iráq. Si hubiese transgredido contra él, ¿por qué entonces me liberó? Y si estaba libre de culpa, ¿por qué razón Nos afligisteis con tales tribulaciones que nadie entre los que profesan vuestra fe ha sufrido? ¿Ha sido alguna de Mis acciones, después de Mi llegada a Iráq, tal que haya socavado la autoridad del gobierno? ¿Quién puede decir que ha percibido algo reprensible en Nuestro comportamiento? Pregunta tú mismo entre su pueblo, para que seas de aquellos que han averiguado la verdad.

103 Durante once años vivimos en esa tierra, hasta que llegó el Ministro que representaba a tu gobierno79, cuyo nombre Nuestra pluma abomina mencionar, quien era dado a la bebida, quien seguía sus pasiones, y cometía iniquidad, y era corrupto y corrompía a Iráq. Esto lo atestiguarán la mayoría de los habitantes de Bagdad, si inquirieras de ellos y fueras de los que buscan la verdad. Fue él quien se apoderó ilícitamente de los bienes de sus congéneres, quien incumplió todos los mandamientos de Dios y perpetró todo lo que Dios ha prohibido. Finalmente, siguiendo sus deseos, se levantó contra Nos y caminó por la senda de los injustos. En su carta dirigida a ti Nos acusó, y tú le creíste y seguiste su camino, sin requerir de él ninguna prueba ni testimonio fidedigno. No pediste ninguna explicación ni trataste de investigar o averiguar el asunto, para que la verdad fuese distinguida de la falsedad ante tus ojos y tuvieses claridad de discernimiento. Indaga tú mismo qué clase de hombre era, consultando a los Ministros que estaban en ese tiempo en Iráq, como asimismo al Gobernador de la Ciudad******* y a su primer Consejero, para que te sea revelada la verdad y seas de los bien informados.

104 ¡Dios es Nuestro testigo! En ninguna circunstancia hemos mostrado oposición a él o a otros. Observamos, en todas condiciones los preceptos de Dios y nunca fuimos de los que provocaban desórdenes. Esto lo atestigua él mismo. Su intención era prendernos y enviarnos de vuelta a Persia, para poder así exaltar su fama y reputación. Tú has cometido el mismo crimen y con el mismo propósito. Ambos sois de la misma condición a los ojos de Dios, el soberano Señor de todo, el Omnisciente.

105 No es Nuestro propósito al dirigirte estas palabras aliviar el peso de Nuestra aflicción, o inducirte a interceder por Nos ante nadie. ¡No, por Aquel que es el Señor de todos los mundos! Hemos expuesto todo este asunto ante ti, para que quizá te des cuenta de lo que has hecho, desistas de infligir a otros el daño que tú Nos has infligido, y seas de los que se han arrepentido verdaderamente ante Dios, Quien te creó a ti y a todas las cosas y actúes con discernimiento en el futuro. Esto es mejor para ti que todo lo que posees, que tu ministerio, cuyos días están contados.

106 Ten cuidado, no seas inducido a tolerar la injusticia. Asienta tu corazón sobre la justicia, y no alteres la Causa de Dios, y sé de aquellos cuyos ojos están dirigidos hacia las cosas que han sido reveladas en Su Libro. No sigas, en ninguna circunstancia, los impulsos de tus malos deseos. Guarda la ley de Dios, tu Señor, el Benéfico, el Anciano de Días. Tú, con toda seguridad volverás al polvo y perecerás como todas las cosas con que te deleitas. Esto lo ha dicho la Lengua de verdad y gloria.

107 No te olvides de la advertencia de Dios, pronunciada en tiempos pasados, para que seas de aquellos que acatan su advertencia. Él dijo, y Él ciertamente habla la verdad: “De ella (la tierra) os hemos creado y a ella os retornaremos y de ella os sacaremos una segunda vez”80. Esto es lo que Dios ha ordenado para todos los que moran en la tierra, sean de distinguida o de baja condición. No corresponde, por tanto, a aquel que fue creado del polvo, que volverá a éste y será nuevamente sacado de él, henchirse de orgullo ante Dios y ante Sus amados, menospreciarles altivamente y estar lleno de desdeñosa arrogancia. Más bien te corresponde a ti y a aquellos semejantes a ti, someteros a Quienes son las Manifestaciones de la unidad de Dios, y deferir humildemente a los fieles, que han abandonado todo por causa de Dios, y se han desprendido de las cosas que absorben la atención de los hombres y los desvían lejos del camino de Dios, el Todoglorioso, el Alabado. Así os enviamos lo que os aprovechará y aprovechará a quienes han puesto toda su fe y confianza en su Señor.

108 ¡Oh teólogos de la Ciudad! Vinimos a vosotros con la verdad, mientras que hicisteis caso omiso de ella. Me parece que sois como muertos envueltos en la mortaja de su propio yo. No acudisteis a Nuestra presencia, cuando, de haberlo hecho, habría sido para vosotros mejor que todas vuestras acciones. Sabed que el Sol de la lugartenencia ha salido en verdad, y sin embargo os habéis alejado de él. La Luna de la guía ha ascendido al centro mismo del cielo, y sin embargo permanecéis apartados de ella como por velos. El Astro de la munificencia divina ha resplandecido en el horizonte de la santidad eterna, y sin embargo os habéis desviado lejos de él.

109 Sabed que si vuestros maestros, a quienes debéis lealtad, de quienes os enorgullecéis, a quienes mencionáis de día y de noche y en cuyas huellas buscáis la guía, hubiesen vivido en estos días, habrían girado alrededor de Mí y de Mí no se habrían separado, ni al atardecer ni de madrugada. Mas vosotros ni por un instante volvisteis el rostro hacia Mi rostro, y os ensoberbecisteis y fuisteis descuidados para con este Agraviado, Quien ha sido tan afligido por los hombres, que Le trataron como quisieron. No preguntasteis acerca de Mi condición, ni os informasteis de lo que Me había sucedido. Con ello habéis apartado de vosotros los vientos de la santidad y la brisa de la munificencia que soplan de este claro y luminoso Punto.

110 Pienso que os habéis aferrado a lo exterior y olvidado lo interior, y decís aquello que no hacéis. Sois amantes de los nombres y parecéis haberos entregado a ellos. Por esta razón mencionáis los nombres de vuestros maestros. Y si llegara a vosotros uno como ellos, o superior a ellos, huiríais de él. Por sus nombres os habéis enaltecido y conseguido vuestros cargos, y vivís y prosperáis. Y si vuestros maestros reaparecieran, no renunciaríais a vuestra jefatura, ni os volverías en dirección a ellos ni fijaríais en ellos vuestros rostros.

111 Os encontramos, como hallamos a la mayoría de los hombres, adorando nombres que mencionan durante los días de su vida y con los cuales se ocupan. Sin embargo, tan pronto como aparecen los Portadores de esos nombres, los rechazan y se dan la vuelta. Así os hemos encontrado y así hemos juzgado vuestras acciones y dado testimonio de todos vuestros hechos en este día. Sabed que en este día Dios no aceptará vuestros pensamientos ni vuestro recuerdo de Él, ni el volveros hacia Él, ni vuestras preces, ni vuestra vigilia, a menos que seáis hechos de nuevo a juicio de este Siervo, si os dierais cuenta.

112 ¡Por Dios! Ha sido plantado el árbol de la lugartenencia, se ha puesto de manifiesto el Punto del conocimiento y se ha establecido la soberanía de Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Temed al Señor. No sigáis los impulsos de vuestros malos deseos, sino guardad la ley de Dios todos vuestros días. Renovad vuestras reglas de conducta, para que seáis conducidos por la luz de guía y os apresuréis en tomar el camino del Verdadero.

113 ¡Oh sabios de la ciudad y filósofos del mundo! Tened cuidado, no sea que la erudición y sabiduría humanas os vuelvan orgullosos ante Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo. Sabed que la verdadera sabiduría consiste en temer a Dios, conocerle y reconocer a Sus Manifestaciones. Mas esta sabiduría pueden alcanzarla solamente aquellos que se desprenden del mundo y transitan por las sendas de la complacencia de su Señor. ¿Poseéis mayor sabiduría que aquel que ideó una luna que salía de un pozo y se ponía en otro, y cuya luz era visible a una distancia de tres leguas?81 Dios, en verdad, borró todo rastro de sus obras y lo retornó al polvo, como ya habéis oído y os enteráis ahora.

114 ¡Cuántos fueron los sabios y filósofos que le igualaban o superaban en erudición y sabiduría! ¡Cuán numerosos los que a vosotros os igualaban o superaban! Algunos creyeron en Dios, en tanto que otros no creyeron y Le unieron socios. Éstos fueron arrojados al Fuego, donde fijaron su morada, mientras que aquellos retornaron a la misericordia de su Señor, para morar allí. Pues Dios no os pregunta por vuestras ciencias sino por vuestra fe y vuestra conducta. ¿Acaso sois mayores en sabiduría que Aquel que os dio la existencia, Quien hizo los cielos y todo cuanto contienen, y la tierra y a cuantos habitan en ella? ¡Alabado sea Dios! Suya es la verdadera sabiduría. Suya es toda la creación y su imperio. Él concede Su sabiduría a quien desea de entre los hombres, y se la niega a quien Le place. Él es, en verdad, Quien confiere y Quien retiene, y Él es, ciertamente, el Munificente, el Sapientísimo.

115 ¡Oh doctos del mundo! No acudisteis a Nuestra presencia, para que pudieseis escuchar las hermosas melodías del Espíritu y saber lo que Dios, en Su munificencia, ha querido concederme. Ciertamente, esta gracia ahora se os ha escapado, si lo supierais. Si hubieseis acudido a Nuestra presencia, os habríamos impartido un conocimiento que os habría vuelto independientes de todo lo demás. Pero no lo hicisteis, y así se ha cumplido el decreto de Dios. Ahora se Me ha prohibido revelarlo, ya que hemos sido acusados de hechicería, si comprendéis lo que queremos decir. Las mismas palabras las pronunciaron los negadores de antaño, hombres de quienes hace ya tiempo que se apoderó la muerte y que ahora moran en el fuego lamentando su condición. Los negadores de este día igualmente han de enfrentarse a su destino. Tal es el decreto irrevocable de Aquel que es el Omnipotente, Quien subsiste por Sí mismo.

116 Finalmente, os aconsejo no rebasar los límites puestos por Dios, ni atender a las normas y hábitos de los hombres, pues éstos no pueden “apagar ni aquietar vuestra hambre”. Más bien fijad la mirada en los preceptos de Dios. Quien así lo desee, que acepte este consejo como un camino que conduce a su Señor, y quien así lo desee, que vuelva a sus propias imaginaciones ociosas. Mi Señor es, ciertamente, independiente de todos cuantos están en los cielos y en la tierra, y de todo cuanto ellos dicen o hacen.

117 Concluyo con estas palabras pronunciadas por Dios, ensalzada sea Su gloria: “No digáis a todo el que os salude al encontraros: ‘Tú no eres un creyente’” 82.

118 La paz sea con vosotros, oh concurso de fieles, y la alabanza sea para Dios, Señor de los mundos.

NOTA SOBRE LA TRADUCCIÓN AL INGLÉS

Siempre que ha sido posible, se ha incorporado en el presente volumen la traducción hecha por Shoghi Effendi. Estos pasajes alcanzan aproximadamente un tercio del texto. Los comités y las personas nombradas para preparar las traducciones se enfrentaron al desafío de lograr en el Texto un equilibrio entre la fidelidad al significado del original y la consistencia con el estilo elevado inglés establecido por el Guardián para la traducción de la expresión incomparable de Bahá’u’lláh.

Para la traducción del Lawḥ-i-Sulṭán los traductores pudieron beneficiarse de consultar la traducción pionera anterior del orientalista inglés E. G. Browne que figuraba en la obra de ‘Abdu’l-Bahá’s A Traveller’s Narrative, publicada por primera vez en 1891 por Cambridge University Press.

CLAVE DE PASAJES TRADUCIDOS A INGLÉS POR SHOGHI EFFENDI

Abreviaturas de fuentes en inglés

ESW Bahá’u’lláh. Epistle to the Son of the Wolf. Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1988.

GPB Shoghi Effendi. God Passes By. Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1974.

GWB Bahá’u’lláh. Gleanings from the Writings of Bahá’u’lláh. Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1976.

KI Bahá’u’lláh. The Kitáb-i-Íqán. Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1994.

HW Bahá’u’lláh. The Hidden Words. Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1994. (PHW son de las Palabras Ocultas en persa.)

PDC Shoghi Effendi. The Promised Day Is Come. Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, rev. ed., 1996.

WOB Shoghi Effendi. The World Order of Bahá’u’lláh: Selected Letters. Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1991.

PÁRRAFO PASAJE FUENTE
Súriy-i-Haykal

6–7 “Estando sumido en tribulaciones … de los que entienden”. GPB 101–102

8 “Se acerca el día en que Dios … Quien subsiste por Sí mismo”. WOB 109–110

34 “Dentro de poco Dios sacará … cuán vehemente es Su poder” WOB 110

42 “Cuidado, no sea que derraméis … si lo comprendieseis”. ESW 25

44 “Nada se ve en Mi templo… se ve nada sino a Dios”. WOB 109

47 “los vientos fecundos … ya sean visibles o invisibles!” WOB 169, PDC ¶112

50 “El propio Espíritu Santo … de los que comprenden” WOB 109

66 “Dentro del tesoro de Nuestra Sabiduría … el Sapientísimo”. WOB 109

75 “Está en Nuestro poder … épocas pasadas y futuras”. WOB 107

88 “Grande es la bienaventuranza … el Sapientísimo”. PDC ¶271

89 “¡Oh puntos de amanecer … y los demás”. PDC ¶208

89 “Sois como una fuente … y sus hojas, y sus frutos”. PDC ¶208

96 “Si, tal como pretendéis… mutuamente en Mis Días”. WOB 138

Papa Pío IX (Lawḥ-i-Páp)

102 “¡Oh Papa!… el Todopoderoso, el Libre”. PDC ¶71

102 “Él, verdaderamente, ha descendido … toda la tierra”. PDC ¶71

103 “¿Tú habitas en palacios… hacia el Reino”. PDC ¶71

105 “Levántate en el nombre de tu Señor… de todos los credos”. PDC ¶71

106 “Acuérdate de Aquel … te excluya de Su luz”. PDC ¶72

108 “Considera a quienes se opusieron… Le cuestionaron”. PDC ¶72

108 “A excepción de unos pocos… al atardecer y al alba”. PDC ¶72

109 “¿Leéis el Evangelio… concurso de eruditos!” PDC ¶256

111 “Las fragancias del… asido firmemente a la guía”. PDC ¶256

112 “La Palabra que el Hijo… de los justos!” PDC ¶73

113 “Éste es el día… prometió en el Reino!” PDC ¶73

114 “Mi cuerpo anhela… de sus transgresiones”. PDC ¶73

115 “El pueblo del Corán … las nubes por Nos”. PDC ¶247

116 “Y si Le echan… el Magnánimo, el Todopoderoso!” WOB 108

118 “¡Oh Sumo Pontífice!… libro de la creación”. PDC ¶74

120 “Si te sobrecoge… el Revelador de todo poder”. PDC ¶74

126 “Verdaderamente ha llegado el día… salvo Él, el Imponente”. PDC ¶74

127 “Di: ¡Oh concurso de cristianos!… volveos hacia Él”. PDC ¶261

127 “Al Amado no… atención a Mi Revelación” PDC ¶261

128 “¡Oh pueblo del Evangelio!… la vida eterna”. PDC ¶261

129 “Os vemos … Dirigíos hacia Él”. PDC ¶261

129 “Verdaderamente, Él dijo… vivificadores de la humanidad”. PDC ¶261

Napoleon III (Lawḥ-i-Napulyún II)

131–5 “¡Oh Rey de París!… están cerca de Dios”. ESW 46–49

136–9 “Di: ¡Oh concurso de monjes!... envueltas en un grueso velo!” ESW 49–52

140 “Más penosa... reinos de la tierra y del cielo”. ESW 52

141 “Luego de Nuestra llegada... muestra de la gracia de Dios”. GPB 206

142–43 “A medida que Mis tribulaciones... pobres y desolados”. ESW 52–53

143 “Deja tus palacios... se vuelven hacia Él”. PDC ¶70

143 “Si deseas cargar … el Omnisapiente, el Sapientísimo”. PDC ¶70

144 “Aparece, en Mi nombre... el Señor de fortaleza y poder”. ESW 53

145 “Adorna el cuerpo... pueblos de la tierra”. ESW 53–54

146 “¿Es propio de vosotros... brillante y resplandeciente”. ESW 54

147 “No derraméis la sangre... de los transgresores!” ESW 54

148 “Dios ha prescrito ... influir en sus oyentes”. GWB CLVIII

149 “No traicionéis los bienes ... el Más Generoso”. ESW 54–55

150–51 “¡Oh pueblo de Bahá! … de un triste germen”. ESW 55

152 “Considerad al mundo ... los que crean disensión”. ESW 55–56

154 “Aquel que es vuestro Señor ... bienaventurados de Dios”. GWB CVII

156 “Medita sobre el mundo ... esta sublime Visión”. ESW 56

Zar Alejandro II (Lawḥ-i-Malik-i-Rús)

158 “¡Oh Zar de Rusia! ... tan sublime posición”. PDC ¶75

159-60 “Cuida que tu soberanía … espada del opresor”. PDC ¶75–76

162–3 “De nuevo digo … el Poderoso, el Glorificado”. PDC ¶77–78

164 “Algunos se lamentaron ... Tora y el Evangelio”. PDC ¶78

170 “Bienaventurado el rey ... el Omnipotente, el Todopoderoso”. PDC ¶78

Reina Victoria (Lawḥ-i-Malikih)

171–3 “¡Oh Reina de Londres! … el Gobernante, el Sapientísimo”. PDC ¶79–81

173 “Y si alguno de ellos ... es de los dichosos”. ESW 61–62

174–6 “¡Oh vosotros, los representantes … demás no es sino error”. GWB CXX

176–7 “Cada vez que ha venido … sabe lo que digo”. ESW 63–64

178–82 “¡Oh gobernantes de la tierra! … sino justicia manifiesta”. GWB CXIX

185 “Vuélvete hacia Dios ... cielos y de la tierra”. PDC ¶82

Násiri’d-Dín Sháh (Lawḥ-i-Sulṭán)

192–95 “¡Oh Rey! Yo era un hombre … deriva del Nombre de Dios!” PDC ¶97–99

217 “Un rey justo es ... sobrepasado los mundos”. PDC ¶182

221 “¡Ojalá que el preclaro deseo ... a favor o en contra de Mí”. PDC ¶110

225 “¡Oh necios con fama de sabios! ... caminos de la perdición”. PHW #24

226 “¡Oh gentes de hermosa apariencia ... es la diferencia!” PHW #25

227 “¡Oh esencia del deseo! ... huestes de la santidad”. PHW #28

228 “¡Oh esclavo del mundo! ... donde había venido”. PHW #30

230 “¡Oh Rey de la época! ... Me basta como testigo”. PDC ¶100

233 “Los doctores religiosos ... y a ellos regresará”. KI 247–48

233 “Cuando se ponga de manifiesto ... de Occidente lo maldecirá”. KI 238

234 “Aquellos doctores que ... del cáliz de la renuncia” GPB 143

242 “Cada nación ha tramado ... invalidar la verdad”. KI 5

242 “No llega a ellos ningún Mensajero ... objeto de sus burlas”. KI 5

244 “Pero si su oposición Te resulta ... una escalera al cielo” KI 109–10

249 “Ojalá que Me permitieras ... conocimiento del Libro”. PDC ¶101

249 “De no ser por el repudio ... ¡No hay otro Dios sino Él!” PDC ¶101

258 “¡Por Aquel que es la Verdad! ... ilumina la tierra y el cielo”. ESW 17

265 “He visto en el camino de Dios ... ni oído ha escuchado”. PDC ¶102

265-6 “¡Cuántas tribulaciones ... en el camino de Mi Señor!” PDC ¶102

267 “Según dicen, se trata ... metrópolis del búho” GPB 186

268 “¡Por Dios! Aunque Me derribe ... que comulgan con Él”. PDC ¶102

273 “Si no fuera por las tribulaciones ... Señor de los mundos”. ESW 94

276 “Así hemos construido el Templo ... sé y es”. PDC ¶113

Súriy-i-Ra’ís

1 “Escucha, oh Jefe ... Quien subsiste por Sí mismo”. WOB 178

2 “¡Oh Jefe! Has cometido ... manifiesta pérdida!” WOB 178

5 “Se aproxima el día ... con graves angustias”. PDC ¶152

11 “los amados de Dios ... primera noche sin alimentos”. GPB 179

12 “El pueblo rodeó la casa ... lloraron por Nos” GPB 179

12 “Percibimos que las lamentaciones ... aquellos que meditan”. GPB 179–180

13 “jamás oída en siglos pasados ... la fuerza de Su poder” GPB 180

13 “Rey y Bienamado de los Mártires” GPB 136–137

14 “Di: Este Joven se ha ido ... poder de la verdad” GPB 181

18 “Si Muḥammad, el Apóstol ... contemplar Tu rostro!” WOB 105–106

21 “Pronto Dios hará surgir ... Todopoderoso, el Benéfico” PDC ¶185

Lawḥ-i-Ra’ís

6 “Desde la creación del mundo ... ni oído semejante crueldad”. GPB 187

7 “Enfurecido de ira, pronto ... que os preste ayuda o socorro”. PDC ¶153

9 “En muchas ocasiones ... Pluma de Mi decreto”. PDC ¶153

25–26 “Si fuera posible, hay un asunto ... para que conozcas la verdad”. PDC ¶111

Lawḥ-i-Fu’ád

13 “En breve, destituiremos ... Quien todo lo domina”. PDC ¶156

Súriy-i-Mulúk

2 “¡Oh reyes de la tierra! ... el Omnipotente, el Sapientísimo”. PDC ¶41

2–3 “Temed a Dios, oh concurso … no seáis de los desatentos”. PDC ¶41

4 “Ha aparecido Mi rostro ... ojalá lo supierais”. PDC ¶41

6 “Levantaos, entonces, ... de Su radiante corazón”. PDC ¶41

6 “Guardaos de impedir ... quienes se han vuelto hacia Él”. PDC ¶41

7–14 “No dejéis de lado el temor a Dios … el camino recto”. PDC ¶42–46

15 “¡Oh reyes de la Cristiandad! ... a toda la creación”. PDC ¶64

20–23 “Han pasado veinte años … dirija su mirada a Ti”. GWB CXVI

24–30 “Recuerda Tu llegada … da testimonio de ello”. GWB LXV

36 “Sabed que el mundo ... Conocedor de todas las cosas”. GWB LXV

37–47 “Temed a Dios, habitantes … sendero de la resignación”. GWB LXVI

53–54 “Se aproxima el día … del pasado o del futuro”. GWB LXVI

58–72 “Escucha, oh Rey … moran y gobiernan allí”. GWB CXIV

74 “Sin embargo, Nos echaron … humillación en el mundo” GPB 161

74 “lugar en que no entra ... autoridad del soberano” GPB 161

75 “Ni Mi familia ni ... ese clima helado”. GPB 161

78–83 “¡Juro por Dios, oh Rey! … Señor de todos los mundos!” GWB CXIV

84–107 “¿Imaginas, oh Ministro … fe y confianza en su Señor”. GWB CXIII

108 “¡Oh teólogos de la Ciudad! ... todas vuestras acciones”. PDC ¶224

109–111 “Sabed que si vuestros maestros … se dan la vuelta”. PDC ¶224

111 “Sabed que en este día Dios ... si os dierais cuenta”. PDC ¶224

ÍNDICE

Las referencias del índice indican la Tabla, y a continuación los números de párrafos dentro de dicha Tabla. Por ejemplo, un tema mencionado en el segundo párrafo del Súriy-i-Mulúk se cita como M2. Dentro de cada registro y subregistro las referencias figuran por el orden de aparición con el que se encuentran las Tablas en este libro.

Abreviaturas:
SÚRIY-I-HAYKAL H
SÚRIY-I-RA’ÍS SR
LAWḥ-I-RA’ÍS LR
LAWḥ-I-FU’ÁD F
SÚRIY-I-MULÚK M

‘Abdu’l-‘Azíz (Sultán de Turquía), H139, 183; F13; M58-83

‘Abdu’l-‘Azíz (Sultán de Turquía), Bahá’u’lláh propone reunión con, LR25-26

‘Abdu’l-‘Azíz (Sultán de Turquía), maltrato a Bahá’u’lláh, M73

‘Abdu’l-‘Azíz (Sultán de Turquía), perderá Adrianópolis, SR5

‘Abdu’l-Ghaffar, LR5
‘Abdu’lláh-i-Ubayy, H243
Abraham, SR7, 18
Actos, véase Acciones
Adán, H24

Adrianópolis (Edirne), H27, 267; SR5, 15, 23; LR5; M74-75

Adulterio
Adversidad, véase Pruebas

‘Akká (Más Grande Prisión, H140, 156, 169, 267; LR3-6, 27, 29

Alcohol, H88, 240; M103
Alejandro II (Zar de Rusia), H137, 158-170

Alejandro II (Zar de Rusia), elevada posición por ayudar a Bahá’u’lláh, H158

Alejandro II (Zar de Rusia), oración por, H169
‘Alí-Akbar-i-Naráqí, Mirza, SR37
‘Alí-Páshá (Ra’ís), F13
‘Alí-Páshá (Ra’ís), llamado a despertar, LR29
‘Alí-Páshá (Ra’ís), llamado a ser justo, LR18
‘Alí-Páshá (Ra’ís), acciones de, LR24

‘Alí-Páshá (Ra’ís), caso omiso de calamidades, LR9

‘Alí-Páshá (Ra’ís), impotencia, LR23
‘Alí-Páshá (Ra’ís), mortalidad de, LR10
‘Alí-Páshá (Ra’ís), orgullo de, SR2

‘Alí-Páshá (Ra’ís), rechazo de Bahá’u’lláh, SR2, 6

‘Alí-Páshá (Ra’ís), responsable del exilio de Bahá’u’lláh, LR25

‘Alí-Páshá (Ra’ís), tiranía de, LR2-6
Ángeles, H102, 191; F3-10, 12; M3, 36, 101
Anís, véase Dhabíh
Anás, H245
Mezquita de Aqṣá, H91, 171
Armamentos, H181; M8, 10
Ascetismo y austeridad, H86-87, 136
Ateos, M60
Azal, Ṣubḥ-i, véase Yaḥyá, Mirza
Báb (Punto; ‘Alí), H60, 73, 80
Báb (Punto; ‘Alí), nacimiento de de, H153
Báb (Punto; ‘Alí), declaración de, H153
Báb (Punto; ‘Alí), idéntico a Bahá’u’lláh, H96–97

Báb (Punto; ‘Alí), martirio de, H163; SR7; M3, 89, 91

Báb (Punto; ‘Alí), rechazado por reyes, M3

Báb (Punto; ‘Alí), retorno de Juan el Bautista, H121

Bábíes (Pueblo del Bayán)

Bábíes (Pueblo del Bayán), atentado contra la vida del Sháh, H188; M91

Bábíes (Pueblo del Bayán), denuncia bahá’ís como, H235

Bábíes (Pueblo del Bayán), negligencia de, H10–11, 15

Bábíes (Pueblo del Bayán), rechazo a Bahá’u’lláh, H8–9

Bábíes (Pueblo del Bayán), velados por el Bayán, H95

Baghdád (Zawrá’), H103, 252, 261

Baghdád (Zawrá’), Cónsul-General de Persia en, véase Buzurg Khán, Mirza

Fe bahá’í (Cause; Fe de Dios), H61, 71, 92–93, 126, 149, 160, 162, 176, 218, 229, 238; M17, 27

Fe bahá’í (Cause; Fe de Dios), destino de, SR4; M84, 86

Fe bahá’í (Cause; Fe de Dios), incumplimiento del deber de reyes con respecto a, M54

Fe bahá’í (Cause; Fe de Dios), luz de, H250
Fe bahá’í (Cause; Fe de Dios), tergiversada, H235

Fe bahá’í (Cause; Fe de Dios), protección de, H250, 268; M106

Fe bahá’í (Cause; Fe de Dios), expansión de, SR14

Fe bahá’í (Cause; Fe de Dios), posición de, H191; M23

Fe bahá’í (Cause; Fe de Dios), triunfo de, F14

Fe bahá’í (Cause; Fe de Dios), inalterada por no creyentes, M95

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe)

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), ven el Reino, H123

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), ocultan los pecados ajenos, H151

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), valentía de, H16

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), cortesía de, LR24

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), dependencia de Dios, H14, 32, 218, 274; SR1, 37

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), desprendimiento de, H214; SR13

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), ejecución de, M88

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), fidelidad de, H14–16, 145, 218

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), se les prohibe la disensión y el conflicto, H210–213

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), humildad de, H263

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), iluminación de, H12, 35, 48, 64

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), encarcelamiento de, LR18, 27; F6

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), reyes deberían proteger, M63

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), reflejan los Nombres de Bahá’u’lláh, H64, 82–84

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), nueva raza de hombres, H8, 13, 23–25, 30, 34, 41, 48, 61, 64; M53

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), paciencia de, H27–28, 208

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), persecución de, H204, 206, 208, 215, 216, 220, 230, 235–236, 252; SR5, 11–15, 26–27, 39–40; LR2–6, 8, 18; M20

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), propósito de, H211–214; SR41; F14

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), recompensa de, SR41

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), sacrifican sus vidas, H16, 218–219, 222

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), santificados, H48, 240

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), desprendimiento, H212–213

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), sinceridad de, H222–223

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), almas de, M94

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), firmeza de, H13, 61; SR41

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), acciones indecorosas de, H239

Bahá’ís (creyentes; favorecidos; verdaderos creyentes; pueblo de la fe), sabiduría de, H150

Bahá’u’lláh,
Bahá’u’lláh, morada de, H103, 167
Bahá’u’lláh, casas en Adrianópolis, M75

Bahá’u’lláh, acusaciones (calumnias) contra, H196–197; M35, 100, 115

Bahá’u’lláh, nombrado por Dios, H63, 72, 81, 192
Bahá’u’lláh, llegada a Constantinópolis, M24
Bahá’u’lláh, autoridad de, H58, 81, 139
Bahá’u’lláh, traicionado por Mirza Yahyá, H25–29
Bahá’u’lláh, nacimiento de, H153
Bahá’u’lláh, infancia de, LR11–16
Bahá’u’lláh, declaración de (Riḍván), H153
Bahá’u’lláh, enemigos de, H5, 25–29, 117; M100

Bahá’u’lláh, exilio de, H139–141, 216, 267; SR11–14, 39–40; M30, 74–75

Bahá’u’lláh, ensalzado por Isaías, H164

Bahá’u’lláh, familia de, H196; SR22, 27; LR11; M75, 101

Bahá’u’lláh, destino de, H5

Bahá’u’lláh, sin temor a nadie, H193, 258; M23, 33, 38

Bahá’u’lláh, complacencia, H270
Bahá’u’lláh, gracia de, H46–48, 52, 61, 65, 102
Bahá’u’lláh, gratitud de, H5, 273; M80

Bahá’u’lláh, encarcelamiento de, H114, 140–141, 156, 158, 162, 167, 177, 188, 267–268; SR37; LR18, 27; M95

Bahá’u’lláh, independencia de, H23, 115, 166; SR38; M25, 33, 55

Bahá’u’lláh, inocencia de, M102
Bahá’u’lláh, juicio de, H52, 81; M111

Bahá’u’lláh, conocimiento de, H21, 43, 65–66, 192; M24, 39

Bahá’u’lláh, luz de, H57
Bahá’u’lláh, amor a Dios, H142
Bahá’u’lláh, amor de, H52

Bahá’u’lláh, no mandó representación a potencias extranjeras, H206

Bahá’u’lláh, no pide nada a reyes y gobernantes, H216; M105

Bahá’u’lláh, manifestó a Dios, H44, 81
Bahá’u’lláh, misericordia de, H122; SR23
Bahá’u’lláh, misericordia de, hacia el Zar, H158
Bahá’u’lláh, obediencia de
Bahá’u’lláh, obediencia de, a Dios, H203

Bahá’u’lláh, obediencia de, a los reyes y gobernantes, M31–32, 34, 55, 82, 95, 102, 104

Bahá’u’lláh, paciencia de, H4–5, 125, 162, 268; M46, 80

Bahá’u’lláh, persecución de, H112, 115–116, 139–140, 150, 177, 204, 249, 273; SR2, 16, 39–40; M29, 33, 95, 97, 103

Bahá’u’lláh, poder de, H162
Bahá’u’lláh, presencia de, H57
Bahá’u’lláh, pruebas de, H221, 223; LR25
Bahá’u’lláh, protegido por Dios, H23, 27

Bahá’u’lláh, propósito de, H5, 13, 44, 64, 72, 81, 107, 114, 123, 164, 177, 186, 202, 209, 266, 268; SR10, 27; LR28; M38, 72

Bahá’u’lláh, da vida a la creación, H57, 131
Bahá’u’lláh, vestidura de, H48, 116; SR3

Bahá’u’lláh, rechazo de, H49, 54, 60, 62, 80, 177; M100

Bahá’u’lláh, rechazo de, por Bábíes, H8–11

Bahá’u’lláh, rechazo de, por cristianos, H108–109, 127–28

Bahá’u’lláh, rechazo de, por musulmanes, H115
Bahá’u’lláh, rechazo de, por Napoleón III, H137
Bahá’u’lláh, confianza en Dios, H251; M38, 80
Bahá’u’lláh, custodio del propósito de Dios, H37

Bahá’u’lláh, solicita reunión con los sacerdotes, H221

Bahá’u’lláh, solicita reunión con el Sultán, LR25–26

Bahá’u’lláh, retorno de las Manifestaciones del pasado

Bahá’u’lláh, retorno de las Manifestaciones del pasado, el Báb, H96–97

Bahá’u’lláh, retorno de las Manifestaciones del pasado, Jesucristo, H102, 113, 127, 129, 159; M15

Bahá’u’lláh, Revelación de, H10, 120
Bahá’u’lláh, Revelación de, modos de, H51

Bahá’u’lláh, Revelación de, véase también Revelación

Bahá’u’lláh, derechos de, M53
Bahá’u’lláh, corre a recibir tribulaciones, H187
Bahá’u’lláh, habla la verdad, M56
Bahá’u’lláh, espíritu (alma) de, H116, 162; M38

Bahá’u’lláh, posición de, H21, 23, 29, 62, 141, 144; SR38; M101

Bahá’u’lláh, sufrimiento (tribulaciones; adversidad) de, H4–5, 25, 29–30, 115, 142, 156, 162, 186–187, 192, 194, 196, 204, 265, 268, 272–273; SR14; LR18, 23, 27–28; F1; M16–17, 20, 22, 32, 46, 48, 53, 73–81, 84, 95, 98

Bahá’u’lláh, rodeado de tropas, SR10; LR25
Bahá’u’lláh, títulos de

Bahá’u’lláh, títulos de, Antigua Belleza, H55, 57, 97, 123, 177

Bahá’u’lláh, títulos de, Belleza de Dios, H7

Bahá’u’lláh, títulos de, Más Amado, H7, 96, 100; SR3, 16, 39

Bahá’u’lláh, títulos de, Ave de la Santidad, M33
Bahá’u’lláh, títulos de, Rostro de Dios, H143

Bahá’u’lláh, títulos de, Punto de Amanecer de la Revelación, H146

Bahá’u’lláh, títulos de, Día de Dios, H63, 127

Bahá’u’lláh, títulos de, Alba de la Revelación, H109

Bahá’u’lláh, títulos de, Deseado (Deseo del Mundo), H104, 116, 156, 134

Bahá’u’lláh, títulos de, Divino Cernedor, H126
Bahá’u’lláh, títulos de, Rostro de Dios, H134
Bahá’u’lláh, títulos de, Padre, H112–113, 122
Bahá’u’lláh, títulos de, Guía, H134
Bahá’u’lláh, títulos de, Mano de Dios, H33

Bahá’u’lláh, títulos de, Anunciador de alegría, H274

Bahá’u’lláh, títulos de, Rey de la Gloria, H128

Bahá’u’lláh, títulos de, Rey de la Revelación, H103, 167

Bahá’u’lláh, títulos de, Vivificador, LR2

Bahá’u’lláh, títulos de, Manifestación de Poder, H176

Bahá’u’lláh, títulos de, Luna de la eternidad, M4

Bahá’u’lláh, títulos de, Más Grande Nombre, H118, 123, 131, 177, 200; M7

Bahá’u’lláh, títulos de, Más Grande Océano, H33, 152, 255, 274; SR16

Bahá’u’lláh, títulos de, Más Poderosa Campana, H131

Bahá’u’lláh, títulos de, Misterio de Dios, H7

Bahá’u’lláh, títulos de, Ruiseñor, H130, 199; SR38

Bahá’u’lláh, títulos de, Camino de Dios, H1

Bahá’u’lláh, títulos de, Pluma, H24, 30, 53, 102, 107, 110, 123, 129, 130, 150, 152, 169, 178, 182, 184, 192, 193, 195, 199; SR8, 23, 35, 37, 38; LR1, 2

Bahá’u’lláh, títulos de, Punto de adoración, H163

Bahá’u’lláh, títulos de, Punto de conocimiento, M4, 112

Bahá’u’lláh, títulos de, Poseedor de los Nombres, H118

Bahá’u’lláh, títulos de, Prometido, H93, 104, 121
Bahá’u’lláh, títulos de, Vivificador, H274
Bahá’u’lláh, títulos de, Recuerdo, H143
Bahá’u’lláh, títulos de, Soberano Supremo, H159

Bahá’u’lláh, títulos de, Templo, H12–13, 17–18, 31, 36, 43, 44, 48–49, 62–63, 65, 72, 81, 84, 100, 268, 276

Bahá’u’lláh, títulos de, Testimonio, H134; M4

Bahá’u’lláh, títulos de, Lengua de la Grandeza, SR30

Bahá’u’lláh, títulos de, Lengua de la Revelación, H118

Bahá’u’lláh, títulos de, Tesoro de Dios, H7

Bahá’u’lláh, títulos de, Reformador del Mundo, H177; LR2

Bahá’u’lláh, títulos de, Agraviado, H137, 179; LR5, 20; M109

Bahá’u’lláh, títulos de, Joven, H22, 25, 34, 62, 187, 194, 196, 267, 270; SR8, 14, 22–23; LR1, 3, 5, 16, 18, 23–25

Bahá’u’lláh, unifica a la humanidad, H131
Bahá’u’lláh, voz de, H192, 249; LR7

Bahá’u’lláh, voluntad de, H31, 58–59, 68, 74, 152, 276

Bahá’u’lláh, desea volver a Dios, M101
Bahá’u’lláh, Escrituras (Tablas) de, H141; SR36

Bahá’u’lláh, Escrituras (Tablas) de, Palabras Ocultas, H224–228

Bahá’u’lláh, Escrituras (Tablas) de, Súriy-i-Haykal, H43, 110

Bahá’u’lláh, Escrituras (Tablas) de, Súriy-i-Mulúk, H182; M1, 6, 12, 56

Bahá’u’lláh, Escrituras (Tablas) de, Súriy-i-Ra’ís, SR36

Equilibrio, H229; M11, 69
Baṭḥá (Meca), H171, 198, 253
Bayán, H21, 95–96, 121
Bayán, Pueblo de, véase Bábíes
Sé (mandato), H2, 3, 8, 36, 46, 60, 276

Comportamiento, véase Carácter; Conducta; Acciones

Biblia,
Biblia, Evangelio, H109, 140, 164, 247–249; M16
Biblia, véase también Cristianos; Judíos; Tora
Obispos, H122
Obispos, véase también Sacerdotes
Mar Negro, H137
Piedra Negra, H90

Libro (s), H155, 163, 194, 199, 214, 222, 276; M3, 31, 33, 45, 52, 87–88, 97

Libro (s), antiguo, M72
Libro (s), Bahá’í, H130, 184, 189; M39

Libro (s), Bahá’í, véase también Bahá’u’lláh, Escritos de

Libro (s), libros sagrados de religiones anteriores, H106, 108, 126, 164–165; LR2; M34–35

Libro (s), libros sagrados de religiones anteriores, véase también Biblia; Corán; Tora

Bósforo, F5
Zarza Ardiente, H133–134, 142, 159
Zarza Ardiente, véase también Moisés

Buzurg Khán, Mirza (Cónsul-General de Persia en Bagdad), H206; M103

Caifás, H245
Celibato, H136
Certeza, H53, 103, 200
Carácter (integridad), H148
Caridad, H231
Niños, LR11, 25–26; M51
Niños, huérfanos, M88
Niños, degollados, H220
Niños, sufrimientos de, LR2, 5
Cosroes, SR6
Cristianos, H122; M15–16

Cristianos, afirman que no hay Mensajero después de Jesús, H247–248

Cristianos, Confortador (Padre) esperado por, H112, 122, 248

Cristianos, no reconocieron a Bahá’u’lláh, H108, 127–129

Cristianos, Reyes (del cristianismo), M15–16
Cristianos, monjes, H108, 111, 136, 154
Cristianos, rechazo de Muḥammad, H243

Cristianos, lloraron por el exilio de Bahá’u’lláh, SR12

Seguridad colectiva, H182; M8
Confortador, H122, 248
Mandamiento, véase Ley(es)

Concurso de lo alto, H21, 158, 195; SR2, 22, 26, 37

Concurso de lo alto, iluminado por Bahá’u’lláh, LR1

Concurso de lo alto, rehúye del pueblo del Bayán, H11

Conducta, H119, 218; LR22; M45, 90, 94, 102, 114
Conducta, véase también Acciones
Conflicto, véase Contienda; Guerra
Constancia, véase Firmeza

Constantinópolis (Estambul), H216; LR9; M24, 37, 39, 67, 74–75, 84, 108, 113

Constantinópolis (Estambul), fuego de, LR9
Disensión, véase Contienda
Contento, SR30, 34

Corrupción, H8, 89, 144, 150, 188; SR6; M15, 29, 34, 59, 86, 103

Corrupción, de los Textos Sagrados, H249
Cortesía, H137; LR24
Alianza de Dios, H18, 122, 125; M42
Alianza de Dios, violadores de, H93–95
Oficios, H67, 153

Creación (existencia), H13, 40, 145, 158, 166; M114

Creación (existencia), libro de, H99, 118
Creación (existencia), llamado a dar cuenta, H18
Creación (existencia), confiado a los reyes, H210
Creación (existencia), ojo de, H99, 186; M88–89
Creación (existencia), despavorida, H18

Creación (existencia), fragancias esparcidas por toda la, H144

Creación (existencia), glorifica (alaba) a Dios, H21, 132

Creación (existencia), Dios independiente de, H197

Creación (existencia), corazón de, SR4

Creación (existencia), reino de, H7, 12, 158, 197, 210, 238

Creación (existencia), gente puede participar de los beneficios de, H146

Creación (existencia), destinataria de la revelación, H47

Creación (existencia), revolucionada, H84
Guerra de Crimea (1853–1856), H137
Colina Carmesí, M2
Zar, véase Alejandro II, Zar de Rusia
Damasco (Fayḥá’), H252, 261
David, H246

Muerte, física, H157, 168, 260–262; LR1; F11; M27, 37, 88, 115

Muerte, física, igualdad en, H259
Muerte, física, inevitable, LR16–17, 20–21; M107
Muerte, física, Mensajero de, H270
Muerte, física, tumbas de ricos (poderosos), H156
Muerte, física, riqueza no protege de, H259

Muerte, física, piedra de toque de la sinceridad es anhelo por, H222

Muerte, espiritual, H94, 136, 143, 167; LR1; M27, 108

Acciones
Acciones, aceptabilidad de, H172; M26

Acciones, concuerden con palabras, H147, 223; M45, 110

Acciones, creyentes se distinguen por, H189
Acciones, consecuencias de, M26–27, 78
Acciones, distintivas, H189; LR29
Acciones, y fe, véase Fe, y acciones
Acciones, de los fieles, M64
Acciones, guían a la humanidad, H213
Acciones, santas, M52
Acciones, de los ignorantes, H176
Acciones, juicio por, M15, 18, 27, 69, 98
Acciones, registradas, M25, 99
Acciones, velo, H110
Acciones, véase también Conducta

Desprendimiento, H17, 80, 83, 88, 91–92, 107, 118–119, 138, 143, 156, 168, 171, 199, 263; SR3; M21, 40, 42, 47, 113

Dhabíh (Hájí Muḥammad Ismá‘íl-i-Káshání; Anís), SR9, 16, 20, 22, 23, 28

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), H88, 131, 154, 219; M108

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), y la Fe bahá’í, M86

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), Bahá’u’lláh solicita encontrarse cara a cara con, H221

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), Bahá’u’lláh Se opuso a, M35

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), ceguera de, H109

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), cristianos, H122, 131, 243, 248

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), connivencia, H249

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), iraníes, H198, 243–244

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), islámicos, H219; M3, 35, 108

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), judíos, H243, 245–246

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), de los últimos días son los más malvados, H233

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), tergiversaron la naturaleza de la Fe, H229

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), juzgaron al Báb, M3

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), rechazaron a Bahá’u’lláh, H223, 249

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), rechazaron a Jesús, H245

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), rechazaron a Muḥammad, H198, 243–244

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), deberían abandonar posesiones, H154

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), deberían detener sus plumas, H107

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), algunos dotados de renunciación, H234

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), riqueza de, H272

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), perecerán, H260

Sacerdotes (eruditos; doctos; etc.), dignos de respeto cuando siguen la guía de Dios, M45

Duda, H49, 68; SR24; F11
Dualidad, H45
Deber, H148; M17, 18, 20–21, 27, 54, 68
Oídos, véase Templo, oídos del

Tierra (mundo), H54, 167, 184–185, 214, 272; LR16–21; M113

Tierra (mundo), encendida mediante la Palabra de Dios, SR1

Tierra (mundo), como lo negro del ojo de una hormiga muerta, H156

Tierra (mundo), establecido a causa de los creyentes, H15

Tierra (mundo), se gloría sobre el cielo, SR15
Tierra (mundo), humanidad creada de, M107
Tierra (mundo), enferma, H152

Tierra (mundo), alegrías de son inferiores a alegrías espirituales, H162

Tierra (mundo), mundo inferior, LR20

Tierra (mundo), la gente busca el mundo estando en vientre materno, M40

Tierra (mundo), posesión de no vale nada a menos que recordado por Dios, M4

Tierra (mundo), vivificada, H131; SR8
Tierra (mundo), renovada, H47, 255; SR8

Tierra (mundo), dejará de ser, H190; M36, 40, 42, 55, 57, 79

Tierra (mundo), estado de, H156

Tierra (mundo), vanidades de, H91, 196; LR16–17; M36, 40, 55, 72, 99

Tierra (mundo), advierte al hombre de su inminente extinción, LR21

Tierra (mundo), véase también Creación
Edirne, véase Adrianópolis
Egipto
Egipto, Jesús enviado a, H160
Egipto, Mansúríyyih, H235
Egipto, persecución de bahá’ís en, H235
Equidad, H252; M17, 19, 22, 32, 68
Error, H113, 123, 176, 188–189, 243, 269; M21, 73

Eternidad (eterno, vida eterna), H123, 128, 166, 214, 257; SR7, 41; LR20, 29

Etiopía, H198
Evangelio, véase Biblia

Malo (maldad, malvado), H5, 229, 233; SR6, 11; M18, 35, 48, 60–61, 83, 90, 92, 103

Malo (maldad, malvado), morada de, F19

Malo (maldad, malvado), llamamiento de Satanás, H99

Malo (maldad, malvado), acciones, H11, 88; F16–21; M27, 34, 92

Malo (maldad, malvado), acciones, conduce a perdición, SR19

Malo (maldad, malvado), acciones, ocultado por la cortesía de Bahá’u’lláh’s, LR24

Malo (maldad, malvado), acciones, hecho parecer hermoso, M34

Malo (maldad, malvado), acciones, provocan lamento en el Paraíso, F6

Malo (maldad, malvado), incapaz de distinguir, H177

Malo (maldad, malvado), deseos, H8, 60, 94, 98, 127, 137, 143, 146, 150, 157, 158, 161, 167, 172, 188–189, 195, 223, 227, 232, 262, 272; SR6, 34; M2, 15, 18, 28–29, 32, 56, 59, 86, 96, 97, 103, 106, 112

Malo (maldad, malvado), Maligno, H21, 98–99, 146; SR19, 34; F13; M19, 34, 37, 56

Malo (maldad, malvado), generación, M16
Malo (maldad, malvado), no hay que temer, H21
Existencia, véase Creación
Gastos, M8–9
Ojos, véase Templo, ojos del
Faḍl (Gracia), véase Templo, letras de

Equidad (imparcialidad, rectitud), H56, 58, 95, 157, 208, 249, 276; LR18–19; M18, 30, 90, 97

Fe, H10, 137, 245, 253; M57, 59, 114
Fe, y acciones, H85–87, 172; M111, 114
Fe, véase también Fe bahá’í; Religión
Ayuno, H86, 154
Destino (suerte), H5, 270; SR11; M61, 84
Fátima, H79, 224
Fayḥá’, véase Damasco

Temor, H18, 31, 34, 41, 77, 93, 123, 125, 129, 137, 149, 166, 179, 193, 220, 258; M23, 33, 37, 42, 68, 69, 112, 113

véase también Dios, temor de
Fiesta(s), véase Día(s) Sagrado(s)
Fidelidad, véase Firmeza
Pescador, véase Pedro, San
Alimento, SR11; LR4; M13
Alimento, no rechazar la carne, H154
Perdón, H131, 219; SR13; M51, 54, 99
Libre voluntad, véase Destino
Fu’ád Páshá, F1–21
Gallípoli, LR25
Generosidad, H39, 40, 185, 238; M32, 39, 59
Dios

Dios, aceptación de Dios dependiente en volver a nacer, M111

Dios, ayuda de, H3
Dios, solo, H93, 197, 214, 269

Dios, ira de, H35, 204; SR7, 11; LR7–8; F1, 6, 13; M53–54

Dios, atributos de, H197, 211
Dios, autoridad de, H58

Dios, merced, dádivas, gracia, munificencia, generosidad de, H2, 28, 39, 63, 81, 185, 200–201, 204, 250, 264, 268; SR26; M64, 100

Dios, Alianza de, véase Alianza
Dios, esencia de, H37, 90, 211
Dios, esencia de, desconocida, H65, 71, 197
Dios, ojo de, M102
Dios, rostro (ver) de, H22, 269

Dios, temor de, H32, 56, 237; M7, 10, 37–38, 42, 69, 112, 113

Dios, perdona, H131, 219; SR13; M54, 99
Dios, reúne a la humanidad, H274
Dios, complacencia de, H3, 6, 203–205; M113

Dios, gracia de, H46–48, 64, 77, 131, 154, 185, 201–202, 217, 221, 264; SR15; M54, 65, 100

Dios, guía de, H1, 197
Dios, mano de, H33, 241, 270; M94
Dios, independencia de, H197, 214; F13; M116
Dios, juicio de, H111; F15; M12, 79, 85, 87, 100
Dios, justicia de, H205, 264
Dios, luz (brillo) de, H14, 22; SR7; M96
Dios, amor de, H204; SR26; M49

Dios, misericordia de, H14, 32, 42, 77, 81, 105, 125, 127, 131, 146, 154, 158, 185, 188, 193, 201, 205, 209, 214, 217, 219, 230, 238, 251, 270; SR13; LR22; M6, 13, 18, 54, 65, 87, 114

Dios, misericordia de, a los que muestran justicia, H190

Dios, Nombre(s) de, H45, 250
Dios, cercanía a, H204; M4, 5, 51
Dios, obediencia a, H20
Dios, unicidad (unidad) de, H45, 93, 155; M43, 81
Dios, camino de, H1

Dios, fuerza (poder) de, H35, 39, 204, 238, 250; SR13

Dios, ha prescrito una medida fija, H4
Dios, presencia de, SR13
Dios, pruebas (signos) de, H19; M52
Dios, protegió a Jesús de Herodes, H160
Dios, propósito de, M85
Dios, prestar ayuda a, H209–214
Dios, revela versos, H1–2
Dios, esparcir a ‘Álí Páshá en el polvo, LR7
Dios, ve a todos, M102
Dios, Alma de, SR33
Dios, soberanía de, H35, 38–39, 62, 191; M85
Dios, habla, H2
Dios, dádivas de, H22
Dios, incognoscible, H197
Dios, voz de, SR1
Dios, advertencia de, M107

Dios, Voluntad de, H3, 35, 58–59, 113, 126, 131, 158, 160, 170, 223, 236, 191, 210, 241; SR31; M80, 85, 94

Dios, sabiduría de, LR23; M100, 114

Dios, sabiduría de, véase también Conocimiento y sabiduría

Dios, Palabra de, véase Palabra(s)
Regla Dorada, H143, 179, 275; M32, 44

Bien, H33, 81, 126, 143, 172, 219, 230, 254; M54, 62

Evangelio, véase Biblia
Murmuración, H229; M34–35
Gobierno, M21, 61, 102
Gobierno, representantes elegidos, H173–174
Gobierno, obediencia a, LR3
Avaricia, M40

Dolor (pena, aflicción, lamento) (guardar luto, plañir, duelo por la muerte), H5, 27, 131, 220; M17, 78, 88, 92, 99

Pena, véase Dolor
Aflicción, véase Dolor
Lamento, véase Dolor
Luto, guardar, véase Dolor
Plañir, véase Dolor
Llorar por la muerte, véase Dolor

Guía, H111, 113; SR22; LR29; M5, 18, 35, 45, 108, 112

Hájí Ja‘far-i-Tabrízí, SR13
Hájí Muḥammad Ismá‘íl-i-Káshání, véase Dhabíh

Hájí Siyyid Muḥammad (Áqá Siyyid Muḥammad-i-Tabátabá’íy-i-Isfahání, Mujáhid), H219

Sierva(s), véase Mujer
Odio, H5, 28, 61, 94, 112
Salud, H174–176; M8

Oído, H14, 20, 23, 57, 66, 77, 78, 96, 99, 138, 238, 262; SR9, 17, 30; F6; M15

Oídos, H158, 171, 195, 199, 265; SR10; M62, 81
Oído, del corazón, H132, 165; M99
Oído, como alma, mente, espíritu, vista, SR35

Cielo(s), H2, 15, 19, 31, 40, 106, 116, 125, 131, 184, 185, 220; LR27; M3

Cielo(s), de comunión con Dios, M33
Cielo(s), la tierra se gloría sobre, SR15

Cielo(s), Jesús y Bahá’u’lláh descendieron del, H102, 127

Cielo(s), Jesús subió al, H245
Cielo(s), escalera al, H244
Cielo(s), más íntimo, M4, 108
Cielo(s), pilares de, F11
Cielo(s), secretos de, M46
Cielo(s), sombra de, H233
Cielo(s), tesoros de, M65
Cielo(s), lloraron, M89
Infierno, H225; F11, 12

Infierno, fuego(s) de (fuego más profundo; enfurecer), H35, 54, 124; SR6, 19; LR19; F11, 16, 19; M115

Infierno, fuego(s) de (fuego más profundo; enfurecer), consume alma de perseguidores, SR11

Infierno, fuego(s) de (fuego más profundo; enfurecer), liberación de, H54

Infierno, fuego(s) de (fuego más profundo; enfurecer), sabios que no creyeron arrojados al, M114

Infierno, fuego(s) de (fuego más profundo; enfurecer), pueblo del, H79

Infierno, fuego(s) de (fuego más profundo; enfurecer), condena de los que rechazaron a Bahá’u’lláh, SR38

Herodes, H160
Hijáz, H243

Santidad, H8, 24, 63, 65, 139, 227, 240; M1, 2, 33, 51, 52, 108, 109

Libros Sagrados, véase Libro (s), libros sagrados de religiones anteriores,

Días Sagrados (fiestas; festividades)

Días Sagrados (fiestas; festividades), nacimiento del Báb, H153

Días Sagrados (fiestas; festividades), nacimiento de Bahá’u’lláh, H153

Días Sagrados (fiestas; festividades), declaración del Báb, H153

Días Sagrados (fiestas; festividades), Riḍván, H153

Sagrada Familia, véase Bahá’u’lláh, familia de
Tierra Santa, H129
Espíritu Santo, véase Spirit
Humildad, H107, 263; M77
Ḥusayn (Imam), M48–52, 90, 97

Huvíyyah (Esencia de Divinidad), véase Templo, letras de

Hipocresía, H257; M89–90
Idólatras, H78, 99, 117, 266; SR19
Idólatras, nombres, H157; M110–111

Idólatras, pregunta sobre la posición de Muḥammad, H79

Idólatras, ‘Uzzá (ídolo de la Meca), H87

Ignorancia, H31, 71, 76, 79, 86, 174, 176, 177, 237, 242, 244; LR5; M24

Enfermedad (plaga), H49, 131, 174–176; LR9
Enfermedad (plaga), de bahá’ís encarcelados, LR27
Imam(es), H79, 252–257
Inmortalidad, véase Vida después de la muerte

Naturaleza innata (inherente; sin instrucción), H49–50, 52, 80

Inspiración, H42, 124
Integridad, véase Carácter
Inteligencia, véase Conocimiento y sabiduría
Interés de préstamos, véase Usura
Irán, véase Persia
‘Iráq, H59, 139, 188, 206–207,
234; SR13; M29, 32, 35, 82,
102–103
Isaías, H122, 164
Estambul, véase Constantinópolis
Jesucristo
Jesucristo, descendió del cielo, H127
Jesucristo, Confortador predicho por, H122, 248
Jesucristo, perdonó a adúltera, H135
Jesucristo, culpable de revelar nueva fe, H140
Jesucristo, e Islam, H198
Jesucristo, persecución de, H135
Jesucristo, preparó a la gente, H122

Jesucristo, profetizó a Bahá’u’lláh, H129, 133, 135; M15

Jesucristo, elevado al cielo, H245
Jesucristo, reconocido por los humildes, H106
Jesucristo, rechazo de, H106, 108, 123, 245

Jesucristo, vuelta de, H102, 121, 123, 127, 159, 248; M15

Jesucristo, reveló en parábolas, H120
Jesucristo, salvado de Herodes, H160
Jesucristo, habló de Manifestaciones, M17
Jesucristo, Palabra ocultada por, H112–113
Judíos,

Judíos, afirman que ningún Profeta independiente vendrá con nueva Ley después de Moisés, H246

Judíos, preguntado sobre Jesús, H79
Judíos, siguieron a los fariseos, H123
Judíos, rechazaron a Jesús, H123, 135
Judíos, rechazaron a Muḥammad, H243
Juan el Bautista, H122
Juan el Bautista, Báb es la vuelta de, H121
Alegría, H12, 103, 253, 274; SR10
Juicio, Día del, véase Revelación

Justicia, H56, 126, 147, 149, 173, 179, 190, 193, 194, 205, 236, 237, 259, 264; M7, 11, 12, 19–21, 29, 30, 64, 66, 68, 71

Justicia, véase también Dios, justicia de; Reyes y gobernantes

Caaba, H90
Ka‘b Ibn-i-Ashraf, H243
Karím (Todo Munífico), véase Templo, letras de
Jariyíes, H253

Reino(s) (de Dios; creación; nombres; tierra y cielo; de gobernantes; etc.), H22, 103, 112, 123,

124–125, 128–129, 140, 145, 156, 159, 162, 170, 171, 190, 197, 199; LR20; M36, 55

Reyes y gobernantes, H130
Reyes y gobernantes, abandonen sus posesiones, M2

Reyes y gobernantes, rendir cuentas por sus acciones, M27

Reyes y gobernantes, autoridad (soberanía) de, H195; LR19; F7; M4

Reyes y gobernantes, autoridad (soberanía) de, pasajera, LR10; M18

Reyes y gobernantes, autoridad (soberanía) de, no deben evitar el reconocimiento, H159, 161, 170

Reyes y gobernantes, autoridad (soberanía) de, rechazan abandonar, H223

Reyes y gobernantes, Bahá’u’lláh no hizo ninguna petición de, H216

Reyes y gobernantes, destierran a Bahá’u’lláh, H267

Reyes y gobernantes, cargar con el dominio para ayudar a la Causa de Dios, H143

Reyes y gobernantes, benigno, M68

Reyes y gobernantes, carga de gastos sobre los súbditos, H179; M9

Reyes y gobernantes, Cristianos, M15–16
Reyes y gobernantes, creación confiada a, H210
Reyes y gobernantes, acciones de, M46
Reyes y gobernantes, imponer la ley de Dios, M63
Reyes y gobernantes, establecer la paz, H178
Reyes y gobernantes, de Etiopía, H198
Reyes y gobernantes, gastos de, H179; M8
Reyes y gobernantes, fracaso de, M15, 54

Reyes y gobernantes, siguen sus propios deseos (inclinaciones corruptas), M28–29

Reyes y gobernantes, generosidad de, M70

Reyes y gobernantes, honran a los descendientes de sus Profetas, M92

Reyes y gobernantes, hipocresía de, M89

Reyes y gobernantes, insuficiente que escuchen sólo al demandante, H229

Reyes y gobernantes, justo, H217, 259

Reyes y gobernantes, manifestaciones del poder de Dios, H210

Reyes y gobernantes, ministros de, H158; LR12, 15; M17–18, 24, 26, 30, 31, 55, 59, 61, 68, 73–74, 76, 82, 97, 102, 103

Reyes y gobernantes, maltrataron a Bahá’u’lláh, M73

Reyes y gobernantes, mortalidad de, H261, 269–270; LR19; M15, 36, 79, 98, 106–107

Reyes y gobernantes, deben ser equitativos, H118

Reyes y gobernantes, deben ser justos, M9–13, 21, 66, 68

Reyes y gobernantes, deben establecer la paz, M8

Reyes y gobernantes, deben investigar los asuntos, M103

Reyes y gobernantes, deben obedecer los mandamientos de Dios, H118; M7, 12–14, 21, 26, 62

Reyes y gobernantes, deben dar protección contra la opresión, M13, 20, 63

Reyes y gobernantes, opresión por, M71
Reyes y gobernantes, palacios de son tumbas, H167

Reyes y gobernantes, palacios de, construidos con lo que quitan del pueblo, H179

Reyes y gobernantes, del pasado habrían reconocido a Bahá’u’lláh, M109

Reyes y gobernantes, poder de, M10, 18
Reyes y gobernantes, orgullo de, M107

Reyes y gobernantes, proteger a los que buscan refugio, H182

Reyes y gobernantes, reconocimiento de la Manifestación por, H210; M107

Reyes y gobernantes, reconozcan a Bahá’u’lláh, M1, 6, 13

Reyes y gobernantes, rechazaron la Más Grande Paz, H180

Reyes y gobernantes, rechazaron a Bahá’u’lláh, M16

Reyes y gobernantes, rechazaron a Muḥammad, SR6
Reyes y gobernantes, arrepientan, M54

Reyes y gobernantes, buscan ventaja propia (ganancia), H175

Reyes y gobernantes, sombra de Dios en la tierra, H194, 217; M72

Reyes y gobernantes, debería nombrar personas dignas de confianza, M59, 61, 67

Reyes y gobernantes, deberían condescender con (actuar con humldad hacia) los fieles, M43, 77, 107

Reyes y gobernantes, deberían haber tratado a Bahá’u’lláh con justicia, M32

Reyes y gobernantes, no deberían delegar responsabilidades sobre otros, M61, 67, 71

Reyes y gobernantes, no deberían promover extravagancia, M66

Reyes y gobernantes, soberanía de, véase authoridad (soberanía) de

Reyes y gobernantes, Tabla(s) a, H141; M1–118
Reyes y gobernantes, tumbas de, H156

Reyes y gobernantes, fideicomisarios para sus súbditos (pobres), H143, 149; M11–12

Reyes y gobernantes, tiranía de, H252; LR2
Reyes y gobernantes, unidad de, H182
Reyes y gobernantes, advertencias aprovechen, M34

Reyes y gobernantes, a los que ayuden a los bahá’ís, SR21

Conocimiento y sabiduría, H33, 42, 47, 65, 73, 75, 104, 135, 150, 158, 201–202, 212; SR30; M6, 39, 114

Conocimiento y sabiduría, bahá’ís buscan verdadero, H221

Conocimiento y sabiduría, no creer a todos los que aleguen, H232

Conocimiento y sabiduría, divino, conduce a la persona a la independencia, H66; M115

Conocimiento y sabiduría, Dios concede, M114
Conocimiento y sabiduría, de Dios, H65; M100, 114

Conocimiento y sabiduría, corazones son los depósitos del conocimiento y sabiduría de Dios, H211

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, H89, 225; M113

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, no se puede sondar el conocimiento de Dios, H43

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, no buscaron a Bahá’u’lláh, M115

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, han caído, H135

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, han molestado al rey sobre los bahá’ís, H221

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, pueden creer o no creer, M114

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, mortalidad de, H260; M113

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, no son más sabios que Dios, M114

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, requisitos de, H232

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, prohibieron a la gente beber vino, H240

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, rechazaron a Jesús, H135

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, rechazaron a Muḥammad, H198; SR6

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, deberían saber que la verdadera sabiduría es temer a Dios, M113

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, no deberían atender a las normas de los hombres, M116

Conocimiento y sabiduría, eruditos (doctos), los, deberían reconocer a las Manifestaciones, M113

Conocimiento y sabiduría, reconocimiento de Bahá’u’lláh, H66, 105–106

Conocimiento y sabiduría, velo, H88

Ley(es) (mandamientos; decretos; preceptos), H71, 87, 152–154, 179, 189, 237, 239, 246, 247, 254; M14, 21, 26, 28–29, 47, 71, 74, 76, 83, 88, 104, 106, 112, 116

Ley(es) (mandamientos; decretos; preceptos), humanas, M25

Jefatura, M110
Mando, afán de, H30
Jefatura (mando), pompa de, H82
Mando (jefatura), pompa de, H82
Erudición, véase Conocimiento y sabiduría
Menor, véase Paz Menor
Letra(s), H73
Letra(s), desconectadas, SR36

Letra(s), véase también Word(s); Temple, letras de

Libertad, H169

Vida, H75, 76, 137, 168, 196, 237, 273; LR17, 19; F16; M26, 36, 37, 42, 54 69, 91, 99, 111

Vida, eternal (sempiterna), véase Eternidad
Vida, piadosa, M10, 35
Vida, viaje sin retorno, H263
Vida, procede del espíritu, SR33

Vida, sacrificio (rendir), H162, 218, 219; SR13; LR5; M50

Vida, buscadores de esta, M40

Vida después de la muerte (inmortalidad; vida más allá), H131, 270; M33, 94

Árbol del Loto (Sadratu’l-Muntahá), H12, 69, 122, 130, 171, 195

Amor, H92, 99, 122, 194, 221; SR21, 34; M72
Amor, amante busca reunión con amado, M49
Amor, del mundo, H146
Deseo, apetitos, lujuria, pasiones, H98; M18, 103
Apetitos, véase Deseo
Lujuria, véase Deseo
Pasiones, véase Deseo

Deseo, apetitos, lujuria, pasiones, véase también Jefatura, pompa de

Magia, véase Hechicería
Doncella del Cielo, H6–7, 22, 100

Manifestación(es) de Dios, H66, 90–91, 93, 197; M17, 113

Manifestación(es) de Dios, aparición continua, H241

Manifestación(es) de Dios, anhelaron conocer a Bahá’u’lláh, H163–164; SR18

Manifestación(es) de Dios, propósito de, H81

Manifestación(es) de Dios, rechazo de, H242, 244; LR1

Manifestación(es) de Dios, reviven a los muertos, LR1

Manifestación(es) de Dios, Templo de Unicidad Divina Oneness, LR1

Manifestación(es) de Dios, verdad de, M87
Humanidad

Humanidad, aceptación de Bahá’u’lláh, H47, 85, 107

Humanidad, rendir cuentas, H271
Humanidad, admitida al Reino, H123
Humanidad, admoniciones a, LR17; M45, 117
Humanidad, llamamiento, H100, 152, 186; M41
Humanidad, purificada, H34, 92
Humanidad, desprendimiento de, H80, 111, 154
Humanidad, igualdad de, H151; M77
Humanidad, gloria es cercanía de Dios, M5
Humanidad, curación de, H152

Humanidad, negligencia de, H76, 157, 266; SR26; LR22

Humanidad, vacilación de, H101
Humanidad, conocimiento de, H104
Humanidad, hecha por Dios, H52
Humanidad, hombres de entendimiento, H260

Humanidad, mortalidad de, H269–270; M37, 40, 42, 106–107

Humanidad, rechazo de Bahá’u’lláh, H7

Humanidad, rechazo de Bahá'u'lláh, consecuencias de, H85

Humanidad, rechazo de Dios, H75

Humanidad, rechazo de Manifestaciones, H160, 243–248

Humanidad, resurrección de, H271; SR1; LR1; M107
Humanidad, posición de, H91, 146, 156–157
Humanidad, sumisión a reyes y gobernantes, M9, 12

Humanidad, sumisión a Dios, H71, 113, 166, 214; SR1; M86

Humanidad, unidad de, H142; SR8
Humanidad, lo mundano, M39
Humanidad, adoran nombres, H157
Mansúríyyih, H235
Matrimonio, LR11
Matrimonio, de monjes o clérigos, H136
Martirio, H163, 200; SR10; M49
Martirio, de Imam Husayn, M97
Martirio, por suicidio, SR13; LR5
Madurez, H69, 76; LR11, 29; M39, 40
Carne, no ha de rechazarse, H154
Meca, H171, 198, 253

Misericordia, H215, 231, 235; M12, 59, 61, 67, 70, 74, 101

Misericordia, de Dios, véase Dios, misericordia de

Misericordia, pecador busca, M51
Mensajeros, véase Manifestación(es) de Dios
Mesías, H122
Mesías, véase también Jesucristo
Mihdíy-i-Rashtí, Mirza, F15–20
Mente(s), H4, 6, 149, 157, 197; M97
Mente(s), justa, H157, 187, 249
Mente(s), mortal, H87
Mente(s), mezquindad de, H157
Mente(s), poder de, SR35
Mente(s), como alma, espíritu, vista y oído, SR35
Mente(s), tranquilizar, M8

Ministros de Estado, véase Reyes y gobernantes, ministros

Maldad(es), obrar mal, discordia, H28, 177, 216, 233; SR5; LR1; M34, 52, 61, 63

Moderación, M8, 19, 66
Modos de Revelación, H51
Monjes, véase cristianos, monjes
Moral, véase Carácter; Conducta; Acciones
Moisés, H246; SR3
Moisés, de la casa del Faraón, SR7
Moisés, anhelaba alcanzar este Día, SR18
Moisés, reveló una nueva fe, H140
Más Grande Paz, véase Peace
Más Grande Prisión, véase ‘Akká
Más Grande Espíritu, véase Espíritu
Mosul (Ḥadbá’), H252
Monte Tíná, SR6
Monte Zaytá, SR6
Duelo, véase Dolor
Muḥammad, H243–245, M87
Muḥammad, descendientes de (Siyyids), M89

Muḥammad, familia de, llevada cautiva a Damasco, H252–257

Muḥammad, culpable de revelar una nueva fe, H140
Muḥammad, lamento de, SR2
Muḥammad, anhelaba este Día, SR18
Muḥammad, persecución de, SR6
Muḥammad, rechazo de, H198, 243
Muḥammad Sháh, SR7
Mujáhid, véase Hájí Siyyid Muḥammad
Muqanna‘, (al-Muqanna‘) de Khurásán, M113
Asesinato (derramamiento de sangre), H188

Asesinato (derramamiento de sangre), prohibido, H147

Asesinato (derramamiento de sangre), véase también Guerra

Musulmanes, H79

Musulmanes, ciertas personan afirman que la Tora y el Evangelio han sido corrompidos, H249

Musulmanes, preguntarles sobre el Báb, H79
Musulmanes, rechazaron al Báb, H55, 79

Musulmanes, Shí‘íes vengaron la muerte de Husayn, M52

Musulmanes, Tradiciones de, H243

Musulmanes, lloraron por el exilio de Bahá’u’lláh, SR12

Misterios (secretos), H66, 162, 192, 198, 229; M50–51

Misterios (secretos), ocultos en los corazones de los hombres, F14

Misterios (secretos), de divina providencia, M1
Misterios (secretos), Dios conoce, H39; M46
Misterios (secretos), del nombre de Dios, H250

Misterios (secretos), súplica secreta del Zar, H158

Misterios (secretos), vino de, SR24
Misterios (secretos), con los Imames, H255
Unión mística, M49–50
Nombre(s), H17, 86, 87, 92, 168, 243; SR26; M21

Nombre(s), reino de, H40, 45, 49, 81, 102, 124, 167; M1

Nombre(s), no ha de convertirse en velo, H160
Nombre(s), revelado a través del hombre, H136

Nombre(s), adoradores (amantes) de, H30, 87; M110–111

Napoleón III (Emperador de Francia), H131–157; M17

Napoleón III (Emperador de Francia), abandonará su reino (palacios; riquezas), H143

Napoleón III (Emperador de Francia), profecía de Bahá’u’lláh para, H138

Napoleón III (Emperador de Francia), decisión sobre la Guerra de Crimea, H137

Napoleón III (Emperador de Francia), poder de, H156

Napoleón III (Emperador de Francia), si reconociera a Dios, H155

Napoleón III (Emperador de Francia), a enseñar la Causa, H145

Napoleón III (Emperador de Francia), templo (cuerpo) de, H134

Napoleón III (Emperador de Francia), sería rey de todo, si se dispusiera a enseñar Su Causa, H133

Násiri’d-Dín Sháh, H186–275
Násiri’d-Dín Sháh, abandonará soberanía, H199

Násiri’d-Dín Sháh, atentado contra la vida de, H188; M91

Násiri’d-Dín Sháh, Bahá’u’lláh ama “por ti mismo”, H194

Násiri’d-Dín Sháh, Bahá’u’lláh reza por, H238, 274

Násiri’d-Dín Sháh, ser justo con los bahá’ís, H230

Násiri’d-Dín Sháh, cortesanos de, H194, 235
Násiri’d-Dín Sháh, desea lo que Dios desea, H215
Násiri’d-Dín Sháh, exilió a Bahá’u’lláh, M102

Násiri’d-Dín Sháh, liberó a Bahá’u’lláh de la prisión, M102

Násiri’d-Dín Sháh, misericordia de Dios para con él, H188

Násiri’d-Dín Sháh, corazón entre los dedos de Dios, H193

Násiri’d-Dín Sháh, informado del mal comportamianto de sus oficiales, H207

Násiri’d-Dín Sháh, cumplir mandamientos de Dios, H205

Násiri’d-Dín Sháh, Rey de la Época, H206, 221, 230, 232

Násiri’d-Dín Sháh, debe decidir a favor o en contra de Bahá’u’lláh, H221

Násiri’d-Dín Sháh, persiguió a los bahá’ís, H220

Násiri’d-Dín Sháh, elevado por fe y acciones, H199

Násiri’d-Dín Sháh, no recibió informe sobre el estado de Bahá’u’lláh, H206

Násiri’d-Dín Sháh, si reconociera a Bahá’u’lláh, H195

Násiri’d-Dín Sháh, sombra de Dios (signo de Su poder), H194

Násiri’d-Dín Sháh, debería ayudar a la Fe bahá’í, H275

Násiri’d-Dín Sháh, debería convocar una reunión de Bahá’u’lláh con los sacerdotes, H221

Násiri’d-Dín Sháh, debería actuar con justicia, H190, 215

Násiri’d-Dín Sháh, debería actuar con misericordia, H215

Násiri’d-Dín Sháh, soberanía es una posesión despreciable, H195

Násiri’d-Dín Sháh, posición, si creyera, H195

Násiri’d-Dín Sháh, tratar a súbditos con justicia, H274

Nación(es), H112, 134, 242, 254
Nación(es), Señor (Creador) de, H152, 268
Nación(es), convocadas ante Dios, H160
Nimrod, SR7; F11
Unicidad, véase Unidad
Oppresor(es), véase Tiranía; Reyes y gobernantes
Palacio(s), H103, 143, 156, 167, 179, 270; F5
Parábolas, versículos revelados en, H120
Paraíso, H22, 79, 100, 213; SR24; M5, 51
Paraíso, todoglorioso, SR8
Paraíso, ángeles del, H102
Paraíso, morada de Bahá’u’lláh, H158
Paraíso, moradores de, H88, 161; SR9
Paraíso, sublime, SR2, 32
París, F2; M17
Parlamento(s), véase Gobierno

Pasión(es), H137, 183, 196, 201, 212, 224, 266, 269; SR34; LR20, 23; M32

Paciencia, H27, 28, 48, 208; SR17, 30; LR29; M47, 49

véase también Bahá’u’lláh, paciencia de
Paz (tranquilidad), H18, 178, 208; SR18; M8
Paz (tranquilidad), interior, M94
Paz (tranquilidad), Menor, H180–182
Paz (tranquilidad), Más Grande, H180

Paz (tranquilidad), véase también Seguridad colectiva

Persecución, véase Creyentes, persecución de; Bahá’u’lláh, persecución de

Persia

Persia, Embajador en Constantinópolis (Hájí Mirza Husayn Khán), SR2; M17, 84–107

Persia, Cónsul-General de en Bagdad (Mirza Buzurg Khán), H206; M103

Persia, sacerdotes de, M3

Persia, gobierno oficiales de, H206–208, 236; SR2; M84–107

Persia, pueblo de, M96
Pedro, San, H106, 113
Faraón, SR7; F11; M87
Fariseos, H102, 108, 123
Piedra filosofal, H232
Filosofía y filósofos, H232; M113–114

Filosofía y filósofos, véase también Conocimiento y sabiduría

Médico(s), H174–176; F2
Piedad, H219, 223, 224, 237
Pío IX (Papa), H102–130

Pío IX (Papa), abandonará su reino (palacios; riquezas), H103, 118

Pío IX (Papa), debería gastar riqueza en camino de Dios, H118

Pío IX (Papa), debería volverse hacia Dios, H103

Teatro, obra de, vista por Bahá’u’lláh de niño, LR11–18

Punto, véase Báb
Papa, véase Pius IX
Posesiones, véase Desprendimiento; Riqueza

Pobreza, material, H143, 149, 151, 178, 220; LR20; M67, 76, 77

Pobreza, material, pobres son un fideicomiso divino (tesoro), H143; M11, 68

Pobreza, espiritual, M65

Poder, véase Dios, poder de; Reyes y gobernantes, poder de

Oración (súplica), H268, 274; M83
Oración (súplica), del Zar, H158
Oración (súplica), por Reina Victoria, H185

Orgullo, H26, 82, 83, 143, 172, 175; SR27; LR10, 16, 19; M13, 43, 57, 98, 107, 109

Principios y normas, H136; M29, 32, 74, 76

Progresiva, revelación, véase Revelación, progresiva

Prueba(s), H9, 10, 35, 51, 54, 56, 102, 110, 139, 194, 197, 219, 221, 255; LR25; F6; M3, 25, 52, 82, 87, 103

Prueba(s), pretensiones requieren, H223, 242
Profecía, H129, 263; M15, 87
Profecía, de Bahá’u’lláh, H139, 267; SR4–5, 21
Profecía, Balanza, M11
Profecía, el Confortador, H122, 248
Profecía, venida del Padre, H112, 113, 122, 159
Profecía, cumplida por Bahá’u’lláh, M15
Profecía, Evangelio, H171
Profecía, Espíritu de la Verdad, M15
Profecía, Templo, H276
Profetas, véase Manifestación(es) de Dios
Prosperidad, véase Riqueza
Protección, H182, 207, 236, 241; M8
Castigo, véase Premio y castigo
Marionetas, función de, LR11–18
Qadír (Todopoderoso), véase Templo, letras de
Preguntas, H58, 79, 271; SR29, 36
Corán, H229, 239, 255
Corán, testimonio permanente, H222
Corán, letras desconectadas, SR36
Corán, prohíbe la usura, M35
Corán, prohíbe el vino, H240
Corán, impresionó al Rey de Etiopía, H198
Corán, pueblo de, véase Musulmanes
Rebelión, véase Sedición
Religión(es) (fe)

Religión(es) (fe), niños no se consideran responsables, LR2

Religión(es) (fe), consumación en la Fe bahá’í, H152

Religión(es) (fe), a los seguidores de, H105, 113, 123

Religión(es) (fe), en Irán, H236

Religión(es) (fe), manifestadas mediante Bahá’u’lláh, SR38

Religión(es) (fe), nueva, H140
Religión(es) (fe), gente se ha burlado de, H266
Religión(es) (fe), unidad de, H176
Prestar ayuda a Dios, H209–214
Renunciación, renuncia, H144, 218–219, 234
Arrepentimiento, H129, 188; M54, 85, 105
Representantes, elegidos, véase Gobierno
Resurrección, SR1; F16; M101, 107
Resurrección, de la tierra, H255
Resurrección, por Manifestaciones, LR1
Resurrección, del alma, H167; SR32
Reunión, SR13; M49, 100

Revelación, H33, 35, 47, 53, 76, 80, 97, 110, 127, 130, 143, 172, 175; SR2, 13, 14, 18; M94

Revelación, Portador de nueva, H247
Revelación, nacimiento de, H6–7, 192, 258
Revelación, brisas de, H156

Revelación, Auroras (Alba, Puntos de Amanecer) de, H91, 109, 146, 185, 232

Revelación, anterior, H97
Revelación, huestes de, H42, 49
Revelación, hora de, H86, 92
Revelación, Reino de, H2, 7, 31, 37, 63, 72
Revelación, Rey de, H103, 167
Revelación, modos de, H51
Revelación, Pluma de, H129; SR8–9, 23
Revelación, progresiva, H241

Revelación, progresiva, véase también Manifestación(s) de Dios

Revelación, pruebas de, H221
Revelación, pruebas de, véase también Prueba(s)

Revelación, Depositarios (depósito, custodio) de, H197, 242

Revelación, suaves acentos de, H20
Revelación, de versículos, H59

Premio (recompensa) y castigo, H98, 138, 172, 237; M46, 98

Rectitud, H15, 32, 58, 77, 112, 177; F16; M59, 60, 68

Roca, véase Pedro, San
Gobernantes, véase Reyes y gobernantes
Rusia, H137, 219
Rusia, ministro brindó ayuda a Bahá’u’lláh, H158
Rusia, véase también Alejandro II (Zar de Rusia)

Rusia, Guerra Ruso-Persa, segunda (1825–1828), H219

Sacrificio, H16, 186, 218; SR27; M38
Sadratu’l-Muntahá, véase Árbol del Loto

Sa‘íd Khán-i-Ansárí, Mirza (Ministro persa de Asuntos Exteriores), H207

Salvación, M57
Saná’í, LR22
Satanás, véase Malo
Ciencia(s), H66–67; M114
Escrituras, véase Libros, sagrados
Sello de los Profetas, véase Muḥammad
Secretos, véase Misterios

Sedición (rebelión), H13, 86, 125, 188, 213, 216, 245, 258, 261; LR2, 7; M55, 74–75, 82

Buscadores, SR16; M40, 49
Ego (yo), H27, 201, 212, 232, 269; SR34; LR20, 23
Yo (véase Ego)
Ego (yo), esclavitud del, H167, 196, 224

Ser, de Dios o Bahá’u’lláh, H17, 21, 43, 44, 45, 54, 60, 63, 64, 69, 70, 72, 75, 81, 82, 87, 90, 108, 126, 164, 169

Ego (yo), Egoísmo, H60, 94, 143
Servicio, H62, 133, 235
Servicio, véase también Prestar ayuda a Dios
Sháh Sultán Salím, véase Teatro
Vergüenza, H261; LR22; M84
Shaykh Kázim-i-Samandar, F1
Shaykh Murtadáy-i-Ansárí, H234

Visión, H19, 93, 98, 99, 156, 157, 265, 272, 273; SR35; LR5; M57

Visión, interior, M39
Visión, oscurecida, M50, 93
Visión, abierta por Dios, M52
Visión, para reconocer al Creador, H19

Visión, igual que alma, espíritu, mente y oído, SR35

Visión, véase también Templo, ojos de
Pecado(s), M53
Pecado(s), creyentes purificados de, H131
Pecado(s), ocultar, H151
Pecado(s), de habitantes de Constantinópolis, M39
Pecado(s), perdón de, M51
Pecado(s), juzgados por Dios, H271
Pecado(s), de reyes y gobernantes, M54
Sinaí, H93, 133, 142, 159
Siyyid Ismá‘íl de Zavárih, SR13
Difamación (calumnia), M97, 102
Calumnia (difamación), M97, 102
Esclavitud (esclavo), H228, 273
Esclavitud (esclavo), prohibida, H172

Esclavitud (esclavo), véase también Ego, esclavitud del

Hechicería (magia), H54, 56; M100, 115
Alma(s), H157, 197; F13; M15, 52
Alma(s), de creyentes, M94
Alma(s), purificada, H143
Alma(s), de Dios, SR33
Alma(s), explicación de naturaleza, SR29–35

Alma(s), vivificada por la Palabra de Dios, SR1, 32

Alma(s), liberada de esclavitud, H114

Alma(s), igual que espíritu, mente, vista y oído, SR35

Alma(s), sincera, M51

Soberanía, véase Dios, soberanía de; Reyes y gobernantes

Expresión (voz; lengua; etc.), H20, 22, 191; SR24

Expresión (voz; lengua; etc.), contra Bahá’u’lláh, H223

Expresión (voz; lengua; etc.), del Báb, H96

Expresión (voz; lengua; etc.), de Bahá’u’lláh, H133, 138, 162, 192, 232, 238, 249, 258; M54, 58, 62, 99

Expresión (voz; lengua; etc.), de la Zarza Ardiente, H133–134

Expresión (voz; lengua; etc.), calumnia, H146; M34–35

Expresión (voz; lengua; etc.), falsa (mentir), H149

Expresión (voz; lengua; etc.), de Dios, H20, 99, 103, 158, 171; SR1, 10, 25; M2

Expresión (voz; lengua; etc.), Dios santificado por encima de, H214

Expresión (voz; lengua; etc.), de Isaías, H164

Expresión (voz; lengua; etc.), de lamentación, SR5, 12

Expresión (voz; lengua; etc.), de Doncella del Cielo, H6–7

Expresión (voz; lengua; etc.), de Moisés, SR18
Expresión (voz; lengua; etc.), de Pluma, H107

Expresión (voz; lengua; etc.), poder de, H21, 150; SR17

Expresión (voz; lengua; etc.), alabanza de Dios, H21, 23, 134, 216

Expresión (voz; lengua; etc.), espada de, H42, 150, 212

Expresión (voz; lengua; etc.), enseñar la Causa mediante, H150; SR20

Expresión (voz; lengua; etc.), véase también Palabra (s)

Espíritu, H60, 177, 227, 261; LR19; F12; M3, 115
Espíritu, de Bahá’u’lláh, H116, 162
Espíritu, cuerpo anhela tener, M49
Espíritu, de Dios, H62
Espíritu, Santo, H50, 115, 133–134, 150; F16
Espíritu, vida humana procede de, SR33
Espíritu, Más Grande, H50

Espíritu, igual que alma, mente, vista y oído, SR35

Espíritu, véase también Jesucristo
Espíritu, véase también Alma (s)
Firmeza, H27, 61, 155; SR41; F1, 13; M6, 14, 47

Contienda (conflicto; disensión; hostilidad; etc.), H53, 147, 152, 188, 207–208, 213; LR17–18; M8, 34, 37, 90

Contienda (conflicto; disensión; hostilidad; etc.), prohibida como medio de prestar ayuda a Dios, H210–214

Sufrimiento, véase Bahá’u’lláh, sufrimiento de; Bahá’ís, sufrimiento de

Suicidio, SR13; LR5
Súplica, véase Oración
Siria, H171

Tabla(s), H31, 33, 43, 92, 96, 110, 129, 141, 155, 173, 182, 184, 202; SR26, 36, 38; LR24; M1, 6, 12, 56

Tabla(s), Guardada, H158
Tabla(s), lúcida, H189
Tabla(s), de Muḥammad, SR6
Tabla(s), perspicua (clara), H132

Tabla(s), Preservada, H10, 25, 30, 46, 48, 186; M4

Tabla(s), importante, SR8
Tabla(s), bien guardada, H4
Tabla(s), Escrita, H41
Tabríz, H235
Enseñar la Causa, H71, 145, 148, 150; SR20
Templo, H43–44
Templo, pecho de de, H64
Templo, oídos de, H20
Templo, ojos de, H19
Templo, pies de, H61
Templo, manos de, H31
Templo, corazón íntimo de, H67
Templo, letras de,
Templo, letras de, Fadl (Gracia), H46

Templo, letras de, Huvíyyah (Esencia de Divinidad), H37

Templo, letras de, Karím (Más Munífico), H39
Templo, letras de, Qadír (Todopoderoso), H38
Templo, lengua de, H21

Templo, véase también Bahá’u’lláh, títulos, Templo

Prueba (poner a); examen, H226; SR14; LR28; M47

Prueba (poner a); examen, véase también Bahá’ís, persecución de; Bahá’u’lláh, persecución de, sufrimiento de

Gracias (agradecimiento) H5, 35, 61, 81, 268, 273; SR16, 27; LR8; M63, 80

Agradecimiento H5, 35, 61, 81, 268, 273; SR16, 27; LR8; M63, 80

Teherán, H206; LR11; M102
Torá, H140, 164, 246, 249
Examen, véase Prueba (poner a)
Digno de confianza, fidedigno, H149; M61, 103

Verdad (veracidad), H151, 198, 218–219; F14; M35, 38, 39, 60, 79, 87, 94, 97, 99, 108

Verdad (veracidad), de la misión del Báb, H163; M3

Verdad (veracidad), de la misión de Bahá’u’lláh, H221; LR25

Verdad (veracidad), de la Causa Cause, H135, 218; M17

Verdad (veracidad), disputar, H242

Verdad (veracidad), distinguir de la falsedad, H229; M16

Verdad (veracidad), Dios es, H258, 276
Verdad (veracidad), lengua de, M76
Verdad (veracidad), poder de, H139; SR7, 14
Verdad (veracidad), protección, H160

Verdad (veracidad), rechazo (repudio) de, M5, 23, 99

Verdad (veracidad), buscar, M103
Verdad (veracidad), Espíritu de la, M15
Verdad (veracidad), Estandarte (enseña) de, H233

Verdad (veracidad), anhelar la muerte demuestra, H222

Turquía

Turquía, solicitudes de ciudadanía por bahá’ís, H207

Turquía, ministros de gobierno, H183; M24

Tiranía (opresión), H96, 114, 117, 160, 252, 257, 261, 274; SR5, 7, 12, 15; LR2, 5, 6; F11; M13, 20, 36, 52, 62, 63, 71, 73, 81

Tiranía (opresión), véase también Reyes y gobernantes, tiranía de

Entendimiento, véase Conocimiento y sabiduría
Reino Unido, véase Victoria, Reina de Inglaterra
Unidad (unicidad),

Unidad (unicidad), divina, H12, 15, 93, 197, 241, 242; SR15; LR1; M43, 72, 81, 94, 98, 107

Unidad (unicidad), de reyes, H182

Unidad (unicidad), de humanidad, H109, 142, 152, 177; SR8

Unidad (unicidad), con Dios, SR40

Unidad (unicidad), véase también Religión(es), unidad de

Ustád Muḥammad-‘Alíy-i-Salmání, H27
Usura (interés sobre préstamos), M35
Expresión, véase también Palabra
‘Uzzá (ídolo de la Meca), H87
Ociosas, véase Imaginaciones

Imaginaciones (fantasías) ociosas (fútiles, vanas), H8, 16, 103, 109, 117, 120, 157, 184, 186, 270; M84, 116

Vanas, véase Imaginaciones

Versículos, véase Palabra (s), de Dios, de Bahá’u’lláh

Victoria (Reina de Inglaterra), H171–185

Victoria (Reina de Inglaterra), llamada a abandonar las cosas terrenales, H171

Victoria (Reina de Inglaterra), llamada a volverse hacia Dios, H172

Victoria (Reina de Inglaterra), confió el consejo a representantes, H173

Victoria (Reina de Inglaterra), prohíbe la esclavitud, H172

Victoria (Reina de Inglaterra), será recompensada, H172

Virtudes, H72
Vista, véase Visión
Voz, véase Expresión
Wahb Ibn-i-Ráhib, H243
Guerra (conflicto), H137, 182; SR5; LR17–18
Guerra (conflicto), abolida, H42
Guerra (conflicto), holy, H42, 219
Generación díscola (descarriada), H257, 260; M16

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), H86, 97, 220; LR21

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), acumulación de desaconsejada, H118–119

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), de sacerdocio, H272

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), excesiva, M66–67

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), pasajera, H156, 214, 259–260, 270; LR17, 21; M18

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), de Fu’ád Páshá, F5–6

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), de Dios, H162, 205; M65

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), de reinos, H235

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), pueblo son tesoros, H179; M68

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), y los pobres, H151

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), Papa debería gastar en camino de Dios, H118

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), sujeta a cambio, H168

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros), sucede a la adversidad, H230

Riqueza (posesiones; prosperidad; tesoros),despreciable (sin valor), H135, 156, 167; M55

Armas, véase Armamentos
Matrimonio, véase Marriage
Occidente, H133, 233, 246
Maldad, véase Malo
Sabiduría, véase Conocimiento y sabiduría
Mujeres (siervas), H172, 185; LR2, 26
Palabra(s), H55, 60, 65; SR19; M100, 115
Palabra(s), atrae a los corazones, H148

Palabra(s), de Bahá’u’lláh, H56, 80, 137; SR17; M35, 39, 71, 72, 105

Palabra(s), de mando, H46
Palabra(s), y hechos, H56

Palabra(s), y hechos, véase también Acciones, concuerden con palabras

Palabra(s), necias, H11

Palabra(s), de Dios, H24, 26, 33, 74, 200, 238; SR3, 13; LR19; M17, 99

Palabra(s), de Dios, acusada de ser hechicería, H54, 56

Palabra(s), de Dios, crea el alma, SR32
Palabra(s), de Dios, creata, H23; LR16
Palabra(s), de Dios, no pervertir, H32
Palabra(s), de Dios, hacer caso, H20
Palabra(s), de Dios, Rey de las palabras, H53

Palabra(s), de Dios, manifiestas en un templo humano, SR1

Palabra(s), de Dios, poder de, H50

Palabra(s), de Dios, rechazo de (no creer en), H49

Palabra(s), de Dios, revelada a Bahá’u’lláh, H81
Palabra(s), de Dios, enciende el mundo, SR1
Palabra(s), de Dios, sumisión a, H88
Palabra(s), fútil, H54
Palabra(s), de Jesús, H247

Palabra(s), de Jesús, véase también Jesucristo, Palabra ocultada por

Palabra(s), inspira terror en el corazón de negadores, H251

Palabra(s), vana, H242
Trabajo
Trabajo, suspensión en Días Sagrados, H153
Mundo
Mundo, como el cuerpo humano, H152, 174
Mundo, véase también Tierra; Creación
Adoración, H78, 87, 97, 109, 252

Yaḥyá, Mirza, hermanastro de Bahá’u’lláh, H25–29, 55

Zawrá’, véase Bagdad

Zaynu’l-‘Ábidín, ‘Alí Ibn Husayn (cuarto Imam), H252–257, M48

* Mirza Yaḥyá.
† El Báb.
‡ Pedro.
§ La Meca.
** El Súriy-i-Mulúk.
†† El Sultán de Turquía.
‡‡ Muḥammad.
§§ Teherán.
*** Bagdad.
††† Adrianópolis.
‡‡‡ Muḥammad Sháh.
§§§ Anís.
**** Adrianópolis.
†††† Mirza ‘Alí-Akbar-i-Naráqí.
‡‡‡‡ Áli Páshá.
§§§§ Sultán 'Abdu'l-'Aziz.
***** El Báb.
††††† Jesús.
‡‡‡‡‡ Sultán ‘Abdu’l-‘Azíz.
§§§§§ Adrianópolis.
****** El Báb.
†††††† Imam Ḥusayn.
‡‡‡‡‡‡ Los musulmanes.
§§§§§§ Náṣiri’d-Dín Sháh.
******* Bagdad.
1 Véase Corán 2:30-34; 38:71-75.

2 Ustád Muḥammad-‘Alíy-i-Salmání. Véase en Dios pasa, pp. 244-246, un relato de los eventos a los que se refiere Bahá'u'lláh en este párrafo y siguientes.

3 La palabra Haykal (Templo) está compuesta de las cuatro letras Há’, Yá’, Káf y Lám (HYKL). La primera letra suele simbolizar la palabra Huvíyyah (Esencia of la Divinidad); la segunda letra la palabra Qadír (Todopoderoso), de la que Yá’ es la tercera letra; la tercera letra, la palabra Karím (el Más Munífico); y la cuarta letra, la palabra Faḍl (Gracia), de la que Lám es la tercera letra.

4 Véase Corán 21:30; 24:45; 25:54.

5 Se trata de la letra “E”. En todos los casos en que las Escrituras mencionan las letras “S” y “E”, las letras árabes son Káf y Nún, las dos consonantes de la palabra árabe Kun, que es un imperativo que significa “Sé” (en inglés aparece como las letras “B” y “E, “be”).

6 “El árbol más allá del cual no hay paso”, una referencia al rango de la Manifestación de Dios.

7 Éstos son ejemplos del tipo de preguntas presentadas al Báb. Según las enseñanzas del islam shí'í, el mando de la comunidad islámica pertenecía por derecho, al morir el Profeta Muḥammad, a una línea de doce sucesores, descendientes de Su hija Fátima, conocida como “Imames”. Al interrumpirse esta línea sucesoria tras la “ocultación” del último Imam, por un tiempo continuó la comunicación con éste mediante la sucesión de cuatro intermediarios conocidos como “Puertas”.

8 Una de las tres diosas árabes cuya adoración fue abolida por el Profeta Muḥammad.

9 Una pequeña roca situada bajo la esquina oriental de la Kaaba.

10 cf. Mateo 5:29; Marcos 9:47.

11 Ésta es la segunda Tabla de Bahá’u’lláh dirigida al Emperador francés. La Tabla anterior fue revelada en Adrianópolis.

12 La Guerra de Crimea (1853-1856).

13 En el mismo año, Napoleón III fue derrotado en la Batalla de Sedan (1870) y enviado al exilio.

14 Véase Corán 77:20; 32:8.

15 Las dos Más Grandes Festividades son el Festival de Riḍván, durante el cual proclamó Bahá’u’lláh Su Misión por primera vez, y la Declaración del Báb. El “día doble” hace referencia a la fecha del Nacimiento del Báb y de Bahá’u’lláh. Véase. Kitáb-i-Aqdas, ¶110.

16 Véase Corán 17:78.

17 Mirza Buzurg Khán, el Cónsul General de Persia en Bagdad.

18 El Mu’taminu’l-Mulk, Mirza Sa‘íd Khán-i-Anṣárí, Ministro de Asuntos Exteriores.

19 Bahá’u’lláh hace referencia aquí a Su petición y la de Sus compañeros para obtener la ciudadanía otomana.

20 Áqá Siyyid Muḥammad-i-Ṭabáṭabá’íy-i-Isfáhání, conocido como “Mujáhid”.

21 La segunda Guerra Ruso-Persa de 1825-1828.
22 Corán 2:94; 62:6.

23 Véase las Palabras Ocultas del persa, nº 24, 25, 28 y 30.

24 Corán 49:6.
25 Corán 5:59.

26 Tradición atribuida al undécimo Imam, Abú Muḥammad al-Ḥasan al-‘Askarí.

27 Tradiciones atribuidas al sexto, Abú ‘Abdu’lláh Ja‘far aṣ-Ṣádiq.

28 Shaykh Murtaḍáy-i-Anṣárí, un prominente mujtahid.

29 Corán 2:179.
30 Corán 6:164; 17:15; 35:18; 39:7; 53:38.
31 Véase Corán 3:40; 14:27; 22:18.
32 Véase Corán 5:1.
33 Véase Corán 5:64.
34 Corán 40:5.
35 Corán 36:30.
36 Corán 8:30.
37 Corán 6:35.
38 Véase Mateo 24:35; Marcos 13:31; Lucas 21:33.
39 Juan 14:28.
40 Véase Juan 14:16; 14:26; 15:26; 16:7.

41 Véase, por ejemplo, Corán 4:46; 5:13; 5:41; y 2:75, y la argumentación sobre el tema que figura en el Kitáb-i-Íqán, p. 84 y ss.

42 ‘Alí Ibn Ḥusayn, conocido como “Zaynu’l-‘Ábidín”, el segundo hijo del Imam Ḥusayn, quien se convirtió en el cuarto Imam.

43 Los jariyíes, facción opuesta a los Imames y al estado Omeya.

44 Alusiones a las dinastías abásida y omeya respectivamente.

45 Corán 57:16
46 Véase Lucas 19:21.
47 Véase Corán 55:26.
48 Véase Corán 12:31.

49 Esta Tabla fue revelada en árabe en honor de Ḥájí Muḥammad Ismá‘íl-i-Káshání, a quien Bahá'u'lláh otorgó el título de Dhabíḥ (sacrificio) y Anís (compañero), y se dirige a ‘Álí Páshá, el primer ministro otomano, aquí referido como Ra’ís (jefe o gobernante).

50 El Sultán ‘Abdu’l-‘Azíz perdió el trono y la vida en 1876. En la guerra que siguió contra Rusia (1877-1878), Adrianópolis fue ocupada por el enemigo y los turcos padecieron un violento baño de sangre.

51 Literalmente “el Monte de los Higos” y “el Monte de los Olivos”; véase Corán 95:1.

52 Cosroes II, el monarca sasánida que reinó en Persia cuando vivía Muḥammad.

53 Ḥájí Ja‘far-i-Tabrízí; se evitó a tiempo que se quitara la vida.

54 Siyyid Ismá‘íl de Zavárih.

55 Esta segunda Tabla de Bahá’u’lláh dirigida a ‘Alí Páshá se reveló en persa poco después de la llegada y reclusión de Bahá’u’lláh en ‘Akká.

56 Ver Dios pasa, p. 171.

57 Posible referencia al fuego de Hocapasa, que destruyó gran parte de la ciudad de Constantinopla en 1865.

58 El Lawh-i-Fu'ád fue dirigido a Shaykh Káẓim-i-Samandar de Qazvín, uno de los apóstoles de Bahá'u'lláh. Su destinatario, el otrora estadista otomano Fu'ad Páshá, murió en Francia en 1869. Los nombres de las letras Káf y Ẓá se refieren a las letras K y Ẓ en la palabra Káẓim.

59 Véase Corán 38:3.
60 Véase Corán 13:13.
61 Véase Corán 40:32.
62 Véase Corán 38:12, 89:10.

63 “Corazón” es traducción de fu'ad, el nombre de pila del ministro otomano.

64 Mirza Mihdíy-i-Rashtí, un juez de Constantinopla y defensor de Mirza Yaḥyá.

65 Juan 14:28.
66 Juan 16:13.
67 Juan 1:13.
68 El embajador de Francia en Constantinopla.
69 El embajador de Persia en Constantinopla.
70 Corán 51:55.
71 Corán 49:6.
72 Corán 12:53.
73 Corán 15:88.
74 Véase Corán 77:20; 32:8.
75 Corán 40:28.
76 Corán 4:94.
77 Corán 6:52.
78 Corán 6:44.
79 El cónsul general de Persia en Bagdad.
80 Corán 20:55.
81 Al-Muqanna‘ de Khurásán (siglo VIII A.D.).
82 Corán 4:94.
[CP1]¿No sería mejor tendidos en”? KP
[CP2]Su boca. KP
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